Gespräche in der Dämmerung 00604

Parte de:

C. (BB) El espíritu [C. (BB) Der Geist] / Capítulo VI: El espíritu [VI. Der Geist] / C. El espíritu seguro de sí mismo. La moralidad [C. Der seiner selbst gewisse Geist. Die Moralität] / a. La visión moral del mundo [a. Die moralische Weltanschauung]

 

[Resumen del primer y segundo postulados]

Gespräche in Jena

[604] Das erste Postulat war die Harmonie der Moralität und der gegenständlichen Natur, der Endzweck der Welt, das andere die Harmonie der Moralität und des sinnlichen Willens, der Endzweck des Selbstbewußtseins als solchen; das erste also die Harmonie in der Form des Ansich-, das andere in der Form des Fürsichseins. Was aber diese beiden extremen Endzwecke, die gedacht sind, als Mitte verbindet, ist die Bewegung des wirklichen Handelns selbst. Sie sind Harmonien, deren Momente in ihrer abstrakten Unterschiedenheit noch nicht zum Gegenstande geworden; dies geschieht in der Wirklichkeit, worin die Seiten im eigentlichen Bewußtsein, jede als die andere der anderen auftritt. Die hierdurch entstehenden Postulate enthalten, wie vorher nur die getrennten [447] an sich und für sich seiende Harmonien [enthielten], jetzt an und für sich seiende.

Siguiente párrafo

Párrafo anterior

Ir al índice

Conversaciones en Valencia

[Resumen del primer y segundo postulados]

[604]1Epígrafe: Resumen del primer y segundo postulados. El primer postulado era la armonía entre la moralidad y la naturaleza objetiva, es decir, el fin último del mundo; el segundo era la armonía entre la moralidad y la voluntad sensible, es decir, el fin último de la autoconciencia como tal X240X;2Vide infra Algunas aclaraciones X240X. el el primero era, pues, la armonía en forma del ser-en-sí [en forma de ser-en-sí], el segundo en forma del ser-para-sí [en forma de ser-para-sí]. Y lo que une como término medio los extremos que representan estos dos fines últimos, en este venir éstos necesariamente pensados [es decir, en el tener que pensar necesariamente a ambos], es el movimiento de la acción real misma [el movimiento que representa la acción real misma]. Son armonías [es decir, en ese venir necesariamente sólo pensados, ambos fines son armonías], los momentos de las cuales [o los momentos que representan las cuales] no se han convertido aún en objeto en ese su ser ellos [el en-sí y el para-sí] abstractamente distintos; esto sucede en la realidad, en donde ambos lados hacen acto de presencia en la conciencia propiamente dicha, cada uno de ellos [cada uno de esos lados] como otro del otro. Y los postulados que surgen por medio de ello, así como el primero y el segundo contenían [tenían por contenido] respectivamente y por separado la armonía que es en sí y la armonía que es para sí, los postulados que vienen ahora, digo, contienen [tienen por contenido] la armonía que es en y para sí.

Algunas aclaraciones

X240X = Y lo que estamos viendo, digo, es precisamente cómo se articula esta unidad que ya se nos dio al final del sección anterior (cap. VI, B, III), la cual unidad ha de incluir toda realidad. El motivo más básico de esta inmisericorde crítica de Hegel es que la interpretación kantiana de esa unidad deshace en vaguedad, lejanía, niebla y representaciones inconsistentes la radical autopresencia, actualidad y autoactualidad de lo Absoluto sesabiente, el mediodía del espíritu, el carácter absoluto del presente que se tiene inmediatamente delante a sí mismo en su incondicionada legitimidad, es decir, todos los resultados del cap. VI, B, I, cap. VI, B, II, y cap. VI, B, III.

Por otro lado, la temática de la Crítica de la razón práctica de Kant está insistentemente vista por Hegel desde la Crítica de juicio. No podía ser menos si el espíritu se entiende como negatividad referida a sí misma que se tiene ella a sí ahí delante como fin último suyo, y ese tenerse ahí delante significa también Anschauung, quedarse ella para sí a la vista.

En esta insistente presencia de la Crítica del juicio de Kant en toda esta discusión sobre la moralidad, es decir, en esta discusión sobre la Crítica de la razón práctica de Kant, creo que debe verse tanto una referencia a Schiller, tal como vengo sugiriendo (véase nota X235X en 00602), como también una referencia a Schelling, a los que Hegel en toda esta cuestión no podía menos de tener presente, lo mismo que a Fichte. En lo que respecta a Schelling, me refiero a los temas que Schelling habría de tratar más tarde en Sobre la esencia de la libertad humana (1809), en donde Schelling apela a las mismas fuentes a las que apela Hegel en el cap. VII, C.

Tenga, pues, presente el lector que en todo este cap. VI, C, y en el cap. VII, Hegel mira no sólo a la «Crítica del juicio teleológico», sino también a la «Crítica del juicio estético», tal como la ven Schiller o Schelling. La «analítica de lo bello», como he dicho, se convierte principalmente en marco de la referencia a Schiller. Para Schiller el arte es el elemento y en cierta manera también el modo como la libertad moderna se tiene delante a sí misma y se es ella para sí en su carácter absoluto. Y con la «analítica de lo sublime» se relaciona un arte moderno y contemporáneo que muy bien puede llamarse «religión del arte» y que tiene directamente que ver con la temática de ese escrito de Schelling y, por tanto, con temas básicos de La religión dentro de los límites de la pura razón, que a Hegel especialmente interesan, con la cuestión del ser absoluto de la libertad en su «quedar velado en negro». El hilo conductor de estas referencias es desde el cap. VI, B, III, la problemática de la libertad, que en su tenerse ella ahí delante en su ser absoluto, no puede serse sino como causa finalis, como punto o acabamiento del que todo cuelga, como Endzweck der Welt, es decir, como objetivo final del mundo, en el sentido de los parágrafos 83 ss. de la Crítica del juicio de Kant.

Siguiente párrafo

Párrafo anterior

Ir al índice

Conversaciones en Madrid

[604] El primer postulado era la armonía de la moralidad y de la naturaleza objetual, fin final del mundo; el otro era la armonía de la moralidad y de la voluntad sensible X*X,3De nuevo, Hegel se refiere al postulado kantiano del sumo bien como fin último, que también puede ser pensado como fin último del mundo. CF. KdU 424; además, cf. Fichte: Kritik aller Offenbarung, p. 41, 60. En FW 5, 40, 52 y sigs. fin final de la autoconciencia como tal; el primero, entonces, la armonía en la forma de lo en-sí, el otro en la forma del ser-para-sí. Pero lo que, como término medio, une los extremos de estos dos fines últimos, que son pensados, es el movimiento del obrar efectivo mismo. Son armonías cuyos momentos, en su condición de diferencias abstractas, no han llegado todavía a ser objeto; esto acontece en la realidad efectiva en la que los lados entran en escena dentro de la conciencia propiamente dicha, cada uno como el otro del otro. Los postulados que surgen a consecuencia de esto, igual que antes contenían sólo separadamente las armonías que son en sí y y las que son para sí, ahora contienen las que son en y para sí.

Algunas aclaraciones

X*X = De nuevo, Hegel se refiere al postulado kantiano del sumo bien como fin último, que también puede ser pensado como fin último del mundo. CF. KdU 424; además, cf. Fichte: Kritik aller Offenbarung, p. 41, 60. En FW 5, 40, 52 y sigs.

Siguiente párrafo

Párrafo anterior

Ir al índice

Conversations in Washington

[604] [604]4We kept the numeration given by the editor in the printed edition The first postulate was the harmony of morality and objective nature, the final purpose of the world; the other was the harmony of morality and the sensuous will, the final purpose of self-consciousness as such. The former is thus the harmony in the form of being-in-itself, and the latter is the harmony in the form of being-for-itself. However, the mediating middle that combines these two extreme final ends, as they have been conceived, is the movement of actual acting itself. They are harmonies whose moments have not yet become objects in their abstract differentiatedness from each other. This occurs in actuality, in which the aspects appear in real consciousness, where each comes on the scene as the other of the other. The postulates thereby arising contain, as before, only the separated harmonies in themselves and existing for themselves, which are now harmonies existing in and for themselves.

Siguiente párrafo

Párrafo anterior

Ir al índice

Conversaciones en el Atrium

EN CONSTRVCCION

EN CONSTRVCCION

Siguiente párrafo

Párrafo anterior

Ir al índice

Sidebar



error: Content is protected !!