Gespräche in der Dämmerung 00660

Parte de:

C. (BB) El espíritu [C. (BB) Der Geist] / Capítulo VI: El espíritu [VI. Der Geist] / C. El espíritu seguro de sí mismo. La moralidad [C. Der seiner selbst gewisse Geist. Die Moralität] / c. La conciencia moral [Gewissen], y el alma bella, el mal y su perdón [c. Das Gewissen. Die schöne Seele, das Böse und seine Verzeihung]

 

[Considerando lo mismo en su significado de realidad; igualdad y desigualdad; el lenguaje; contraposición entre individualidad e individualidad y entre individualidad y universalidad, o la ruptura entre individualidad e individualidad y entre individualidad y universalidad; Gewissen y «mal radical»; constitutiva hipocresía]

Gespräche in Jena

[660] Wenn sich so der Gegensatz, in den das Gewissen als handelnd eintritt, in seinem Innern ausdrückt, so ist er zugleich die Ungleichheit nach außen in dem Elemente des Daseins, die Ungleichheit seiner besonderen Einzelheit gegen anderes Einzelnes. – Seine Besonderheit besteht darin, daß die beiden sein Bewußtsein konstituierenden Momente, das Selbst und das Ansich, mit ungleichem Werte, und zwar mit der Bestimmung in ihm gelten, daß die Gewißheit seiner selbst das Wesen ist gegen das Ansich oder das Allgemeine, das nur als Moment gilt. Dieser innerlichen Bestimmung steht also das Element des Daseins oder das allgemeine Bewußtsein gegenüber, welchem vielmehr die Allgemeinheit, die Pflicht das Wesen [ist], dagegen die Einzelheit, die gegen das Allgemeine für sich ist, nur als aufgehobenes Moment gilt. Diesem Festhalten an der Pflicht gilt das erste Bewußtsein als das Böse, weil es die Ungleichheit seines Insichseins mit dem Allgemeinen ist, und, indem dieses zugleich sein Tun als Gleichheit mit sich selbst, als Pflicht und Gewissenhaftigkeit ausspricht, als Heuchelei.

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Conversaciones en Valencia

[660] Si, pues, la contraposición en la que la conciencia [Gewissen] entra [o incurre] al actuar se expresa en el interior de esa conciencia [es decir, si esa contraposición la miramos tal como se ve desde el interior del Gewissen], resulta que esa contraposición es a la vez la desigualdad hacia el exterior en el elemento de la existencia, es decir, la desigualdad de su particular individualidad respecto a otras individualidades. — Su particularidad [Besonderheit] X287X1Una vez más el autor está empleando el término Besonderheit como sinónimo de Einzelnheit. [la particularidad de la conciencia, Gewissen, tal como se la ve desde el interior] consiste en que los dos momentos que constituyen su conciencia [Bewusstseyn], es decir, el self y el en-sí [«sujeto» y «objeto»], se consideran en ella de desigual valor, y, por cierto, se los considera con la determinación o en la determinación de que la certeza de sí misma es la esencia [Wesen], frente al en-sí o lo universal, que [no sería la esencia, sino que sería o] es sólo un momento. Y frente a esta determinación interna está, pues, el elemento de la existencia o la conciencia general o universal, para la que más bien la universalidad, el deber, es la esencia [Wesen], y, en cambio, la individualidad particular [Einzelnheít], en cuanto es-para-sí frente a la universalidad, sólo puede considerarse un momento suprimido y superado. Y frente a este atenerse al deber [por parte de la conciencia general o universal], la primera conciencia [Bewusstseyn], es decir, la conciencia particular, sólo puede considerarse el mal, porque esta conciencia es la desigualdad de su ser-cabe-sí [es decir, de su Insichseyn, de su-ser-en-sí, de ese su estar metida en sí, de su estar reflectida o revertida en sí, de su consistir en lo suyo] X288X,2Vide infra Algunas aclaraciones X288X. esta conciencia, digo, es la desigualdad de su Insichseyn con lo universal, y en cuanto esa primera conciencia [la conciencia particular o individual] declara su hacer como igualdad consigo misma, es decir, lo declara como deber y como actuación en conciencia [o lo entiende y declara deber y actuación en conciencia], esa primera conciencia [en cuanto hace tal declaración] no puede considerarse sino hipocresía.

Algunas aclaraciones

X287X

Una vez más el autor está empleando el término Besonderheit como sinónimo de Einzelnheit.

X288X

Más arriba Hegel ha dicho que «el inmediato saber del self seguro de sí es la ley y el deber». Bien, esto, considerado así en abstracto, es la rebelión de Lucifer contra Dios. Esto es elemental y radicalmente el mal. Sin En-sí, ese self sólo se puede dar existencia, mesura y validez objetiva en el medio de la universalidad del lenguaje compartido. Y entonces ese self es elemental y radicalmente el bien. Es en el medio compartido del lenguaje, es en el medio de universalidad que es el lenguaje, donde la conciencia contemporánea se da un En-sí que no es sino ella, el único en sí que ella puede darse. Estas ideas las desarrollará más detenidamente el autor en el cap. VII, C, «La religión revelada». Esta idea de que es en el haber entrado la conciencia en sí, es decir, de que es en el haberse puesto ella en sí legislando o convirtiéndose en fuente de legislación, de que es ahí donde radica lo especifico de la radical contraposición contemporánea de bien y mal, esta idea se repetirá en varias versiones en lo que queda del libro. La ruptura de la confianza en el En-sí y el entrar en sí la conciencia asentándose no más que en sí misma es el mal del que la conciencia moderna no tiene más escapatoria que ella misma. El árbol del conocimiento de cuyo fruto ha comido la conciencia moderna en su saber del bien y del mal es el árbol del autoconocimiento, es el saberse el sujeto como siendo la sustancia, y, por tanto, no poderse ser accidente de otro En-sí que de sí mismo. Hegel empieza a depender ya directamente aquí de los motivos de la teología bíblica y cristiana de la caída y de la gracia, de la gnosis y de la Cábala, y naturalmente también de Jacob Böhme y de Kant (lo mismo que unos años más tarde Schelling en su Sobre la esencia de la libertad humana); cfr. sobre esto último los artículos de Habermas, »Zu Hegels politischen Schriften« y »Dialektischer Idealismus im Übergang zum Materialimus. — Geschichtsphilosophische Folgerungen aus Schellings Idee einer Contraction Gottes«, en J. Habermas, Theorie und Praxis, Francfort, 1971, pp. 148 ss. y 172 ss. Para todo lo que sigue el lector haría muy bien en recurrir a “Irreversibility and the Power lo Forgive” del capítulo quinto de The Human Condition de Hannah Arendt y al desarrollo que en diversas partes de sus Denktagebücher 1950-1970 Hannah Arendt realiza de los temas tratados en el mencionado parágrafo de The Human Condition. Y asimismo haría bien en recurrir a las consideraciones de J. Derrida sobre « Le siècle et le pardon », publicadas en Le Mond des Débats, de diciembre de 1999, recogidas después en J. Derrida, Foi et savoir, éditions du Seuil, París 2000.

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Conversaciones en Madrid

[660] La oposición en la que la certeza moral entra en cuanto que actúa, sí se expresa de esta manera en su interior, es, al mismo tiempo, la desigualdad hacia fuera en el elemento de la existencia, la desigualdad de su singularidad particular frente a otro singular. — Su particularidad consiste en que los dos momentos que constituyen su conciencia, el sí-mismo y lo en-sí, valen dentro de ella como valores desiguales, y por cierto, con la determinación de que la certeza de sí misma es la esencia frente a lo en-sí o lo universal, que sólo vale como momento. A esta determinación interior, pues, se enfrenta el elemento de la existencia, o la conciencia universal, la cual es más bien la universal, el deber, la esencia, mientras que la singularidad, en cambio, que es para sí frente a lo universal, vale únicamente como momento cancelado. Ante este aferrarse al deber, la primera conciencia vale como el mal, porque es la desigualdad de su ser-dentro-de-sí con lo universal, y, en tanto que, al mismo tiempo, enuncia que su actividad es igualdad consigo misma, que es deber y tiene la condición de certeza moral, es considerada como hipocresía.

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Conversations in Washington

[660] [660]3We kept the numeration given by the editor in the printed edition However much the opposition into which conscience enters when it acts, expressing it within its innerness, still it is also at the same time the inequality directed outwards in the element of its existence, the inequality of its particular singularity vis-à-vis other singular individuals. – Its particularity consists therein, that both moments constituting its consciousness, the self and the in-itself, each count as having unequal value; that certainty of itself is the essence vis-à-vis the in-itself or vis-à-vis the universal, which only counts as a moment. Confronting this inward determination is thus the element of existence or the universal consciousness, to which universality, duty, is instead the essence; in contrast, singular individuality, which is for itself vis-à-vis the universal, only counts as a sublated moment. To this adherence to duty [the universal consciousness], the first consciousness counts as evil because it is the inequality between its inwardly-turned-being and the universal, and while the latter at the same time also pronounces its doing as equality with itself, as duty and conscientiousness, to the universal consciousness it counts as hypocrisy.

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Conversaciones en el Atrium

En relación a este párrafo y los siguientes, donde Hegel comienza a comentar motivos de la teología bíblica y cristiana de la caída y de la gracia, de la gnosis y de la Cábala sería muy interesate revisar el texto de Glenn Magee (Hegel and the Hermetic Tradition, Ithaca / London: Cornell University Press, 2001). Aunque sigue a Kant, también está considerando a Jacob Böhme y las posteriores ideas relacionadas con sociedades discretas tan abundantes en el mundo germáno hablant.

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