Gespräche in der Dämmerung 00779

Parte de:

C. (CC.) La religión [C. (CC.) Die Religion] / Cap. VII: La religión [VII. Die Religion] / C. La religión revelada [C. Die offenbare Religion]

 

[El extrañamiento superado por el lado de la esencia, la muerte del Dios-hombre; lo universal del espíritu o la resurrección como espíritu la autoconciencia universal o comunidad; resumen de lo dicho; el bien y el mal, cómo son lo mismo y cómo no son lo mismo; el problema de la teodicea: la reconciliación de Dios con el mal; el cese de la conciencia representativa en el medio aún de la representación, o de cómo la representación se vuelve espiritual, o retorno de la representación a la autoconciencia]

Gespräche in Jena

[779] Die Auflösung dieses Gegensatzes geschieht nicht sowohl durch den Kampf der beiden, die als getrennte und selbständige Wesen vorgestellt sind. In ihrer Selbständigkeit liegt es, daß an sich, durch seinen Begriff, jedes an ihm selbst sich auflösen muß; der Kampf fällt erst dahin, wo beide aufhören, diese Vermischungen des Gedankens und des selbständigen Daseins zu sein, und wo sie nur als Gedanken einander gegenüberstehen. Denn alsdann sind sie als bestimmte Begriffe wesentlich nur in der entgegengesetzten Beziehung; als selbständige hingegen haben sie außer der Entgegensetzung ihre Wesentlichkeit; ihre Bewegung ist also die freie und eigene ihrer selbst. Wie also die Bewegung beider die Bewegung an sich ist, weil sie an ihnen selbst zu betrachten ist, so fängt sie auch dasjenige von beiden an, welches als das Ansichseiende gegen das andere bestimmt ist. Es wird dies als ein freiwilliges Tun vorgestellt; aber die Notwendigkeit seiner Entäußerung liegt in dem Begriffe, daß das Ansichseiende, welches nur im Gegensatze so bestimmt ist, eben darum nicht wahrhaftes Bestehen hat; – dasjenige also, dem nicht das Fürsichsein, sondern das Einfache als das Wesen gilt, ist es, das sich selbst entäußert, in den Tod geht und dadurch das absolute Wesen mit sich selbst versöhnt. Denn in dieser Bewegung stellt es sich als Geist dar; das abstrakte Wesen ist sich entfremdet, es hat natürliches Dasein und selbstische Wirklichkeit; dies sein Anderssein oder seine sinnliche [565] Gegenwart wird durch das zweite Anderswerden zurückgenommen und als aufgehobene, als allgemeine gesetzt; dadurch ist das Wesen in ihr sich selbst geworden; das unmittelbare Dasein der Wirklichkeit hat aufgehört, ein ihm fremdes oder äußerliches zu sein, indem es aufgehobenes, allgemeines ist; dieser Tod ist daher sein Erstehen als Geist.

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Conversaciones en Valencia

[El extrañamiento superado por el lado de la esencia, la muerte del Dios-hombre; lo universal del espíritu o la resurrección como espíritu la autoconciencia universal o comunidad; resumen de lo dicho; el bien y el mal, cómo son lo mismo y cómo no son lo mismo; el problema de la teodicea: la reconciliación de Dios con el mal; el cese de la conciencia representativa en el medio aún de la representación, o de cómo la representación se vuelve espiritual, o retorno de la representación a la autoconciencia]1Esto último es una forma de expresarse que el autor va a emplear en el cap. VIII, al hablar de la Aufhebung de la forma de la objetualidad.

[779]2Epígrafe: El extrañamiento superado por el lado de la esencia, la muerte del Dios-hombre; lo universal del espíritu o la resurrección como espíritu la autoconciencia universal o comunidad; resumen de lo dicho; el bien y el mal, cómo son lo mismo y cómo no son lo mismo; el problema de la teodicea: la reconciliación de Dios con el mal; el cese de la conciencia representativa en el medio aún de la representación, o de cómo la representación se vuelve espiritual, o retorno de la representación a la autoconciencia. X167X3Nota al epígrafe: Esto último es una forma de expresarse que el autor va a emplear en el cap. VIII, al hablar de la Aufhebung de la forma de la objetualidad. La disolución de esta contraposición no sucede tanto por la lucha de ambos [de la esencia divina y del ser-para-sí], que vienen representadas como esencias separadas y autónomas [o como seres separados y autónomos como dos cosas distintas] [pues nos seguimos moviendo en el terreno de la representación], sino que en su autonomía radica el que, en sí, es decir, por su propio concepto, cada uno de ellos [cada uno de ambos momentos] tenga que disolverse en él mismo X168X.4La disolución no viene por cómo se representan o cómo quedan las cosas en la representación, sino por el movimiento del concepto de ellas, que las deshace como lo que son, como momentos. Su lucha, cuando propiamente desaparece es cuando ambos cesan de ser esa mezcla de pensamiento [Gedanke] y existencia autónoma, y [cuando ambos, la esencia y el para-sí] quedan uno frente al otro sólo como pensamientos. Pues entonces, en cuanto conceptos determinados, sólo lo son en la relación de contraposición que guardan entre sí; en cambio, en cuanto autónomos [en cuanto sosteniéndose en sí mismos, en cuanto existencias autónomas, que es como están en la representación], tienen su esencialidad [su ser] fuera de esa contraposición; su movimiento es, por ende, el movimiento libre y el movimiento propio de ellos mismos. Y, por tanto, como ese movimiento de ambos es movimiento en sí, porque ese movimiento ha de considerarse en ellos mismos [es decir, como conceptualmente no hay más remedio que considerarlos en movimiento], resulta que [en la representación, en que se los supone como existencias autónomas] ese movimiento también lo inicia aquel de ambos que, frente al otro, viene determinado como lo siendo-en-sí [como lo que es en sí] respecto al otro. Y tal cosa queda representada como un hacer voluntario [de Dios Padre]; pero la necesidad de su extrañamiento [es conceptual, es decir,] radica en el concepto de que lo que es en sí, que [como hemos dicho] no está definido sino por contraposición X169X,5Es otra manera de formular el mismo motivo del diálogo Parménides de Platón, al que el autor se viene insistentemente refiriendo. precisamente por eso no tiene verdadera consistencia, es decir, no se sostiene ahí él solo; por tanto, es aquello o es aquel para quien la esencia no es el ser-para-sí, sino lo simple [es decir, es aquello que no considera esencia al ser-para-sí sino que considera esencia a lo simple, o que, siendo para sí, lo es en contraposición con la esencia, con lo cual ésta es lo importante y esencial y el ser-para-sí es lo inesencial], es eso, digo, lo que se extraña o quien se extraña a sí mismo, quien va a la muerte y por medio de ello reconcilia al ser absoluto consigo mismo [estamos, pues, en el sacrificio de la cruz] [lo reconcilia respecto de la disociación consigo mismo que el ser-para-sí representa en contraposición con lo simple]. Pues en este movimiento ello [es decir, lo que es en sí] se presenta como espíritu [es decir, es en este movimiento como el En-sí se expone a sí mismo como espíritu, como no siendo sino él mismo en lo otro]; el ser [Wesen] abstracto se ha extrañado, es decir, ha cobrado existencia natural y realidad dotada de self; y este su ser-otro y esta su presencia sensible [el haberse hecho Dios hombre] es lo que es vuelto a recoger o retirar o quitar por el segundo devenir-otro [el extrañamiento del hombre-Dios en su muerte], y queda puesto como suprimido y superado, es decir, queda puesto como universal [queda suprimido y superado su carácter de Einzelnheit]; y es así como la esencia en ese su movimiento se ha vuelto sí-misma [se ha vuelto self]; y es [también] así como la existencia inmediata de la realidad ha cesado de ser extraña y externa a la esencia, en cuanto esa realidad es universal X170X;6El En-sí, la esencia, se ha vuelto Para-sí, y el Para-sí, muriendo, se ha vuelto En-si, se ha vuelto esencia, se ha vuelto universal. esa muerte es, por tanto, la resurrección como espíritu [es decir, la resurrección de esa extrañada esencia como espíritu] X171X.7Es la interpretación que da Hegel del dogma cristiano de la resurrección.

Algunas aclaraciones

X167X = Esto último es una forma de expresarse que el autor va a emplear en el cap. VIII, al hablar de la Aufhebung de la forma de la objetualidad.

X168X = La disolución no viene por cómo se representan o cómo quedan las cosas en la representación, sino por el movimiento del concepto de ellas, que las deshace como lo que son, como momentos.

X169X = Es otra manera de formular el mismo motivo del diálogo Parménides de Platón, al que el autor se viene insistentemente refiriendo.

X170X = El En-sí, la esencia, se ha vuelto Para-sí, y el Para-sí, muriendo, se ha vuelto En-si, se ha vuelto esencia, se ha vuelto universal.

X171X = Es la interpretación que da Hegel del dogma cristiano de la resurrección.

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Conversaciones en Madrid

[779] La disolución de esta oposición no ocurre tanto por la lucha de ambos, que están representados como esencias separadas y autónomas. Está en su autonomía el que en sí, por su concepto, cada uno tenga que disolverse en la oposición misma; de primeras, la lucha sólo tiene lugar allí donde ambos cesan de ser estas amalgamas de pensamiento y de existencia autónoma, y se enfrentan mutuamente sólo en cuanto pensamientos. Pues, entonces, en cuanto conceptos determinados, son esenciales sólo dentro de la referencia de contraposición; mientras que, en cuanto autónomos, tienen su carácter de esenciales fuera de la contraposición; con lo que su movimiento es el movimiento libre y propio de ellos mismos. E igual que el movimiento de ambos es el movimiento en sí porque hay que examinarlo en ellos mismos, así, también, lo que empieza el movimiento es aquello de ambos que está determinado como lo-que-es-en-sí frente a lo otro. Esto se representa como una actividad libre y voluntaria; pero la necesidad de su exteriorización reside en el concepto de que lo-que-es-en-sí, que sólo está determinado en la oposición, precisamente por eso no tiene verdadera consistencia; aquello, pues, que le otorga vigencia no al ser-para-sí, sino a lo simple en cuanto la esencia, es lo que se despoja de sí mismo y se exterioriza, se encamina a la muerte y, por medio de ello, reconcilia a la esencia absoluta consigo misma. Pues en este movimiento se presenta como espíritu; la esencia abstracta se ha hecho extraña a sí, tiene existencia natural y una realidad efectiva con carácter de sí-mismo; este su ser-otro, o su presencia sensible, son retomados por el segundo hacerse-otro, y quedan puestos como cancelados y asumidos, como universales; con ello, en este movimiento, la esencia ha llegado a serse ella misma, la existencia inmediata de la realidad efectiva ha dejado de serie una existencia extraña o exterior, en tanto que es existencia cancelada y asumida, universal; por eso, esta muerte es su resurrección como espíritu.

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Conversations in Washington

[779] [779]8We kept the numeration given by the editor in the printed edition The dissolution of this opposition does not so much take place through the struggle between the two moments, which are represented as separate and self-sufficient essences. What lies in their self-sufficiency is that in itself each must in its own self, through its concept, dissolve itself. The struggle initially begins where both cease to be this mixture of thought and self-sufficient existence and where they confront each other only as thoughts, for, as determinate concepts, they essentially are only in that oppositional relation. In contrast, as self-sufficient concepts, they have their essentiality outside of their opposition; their movement is therefore free movement, which belongs properly to themselves. Just as the movement of both is therefore the movement in itself because the movement of both is to be observed in them, so it is that the movement also begins in the one which is determined as existing-in-itself in contrast to the other. This is represented as an act of free will; but the necessity for its self-relinquishing lies in the concept, namely, that what exists-in-itself, which has that determination only in opposition, has for that very reason no truly stable existence. – Therefore, it is the one to which what validly counts as the essence is not being-for-itself but the simple itself; and this is the one that relinquishes itself of itself, goes to its death, and as a result reconciles the absolute essence with itself, for in this movement it exhibits itself as spirit. The abstract essence is self-alienated, it has natural existence and self-like actuality. This, its otherness, or its sensuous presence, is taken back again by the second coming-to-be-other, and it is posited as sublated, as universal. As a result, the essence has in that sensuous presence come to be itself. The immediate existence of actuality has thus ceased to be alien, or external, to that essence, as it is what is sublated, or what is universal. Thus, this death is its resurrection as spirit.

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Conversaciones en el Atrium

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