Gespräche in der Dämmerung 00808
Parte de:
C. (DD.) El saber absoluto [C. (DD.) Das absolute Wissen] / VIII: El saber absoluto [VIII. Das absolute Wessen]
[3.8. La kenosis del concepto; concepto, naturaleza e historia; el recuerdo y la revelación de lo profundo; de la Lógica a la «filosofía real»]
Tabla de contenidos
Gespräche in Jena
[808] Die andere Seite aber seines Werdens, die Geschichte, ist das wissende, sich vermittelnde Werden – der an die Zeit entäußerte Geist; aber diese Entäußerung ist ebenso die Entäußerung ihrer selbst; das Negative ist das Negative seiner selbst. Dies Werden stellt eine trage Bewegung und Aufeinanderfolge von Geistern dar, eine Galerie von Bildern, deren jedes, mit dem vollständigen Reichtume des Geistes ausgestattet, eben darum sich so träge bewegt, weil das Selbst diesen ganzen Reichtum seiner Substanz zu durchdringen und zu verdauen hat. Indem seine Vollendung darin besteht, das, was er ist, seine Substanz, vollkommen zu wissen, so ist dies Wissen sein Insichgehen, in welchem er sein Dasein verläßt und seine Gestalt der Erinnerung übergibt. In seinem Insichgehen ist er in der Nacht seines Selbstbewußtseins versunken, sein verschwundenes Dasein aber ist in ihr aufbewahrt; und dies aufgehobene Dasein – das vorige, aber aus dem Wissen neugeborene – ist das neue Dasein, eine neue Welt und Geistesgestalt. In ihr hat er [590] ebenso unbefangen von vorn bei ihrer Unmittelbarkeit anzufangen und sich von ihr auf wieder großzuziehen, als ob alles Vorhergehende für ihn verloren wäre und er aus der Erfahrung der früheren Geister nichts gelernt hätte. Aber die Erinnerung hat sie aufbewahrt und ist das Innere und die in der Tat höhere Form der Substanz. Wenn also dieser Geist seine Bildung, von sich nur auszugehen scheinend, wieder von vorn anfängt, so ist es zugleich auf einer höheren Stufe, daß er anfängt. Das Geisterreich, das auf diese Weise sich in dem Dasein gebildet, macht eine Aufeinanderfolge aus, worin einer den anderen ablöste und jeder das Reich der Welt von dem vorhergehenden übernahm. Ihr Ziel ist die Offenbarung der Tiefe, und diese ist der absolute Begriff, diese Offenbarung ist hiermit das Aufheben seiner Tiefe oder seine Ausdehnung, die Negativität dieses insichseienden Ich, welche seine Entäußerung oder Substanz ist, – und seine Zeit, daß diese Entäußerung sich an ihr selbst entäußert und so in ihrer Ausdehnung ebenso in ihrer Tiefe, dem Selbst ist. Das Ziel, das absolute Wissen, oder der sich als Geist wissende Geist hat zu seinem Wege die Erinnerung der Geister, wie sie an ihnen selbst sind und die Organisation ihres Reichs vollbringen. Ihre Aufbewahrung nach der Seite ihres freien, in der Form der Zufälligkeit erscheinenden Daseins ist die Geschichte, nach der Seite ihrer begriffenen Organisation aber die Wissenschaft des erscheinenden Wissens; beide zusammen, die begriffene Geschichte, bilden die Erinnerung und die Schädelstätte des absoluten Geistes, die Wirklichkeit, Wahrheit und Gewißheit seines Throns, ohne den er das leblose Einsame wäre; nur –
aus dem Kelche dieses Geisterreiches
schäumt ihm seine Unendlichkeit. [591]
Ende des Kapitels VIII
Conversaciones en Valencia
[808] La otra parte de su devenir [la otra parte de su gestarse como espíritu], es decir, la historia, es el devenir sabiente que se media a sí mismo [el devenir que se media a sí mismo sabientemente, o el devenir que se media a sí mismo sabiendo, el devenir que se media a sí mismo en términos de saber y saberse] es el espíritu enajenado en el tiempo; pero esta enajenación es también la enajenación de sí misma [es decir, la enajenación de esa misma enajenación, el retorno a sí]; lo negativo es aquí lo negativo de sí mismo X63X.1Vide infra Algunas aclaraciones X63X. Este devenir presenta o representa un lento y moroso movimiento, y una lenta y morosa procesión de espíritus, una galería de imágenes, cada una de las cuales, dotada de la completa riqueza del espíritu, se mueve tan lenta y morosamente porque el self tiene que penetrar y digerir esta entera riqueza de su sustancia [ahondando, profundizando, interiorizando cada vez más en ella]. En cuanto su consumación consiste en saber perfectamente [por completo, hasta el fin] aquello que él es, es decir, en saber perfectamente su sustancia, este saber es un venir-a-sí [un recogerse en sí, un Insichgehen X64X,2Es, por tanto, también un abrirse el reino del mal. un marchar hacia dentro de sí], en el que el espíritu deja tras de sí [o va dejando tras de sí] su propia existencia y entrega su forma o Gestalt a la Erinnerung, es decir, al «recuerdo», a la memoria [a la vez que, interiorizando, va haciendo memoria de sí]. En el venir-a-sí [viniendo a sí, recogiéndose en sí, metiéndose en su interior, volviendo en sí, interiorizándose, cobrando memoria] el espíritu se va sumergiendo [y hundiendo] [también] en la noche de su autoconciencia, pero su existencia desaparecida [las formas de existencia del espíritu que han desaparecido, que van quedando detrás] el espíritu la conserva en esa noche, y esa existencia suprimida y superada es la nueva existencia [ese suprimirse y superarse la existencia es una nueva existencia], es la misma existencia anterior, pero renacida ahora del saber, es un nuevo mundo y una nueva figura del espíritu. En ella [en esa nueva existencia] el espíritu tiene que empezar sin miedo desde el principio por la propia inmediatez de ella, y volver a educarse o formarse a partir de ella [a «hacerse grande y mayor»], como si todo lo precedente estuviese perdido para él y nada hubiera aprendido de la experiencia de los anteriores espíritus. Pero el recuerdo, la memoria, la interiorización, la Erinnerung, los ha conservado [ha conservado a esos anteriores espíritus], y ese «recuerdo» es el interior de la sustancia [un hacerse interior la sustancia o un irse haciendo interior la sustancia] y una forma efectivamente superior de ella X65X.3Vide infra Algunas aclaraciones X65X. Así pues, cuando este espíritu tiene que empezar otra vez desde el principio su formación, pareciendo no partir sino de sí mismo, resulta que a la vez de donde parte es de un nivel superior. El reino de los espíritus que de este modo se forma en la existencia [que de este modo se forma en el elemento de la existencia] constituye una secuencia donde cada uno disolvió al otro y cada uno asumió el reino del mundo [el dominio del mundo] tomándolo del precedente. La meta de esa secuencia es la revelación de lo profundo [el hacerse manifiesto lo profundo y el revelarse el abismo] y eso es el concepto absoluto; y por tanto, esa revelación es la supresión y superación de esa su profundidad [de la profundidad y carácter abismático del concepto absoluto, o de la profundidad del carácter abismático del concepto absoluto], o es su extensión, es decir, es la negatividad de ese yo que es cabe sí [in sich] [es decir, es el quedar negado ese yo que es ser-cabe-de-sí], la cual negatividad es su enajenación y su sustancia [es decir, la cual negatividad es enajenación de ese yo y, por tanto, el convertirse ese yo en sustancia]; [eso es la extensión o eso es el espacio del concepto absoluto] y su tiempo es que [o consiste en que] la enajenación se enajena en sí misma [ella misma en ella misma], siendo así como [la enajenación] es [o siendo así como la enajenación es enajenación] tanto en su extensión como en su profundidad (es decir, tanto en la extensión como en el self). La meta, es decir, el saber absoluto, o el espíritu que se sabe a sí mismo como espíritu, tiene por camino suyo la recordación o memoria de los espíritus X66X,4Vide infra Algunas aclaraciones X66X. tal como éstos son [eran] en ellos mismos y realizan [realizaban] la organización de su reino. Su conservación [la conservación de éstos] por el lado de esa su existencia libre [suelta, autónoma] que aparece en la forma de la contingencia [es decir, por el lado, de ese su mostrarse sueltos y autónomamente ahí en la forma de la contingencia], es la historia [la historiografía], y su conservación por el lado de su organización conceptuada [es decir, por el lado de su organización y articulación en cuanto traídas a concepto] es la ciencia del saber apareciente [es decir, del saber tal como éste va apareciendo, del saber, tal como éste se vuelve fenómeno]: ambas [la historia y la Fenomenología] tomadas conjuntamente, y, por tanto, la historia entendida o la historia traída a concepto, constituyen la memoria [la recordación] y el calvario del espíritu absoluto, la realidad, verdad y certeza de su trono, sin el que ese espíritu absoluto no sería sino lo solitario carente de vida; pues sólo
del cáliz de este reino de los espíritus
le espumea a él [a ese espíritu absoluto] su infinitud X67X.5Vide infra Algunas aclaraciones X67X.
Final del Capítulo VIII
Algunas aclaraciones
X63X
Si el tiempo no es sino concepto intuido (concepto, en el quedar ese concepto ahí a la vista) y el espíritu no es sino concepto que se sabe como concepto, tiene que haber una analogía entre la estructura del tiempo y la estructura de la autoconciencia. La formulación que acabamos de oír a Hegel se refiere directamente a esa analogía. Heidegger piensa que la relación que Hegel establece entre tiempo y espíritu proviene también de Platón, que esa relación está esencialmente ligada a la teología a través del neoplatonismo, y que la idea de ella es compartida en definitiva por toda la tradición de la metafísica occidental, que Hegel no haría sino resumir.
X64X
Es, por tanto, también un abrirse el reino del mal.
X65X
El término Erinnerung, que en alemán corriente significa «recuerdo» o «memoria», puede también leerse como Er-innerung, «interiorización», «volver en sí», «recogerse en sí». En definitiva, el término Erinnerung tiene en alemán las dos acepciones que recordar tiene o puede tener en castellano; evocar mediante la memoria y volver en sí, amanecerse («Recuerde el alma dormida… »). Esto supuesto, el autor está empleando Erinnerung de la siguiente forma: mediante anámnesis de lo que él en verdad es, el espíritu experimenta una transformación por la que él hunde en la noche de la conciencia la existencia hasta ahora actual y la entrega a la contingencia de la evocación histórica, dando así él con lo que él en sí ya era. Ello no quiere, por tanto, decir que aquella anámnesis, aquel recordar del espíritu, no implique también un sólido ejercicio de la memoria histórica. La Erinnerung no tiene más remedio que plasmarse en begriffene Geschichte, en historia entendida, por mucha que sea la historia que esa Erinnerung hunda en el olvido o cuanto más sea la historia que esa Erinnerung hunde en el olvido.
X66X
Advierta el lector que en estas complejas lineas finales del texto se están hablando de tres movimientos. Los tres se entrelazan en el concepto de Erinnerung: memoria-interiorización. El primer movimiento es el de tránsito de una figura a otra y olvido de la primera, entrega de la primera a la memoria, a la capacidad de evocación. El segundo movimiento consiste en que mediante este movimiento por el que se van dejando cosas atrás y se las va entregando al recuerdo, es un movimiento de ir entrando en sí, de ir amaneciéndose, de despertar a sí mismo, de «recordar» en el sentido de «Recuerde el alma dormida…». Y en tercer lugar, está el movimiento de reconstrucción sistemática de este haberse ido amaneciendo (recordándose) la autoconciencia a sí misma por la vía de haber ido abandonando figuras de sí y haberlas ido entregando al olvido y al desván de la memoria. En esta Erinnerung sistemática ha consistido la Fenomenología del espíritu.
Pero podríamos articular algo más esos tres movimientos reduciéndolos, si no a uno solo, sí a dos aspectos de una única Erinnerung. Podemos decir que Erinnerung es el ir «recordando» la autoconciencia, el ir amaneciéndose a sí misma la autoconciencia. En el cual recordarse o en el cual amanecerse la autoconciencia, ésta tiene que ir dejando detrás formas de sí y olvidarlas. Cuando esa Erinnerung quiere volverse sistemática, tiene que «repetirse» a sí misma, tiene que recordarse a sí misma, recordando para ello las formas que ha ido dejando detrás e incluso olvidando. Sólo mediante esa memoria se hace la conciencia concepto de su propio experiencia, la de llegar a serle a ella su propia certeza el Ser absoluto.
X67X
Es decir, es haciendo memoria de las formas del reino de los espíritu, como le amanece a él la infinita distancia suya respeto a sí mismo (su ser-otro) y, por tanto, también su propia riqueza. Como ya he dicho (cfr. nota X24X al cap. V, en 00238), la cita de Hegel es propiamente una versión libre de los dos últimos versos de la oda »Die Freundschaft« de Schiller:
[Versión de Schiller:]
Aus dem Kelch des ganzen Seelenreichs,
Shäumt ihm die Undendlichkeit
[Versión de Hegel]
aus dem Kelche dieses Geisterreiches
schäumt ihm seine Unendlichkeit.
Preste atención el lector atento a los cambios introducidos por don Jorge Guillermo Federico: antepone un «solamente», sustituye el «reino de las almas» por el «reino de los espíritus», y cambia el artículo de infinitud por un posesivo: su infinitud.
Schiller murió en Weimar, en mayo de 1805, en el momento, por tanto, en que Hegel empezaba o había empezado la redacción de la Fenomenología del espíritu. Es probable que Hegel asistiese a su entierro. Es difícil no ver en esta cita un gesto de agradecimiento, homenaje y memoria, a la vez que quizá una manera de decir veladamente que desde el cap. V no se ha tratado en definitiva sino de una discusión sobre motivos de Schiller.
Conversaciones en Madrid
[808] Pero el otro lado de su devenir, la historia, es el devenir que sabe y se media: el espíritu despojado y exteriorizado en el tiempo; mas este exteriorizarse es también el despojamiento de sí mismo; lo negativo es lo negativo de sí mismo. Este devenir expone un parsimonioso movimiento y sucesión de espíritus, una galería de imágenes, cada una de las cuales se halla dotada de toda la riqueza íntegra del espíritu, y se mueve con tanta parsimonia precisamente porque el sí-mismo ha de penetrar y digerir toda esta riqueza de su substancia. En tanto que su compleción consiste en saber perfectamente lo que él es, su substancia, este saber es su ir-dentro-de-sí en el que abandona su existencia y entrega su figura al recuerdo y la interiorización. En su ir-dentro-de-sí, se ha sumergido en la noche de su autoconciencia, pero su desaparecida existencia está preservada dentro de esa noche, y esta existencia cancelada y asumida —que es la anterior, pero renacida a partir del saber— es la nueva existencia, un nuevo mundo y una nueva figura del espíritu. En ella, el espíritu ha de comenzar con la misma ingenuidad, desde el principio, por su inmediatez, y ha de volver a crecer y educarse desde ella, como si todo lo anterior se hubiera perdido para él y él no hubiera aprendido nada de la experiencia de espíritus anteriores. Pero el re-cuerdo, la interiorización, ha preservado esa experiencia y es lo interior y la forma, de hecho superior, de la substancia. Así, entonces, cuando este espíritu, pareciendo partir sólo de sí, vuelve a comenzar su formación desde el principio, le hecho es que, a la par, empieza en un nivel más alto. El reino de los espíritus que se ha formado de este modo dentro de la existencia constituye una serie sucesiva en la que uno iba relevando al otro, y cada uno asumía el reino del mundo del espíritu precedente. Su meta es la revelación de la profundidad. y ésta es el concepto absoluto; con lo que esta revelación es cancelar y asumir su profundidad, o bien, es su extensión, la negatividad de este yo que-es-dentro-de-sí, la cual es su despojamiento o substancia: y su tiempo es que esta exteriorización se despoje en ella misma y sea así, a los ojos del sí-mismo, tanto en su extensión como en su profundidad. La meta, el saber absoluto, o el espíritu que se sabe como espíritu, tiene como su camino el recuerdo, la interiorización de los espíritus tal como son en ellos mismos y llevan a cabo la organización de su reino. Su preservación, por el lado de su existencia libre que aparece en forma de contingencia, es la historia, mientras que por el lado de su organización concebida, es la ciencia del saber que aparece; tomadas ambas conjuntamente, son la historia comprendida conceptualmente, y forman el recuerdo y el calvario X*1X6Cf. Mateo 27:33. del espíritu absoluto, la realidad efectiva, la verdad y la certeza de su trono, sin el cual él sería lo solitario sin vida; y sólo
del cáliz de este reino de los espíritus
le rebosa la espuma de su infinitud X*2X.7Vide infraAlgunas aclaraciones X*2X.
Final del Capítulo VIII
Algunas aclaraciones
X*1X
Cf. Mateo 27:33.
X*2X
Hegel cita, modificándolos, los dos últimos versos del final del poema de Schiller La amistad (cf. Anthologie auf das Jahr 1782, ed. de Friedrich Schiller, Gedrukt in der Buchdrukerei zu Tobolsko, p. 151), que era así:
Sin amigos estaba el gran señor del mundo;
La carencia sentía, y creó los espíritus,
¡Dichosos espejos de su dicha!—
No encontró igual el Ser Supremo,
Y del cáliz de todo ese reino de las almas
sube la espuma hasta él: la infinitud.
Obsérvese que Hegel introduce algunos cambios: antepone un «solamente», sustituye el «reino de las almas» por el «reino de los espíritus», y cambia el artículo de infinitud por un posesivo: su infinitud.
Conversations in Washington
[808] [808]8We kept the numeration given by the editor in the printed edition However, the other aspect of spirit’s coming-to-be, history, is that knowing self-mediating coming-to-be – the spirit relinquished into time. However, this relinquishing is likewise the relinquishing of itself; the negative is the negative of itself. This coming-to-be exhibits a languid movement and succession of spirits, a gallery of pictures, of which each, endowed with the entire wealth of spirit, moves itself so slowly because the self has to take hold of and assimilate the whole of this wealth of its substance. While its consummation consists in spirit’s completely knowing what it is, in spirit knowing its substance, this knowing is its taking-the-inward-turn in which spirit forsakes its existence and gives its shape over to recollection. In taking-the-inward-turn, spirit is absorbed into the night of its self-consciousness, but its vanished existence is preserved in that night, and this sublated existence – the existence which was prior but is now newborn from knowing – is the new existence, a new world, and a new shape of spirit. In that new shape of spirit, it likewise has to begin all over again without prejudice in its immediacy, and, from its immediacy, to rear itself again to maturity, as if all that had preceded it were lost to it and as if it were to have learned nothing from the experience of the preceding spirits. However, that inwardizing re-collection9die Er-Innerung has preserved that experience; it is what is inner, and it is in fact the higher form of substance. However much therefore this spirit begins its cultural formation and education all over again and seems to start only from itself, still it is at the same time making its beginning at a higher level. The realm of spirits, having formed itself in this way in existence, constitutes a sequence in which one spirit replaced the other, and each succeeding spirit took over from the previous spirit the realm of that spirit’s world. The goal of the movement is the revelation of depth itself, and this is the absolute concept. This revelation is thereby the sublation of its depth, or its extension, the negativity of this I existing-inwardly-in-itself,10insichseienden Ich which is its self-relinquishing, or its substance – and is its time. In its own self, this self-relinquishing relinquishes itself and, in that way, is in its extension as well as in its depth, in the self. The aim, absolute knowing, or spirit knowing itself as spirit, has its path in the recollection of spirits as they are in themselves and are as they achieve the organization of their realm. Their preservation according to their free-standing existence appearing in the form of contingency is history, but according to their conceptually grasped organization, it is the science of phenomenal knowing. Both together are conceptually grasped history;11begriffne Geschichte they form the recollection and the Golgotha of absolute spirit, the actuality, the truth, the certainty of its throne, without which it would be lifeless and alone; only –
Out of the chalice of this realm of spirits
Foams forth to him his infinity.
End of the Chapter VIII
Conversaciones en el Atrium
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