Gespräche in der Dämmerung 00639
Parte de:
C. (BB) El espíritu [C. (BB) Der Geist] / Capítulo VI: El espíritu [VI. Der Geist] / C. El espíritu seguro de sí mismo. La moralidad [C. Der seiner selbst gewisse Geist. Die Moralität] / c. La conciencia moral [Gewissen], y el alma bella, el mal y su perdón [c. Das Gewissen. Die schöne Seele, das Böse und seine Verzeihung]
[La cosmovisión moral kantiana se disuelve]
Tabla de contenidos [ocultar]
Gespräche in Jena
[639] Ferner ist dies Selbst als reines sich selbst gleiches Wissen das schlechthin Allgemeine, so daß eben dies Wissen als sein eigenes Wissen, als Überzeugung die Pflicht ist. Die Pflicht ist nicht mehr das dem Selbst gegenübertretende Allgemeine, sondern ist gewußt, in dieser Getrenntheit kein Gelten zu haben; es ist jetzt das Gesetz, das um des Selbsts willen, nicht um dessen willen das Selbst ist. Das Gesetz und die Pflicht hat aber darum nicht allein die Bedeutung des Fürsichseins, sondern auch des Ansichseins, denn dies Wissen ist um seiner Sichselbstgleichheit willen eben das Ansich. Dies Ansich trennt sich auch im Bewußtsein von jener unmittelbaren Einheit mit dem Fürsichsein; so gegenübertretend ist es Sein, Sein für Anderes. – Die Pflicht eben wird jetzt als Pflicht, die vom Selbst verlassen ist, gewußt, nur Moment zu sein; sie ist von ihrer Bedeutung, absolutes Wesen zu sein, zum Sein, das nicht Selbst, nicht für sich ist, herabgesunken und also Sein für Anderes. Aber dies Sein für Anderes bleibt eben darum wesentliches Moment, weil das Selbst als Bewußtsein den Gegensatz des Fürsichseins und des Seins für Anderes ausmacht und jetzt die Pflicht an ihr unmittelbar Wirkliches, nicht mehr bloß das abstrakte reine Bewußtsein ist.
Conversaciones en Valencia
[639] Además este self, en cuanto puro saber igual a sí mismo, es lo absolutamente universal X263X,1Repare el lector en que ese saber es absolutamente universal consistiendo a la vez en no ser sino el self individual, el self particular. de manera que precisamente este saber, en cuanto su propio saber, es decir, en cuanto convicción, es el deber. El deber no es ya el universal o lo universal que se contrapone al self, sino que es sabido como no teniendo validez alguna en tal quedar separado del self, ese universal es ahora la ley que es en virtud del self, en vez de que el self sea en virtud de ella [o por mor de ella]. Pero no por ello tiene entonces la ley solamente el significado del ser-para-sí, sino también el del ser-en-sí, pues este saber, en virtud de su igualdad consigo mismo, es precisamente el en-sí. Y en la conciencia [Bewusstseyn] este en-sí se separa [por tanto] también de esa inmediata unidad con el ser-para-sí; y quedándole así enfrente es como ese en-sí es ser [Seyn], es decir: ser-para-otro. — Y precisamente el deber, en cuanto deber dejado así por el self [en cuanto dejado o soltado por el self, en los términos que acabamos de describir], es sabido como siendo sólo un momento; ese deber se viene abajo de ese su significado de consistir en ser absoluto [absolutes Wesen], y se convierte en ser que no es self, que no es para-sí y es, por tanto, ser-para-otro. Pero este ser-para-otro [Seyn für anderes] sigue siendo un momento esencial precisamente porque el self, en cuanto conciencia [Bewusstseyn], constituye la contraposición entre el ser-para-sí y el ser-para-otro [entre sujeto y objeto] y ahora el deber, en él mismo [el deber en lo que el deber está siendo en ese su ser para otro] es inmediatamente real, ya no es la pura conciencia abstracta.
Algunas aclaraciones
X263X = Repare el lector en que ese saber es absolutamente universal consistiendo a la vez en no ser sino el self individual, el self particular.
Conversaciones en Madrid
[639] Además, este sí-mismo, en cuanto saber puro igual a sí mismo, es lo simplemente universal, de tal manera que justamente esta esencia, en cuanto saber suyo propio, en cuanto convicción, es el deber. El deber no es ya lo universal que se enfrenta al sí-mismo, sino que se sabe de él que no tiene ninguna vigencia en este estado de separación; ahora es la ley la que, en virtud del sí-mismo, y no de ella, es el sí-mismo. Pero, por esa razón, la ley y el deber no tienen solamente el significado del ser-para-sí, sino también del ser-en-sí, pues ese saber, en virtud de su seipseigualdad, es justamente lo en-sí. Esto en-sí se separa también, dentro de la conciencia, de aquella unidad inmediata con el ser-para-sí; así, puesto enfrente, es ser, ser para otro. — De este deber se sabe ahora que, en cuanto deber abandonado por el sí-mismo, es sólo momento, ha descendido desde su significado de ser esencia absoluta al ser que no es sí-mismo, que no es para sí, que es, pues, ser para otro. Pero este ser para otro sigue siendo un momento esencial justamente porque el sí-mismo, en cuanto conciencia, constituye la oposición del ser-para-sí y del ser para otro, y ahora, el deber es en él mismo algo inmediatamente efectivo, no es ya meramente la conciencia abstracta pura.
Conversations in Washington
[639] [639]2We kept the numeration given by the editor in the printed edition Furthermore, as self-equal pure knowing, this self is the universal pure and simple, such that it is just this knowing as its own knowing, as conviction, which is duty. Duty is no longer the universal confronting the self. Rather, duty is known to have no validity when it is separated in that way. The law now exists for the sake of the self and not the other way around, not the self existing for the sake of the law. But for that reason law and duty do not signify being-for-itself alone. Rather, they also signify being-in-itself, for on account of its self-equality, this knowing is just the in-itself. In consciousness this in-itself separates itself from that former immediate unity with being-for-itself; facing off in that way, this in-itself is being, being for others. – Duty, as duty deserted by the self, is now known to be only a moment. It has sunken from meaning the absolute essence, to meaning only “being,” which is not the self, which is not for itself, and is thus a being for others. However, for that very reason, this being for others remains an essential moment because the self, as consciousness, constitutes the opposition between being-for-itself and being for an other, and now duty, in its immediate actuality, is no longer merely abstract pure consciousness.
Conversaciones en el Atrium
EN CONSTRVCCION
EN CONSTRVCCION