Gespräche in der Dämmerung 00750
Parte de:
C. (CC.) La religión [C. (CC.) Die Religion] / Cap. VII: La religión [VII. Die Religion] / C. La religión revelada [C. Die offenbare Religion]
[A qué figura del espíritu pertenece la religión revelada, o a la inversa: qué figura del espíritu real hace el enunciado «El self es el ser absoluto»; persona jurídica, y conciencia de la completud perdida; de nuevo la conciencia desgraciada; tragedia de lo ético y divina comedia]
Tabla de contenidos
Gespräche in Jena
[750] Die Religion der Kunst gehört dem sittlichen Geiste an, den wir früher in dem Rechtszustande untergehen sahen, d.h. in dem Satze: das Selbst als solches, die abstrakte Person ist absolutes Wesen. Im sittlichen Leben ist das Selbst in dem Geiste seines Volks versenkt, es ist die erfüllte Allgemeinheit. Die einfache Einzelheit aber erhebt sich aus diesem Inhalte, und ihr Leichtsinn reinigt sie zur Person, zur abstrakten Allgemeinheit des Rechts. In dieser ist die Realität des sittlichen Geistes verloren, die inhaltsleeren Geister der Völkerindividuen sind in ein Pantheon versammelt, nicht in ein Pantheon der Vorstellung, deren ohnmächtige Form jeden gewähren läßt, sondern in das Pantheon der abstrakten Allgemeinheit, des reinen Gedankens, der sie entleibt und dem geistlosen Selbst, der einzelnen Person, das Anundfürsichsein erteilt.
Conversaciones en Valencia
[A qué figura del espíritu pertenece la religión revelada, o a la inversa: qué figura del espíritu real hace el enunciado «El self es el ser absoluto»; persona jurídica, y conciencia de la completud perdida; de nuevo la conciencia desgraciada; tragedia de lo ético y divina comedia]
[750]1Epígrafe: A qué figura del espíritu pertenece la religión revelada, o a la inversa: qué figura del espíritu real hace el enunciado «El self es el ser absoluto»; persona jurídica, y conciencia de la completud perdida; de nuevo la conciencia desgraciada; tragedia de lo ético y divina comedia. La religión del arte pertenece al espíritu ético que más arriba vimos irse a pique en el Estado de derecho [cfr. cap. VI, A, c (id est 00476 et seqq.)], es decir, que vimos irse a pique en [o con] el enunciado o proposición: el self como tal, la persona abstracta, es esencia absoluta [o Ser absoluto]. En la vida ética el self está sumido en el espíritu de su pueblo, está embebido y sumergido en él, el self es la universalidad llena X111X.2Esta frase debe entenderse de la siguiente forma. Primero, el self, en su quedar más allá de toda particularidad es universalidad. Y segundo, esa universalidad, en su estar rezumada en la sustancia, es universalidad llena. Pero la individualidad simple se eleva [acaba elevándose] por encima de este contenido levantando cabeza a partir de él, y su ligereza [la ligereza de esa individualidad simple, su Leichtsinn que parece resultar de haberse vaciado el self de aquella hartura] se purifica y convierte en persona [Person], o [se convierte] en la persona, es decir, en la universalidad abstracta del derecho X112X.3Y una vez que la universalidad abstracta de la persona y de la libertas se convierten en un principio para la existencia moderna, ello decide también para Hegel sobre las nostalgias de la contemporánea religión del arte. En esta universalidad abstracta del derecho se pierde la realidad, tangibilidad y carácter «material» [Realität] del espíritu ético, y los individuos que son los espíritus de los pueblos, carentes ahora de contenido, quedan reunidos en un panteón X113X,4Vide infra Algunas aclaraciones X113X.4 pero no en el panteón de la representación [referencia a la épica griega], cuya forma, al carecer ella de por sí de poder, deja a cada uno de sus dioses libre para hacer lo que quiera, sino en el panteón de la universalidad abstracta [bien poderosa, por cierto], del pensamiento puro que los priva de cuerpo y que al self carente de espíritu, a la persona particular, le confiere el ser-en-y-para-sí. Esta frase debe entenderse de la siguiente forma. Primero, el self, en su quedar más allá de toda particularidad es universalidad. Y segundo, esa universalidad, en su estar rezumada en la sustancia, es universalidad llena. Y una vez que la universalidad abstracta de la persona y de la libertas se convierten en un principio para la existencia moderna, ello decide también para Hegel sobre las nostalgias de la contemporánea religión del arte. [750] La religión del arte pertenece al espíritu ético, al que antes vimos hundirse en el estado jurídico, esto es, en la proposición: El sí-mismo en cuanto tal, la persona abstracta, es esencia absoluta. En la vida ética, el sí-mismo está sumergido en el espíritu de su pueblo, es la universalidad cumplida y plena. Pero esta singularidad simple se eleva a partir de este contenido, y su ligereza se limpia para hacerse persona, universalidad abstracta del derecho. Dentro de ésta, la realidad del espíritu ético se ha perdido, los espíritus, vacíos de contenido, de los individuos-pueblos se hallan congregados en un único panteón, no en un panteón de la representación, cuya forma impotente deja hacer a cualquiera, sino en el panteón de la universalidad abstracta X*X,5El primero es el panteón homérico, el segundo, el del «estado jurídico» romano. del pensamiento puro que les arranca el cuerpo y que le concede el ser-en-y-para-sí al sí-mismo sin espíritu, a la persona individual.
Algunas aclaraciones
X111X
X112X
X113X
Alusión al Panteón romano como figura de la negatividad de la libertad subjetiva moderna, que el derecho romano introduce y la modernidad convierte en principio del derecho; referencia, pues, a Roma y al derecho romano como origen de la abstracción moderna de la persona del Estado de derecho, el cual, pese a desempeñar un papel decisivo en estas consideraciones de Hegel, no queda en general puesto a ninguna buena luz. Pese a que Hegel es el pensador de la razón subjetiva moderna en el carácter de referencia última que ésta tiene para ella misma, se diría que no le gustan algunos momentos de vacua abstracción de esa razón, que, sin embargo, Hegel insiste siempre en considerar absolutamente esenciales. En lenguaje religioso podríamos también decir que Hegel siente cierto desasosiego ante lo terrible y también ante el carácter de «desierto del sentido» que la presencia del Absoluto moderno parece comportar.
Conversaciones en Madrid
Algunas aclaraciones
X*X = El primero es el panteón homérico, el segundo, el del «estado jurídico» romano.
Conversations in Washington
[750] [750]6We kept the numeration given by the editor in the printed edition The art-religion belongs to the ethical spirit, which we saw earlier come to an end in the state of legality, i.e., in the proposition: The self as such, the abstract person, is absolute essence. In ethical life, the self is immersed in the spirit of its people; it is universality filled out. However, simple singular individuality elevates itself out of this content, and its levity refines it into a person, into the abstract universality of law. In the latter, the reality of the ethical spirit is lost, and the contentless spirits of individual peoples are collected together into one pantheon, not into a pantheon of representational thought, whose powerless form lets each do as it likes, but rather into the pantheon of abstract universality, of pure thought, which takes their lives and confers on the spiritless self, on the singular person, being-in-and-for-itself.
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