Gespräche in der Dämmerung 00709
Parte de:
C. (CC.) La religión [C. (CC.) Die Religion] / Cap. VII: La religión [VII. Die Religion] / B. La religión-arte o religión del arte [B. Die Kunstreligion] / a. La obra de arte abstracta [a. Das abstrakte Kunstwerk]
[La estatua y el escultor]
Tabla de contenidos
Gespräche in Jena
[709] Der Künstler erfährt also an seinem Werke, daß er kein ihm gleiches Wesen hervorbrachte. Es kommt ihm zwar daraus ein Bewußtsein so zurück, daß eine bewundernde Menge es als den Geist, der ihr Wesen ist, verehrt. Aber diese Beseelung, indem sie ihm sein Selbstbewußtsein nur als Bewunderung erwidert, ist vielmehr ein Bekenntnis, das diese Beseelung an den Künstler ablegt, nicht seinesgleichen zu sein. Indem es ihm als Freudigkeit überhaupt zurückkommt, findet er darin nicht den Schmerz seiner Bildung und Zeugung, nicht die Anstrengung seiner Arbeit. Sie mögen das Werk auch noch beurteilen oder ihm Opfer bringen, auf welche Art es sei, ihr Bewußtsein darein legen, – wenn sie sich mit ihrer Kenntnis darüber setzen, weiß er, wieviel mehr seine Tat als ihr Verstehen und Reden ist; wenn sie sich darunter setzen und ihr sie beherrschendes Wesen darin erkennen, weiß er sich als den Meister desselben.
Conversaciones en Valencia
[709] El artista hace, pues, en su obra la experiencia de no haber producido un ser igual a él. Y de ello, el artista cobra, ciertamente, conciencia, al ver una muchedumbre de admiradores que la veneran como al espíritu que constituye su esencia [la esencia de ellos]. Pero tal animación, al devolver al artista su autoconciencia [la autoconciencia del artista] sólo en términos de admiración [o también: al devolverle en réplica su autoconciencia, pero sólo como admiración; o también: al representar una contestación para el artista, que así cobra autoconciencia, pero ello sólo por esa admiración] es más bien la confesión que esa animación hace al artista de no consistir [esa animación] en nada igual al artista. Pues en cuanto ello [o en cuanto esa su autoconciencia] sólo puede retornarle en términos de alegría y contento, él no puede encontrar en tal retorno el dolor que le ha costado [lo duro que le ha sido] dar forma a la obra y engendrarla, no puede encontrar en tal retorno el esfuerzo de su trabajo. Ellos podrán enjuiciar la obra, e incluso ofrecerle sacrificios, es decir, poner en ella su conciencia del modo que fuere: cuando la enjuician, es decir, cuando con su conocimiento se ponen por encima de ella, el artista sabe cuánto más es su hazaña [That] que lo que ellos entienden y dicen, y cuando se ponen por debajo de ella reconociendo en ella al Señor que reina sobre ellos [el ser (Wesen) que los domina], el artista se sabe como dueño de él [como su señor, Meister] X72X.1No sé sí se puede describir así la relación de Fidias con la diosa. Pero la verdad es que, cuando se le acusa de haberse quedado con parte del oro destinado a la estatua, y él desmonta las partes de oro de la estatua, y las pesa, se comporta como dueño de su obra.
Algunas aclaraciones
X72X = No sé sí se puede describir así la relación de Fidias con la diosa. Pero la verdad es que, cuando se le acusa de haberse quedado con parte del oro destinado a la estatua, y él desmonta las partes de oro de la estatua, y las pesa, se comporta como dueño de su obra.
Conversaciones en Madrid
[709] El artista experimenta entonces en su obra que él no ha producido una esencia igual a él. Es cierto que, de ese modo, le retorna de ahí una conciencia de que una multitud admirativa venera a la obra como al espíritu que es su esencia. Pero ese insuflarle alma a la obra, al devolverle en réplica su autoconciencia sólo como admiración, es más bien una confesión que se le hace al artista de no ser su igual. Al retornar la obra al artista como alegría, él no encuentra en ella el dolor que había al darle forma y crearla, ni el esfuerzo de su trabajo. Bien pueden juzgar aún su obra, o hacerle sacrificios, o cualquier otra que sea la manera de poner su conciencia en ella: cuando se ponen por encima de ella con todos sus conocimientos, él sabe que lo que ha hecho vale más que lo que ellos entiendan o digan; y cuando se ponen por debajo y le reconocen una esencia que los domina, él se sabe dueño de esa esencia.
Conversations in Washington
[709] [709]2We kept the numeration given by the editor in the printed edition In his work the artist therefore experiences that he has brought forth no essence equal to himself. To be sure, there is a consciousness which comes back to him from his work, in the sense that an admiring multitude honors it as the spirit which is their essence. However, this ensouling, as it only returns his self-consciousness to him as admiration, is really a confession to the artist that the ensouled work is not equal to him. While his work comes back to him in general as enthusiasm, he does not therein find the ache of his own cultural formation and creation, the strenuousness of his work. The multitude may also still render judgment on the work, or they may bring it offerings, or, in whatever way they can, endow it with their own consciousness – if they, in their acquaintance with the work, place themselves above it, then the artist knows how much greater his deed is than their understanding and talk. If they place themselves beneath it and recognize in it an essence which dominates them, he knows himself as the master craftsman3den Meister of that essence.
Conversaciones en el Atrium
EN CONSTRVCCION
EN CONSTRVCCION