Gespräche in der Dämmerung 00657

Parte de:

C. (BB) El espíritu [C. (BB) Der Geist] / Capítulo VI: El espíritu [VI. Der Geist] / C. El espíritu seguro de sí mismo. La moralidad [C. Der seiner selbst gewisse Geist. Die Moralität] / c. La conciencia moral [Gewissen], y el alma bella, el mal y su perdón [c. Das Gewissen. Die schöne Seele, das Böse und seine Verzeihung]

 

[Que la conciencia en su cúspide es la conciencia más pobre, la kenosis de lo absoluto; otra vez la «conciencia desgraciada»; el «alma bella» a lo Goethe]

Gespräche in Jena

[657] Wir sehen hiermit hier das Selbstbewußtsein in sein Innerstes zurückgegangen, dem alle Äußerlichkeit als solche verschwindet, – in die Anschauung des Ich = Ich, worin dieses Ich alle Wesenheit und Dasein ist. Es versinkt in diesem Begriffe seiner selbst, denn es ist auf die Spitze seiner Extreme getrieben, und zwar so, daß die unterschiedenen Momente, wodurch es real oder noch Bewußtsein ist, nicht für uns nur diese reinen Extreme sind, sondern das, was es für sich und was ihm an sich und was ihm Dasein ist, zu Abstraktionen verflüchtigt, die keinen Halt, keine Substanz mehr für dies Bewußtsein selbst haben; und alles, was bisher für das Bewußtsein Wesen war, ist in diese Abstraktionen zurückgegangen. – Zu dieser Reinheit geläutert, ist das Bewußtsein seine ärmste Gestalt, und die Armut, die seinen einzigen [482] Besitz ausmacht, ist selbst ein Verschwinden; diese absolute Gewißheit, in welche sich die Substanz aufgelöst hat, ist die absolute Unwahrheit, die in sich zusammenfällt; es ist das absolute Selbstbewußtsein, in dem das Bewußtsein versinkt.

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Conversaciones en Valencia

[Que la conciencia en su cúspide es la conciencia más pobre, la kenosis de lo absoluto; otra vez la «conciencia desgraciada»; el «alma bella» a lo Goethe]

[657]1Epígrafe: Que la conciencia en su cúspide es la conciencia más pobre, la kenosis de lo absoluto; otra vez la «conciencia desgraciada»; el «alma bella» a lo Goethe. X283X2Nota al epígrafe: Me refiero al libro VI de la primera parte de la novela Wilhelm Meister, que lleva por título «Confesiones de un alma bella». Vemos con esto la autoconciencia retornada o retornando a lo más íntimo suyo, a las entretelas de sí, a las que toda exterioridad como talles desaparece aquí; les desaparece, digo, en esta intuición [en esta autopresencia] del yo = yo [es decir, en ese tener el yo puesto ahí delante de sí al yo], en la que este yo es toda esencialidad y existencia [es decir, toda esencia y toda existencia]. La autoconciencia se sume, se hunde, se embarga en este concepto de sí misma, pues se ha visto empujada a la cúspide de sus extremos y se ha visto empujada de manera que los fragmentos distintos mediante los que esa autoconciencia es real o es todavía conciencia [Bewusstseyn] son tales puros extremos no solamente para nosotros, sino que aquello que esa autoconciencia es para sí y aquello que a esa conciencia [Bewusstseyn] le es en sí y aquello que a esa conciencia o autoconciencia le es existencia, se ha evaporado en abstracciones que no tienen ya ningún sostén, que no tienen ya sustancia alguna para esta conciencia misma. Y todo lo que hasta ahora era esencia para la conciencia [Bewusstseyn] ha retornado, o se ha retrotraído, o se ha reducido a estas abstracciones [que ya no tienen sustancia alguna para esta autoconciencia]. — Y limpia hasta ese grado de pureza, la conciencia es su figura más pobre, su figura paupérrima [es decir, esta figura de la conciencia, la de la conciencia limpia hasta tal grado de pureza, es la más pobre de todas] X284X,3Vide infra Algunas aclaraciones X284X. e incluso este poder que constituye ahora su única posesión; es algo evanescente, un desaparecer; y esta absoluta certeza en la que la sustancia se ha disuelto, es la absoluta no verdad que hace agua y se desinfla por sí sola; es la absoluta autoconciencia [o la autoconciencia absoluta] en la que la conciencia [por tanto] se va a pique y se pierde.

Algunas aclaraciones

X283X

Me refiero al libro VI de la primera parte de la novela Wilhelm Meister, que lleva por título «Confesiones de un alma bella».

X284X

Llaman la atención estas consideraciones conforme a las que este «espíritu seguro de sí mismo», este self posilustrado «que se ha convertido en destino de toda esencialidad y de toda realidad», que hace experiencia de sí en su carácter absoluto, es decir, que hace experiencia de esa su propia ultimidad, después de habérsele venido todo abajo, empieza siendo vacuidad y nihilismo y se verá constantemente de ahora en adelante amenazado por ello. Es decir, siendo él hasta el extremo, consistiendo en ese inmediato ser-se es más bien su revés, es decir, nada. En definitiva estamos repitiendo lo dicho en el cap. III.

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Conversaciones en Madrid

[657] Vemos aquí, por tanto, que la autoconciencia ha regresado a su interior más íntimo, ante lo cual se desvanece toda exterioridad como tal: a la contemplación del yo = yo en la que este yo es toda esencialidad y toda existencia. Se hunde en este concepto de sí misma, pues ha sido llevada hasta el ápice de sus extremos, y por cierto, de tal manera que los diferentes momentos por los que ella es real, o es todavía conciencia, no son para nosotros solamente estos extremos puros, sino que lo que es para sí, y lo que a sus ojos es en sí y lo que a sus ojos es existencia, se ha esfumado en abstracciones que ya no tienen solidez, ni substancia para esta conciencia; y todo lo que hasta ahora era esencia para la conciencia ha regresado a estas abstracciones. — Depurada hasta esta pureza, la conciencia es su figura más pobre, y esta pobreza, que constituye su única posesión, es ella misma un desaparecer; la certeza absoluta en la que se ha disuelto la substancia es la no-verdad absoluta que se colapsa; es la autoconciencia absoluta en la que la conciencia se hunde.

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Conversations in Washington

[657] [657]4We kept the numeration given by the editor in the printed edition With that, we see self-consciousness returned back into what is innermost to itself, for which all externality as such has vanished – it has returned into the intuition of the “I = I,” within which this I is all essentiality and existence. It is immersed within this conception of itself, for it has been driven to the apex of its extremes, indeed in such a way that the differentiated moments through which it is real, or is still consciousness, are not only for us as these pure extremes but rather are what it is for itself, and what is in itself to itself, and what is existence to itself, all of which have evaporated into abstractions that no longer either have any hold on this consciousness itself nor any substance for it. Everything which hitherto had been the essence for consciousness has receded into these abstractions. – Refined into this purity, consciousness is in its poorest shape, and this poverty, which constitutes its sole possession, is in itself a disappearing. This absolute certainty in which substance has been dissolved is the absolute untruth which collapses into itself. It is absolute self-consciousness within which consciousness is swallowed up.

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Conversaciones en el Atrium

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