Gespräche in der Dämmerung 00727

C. (CC.) Die Religion / C. (CC.) La religión

VII. Die Religion / Capítulo VII: La religión

B. Die Kunstreligion / B. La religión-arte o religión del arte

c. Das geistige Kunstwerk / c. La obra de arte espiritual

 

[El epos]

Gespräche in Jena

[727] [529] Die Volksgeister, die der Gestalt ihres Wesens in einem besonderen Tiere bewußt werden, gehen in einen zusammen; so vereinigen sich die besonderen schönen Volksgeister in ein Pantheon, dessen Element und Behausung die Sprache ist. Die reine Anschauung seiner selbst als allgemeiner Menschlichkeit hat an der Wirklichkeit des Volksgeistes die Form, daß er sich mit den anderen, mit denen er durch die Natur eine Nation ausmacht, zu einer gemeinschaftlichen Unternehmung [529] verbindet und für dieses Werk ein Gesamtvolk und damit einen Gesamthimmel bildet. Diese Allgemeinheit, zu der der Geist in seinem Dasein gelangt, ist jedoch nur diese erste, die von der Individualität des Sittlichen erst ausgeht, ihre Unmittelbarkeit noch nicht überwunden, nicht einen Staat aus diesen Völkerschaften gebildet hat. Die Sittlichkeit des wirklichen Volksgeistes beruht teils auf dem unmittelbaren Vertrauen der Einzelnen zu dem Ganzen ihres Volkes, teils auf dem unmittelbaren Anteil, den alle, des Unterschiedes von Ständen unerachtet, an den Entschlüssen und Handlungen der Regierung nehmen. In der Vereinigung, zunächst nicht zu einer bleibenden Ordnung, sondern nur zu einer gemeinsamen Handlung, ist jene Freiheit des Anteils Aller und jeder einstweilen auf die Seite gestellt. Diese erste Gemeinschaftlichkeit ist daher mehr eine Versammlung der Individualitäten als die Herrschaft des abstrakten Gedankens, der die Einzelnen ihres selbstbewußten Anteils an Willen und Tat des Ganzen berauben würde.

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Conversaciones en Valencia

c. La obra de arte espiritual

[El epos]

[727]1Epígrafe: El epos. Los espíritus de los pueblos, que se vuelven conscientes o se volvían conscientes de la forma de su esencia en un animal particular [cap. VII, A, b], se juntan ahora en uno [en un espíritu]; y así estos bellos espíritus particulares de los pueblos se congregan en un panteón, cuyo elemento y residencia es el lenguaje [o cuyo elemento y morada los constituye el lenguaje] X88X.2El autor se está refiriendo a la épica griega, básicamente a la Ilíada de Homero. El puro tenerse delante a sí mismo [o el puro verse a sí mismo] como humanidad universal cobra en la realidad del espíritu del pueblo la forma [o adopta la forma] de que ese espíritu se une con los demás con los que mediante la naturaleza [o por naturaleza] constituye una nación, se une con los demás, digo, para una empresa común, y para esa obra forma un pueblo global y con ello un cielo global. Esa universalidad a la que llega el espíritu en su existencia es, sin embargo, sólo esa universalidad primera que empieza partiendo de la individualidad [Individualität] de lo ético, que todavía no ha superado la inmediatez, que todavía no ha formado un Estado a partir de tales poblaciones o pueblos. Pues [aquí] la eticidad del espíritu real de un pueblo descansa en parte en la confianza inmediata, directa [es decir, en el estar obviamente y naturalmente en ello], que los individuos tienen en el todo de su pueblo, y en parte en la inmediata participación que todos, con independencia de la diferencia de estamentos, tienen en las decisiones y en las acciones del gobierno. Pero en la asociación [de la que estamos hablando], que, por de pronto, no es para formar un orden estable, sino sólo para una acción común [por ejemplo para exigir que a Menelao le fuese devuelta su esposa Helena raptada por París], se deja a veces de lado aquella libertad que representa la participación de todos y cada uno [en los asuntos públicos] [y así se obliga a Tersites a callarse]. Por tanto, esta primera forma o manera de juntarse es más bien una asamblea de individualidades [de las individualidades que representan los pueblos integrantes], es más bien eso, digo, que el dominio de una idea abstracta que despojase a los individuos de su autoconsciente participación en la voluntad y en la acción del Todo X89X3Me parece que no es tanto que la idea de Estado se está entendiendo por de pronto de forma ajena a la democracia, sino que se la está caracterizando desde el gobierno, desde el poder ejecutivo, como ha sucedido ya en otros pasajes. De todos modos el pasaje podría también entenderse en el sentido indicado, pero me parece que ello ni concordaría con la idea de «voluntad general» introducida en el cap. VI, B, III ni con el concepto de razón comunicativa introducido en el cap. VI, C, c. [esos pueblos siguen siendo las individualidades que son, sin formar un todo].

Algunas aclaraciones

X88X = El autor se está refiriendo a la épica griega, básicamente a la Ilíada de Homero.

X89X = Me parece que no es tanto que la idea de Estado se está entendiendo por de pronto de forma ajena a la democracia, sino que se la está caracterizando desde el gobierno, desde el poder ejecutivo, como ha sucedido ya en otros pasajes. De todos modos el pasaje podría también entenderse en el sentido indicado, pero me parece que ello ni concordaría con la idea de «voluntad general» introducida en el cap. VI, B, III ni con el concepto de razón comunicativa introducido en el cap. VI, C, c.

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Conversaciones en Madrid

c. La obra de arte espiritual

[727] Los espíritus del pueblo que se hacen conscientes de la figura de su esencia en un animal particular convergen en un solo espíritu; así, lo espíritus del pueblo particularmente bellos se unifican en un panteón cuyo elemento y alojamiento es el lenguaje. La contemplación pura de sí mismo como humanidad universal tiene en la realidad efectiva del espíritu del pueblo la forma de que éste se vincula a los otros con los que, por medio de la naturaleza, constituye una nación única, en una empresa común X*X,4Hegel se refiere ahora a la Guerra de Troya, entendida como una obra común de los pueblos griegos. Y con ella, por supuesto, se refiere al epos homérico de la Iliada y la Odisea. Hegel alude también a la forma de organización política de los griegos, asamblea de individualidades en torno a un héroe, pero que no es un Estado todavía, «dominio del pensamiento abstracto». y forma para esta obra un pueblo conjunto con un cielo conjunto. Esta universalidad a la que el espíritu llega en su existencia no es, sin embargo, más que la primera, la que parte, por ahora, sólo de la individualidad de lo ético, y no ha sobrepasado todavía su inmediatez, no ha formado un Estado único a partir de estas poblaciones. La eticidad del espíritu del pueblo realmente efectivo descansa, por un lado, en la confianza inmediata de los individuos singulares en el conjunto de su pueblo, y por otro, en la participación inmediata que todos, al margen de las diferencias de estamento, tienen en las resoluciones y acciones del gobierno. Cuando se unifican, en principio, no en un orden permanente, sino para una acción común, queda provisionalmente al margen esa libertad de participación de todos y cada uno. De ahí que este primer carácter común sea más una asamblea de individualidades que el dominio del pensamiento abstracto, el cual privaría a los individuos singulares de su participación autoconsciente en la voluntad y los hechos del todo.

Algunas aclaraciones

X*X = Hegel se refiere ahora a la Guerra de Troya, entendida como una obra común de los pueblos griegos. Y con ella, por supuesto, se refiere al epos homérico de la Iliada y la Odisea. Hegel alude también a la forma de organización política de los griegos, asamblea de individualidades en torno a un héroe, pero que no es un Estado todavía, «dominio del pensamiento abstracto».

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Conversations in Washington

(CC) Religion

VII. Religion

B. The Art-Religion

c. The Spiritual Work of Art

[727] [727]5We kept the numeration given by the editor in the printed edition The spirits of [different] peoples, which become conscious of the shape of their essence in a particular animal, merge into one spirit; in that way, the particular beautiful spirits of a people combine themselves into one pantheon whose element and abode is language. The pure intuition of itself as universal humanity in the actuality of the spirit of a people, has the form that it combines itself with other spirits of a people, with whom it constitutes through nature one nation, combining into a common undertaking, and for this work, it fashions an entire people and thereby an entire heaven. This universality which spirit arrives at in its existence is, though, only this first universality which initially originates from the individuality of ethical life, not yet having overcome its immediacy, not having fashioned one state out of these separate tribes. The ethical life of the actual spirit of a people rests partly on the immediate trust of the singular individuals in the whole of their people, partly in the immediate participation which all, irrespective of differences of estate, take in the resolutions and business of their government. Within the union, initially not that of a lasting order but rather only for a common action, that freedom of participation of each and all is temporarily set aside. This first communal endeavor is thus more of an assembly of individualities than it is the dominion of abstract thought, which would rob singular individuals of their self-conscious participation in the willing and acts of the whole.

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Conversaciones en el Atrium

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