Gespräche in der Dämmerung 00749
Parte de:
C. (CC.) La religión [C. (CC.) Die Religion] / Cap. VII: La religión [VII. Die Religion] / C. La religión revelada [C. Die offenbare Religion]
[Sujeto y predicado]
Tabla de contenidos
Gespräche in Jena
[749] Dieser Satz: das Selbst ist das absolute Wesen, gehört, wie von selbst erhellt, dem nichtreligiösen, dem wirklichen Geiste an, und es ist sich zu erinnern, welches die Gestalt desselben ist, die ihn ausdrückt. Sie wird zugleich die Bewegung und die Umkehrung desselben enthalten, welche das Selbst zum Prädikate herunterstimmt und die Substanz zum Subjekte erhebt. So nämlich, daß der umgekehrte Satz nicht an sich oder für uns die Substanz zum Subjekte macht oder, was dasselbe ist, die Substanz so wiederherstellt, daß das Bewußtsein des Geistes zu seinem Anfange, der natürlichen Religion, zurückgeführt wird, sondern so, daß diese Umkehrung für und durch das Selbstbewußtsein selbst zustande gebracht wird. Indem dieses sich mit Bewußtsein aufgibt, so wird es in seiner Entäußerung erhalten und bleibt das Subjekt der Substanz, aber als sich eben so entäußertes hat es [545] zugleich das Bewußtsein derselben; oder indem es durch seine Aufopferung die Substanz als Subjekt hervorbringt, bleibt dieses sein eigenes Selbst. Es wird hierdurch erreicht, daß, wenn in den beiden Sätzen, in dem ersten der Substantialität das Subjekt nur verschwindet und in dem zweiten die Substanz nur Prädikat ist und beide Seiten also in jedem mit der entgegengesetzten Ungleichheit des Wertes vorhanden sind, – daß die Vereinigung und Durchdringung beider Naturen hervorgeht, in der beide mit gleichem Werte ebenso wesentlich als auch nur Momente sind; hierdurch ist also der Geist ebenso Bewußtsein seiner als seiner gegenständlichen Substanz wie einfaches, in sich bleibendes Selbstbewußtsein.
Conversaciones en Valencia
[749] Este enunciado: el self es el ser absoluto [das absolute Wesen] pertenece, como es obvio, al espíritu no religioso, al espíritu real, y conviene recordar cuál es la Gestalt del espíritu real que hace este enunciado. Pues esa forma [Gestalt] contendrá a la vez el movimiento y la inversión de ese enunciado X107X,1Vide infra Algunas aclaraciones X107X. por los que el self quedará rebajado de tono y reducido a predicado, y la sustancia quedará elevada a sujeto [es decir, el self devenido sujeto acabará revelándose últimamente como predicado, esto es, resultará que, si el self es el ser absoluto, entonces es que el Ser absoluto se ha vuelto self]. Pero ello de manera que el enunciado inverso [«El ser absoluto es self»] no convierta a la sustancia en sujeto en sí o en sujeto para nosotros, o lo que es lo mismo: no restablezca [no reentronice, no restaure] a la sustancia de suerte que la conciencia del espíritu se vea de nuevo devuelta a sus orígenes, es decir, a la religión natural, sino de manera que esa inversión se produzca para la autoconciencia misma y mediante la autoconciencia misma X108X.2Vide infra Algunas aclaraciones X108X. En cuanto esa autoconciencia se deje a sí misma con conciencia [es decir, en cuanto esa autoconciencia haga dejación de sí con conciencia, se convierta con conciencia en predicado], resultará que ella se conservará a sí misma en ese su extrañamiento [en ese extrañamiento que hace de sí] y seguirá siendo el sujeto de la sustancia [la cual será, pues, predicado], pero (en cuanto siéndose asimismo extrañada) esa autoconciencia tendrá a la vez la conciencia de esa sustancia; o lo que es lo mismo: en cuanto mediante su propio sacrificio la autoconciencia promueva o suscite a la sustancia como sujeto, ese sujeto seguirá siendo o sigue siendo su propio self [el propio self de la autoconciencia] [en definitiva será el self el sujeto], [o lo que es igual: la sustancia promovida a sujeto por el self se sacrificará poniéndose como predicado] X109X.3Vide infra Algunas aclaraciones X109X. Y mediante ello se consigue que si [primera condición] (considerando ambos enunciados) en el primer enunciado, es decir, en el enunciado de la sustancialidad, el sujeto no hace sino desaparecer [el enunciado «El ser absoluto es self» implica al self como un predicado desapareciente que se rezuma en la sustancia], y si [segunda condición] en el segundo enunciado la sustancia resulta ser sólo predicado [en el enunciado «El self es el ser absoluto», la sustancia no aparece sino como el predicado], y si, por tanto, [tercera condición] ambos lados están presentes en cada uno de esos dos enunciados con contrapuesta desigualdad de signo o de valor, mediante ello se consigue, digo, [conclusión o consecuencia] que se produzca, o salga, o resulte, o se origine la unión y compenetración de ambas naturalezas, una unión y compenetración en la que ambas (ahora con igualdad de signo o de valor) tanto resulten ser esenciales, como resulten también ser meros momentos; y por medio de ello resulta, pues, que el espíritu es tanto conciencia de sí y de su sustancia objetiva [es decir, se tiene él delante como ser absoluto], como autoconciencia simple que permanece en sí misma [que no consiste sino en ese su permanecer cabe sí] X110X.4Así el espíritu es tanto conciencia de algo, conciencia de lo Absoluto, como pura autoconciencia; o es la comunidad de fe de la religión revelada que sabe que el Ser absoluto está en medio de ella, y que ella es, por tanto, la aspiración de éste a sí mismo, o que eso, por tanto, no es sino ella.
Algunas aclaraciones
X107X
¿Por qué? Porque esa forma, al quedarse ella para sí ahí delante en su carácter de absoluta, esto es, en su Ser absoluto, tendrá que decir: «El ser absoluto es self», «Ese Ser absoluto que ahí está, es yo, es self; con lo cual habrá invertido el enunciado inicial («El self es el ser absoluto»). Sabiendo bien cuál es la estructura del «espíritu real» que hace ese enunciado, entenderemos cómo se produce esa inversión. La religión es la conciencia del Ser absoluto. Pues bien, también respecto a las figuras del espíritu a las que hemos estado dando vueltas sobre todo en el cap. VI, C, es decir, también respecto a aquellas figuras para las que resultaba que el self es el Ser absoluto, va a resultar (de forma radical y consecuente) que también el Ser absoluto se hace por su parte self, es decir, que el el Ser absoluto es self, que el self se vuelve, por tanto, predicado.
X108X
Pese a resultar un tanto borrosa por quedar introducida en forma de consideraciones sobre un determinado enunciado especulativo («El self es el ser absoluto»), la idea es que el self es el Ser absoluto, que el self es un ser que infinitamente se excede a sí mismo, que la libertad moderna no es, por tanto, sino accidente de sí misma, porque precisamente el Ser absoluto se ha convertido en self («El Ser absoluto es self»). O dicho en otros términos: el pensamiento se descubre como pensamiento de una sustancia que no es sino el pensamiento mismo, esto es, la autoconciencia se descubre como la revelación de un Dios que enigmáticamente se da revelándose, pues Dios no puede ser sino tal darse y autorrevelarse. O de otro modo: el self no se descubre como lo absoluto e incondicionado si no es a la vez descubriéndose como lo infinitamente extraño a sí en su serse manifiesto, en su consistir en forma de la universalidad, que se tiene ella a si misma por contenido. El self no es sujeto del predicado que es el Ser absoluto, es decir, el self no tiene el Ser absoluto por predicado si no es a condición del ser él el predicado de ese ser absoluto que es él. Ésta es, por de pronto, la «religión revelada» de Hegel frente a la «religión del arte» de las Cartas sobre la educación estética del hombre o de «Los dioses de Grecia» de Schiller.
X109X
La idea subyacente en todas estas consideraciones es que no se puede poner el primer enunciado «El self es ser absoluto» sin que experimente una inversión y se convierta en el enunciado «El ser absoluto es self». Y viceversa, si es la autoconciencia la que, entendiendo lo absoluto e incondicionado como self, dice: «El Ser absoluto es self: es que el Ser absoluto se ha sacrificado a sí mismo resultando de ese sacrificio que «El self es el Ser absoluto». O dicho de otra manera: para Hegel el self no puede ser el ser absoluto, sino que el self es la negación del ser absoluto. De modo que si el self no tiene más remedio que ponerse como absoluto, es decir, si el self no tiene más remedio que ponerse como Ser absoluto, es que el Ser absoluto se ha sacrificado a sí mismo haciéndose self. El que el self sea el absoluto implica que el Ser absoluto mismo se hace hombre. Todo esto está incluido en las representaciones de la religión cristiana, de la religión revelada. Dicho aún de otro modo: el que, conforme al presente contexto, el self no pueda ser Ser absoluto sino porque el Ser absoluto se ha convertido en self no puede significar sino que, en el movimiento que se refleja tanto en el juicio inicial como en su inversión, ambos (self y Ser absoluto) son «tanto esenciales como meros momentos».
X110X
Así el espíritu es tanto conciencia de algo, conciencia de lo Absoluto, como pura autoconciencia; o es la comunidad de fe de la religión revelada que sabe que el Ser absoluto está en medio de ella, y que ella es, por tanto, la aspiración de éste a sí mismo, o que eso, por tanto, no es sino ella.
Conversaciones en Madrid
[749] Esta proposición: el sí-mismo es la esencia absoluta, pertenece, como es evidente por sí mismo, al espíritu no religioso, al efectivamente real, y es menester recordar cuál era la figura del mismo que lo expresaba. Tal figura contendrá, a la vez, el movimiento y la inversión del mismo, movimiento que rebaja de tono al sí-mismo en la escala, hasta el nivel del predicado y eleva la substancia a sujeto. Y lo hace de tal manera que la proposición inversa no hace de la substancia sujeto en sí o para nosotros, o lo que es lo mismo, no restablece la substancia de tal manera que la conciencia del espíritu sea retrotraída a su comienzo, la religión natural, sino de modo que esta inversión se produce por y para la autoconciencia misma. Ésta, al entregarse con conciencia, es conservada en su despojarse, y sigue siendo el sujeto de la substancia, pero en cuanto que se ha despojado de esa manera, tiene a la vez conciencia del despojamiento; o bien, al producir, por su sacrificio, la substancia como sujeto, éste sigue siendo su propio sí-mismo. Lo que así se alcanza —si en ambas proposiciones, en la primera, la de la substancialidad, el sujeto sólo desaparece, y en la segunda, la substancia sólo es predicado, y si ambos lados, entonces, están presentes en cada proposición con la desigualdad de valores contrapuestos— es que de ahí resulta la unificación y compenetración de ambas naturalezas, en la cual ambas, con el mismo valor, son tanto esenciales como sólo momentos; con lo cual, entonces, el espíritu es tanto conciencia de sí en cuanto su substancia objetual como autoconciencia simple que permanece dentro de sí.
Conversations in Washington
[749] [749]5We kept the numeration given by the editor in the printed edition This proposition, “The self is the absolute essence,” belongs, as is evident, to the non-religious, actual spirit, and it must be recalled which shape of the actual spirit expresses it. This shape will contain at the same time the movement and the reversal of that which humbles the self into a predicate and elevates substance into subject, so that the converse statement does not in itself, or for us, make substance into subject, or, what is the same thing, does not restore substance so that the consciousness of spirit is led back to its beginning, or to natural religion. Rather, it is to do so in such a way that this reversal is brought about for and through self-consciousness itself. While this self-consciousness consciously forsakes itself, it is preserved in its self-relinquishing, and it remains the subject of the substance, but, as having relinquished itself, it has at the same time the consciousness of this substance; or while, through its sacrifice, it brings out the substance as subject, this subject remains its own self. The point is thereby reached so that, if, in the first of both propositions the subject only disappears into substantiality – and in the second proposition, the substance is only a predicate, and both aspects are present in each of them with an opposed inequality of value – then the union and permeation of both natures emerges, in which both, with equal value, are likewise essential as well as being only moments. As a result, spirit is thus equally consciousness of itself as its objective substance just as it is simple self-consciousness which endures within itself.
Conversaciones en el Atrium
EN CONSTRVCCION
EN CONSTRVCCION