Gespräche in der Dämmerung 00801
Parte de:
C. (DD.) El saber absoluto [C. (DD.) Das absolute Wissen] / VIII: El saber absoluto [VIII. Das absolute Wessen]
[3.3. El concepto que no se sabe como concepto; el concepto que se sabe como concepto; la mediación del tiempo; espíritu y tiempo]
Tabla de contenidos
Gespräche in Jena
[801] In der Wirklichkeit ist nun die wissende Substanz früher da als die Form oder Begriffsgestalt derselben. Denn die Substanz ist das noch unentwickelte Ansich oder der Grund und Begriff in seiner noch unbewegten Einfachheit, also die Innerlichkeit oder das Selbst des Geistes, das noch nicht da ist. Was da ist, ist als das noch unentwickelte Einfache und Unmittelbare oder der Gegenstand des vorstellenden Bewußtseins überhaupt. Das Erkennen, weil es das geistige Bewußtsein ist, dem, was an sich ist, nur insofern ist, als es Sein für das Selbst und Sein des Selbsts oder Begriff ist, hat aus diesem Grunde zuerst nur einen armen Gegenstand, gegen welchen die Substanz und deren Bewußtsein reicher ist. Die Offenbarkeit, die sie in diesem hat, ist in der Tat Verborgenheit, denn sie ist das noch selbstlose Sein, und offenbar ist sich nur die Gewißheit seiner selbst. Zuerst gehören dem Selbstbewußtsein daher von der Substanz nur die abstrakten Momente an; aber indem diese als die reinen Bewegungen sich selbst weitertreiben, bereichert es sich, bis es die ganze Substanz dem Bewußtsein entrissen, den ganzen Bau ihrer Wesenheiten in sich gesogen und – indem dieses negative Verhalten zur Gegenständlichkeit ebensosehr positiv, Setzen ist – sie aus sich erzeugt und damit für das Bewußtsein zugleich wiederhergestellt hat. In dem Begriffe, der sich als Begriff weiß, treten hiermit die Momente früher auf als das erfüllte Ganze, dessen Werden die Bewegung jener Momente ist. In dem Bewußtsein dagegen ist das Ganze, aber unbegriffene, früher als die Momente. – Die Zeit ist der Begriff selbst, der da ist und als leere Anschauung sich dem Bewußtsein vorstellt; deswegen erscheint der Geist notwendig in der Zeit, und er erscheint so lange in der Zeit, als er nicht seinen reinen Begriff erfaßt, d.h. nicht die Zeit tilgt. Sie ist das äußere angeschaute, vom Selbst nicht erfaßte reine Selbst, der nur angeschaute Begriff; indem dieser sich selbst erfaßt, hebt er seine Zeitform auf, begreift das Anschauen und ist begriffenes und begreifendes Anschauen. – Die Zeit erscheint daher als das Schicksal und die Notwendigkeit des Geistes, [584] der nicht in sich vollendet ist, – die Notwendigkeit, den Anteil, den das Selbstbewußtsein an dem Bewußtsein hat, zu bereichern, die Unmittelbarkeit des Ansich – die Form, in der die Substanz im Bewußtsein ist – in Bewegung zu setzen oder umgekehrt, das Ansich als das Innerliche genommen, das, was erst innerlich ist, zu realisieren und zu offenbaren, d.h. es der Gewißheit seiner selbst zu vindizieren.
Conversaciones en Valencia
[3.3. El concepto que no se sabe como concepto; el concepto que se sabe como concepto; la mediación del tiempo; espíritu y tiempo]
[801]1Epígrafe: 3.3. El concepto que no se sabe como concepto; el concepto que se sabe como concepto; la mediación del tiempo; espíritu y tiempo. Pues bien, en la realidad la sustancia sabiente está ahí ya antes que la forma [Form] de ella o que la «figura conceptual» [Begriffsgestalt] de ella [está ahí ya antes que la forma o que la figura de concepto que esa sustancia sabiente pueda cobrar]. Pues la sustancia es el en-sí todavía no desarrollado, o es el fundamento y el concepto en su simplicidad inmóvil [no movida o no se-moviente], es decir, es la interioridad o el self del espíritu, que todavía no está ahí, es decir, que todavía no se ha dado existencia. Lo que está ahí lo está como algo simple inmediato, todavía no desarrollado, o lo está como objeto de la conciencia representativa en general. El conocimiento, precisamente porque el conocimiento es conciencia espiritual para la que aquello-que-es sólo es en la medida en que es ser para el self y ser del self o concepto, el conocimiento, digo, empieza teniendo primero por esta razón un contenido sólo pobre, frente al cual la sustancia y la conciencia de la sustancia son más ricas. La patencia [el volverse manifiesta, el amanecerse o salirse a la luz] que la sustancia cobra en ese conocimiento, es en realidad ocultación [es en realidad un quedar oculta], pues la sustancia todavía es ser [Seyn] carente de self, y patente o manifiesta sólo se es [sólo lo es] la certeza de sí mismo. Resulta, por tanto, que de la sustancia sólo pertenecen primero a la autoconciencia [o primero sólo se hacen patentes en la autoconciencia, o sólo se manifiestan primero en la autoconciencia] los momentos abstractos; pero en cuanto estos momentos, consistiendo en los movimientos puros en que consisten, se llevan ellos a sí mismos mucho más adelante su propio desenvolvimiento, en cuanto ello sucede, digo, el conocimiento se enriquece hasta arrancarle o haberle arrancado toda la sustancia a la conciencia, hasta haber chupado en sí [hasta haber absorbido él en sí] la entera estructura de sus esencialidades y (en cuanto este comportamiento negativo respecto a la objetualidad es asimismo positivo, es un poner) hasta haberla engendrado [haber engendrado esa objetualidad] desde sí y con ello haberla reestablecido a la vez de nuevo para la conciencia. En el concepto que se sabe como concepto, los momentos aparecen, pues, antes que el todo lleno y completo, cuyo devenir [o el resultar del cual Todo] es precisamente el movimiento de aquellos momentos. En la conciencia X37X,2Vide infra Algunas aclaraciones X37X. en cambio, el todo, aunque sin entender [aunque no entendido, aunque no traído a concepto, aunque todavía no begriffen], es antes que los momentos X38X.3Vide infra Algunas aclaraciones X38X. — El tiempo es el concepto mismo en su quedar el concepto ahí X39X,4Cada Ahora no es sino como ser-otro del Ahora que fue y del Ahora que será y convirtiéndose en ellos. El Ahora es siempre ser-otro de sí mismo y sólo así es ahora. Véanse nota X12X al cap. I (en 00106) y nota XX7X al cap. IV (en 00169). el tiempo, digo, es el concepto mismo en su quedar el concepto ahí, y en su presentarse [el concepto] a la conciencia como intuición vacía [como un vacío tenerlo a la vista ahí, o tenerlo delante ahí]; por eso, el espíritu aparece necesariamente en el tiempo, y aparece en el tiempo hasta tanto no aprehenda su concepto puro [hasta tanto no se haga con su puro concepto], es decir, hasta que no extinga y anule el tiempo X40X.5Hegel dice que el tiempo es el angeschauter Begriff, el concepto intuido, el concepto en su quedar ahí a la vista; pero implica también que el concepto es asimismo la cancelación de esa su existencia, que el concepto es la cancelación [Aufhebung] del tiempo. Sobre la relación entre tiempo y concepto, tal como la ve Hegel, véase el análisis que de ello hace M. Heidegger en el parágrafo 82 de Ser y tiempo, al que ya me he referido varias veces. El tiempo es el puro self externamente intuido [es decir, en cuanto vísto ahí fuera], no penetrado y entendido por el propio self, el tiempo es el concepto pero sólo intuido [es decir, solamente visto en ese su estar ahí, sin darse aún cobro a sí mismo como concepto]; en cuanto este concepto se aprehende, se penetra y se da alcance a sí mismo [se hace consigo mismo], suprime y supera su forma temporal, se hace concepto del intuir [de ese su verse ahí delante] y es un intuir entendido y un intuir concipiente [begriffenes und begreiffendes Anschauen, es decir, un verse ahí pero entendidamente, es decir, haciéndose concepto de ese verse ahí, dándose entendientemente alcance en ese su verse ahí, y un ver que, por tanto, es él mismo quien se hace concepto de ese su quedar ahí]. — El tiempo aparece, por tanto, como el destino y la necesidad del espíritu mientras éste todavía no se haya consumado en sí, como la necesidad de enriquecer la proporción que la autoconciencia tiene en la conciencia, de poner en movimiento la inmediatez del en sí [es decir, de poner en movimiento la forma en que la sustancia es en la conciencia], o a la inversa: si ponemos el en-sí como lo interior, [el tiempo es] la necesidad de realizar [de convertir en realidad tangible] y de sacar a la luz aquello que empieza siendo interior, es decir, de reinvidicárselo a la certeza de sí mismo [de reclamarlo a la certeza de sí mismo, para que se vuelva verdad y no se quede en-sí].
Algunas aclaraciones
X37X
Tato el serie la autocerteza de la conciencia a ésta su Ser absoluto como «el concepto como concepto» sólo los tenemos desarrollados al final. Es decir, el tenerse la conciencia ahí delante a sí misma en el haber resultado que todo objeto de la conciencia no consiste sino en la conciencia, esto es algo que sólo lo hemos obtenido al final. Pero a la conciencia el todo como objeto, el Todo de la objetualidad, le queda ahí delante desde el principio, por más que aún la conciencia esté lejos de entender que ese objeto no consiste últimamente sino en ella. Pero esto significa para Hegel que desde el principio queda ahí el todo sin entender, unbegriffen. Lo cual significa a su vez: queda ahí delante ese todo de la objetualidad sólo angeschaut, queda a la vista, queda «intuido». Este unbegriffener Begriff (concepto no entendido, no conceptuado), este angeschauter Begriff (concepto que queda ahí a la vista), este quedar ahí a la vista el Todo en lo que se refiere a forma, pero sin haberse dado todavía ese Todo conceptualmente alcance a sí mismo, es para Hegel la intuición pura del tiempo, de la cual depende la intuición pura del espacio. (El problema es que en castellano, el término intuición, «Tengo una intuición», ha llegado a significar algo distinto a lo que está diciendo Hegel. Por eso, traducir augeschauter Begriff por concepto intuido puede simplemente conducir a error].
X38X
En lo que sigue inmediatamente, se produce una rapidísima transición en la argumentación, que hay que tener presente para hacerse adecuadamente cargo de la unidad del hilo argumentativo. Hegel ha dicho que en la conciencia el todo, aunque sin ser entendido, es antes que los momentos. Por tanto, aun para la conciencia más elemental tiene que estar ya ahí delante el todo, el final, el concepto. Y el modo como queda ahí delante el concepto en su inicial abstracción es el tiempo. La negatividad del concepto, que es la del yo, es la negatividad del tiempo que todo lo devora. Aristóteles, San Agustín y Kant ya sabían que el tiempo era pariente muy cercano del yo, y viceversa.
X39X
Cada Ahora no es sino como ser-otro del Ahora que fue y del Ahora que será y convirtiéndose en ellos. El Ahora es siempre ser-otro de sí mismo y sólo así es ahora. Véanse nota X12X al cap. I (en 00106) y nota XX7X al cap. IV (en 00169).
X40X
Hegel dice que el tiempo es el angeschauter Begriff, el concepto intuido, el concepto en su quedar ahí a la vista; pero implica también que el concepto es asimismo la cancelación de esa su existencia, que el concepto es la cancelación [Aufhebung] del tiempo. Sobre la relación entre tiempo y concepto, tal como la ve Hegel, véase el análisis que de ello hace M. Heidegger en el parágrafo 82 de Ser y tiempo, al que ya me he referido varias veces.
Conversaciones en Madrid
[801] Ahora bien, en la realidad efectiva, la substancia que sabe existe ahí antes que su forma o su figura conceptual. Pues la substancia es lo en-sí todavía sin desarrollar, o el fundamento y concepto dentro de su simplicidad aún inmota, esto es, la interioridad o el sí-mismo del espíritu que todavía no existe ahí. Lo que existe ahí está como lo simple o inmediato todavía sin desarrollar, o como objeto de la conciencia representadora en general. El conocer —puesto que es la conciencia espiritual, a cuyos ojos lo que es en sí sólo es en la medida en que es ser para el sí-mismo, y ser del sí-mismo o concepto— no tiene, de primeras, por esta razón, más que un objeto pobre, frente al cual la substancia y su conciencia son más ricas. La patencia manifiesta que la substancia tiene en esta conciencia es, de hecho, un ocultamiento, pues ella es el ser que todavía no tiene sí-mismo, y es patente y manifiesto que, a sí misma, se es sólo la certeza de sí misma. Es por eso que, de primeras, a la autoconciencia sólo le pertenecen, de la substancia, los momentos abstractos; pero en tanto que éstos, como movimientos puros que son, se impulsan a sí mismos más y más, la autoconciencia se enriquece hasta haber arrancado toda la substancia a la conciencia, haber absorbido dentro de sí todo el edificio de esencialidades de la substancia, y —toda vez que este comportamiento negativo respecto a la objetualidad es igualmente un comportamiento positivo, un poner—, haber engendrado la substancia desde sí y, con ello, a la vez, haberla restituido para la conciencia. Dentro del concepto que se sabe como concepto, por tanto, los momentos entran en escena antes que el todo cumplido y lleno, cuyo llegar a ser es el movimiento de esos momentos. Dentro de la conciencia, en cambio, el todo es antes que los momentos, pero sin concebir. — El tiempo es el concepto mismo que existe ahí y que, a los ojos de la conciencia, se representa como intuición vacía X*X;6Cf. Kant, KrV. por eso, el espíritu aparece necesariamente en el tiempo, y aparece en el tiempo mientras no atrape su concepto puro, esto es, mientras no borre el tiempo. Éste es el sí-mismo puro externo, intuido, y no atrapado por el sí-mismo, es el concepto solamente intuido; éste último, en tanto que se atrapa a sí mismo, cancela y asume su forma temporal, concibe el intuir y es intuir concebido y concipiente. — De ahí que el tiempo aparezca como el destino y la necesidad del espíritu que no está acabado y completo dentro de sí: la necesidad de enriquecer la parte que la autoconciencia tiene en la conciencia, de poner en movimiento la inmediatez de lo en-sí, la forma en la que la substancia está dentro de la conciencia, o a la inversa, si se toma lo en-sí como lo interior, la necesidad de realizar y revelar lo que primero es sólo interior: esto es, de reivindicárselo a la certeza de sí mismo.
Algunas aclaraciones
X*X = Cf. Kant, KrV.
Conversations in Washington
[801] [801]7We kept the numeration given by the editor in the printed edition Now, in actuality the substance that is knowing is there earlier than the form, or the conceptual shape8Begriffsgestalt of the substance that is knowing. For the substance is the still undeveloped in-itself, or the ground and concept in its still unmoved simplicity, and it is therefore the inwardness, or the self of spirit which is not yet there.9noch nicht da ist What is there is the still undeveloped simple and immediate, that is, the object of representational thinking consciousness per se. Cognizing, because it is spiritual consciousness, is that to which what is in itself is only to the extent that it is as being for the self and being of the self, or is concept. For this reason cognizing initially has only a meager object in contrast to which the substance and the consciousness of this substance are richer. The revealedness which the substance has in this consciousness is in fact concealment, for the substance is the still self-less being, and what is revealed is, to it, only the certainty of itself. Hence, initially it is only the abstract moments which belong to substance’s self-consciousness. However, while as pure movements these moments impel themselves forward, self-consciousness enriches itself until it has wrested the entire substance from consciousness and has absorbed into itself the entire structure of the substance’s essentialities, and – while this negative conduct towards objectivity is equally positive, is a positing – it has created these elements from out of itself and has thereby at the same time produced them for consciousness. In the concept which knows itself as the concept, the moments thereby come on the scene prior to the fulfilled whole, whose coming-to-be is the movement of those moments. In contrast, in consciousness the whole is prior to the moments, but not as conceptually comprehended.10unbegriffne – Time is the concept itself that is there and is represented to consciousness as empty intuition. Consequently, spirit necessarily appears in time, and it appears in time as long as it does not grasp its pure concept, which is to say, as long as it does not erase time. Time is the pure self externally intuited by the self but not grasped by the self; it is only the intuited concept. As this concept grasps itself, it sublates its temporal form, conceptually comprehends the intuiting, and is conceptually comprehended and conceptually comprehending intuiting.11begriffnes und begreifendes Anschauen – Time thus appears as the destiny and necessity of the spirit that is not yet completed within itself. – It appears as the necessity to enrich the participation self-consciousness has in consciousness and to set into motion the immediacy of the in-itself – the form in which the substance is in consciousness – or, conversely, if the in-itself is taken as inwardness, it is to realize and to reveal what is at first inward, or vindicate it for spirit’s certainty of itself.
Conversaciones en el Atrium
EN CONSTRVCCION
EN CONSTRVCCION