Gespräche in der Dämmerung 00685
C. (CC.) Die Religion / C. (CC.) La religión
VII. Die Religion / Capítulo VII: La religión
A. Die natürliche Religion / A. La religión natural
a. Das Lichtwesen / a. La luz [La esencia luminosa]
[La esencia luminosa]
Tabla de contenidos
Gespräche in Jena
[685] [505] Der Geist, als das Wesen, welches Selbstbewußtsein ist – oder das selbstbewußte Wesen, welches alle Wahrheit ist und alle Wirklichkeit als sich selbst weiß –, ist gegen die Realität, die er in der Bewegung seines Bewußtseins sich gibt, nur erst sein Begriff; und dieser Begriff ist gegen den Tag dieser Entfaltung die Nacht seines Wesens, gegen das Dasein seiner Momente als selbständiger Gestalten das schöpferische Geheimnis seiner Geburt. Dies Geheimnis hat in sich selbst seine Offenbarung; denn das Dasein hat in diesem Begriffe seine Notwendigkeit, weil er der sich wissende Geist ist, also in seinem Wesen das Moment hat, Bewußtsein zu sein und sich gegenständlich vorzustellen. – Es ist das reine Ich, das in seiner Entäußerung, in sich als allgemeinem Gegenstande die Gewißheit seiner selbst hat, oder dieser Gegenstand ist für es die Durchdringung alles Denkens und aller Wirklichkeit.
Conversaciones en Valencia
a. La luz (La esencia luminosa)
[La esencia luminosa]
[685] El espíritu en cuanto el ser [Wesen] que es autoconciencia X41X,1Vide infra Algunas aclaraciones X41X. o lo que es lo mismo: en cuanto el ser autoconsciente que sabe toda verdad o toda realidad como a sí mismo [o como siendo él mismo], el espíritu, digo, frente a la realidad que él se da en el movimiento [o despliegue] de su conciencia, sólo empieza siendo su concepto [el concepto de sí, el concepto de él], y ese concepto, frente al día de ese despliegue, representa la noche de su ser o esencia [la noche o lo oscuro de la esencia del espíritu], y frente a la existencia de esos momentos, de esas figuras o de esas formas autónomas, representa el misterio, el secreto o el enigma creador del nacimiento del espíritu. Ese misterio [o secreto, o Geheimnis], tiene en sí mismo su revelación; pues la existencia [que es la revelación del misterio] tiene en ese concepto su necesidad] X42X2Vide infra Algunas aclaraciones X42X. porque ese concepto es el espíritu que se sabe a sí mismo, el espíritu se-sabiente y, por tanto, tiene en su ser [Wesen] el momento de ser conciencia, y, por tanto, de representarse a sí mismo como objeto [el enigma, el misterio, en ese su saberse, se pone él ahí delante a sí mismo como objeto, se da existencia, se revela] X43X.3Precisamente en esta acumulación de metáforas a las que aquí recurre el autor, se vuelve patente la dificultad conceptual señalada más arriba, la de estar hablando de una estructura de autoconciencia en el terreno de la conciencia. — Es el yo, o el yo puro, que, en su propio quedar fuera de sí, tiene dentro de sí [o lleva consigo] como objeto universal la certeza de sí mismo, o lo que es lo mismo: ese objeto es para él la compenetración de todo pensamiento y toda realidad X44X.4Si entendemos esto desde los resultados del cap. VI, C, c, se trata del «pienso, soy», del tenerse el pensamiento representativamente ahí delante a sí mismo en su carácter absoluto y en su inexorable necesidad.
Algunas aclaraciones
X41X
La idea es muy sencilla y la ha repetido el autor ya varias veces: el espíritu empieza quedando él inmediatamente ahí como espíritu, es decir, empieza quedando inmediatamente ahí en su carácter absoluto, en su condición de fundamento. Pero pese a ese su carácter absoluto (éste ha sido el resultado del cap. VI, C, c), empieza quedándose él ahí para sí inmediatamente. El autor quiere hacer, pues, compatible la noción de inmediatez con la noción de autoconciencia, entendida esta última como siéndose ella para sí el ser absoluto. Sobre tal compatibilidad remito al lector a las explicaciones de Hegel en el fragmento titulado «La ciencia» recogido en el Apéndice.
X42X
La necesidad de la existencia, la estructura del «argumento ontológico», pues. La idea de conexión necesaria entre los dos ingredientes del cogito sum, ya ha aparecido varias veces desde la introducción de la noción de categoría en el cap. V (vide notas a 00235, especialmente X15X y X17X) y sobre todo al final del cap. VI (vide nota X190X a 00578 en VI, B, II, b; nota X265X a 00641 en VI, C, c; ). Pero, como ya he dicho, en la versión que Hegel suele dar del «argumento ontológico», no se procede de la omnitud de realidad a la necesidad de la existencia, sino de la necesidad de la existencia a la omnitud de realidad, habiendo de contener esa existencia necesaria esta omnitud.
X43X
Precisamente en esta acumulación de metáforas a las que aquí recurre el autor, se vuelve patente la dificultad conceptual señalada más arriba, la de estar hablando de una estructura de autoconciencia en el terreno de la conciencia.
X44X
Si entendemos esto desde los resultados del cap. VI, C, c, se trata del «pienso, soy», del tenerse el pensamiento representativamente ahí delante a sí mismo en su carácter absoluto y en su inexorable necesidad.
Conversaciones en Madrid
a. La esencia luminosa X*X5Vide infra Algunas aclaraciones X*X.
[685] El espíritu, en cuanto que es la esencia que es autoconciencia —o la esencia autoconsciente que es toda verdad y sabe a toda efectividad como sí mismo—, frente a la realidad que él se da en el movimiento de su conciencia, no es, de primeras, nada más que su concepto, y este concepto, frente al día de este despliegue, es la noche de su esencia, frente a la existencia de sus momentos en cuanto figuras autónomas, es el misterio creador de su nacimiento. Este misterio tiene dentro de sí mismo su revelación; pues la existencia tiene en este concepto su necesidad, porque él es el espíritu que se sabe, tiene en su esencia, por lo tanto, el momento de ser conciencia y de representarse a sí objetualmente. — Esa existencia es el yo puro que, en su exteriorización, tiene dentro de sí, en cuanto objeto universal, la certeza de sí mismo, o bien, este objeto es para él la compenetración de todo pensar y toda realidad efectiva.
Algunas aclaraciones
X*X = En sus Lecciones sobre Filosofía de la Religión de Berlín, Hegel considerará que la concepción de Dios como luz es central en las religiones orientales. Aquí, podría estar pensando en la religión persa antigua del zoroastrismo, cuyo dios, Ormuz, se concibe como afín al sol, en un reino opuesto al opaco mundo terreno. Los conocimientos de Hegel sobre esta religión podrían basarse en los escritos de Anquetil-Duperon y la traducción que este hizo de los Avestas, textos sagrados de los parsis. No obstante, un especialista como Walter Jaeschke considera que, en este capítulo, Hegel se está refiriendo al judaísmo del Antiguo Testamento.
Conversations in Washington
(CC) Religion
VII. Religion
A. Natural Religion
a. The Luminous Essence
[685] [685]6We kept the numeration given by the editor in the printed edition Spirit, as the essence that is self-consciousness – or as the self-conscious essence, which is all truth and knows all actuality as itself – is, in contrast to the reality which it gives itself in the movement of its consciousness, initially only its concept, and this concept, in contrast to the daytime of the development, is the night of its essence and, in contrast to the existence of its moments as self-sufficient shapes, it is the creative secret of its birth. This secret has its revelation within itself, for existence has its necessity in this concept because this concept is spirit knowing itself and thus has within its essence the moment of being consciousness and of representing itself objectively. – It is the pure I, which in its relinquishing7Entäußerung has the certainty of itself in itself as the universal object, or this object is for the I the permeation of all thinking and all actuality.
Conversaciones en el Atrium
EN CONSTRVCCION
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