Gespräche in der Dämmerung 00736
Parte de:
C. (CC.) La religión [C. (CC.) Die Religion] / Cap. VII: La religión [VII. Die Religion] / B. La religión-arte o religión del arte [B. Die Kunstreligion] / c. La obra de arte espiritual [c. Das geistige Kunstwerk]
[La tragedia: contenido]
Tabla de contenidos
Gespräche in Jena
[736] Der Inhalt und die Bewegung des Geistes, der sich hier Gegenstand ist, ist bereits als die Natur und Realisierung der sittlichen Substanz betrachtet worden. In seiner Religion erlangt er das Bewußtsein über sich oder stellt sich seinem Bewußtsein in seiner reineren Form und einfacheren Gestaltung dar. Wenn also die sittliche Substanz sich durch ihren Begriff, ihrem Inhalte nach, in die beiden Mächte entzweite, die als göttliches und menschliches oder unterirdisches und oberes Recht bestimmt wurden – jenes die Familie, dies die Staatsmacht – und deren das erstere der weibliche, das andere der männliche Charakter war, so schränkt sich der vorher vielförmige und in seinen Bestimmungen schwankende Götterkreis auf diese Mächte ein, die durch diese Bestimmung der eigentlichen Individualität genähert sind. Denn die frühere Zerstreuung des Ganzen in die vielfachen und abstrakten Kräfte, die substantiiert erscheinen, ist die Auflösung [536] des Subjekts, das sie nur als Moment in seinem Selbst begreift, und die Individualität ist daher nur die oberflächliche Form jener Wesen. Umgekehrt ist ein weiterer Unterschied der Charaktere als der genannte zur zufälligen und an sich äußerlichen Persönlichkeit zu rechnen.
Conversaciones en Valencia
[La tragedia: contenido]
[736]1Epígrafe: La tragedia: contenido. El contenido y movimiento del espíritu, que se es aquí objeto [el contenido y movimiento del espíritu que en esta figura de la religión se tiene él delante, pues la religión es la conciencia del Ser absoluto], ha sido ya considerado [lo hemos considerado ya] como la naturaleza y realización [en términos de naturaleza y realización] de la sustancia ética [cap. VI, A, a, b]. Y en su religión [la religión es en este punto la obra de arte trágica, pues estamos hablando de la religión del arte], y en su religión; digo, alcanza el espíritu la conciencia sobre sí [la conciencia acerca sí], o lo que es lo mismo: se expone a su conciencia [se presenta o exhibe él ante su conciencia] en su forma más pura y en su configuración más simple. Si, pues, por su concepto la sustancia ética se escindía conforme a su contenido en los dos poderes que en su momento se determinaron [que en su momento determinamos, cap. VI, A, a, b] como derecho divino y derecho humano, o como derecho subterráneo y derecho superior, siendo el primero el de la familia, y el segundo el del poder del Estado, y de los cuales el primero representa o representaba el carácter femenino, y el segundo el carácter masculino, resulta que el círculo de los dioses, antes multiforme y vacilante en sus determinaciones, se nos reduce a estos dos poderes [el que representan el derecho divino y el humano, etc.] que vienen nutridos por esa determinación [lo femenino o lo masculino] de la individualidad [Individualität] propiamente dicha. Pues la anterior dispersión del sujeto en fuerzas múltiples y abstractas [recuérdese lo dicho sobre epos o la épica] que aparecen sustantivadas [que aparecen constituyendo sustancias o convertidas en sustancias, substantiviert] es la disolución del sujeto que [en definitiva] no puede concebirlas sino como momentos en su self [en el self de él, en el self del sujeto, en el self del cantor], y la individualidad [Individualität] sólo es, por tanto, la forma superficial de aquellos seres [y en esos seres la individualidad no es sino una forma superficial]. Ya la inversa, una diferencia de caracteres, que vaya más allá de la mencionada [la de lo femenino o lo masculino como portadores de la ley divina y humana], habrá de reputarse como personalidad contingente y en sí externa.
Conversaciones en Madrid
[736] El contenido y el movimiento del espíritu que se es aquí objeto de sí, lo hemos examinado ya como la naturaleza y realización de la substancia ética. En su religión, alcanza conciencia acerca de de sí, o se presenta a su conciencia en su forma más pura y en su configuración más simple. Así, pues, si la substancia ética, conforme a su contenido, se escindía por su concepto en esos dos poderes que se determinaban como divino y humano, o derecho subterráneo y derecho superior —aquél, la familia, y éste, el poder estatal—, de los que el primero era el carácter femenino y el otro del carácter masculino, entonces el círculo de los dioses, antes X*X2Vide supra 00730. pluriforme y oscilante en sus determinaciones, se restringe ahora a estos poderes que, por esta determinación, se acercan a la individualidad propiamente dicha. Pues la anterior dispersión del todo en fuerzas múltiples y abstractas que aparecían substanciadas es la disolución del sujeto, que las concibe solamente como momentos dentro de su sí-mismo, y por ello, la individualidad es sólo la forma superficial de aquellas esencias. A la inversa, hay que tener en cuenta otra diferencia más de los caracteres, aparte de la mencionada, que hay en la personalidad contingente y en sí exterior.
Algunas aclaraciones
X*X = Vide supra 00730.
Conversations in Washington
[736] [736]3We kept the numeration given by the editor in the printed edition The content and movement of spirit, which is here an object to itself, has been already examined as the nature and realization of the ethical substance. In its religion, spirit attains a consciousness about itself, or it puts itself before its consciousness in its purer form and its simpler figuration. However much therefore the ethical substance, through its concept and according to its content, has estranged itself into two powers, which were determined as divine and human law, or the law of the netherworld and the law of the higher world – the former was that of family, the latter was that of state power – the first was the feminine, the other the masculine character – still the previously multiply formed circle of gods, wherein each wavered in their determinations, limits itself to these powers, which through this determination are brought nearer to genuine individuality. This is so because the previous dispersal of the whole into multiple and abstract forces, which appear substantialized, is the dissolution of the subject that comprehends them only as moments within its own self, and individuality is thus only the superficial form of that essence. Conversely, a further difference of characters than that just mentioned is to be attributed to the contingent and, in itself, external personality.
Conversaciones en el Atrium
EN CONSTRVCCION
EN CONSTRVCCION