Gespräche in der Dämmerung 00663
Parte de:
C. (BB) El espíritu [C. (BB) Der Geist] / Capítulo VI: El espíritu [VI. Der Geist] / C. El espíritu seguro de sí mismo. La moralidad [C. Der seiner selbst gewisse Geist. Die Moralität] / c. La conciencia moral [Gewissen], y el alma bella, el mal y su perdón [c. Das Gewissen. Die schöne Seele, das Böse und seine Verzeihung]
[De nuevo el «alma bella» o conciencia que no «se moja»; la hipocresía cambia de sitio]
Tabla de contenidos
Gespräche in Jena
[663] Ebensowenig ist das Beharren des allgemeinen Bewußtseins auf seinem Urteile Entlarvung und Auflösung der Heuchelei. – Indem es gegen sie schlecht, niederträchtig usf. ausruft, beruft es sich in solchem Urteil auf sein Gesetz, wie das böse Bewußtsein auf das seinige. Denn jenes tritt im Gegensatz gegen dieses und dadurch als ein besonderes Gesetz auf. Es hat also nichts vor dem anderen voraus, legitimiert vielmehr dieses, und dieser Eifer tut gerade das Gegenteil dessen, was er zu tun meint, – nämlich das, was er wahre Pflicht nennt und das allgemein anerkannt sein soll, als ein Nichtanerkanntes zu zeigen und hierdurch dem anderen das gleiche Recht des Fürsichseins einzuräumen.
Conversaciones en Valencia
[De nuevo el «alma bella» o conciencia que no «se moja»; la hipocresía cambia de sitio]
[663]1Epígrafe: De nuevo el «alma bella» o conciencia que no «se moja»; la hipocresía cambia de sitio. Y tampoco la insistencia [o empecinamiento] de la conciencia general o universal en su juicio puede entenderse como un desenmascaramiento y disolución de la hipocresía. — Pues, al calificarla de mala, de indigna, etc., con tales juicios la conciencia general o universal no hace sino apelar a su ley, al igual que la conciencia mala apela a la suya. Pues aquélla [la buena], al aparecer en contraposición con ésta [con la mala], no hace sino presentarse como otra ley particular. No tiene, pues, nada que la ponga por encima de la otra [de la mala], sino que legitima más bien a ésta [a la mala], y tal celo [de la buena] no consigue sino lo contrario de lo que pretende conseguir, a saber: no hace sino mostrar como algo no reconocido aquello que ella [la buena] llama verdadero deber y que ella [la buena] entiende que debería ser reconocido con carácter general, y, por tanto, [no hace sino] otorgar a la otra [a la mala] el mismo derecho de ser-para-sí o de tal ser-para-sí [con todo lo cual, naturalmente, resulta equívoco quién es el bueno y quién es el malo].
Conversaciones en Madrid
[663] Ni tampoco este obstinarse de la conciencia universal en su condena X166X2Urteil, que traducimos aquí como «condena», mejor que «juicio», toda vez que se trata de un juicio negativo. es un desenmascaramiento ni una disolución de la hipocresía. — Al clamar contra ésta que es mala, abyecta, etc., apela con tal condena a su propia ley, igual que la conciencia malvada apela a la suya. Pues aquélla entra en escena contra esa, y por ello, entra como una ley particular. No tiene, pues, ninguna precedencia sobre la otra, antes bien la legitima, y este celo hace justamente lo contrario de lo que cree estar haciendo: a saber, lo que él llama deber verdadero y que debe ser universalmente reconocido, lo muestra como algo no reconocido, y le concede así al otro el mismo derecho de ser-para-sí.
Algunas aclaraciones
X166X = Urteil, que traducimos aquí como «condena», mejor que «juicio», toda vez que se trata de un juicio negativo.
Conversations in Washington
[663] [663]3We kept the numeration given by the editor in the printed edition The insistence on the part of the universal consciousness that it make its own judgment is even less so the unmasking and dissolution of hypocrisy. – While universal consciousness proclaims hypocrisy to be bad, vile, etc., in making such a judgment, it appeals to its own law just as the evil consciousness appealed to its own law. This is so because the former law comes on the scene in opposition to the latter, and as a result it comes on the scene as a particular law. It therefore has no advantage over the other law; on the contrary, it legitimizes this other law, and in its zeal, it does exactly the opposite of what it intends to do – which is to say that it shows that what it called true duty and which is supposed to be universally recognized, is what is not universally recognized, and thereby it concedes to the other an equal right of being-for-itself.
Conversaciones en el Atrium
EN CONSTRVCCION
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