Gespräche in der Dämmerung 00682

Parte de:

C. (CC.) La religión [C. (CC.) Die Religion] / VII: La religión [Die Religion]

 

[De nuevo sobre existencia y autoconciencia; o sobre conciencia y autoconciencia; y de nuevo se insiste en la importancia de la figura de «el espíritu seguro de sí mismo», como siendo ese espíritu el destino de toda esencialidad y de toda realidad]

Gespräche in Jena

[682] Der Unterschied, der zwischen dem wirklichen Geiste und ihm, der sich als Geist weiß, oder zwischen sich selbst als Bewußtsein und als Selbstbewußtsein gemacht wurde, ist in dem Geiste aufgehoben, der sich nach seiner Wahrheit weiß; sein Bewußtsein und sein Selbstbewußtsein sind ausgeglichen. Wie aber hier die Religion erst unmittelbar ist, ist dieser Unterschied noch nicht in den Geist zurückgegangen. Es ist nur der Begriff der Religion gesetzt; in diesem ist das Wesen das Selbstbewußtsein, das sich alle Wahrheit ist und in dieser alle Wirklichkeit enthält. Dieses Selbstbewußtsein hat als Bewußtsein sich zum Gegenstande; der erst sich unmittelbar wissende Geist ist sich also Geist in der Form der Unmittelbarkeit, und die Bestimmtheit der Gestalt, worin er sich erscheint, ist die des Seins. Dies Sein ist zwar weder mit der Empfindung oder dem mannigfaltigen Stoffe noch mit sonstigen einseitigen Momenten, Zwecken und Bestimmungen erfüllt, sondern mit dem Geiste und wird von sich als alle Wahrheit und Wirklichkeit gewußt. Diese Erfüllung ist auf diese Weise ihrer Gestalt, er als Wesen seinem Bewußtsein nicht gleich. Er ist erst als absoluter Geist wirklich, indem er, [501] wie er in der Gewißheit seiner selbst, sich auch in seiner Wahrheit ist, oder die Extreme, in die er sich als Bewußtsein teilt, in Geistsgestalt füreinander sind. Die Gestaltung, welche der Geist als Gegenstand seines Bewußtseins annimmt, bleibt von der Gewißheit des Geistes als von der Substanz erfüllt; durch diesen Inhalt verschwindet dies, daß der Gegenstand zur reinen Gegenständlichkeit, zur Form der Negativität des Selbstbewußtseins herabsänke. Die unmittelbare Einheit des Geistes mit sich selbst ist die Grundlage oder reines Bewußtsein, innerhalb dessen das Bewußtsein auseinandertritt. Auf diese Weise in sein reines Selbstbewußtsein eingeschlossen, existiert er in der Religion nicht als der Schöpfer einer Natur über haupt; sondern was er in dieser Bewegung hervorbringt, sind seine Gestalten als Geister, die zusammen die Vollständigkeit seiner Erscheinung ausmachen, und diese Bewegung selbst ist das Werden seiner vollkommenen Wirklichkeit durch die einzelnen Selten derselben oder seine unvollkommenen Wirklichkeiten.

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Conversaciones en Valencia

[De nuevo sobre existencia y autoconciencia; o sobre conciencia y autoconciencia; y de nuevo se insiste en la importancia de la figura de «el espíritu seguro de sí mismo», como siendo ese espíritu el destino de toda esencialidad y de toda realidad]

[682]1Epígrafe: De nuevo sobre existencia y autoconciencia; o sobre conciencia y autoconciencia; y de nuevo se insiste en la importancia de la figura de «el espíritu seguro de sí mismo», como siendo ese espíritu el destino de toda esencialidad y de toda realidad. La diferencia que hicimos o que hemos hecho o que acabamos de hacer, entre el espíritu real y el espíritu que se sabe como espíritu, o entre sí mismo como conciencia y como autoconciencia, es una diferencia suprimida y superada en el espíritu que se sabe conforme a su verdad X23X;2De ahí que en la exposición precedente el autor haya tendido a veces a borrar esa diferencia, como ya he indicado. su conciencia y su autoconciencia están equilibradas, están compensadas, están en el fiel. Pero como aquí [cap. VI, C, c] [en el primer paso del saberse el espíritu conforme a su verdad] X24X3Vide infra Algunas aclaraciones X24X. la religión no empieza siendo sino inmediata, resulta que esa diferencia no es todavía una diferencia retornada al espíritu. Así pues, está puesto sólo el concepto de la religión [o el concepto de religión] X25X;4Pero la realidad del espíritu todavía no se ha igualado a ese concepto. y en éste la esencia [Wesen] es la autoconciencia que se es toda verdad y que en esa verdad contiene toda realidad. Esta autoconciencia, en cuanto conciencia, se tiene a sí por objeto X26X5En la religión el objeto es el Ser absoluto como autoconciencia. [es decir, esta autoconciencia, por su lado de conciencia, el objeto que tiene es a sí misma]; este espíritu que no empieza sabiéndose sino en términos inmediatos, es, por tanto, espíritu en la forma de la inmediatez, y la determinidad de la figura o forma [Gestalt] en la que él se aparece a sí mismo es la del ser [Seyn] X27X.6Vide infra Algunas aclaraciones X27X. Y este ser no está lleno ni de sensación, ni de ninguna diversidad de otras sustancias y materias, ni tampoco con otra clase de momentos, fines o determinaciones unilaterales, sino que está lleno de espíritu o con el espíritu, y, por tanto, es sabido por él [es decir, es sabido por el espíritu] como toda verdad y toda realidad X28X.7Otra referencia a lo que más arriba ha llamado sustancia [Substanz] (vide X22X en 00681). Y así resulta que eso que lo llena no es igual a la forma que eso llena [el contenido no es igual a la forma a la que da contenido, lo llenan te no es igual a la forma que llena], es decir, [así resulta] que el espíritu, en cuanto ser [Wesen], no es igual a la conciencia [es decir, que el espíritu en cuanto ser o Wesen no es igual a la conciencia que tiene de ese ser]. El espíritu sólo empieza siendo real como espíritu absoluto [o el espíritu sólo se vuelve real en cuanto espíritu absoluto] cuando él llega a serse también en su verdad [en su contenido objetivo] igual a lo que él es en la certeza que tiene de sí mismo [su concepto], o lo que es lo mismo: cuando los extremos en que el espíritu se divide como conciencia son también el uno para el otro en forma o Gestalt de espíritu [cuando el objeto para el sujeto y el sujeto para el objeto tienen ambos la forma o Gestalt de espíritu]. La forma o configuración [Gestaltung] que el espíritu cobra como objeto de su conciencia permanece llena de la certeza del espíritu como sustancia [como sustancia que llena esa Gestalt]; y por medio de este contenido desaparece el que el objeto se hundiese [pudiera hundirse] en pura objetualidad, es decir, se hundiese en la forma de la negatividad [o en forma de negatividad] de la autoconciencia [es decir, se mostrase como sólo objeto y, por tanto, como pura negación de la autoconciencia] X29X.8La forma que el espíritu cobra como objeto de su conciencia permanece llena de su sustancia, es decir, va más allá de todo objeto siendo la base de todo objeto e incluye en sí al sujeto, resultando ser el Ser absoluto de éste. La inmediata unidad del espíritu consigo mismo es la base o es la pura conciencia [o conciencia pura], dentro de la cual la conciencia se disocia o se separa en extremos. Encerrado de tal modo en su pura autoconciencia [encerrado de este modo en tal base, como es la obtenida al final del cap. VI, C, c], el espíritu existe en la religión no como creador de una naturaleza en general X30X;9Vide infra Algunas aclaraciones X30X. sino que lo que él produce o suscita en este movimiento son sus formas [o figuras] en cuanto espíritus, que juntos (o tomados conjuntamente) constituyen la totalidad [o completud] de su fenómeno o manifestación [del fenómeno del espíritu], y ese movimiento mismo es el devenir [o el desenvolvimiento] de su realidad completa [o perfecta] a través de las distintas caras particulares de esta realidad, o lo que es lo mismo: son sus realidades no completas o no perfectas.

Algunas aclaraciones

X23X

De ahí que en la exposición precedente el autor haya tendido a veces a borrar esa diferencia, como ya he indicado.

X24X

Como he indicado antes, a los efectos del presente cap. VII, el final del cap. VI, C, ha sido un tenerse ahí delante de sí mismo el espíritu en su carácter absoluto. Esto es el concepto de religión, pero sólo el concepto. O dicho de otro modo: al llegar el cap. VI, C, c, nosotros vemos cómo ese tenerse el espíritu delante a sí mismo como Ser absoluto, estuvo ya puesto siempre; ello es algo que nosotros tenemos ahora ahí en su inmediatez y lo que vamos a ver es cómo se ha desenvuelto como experiencia de la conciencia ese concepto que nosotros tenemos ahora ahí en su inmediatez. O dicho aún de otro modo: todas las figuras se reducen al espíritu como su fundamento; es en ese contexto de la figura del espíritu cuando damos con el saber de la autoconciencia como siéndose ese saber su propia sustancia, como siéndose el Ser absoluto. Esa conciencia estuvo siempre ahí ya. Vamos a ver cuál fue su desenvolvimiento, cuál fue su experiencia. Como ve el lector, estoy tratando de desentrañar algunos enrevesados pasajes de esta introducción al cap. VII, que tienen a veces un demasiado marcado carácter de «construcción».

X25X

Pero la realidad del espíritu todavía no se ha igualado a ese concepto.

X26X

En la religión el objeto es el Ser absoluto como autoconciencia.

X27X

De todos modos el autor arrastra aquí lo que me parece que es un problema conceptual, al que ya me he referido, que no sé si precisamente en estas líneas el autor está tratando de eludir. La religión se mueve en el terreno de la autoconciencia. Es el espíritu que se sabe a sí mismo como espíritu. El Ser absoluto siempre ya está ahí para la conciencia como la sustancia de ésta. Conceptualmente no se ve bien qué sea ello en la esfera de las figuras no de la autoconciencia, sino de la conciencia, es decir, en la esfera de las figuras descritas en los caps. I, II y III, es decir, cuando el elemento estructurador de ello hayan de ser esas figuras. En tal caso habrá una especie de barruntarse el espíritu como espíritu, pero sin que ello sea propiamente en el medio de la autoconciencia. Y la verdad es que el autor podría replicar que efectivamente a barrunto se reduce la certeza de esa autoconciencia cuando el elemento estructurador de ello son aquellas figuras.

X28X

Otra referencia a lo que más arriba ha llamado sustancia [Substanz] (vide X22X en 00681).

X29X

La forma que el espíritu cobra como objeto de su conciencia permanece llena de su sustancia, es decir, va más allá de todo objeto siendo la base de todo objeto e incluye en sí al sujeto, resultando ser el Ser absoluto de éste.

X30X

Aun entendido como ser, es decir, aun en caso de tenerse el espíritu delante sólo en su inmediatez, no aparece sólo como poniendo la abstracta naturaleza, sino como poniendo espíritu o poniendo espíritus. Pues Dios crea «los ángeles y la luz» antes que la naturaleza. En el cap. VII, A, el autor va a empezar hablando de la religión de la luz.

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Conversaciones en Madrid

[682] La diferencia que se había hecho entre el espíritu efectivamente real y el espíritu que se sabe como espíritu, o entre él mismo como conciencia y como autoconciencia, está cancelada en el espíritu que se sabe según su verdad; su conciencia y su autoconciencia están compensadas. Pero como la religión está aquí, de primeras, de manera inmediata, esta diferencia no ha regresado todavía al espíritu. Lo único que se ha sentado es el concepto de la religión; en él, la esencia es la autoconciencia, la cual se es a sí toda la verdad, y contiene en ella toda la realidad efectiva. Esta autoconciencia, en cuanto conciencia, se tiene a sí como objeto; el espíritu que, de primeras, se sabe a sí de manera inmediata se es a sí, pues, espíritu en la forma de la inmediatez, y la determinidad de la figura en que se aparece a sí es la del ser. Este ser, ciertamente, no se ha colmado y cumplido ni con la sensación o con la materia múltiple, ni con los demás momentos, fines y determinaciones unilaterales; sino con el espíritu, y es sabido por él mismo como toda verdad y realidad efectiva. De modo que este cumplimiento no es igual a su figura, y el espíritu, en cuanto esencia, no es igual a su conciencia. Sólo como espíritu absoluto es, por primera vez, efectivamente real en tanto que, igual que está en la certeza de sí mismo, también está, a sus propios ojos, en su verdad, o dicho de otro modo, en tanto que los extremos en los que se divide como conciencia lo son uno para otro en figura de espíritu. La configuración que adopta el espíritu como objeto de su conciencia permanece cumplida y colmada de la certeza del espíritu en cuanto substancia; gracias a ese contenido desaparece el que el objeto se rebaje a objetualidad pura, a forma de la negatividad de la autoconciencia. La unidad inmediata del espíritu consigo mismo es el fundamento o la conciencia pura dentro de la cual la conciencia se disocia. Encerrado de este modo en su pura autoconciencia, el espíritu no existe dentro de la religión como creador de una naturaleza sin más; sino que lo que él produce en este movimiento son sus figuras como espíritus que, conjuntamente, constituyen la integridad de su manifestación, y este movimiento mismo es el llegar a ser de su realidad efectiva perfecta a través de los lados singulares de ella, o de sus realidades efectivas imperfectas.

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Conversations in Washington

[682] [682]10We kept the numeration given by the editor in the printed edition The difference which was made between actual spirit and the spirit that knows itself as spirit, or between itself as consciousness and as self-consciousness, is sublated within the spirit that knows itself according to its truth; its consciousness and its self-consciousness have counter-balanced each other. However, as religion is here initially immediate, this difference has not yet returned into spirit. It is only the concept of religion which is posited. In the concept, the essence is self-consciousness, which, to itself, is all truth and which contains all reality within that truth. As consciousness, this self-consciousness has itself for its object; spirit, knowing itself only immediately, is, to itself, therefore spirit in the form of immediacy, and the determinateness of the shape in which it appears to itself is that of being. This being is indeed suffused11erfüllt neither with sensation nor with diverse matter, nor with any other set of one-sided moments, purposes, and determinations; rather, it is to be suffused with spirit itself, and it is to know itself as all truth and actuality. In this way, this suffusing, fulfillment12Erfüllung is not the same as its shape, and spirit as essence is not the same as its consciousness. Spirit is initially actual as absolute spirit, while, to itself, just as it is in the certainty of itself, so is it also in its truth, or, while the extremes into which spirit as consciousness partitions itself are, for one another, in the shape of spirit. The shape adopted by spirit as the object of its consciousness remains suffused with the certainty of spirit just as it remains suffused with its substance, and by dint of this content what disappears is the descent of the object into pure objectivity, into the form of the negativity of self-consciousness. The immediate unity of spirit with itself is the fundament, or pure consciousness, internal to which consciousness comes undone. In this way, enclosed within its pure self-consciousness, spirit is not in religion as the creator of a nature per se. Rather, what it brings out in this movement are its shapes as spirits, which together constitute the completeness of its appearance, and this movement itself is the coming-to-be of its complete actuality through its singular aspects, or through its incomplete actualities.

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Conversaciones en el Atrium

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