Gespräche in der Dämmerung 00602
Parte de:
C. (BB) El espíritu [C. (BB) Der Geist] / Capítulo VI: El espíritu [VI. Der Geist] / C. El espíritu seguro de sí mismo. La moralidad [C. Der seiner selbst gewisse Geist. Die Moralität] / a. La visión moral del mundo [a. Die moralische Weltanschauung]
[Primer postulado: armonía entre la moralidad y la naturaleza]
Tabla de contenidos
Gespräche in Jena
[602] Das moralische Bewußtsein kann nicht auf die Glückseligkeit Verzicht tun und dies Moment aus seinem absoluten Zwecke weglassen. Der Zweck, der als reine Pflicht ausgesprochen wird, hat wesentlich dies an ihm, dies einzelne Selbstbewußtsein zu enthalten; die individuelle Überzeugung und das Wissen von ihr machten ein absolutes Moment der Moralität aus. Dieses Moment an dem gegenständlich gewordenen Zwecke, an der erfüllten Pflicht, ist das sich als verwirklicht anschauende einzelne Bewußtsein oder der Genuß, der hiermit im Begriffe, zwar nicht unmittelbar der Moralität, als Gesinnung betrachtet, liegt, allein im Begriffe der Verwirklichung derselben. Hierdurch aber liegt er auch in ihr als Gesinnung; denn diese geht darauf, nicht Gesinnung im Gegensatze des Handelns zu bleiben, sondern zu handeln oder sich zu verwirklichen. Der Zweck als das Ganze mit dem Bewußtsein seiner Momente ausgesprochen, ist also dies, daß die erfüllte Pflicht ebensowohl rein moralische Handlung als realisierte Individualität sei und die Natur, als die Seite der Einzelheit gegen den abstrakten Zweck, eins sei mit diesem. – So notwendig die Erfahrung von der Disharmonie beider Seiten ist, weil die Natur frei ist, ebenso ist auch die Pflicht allein das Wesentliche und die Natur gegen sie das Selbstlose. Jener ganze Zweck, den die Harmonie ausmacht, enthält die Wirklichkeit selbst in sich. Er ist zugleich [444] der Gedanke der Wirklichkeit. Die Harmonie der Moralität und der Natur oder – indem die Natur nur insofern in Betracht kommt, als das Bewußtsein ihre Einheit mit ihm erfährt – die Harmonie der Moralität und der Glückseligkeit ist gedacht als notwendig seiend, oder sie ist postuliert. Denn Fordern drückt aus, daß etwas seiend gedacht wird, das noch nicht wirklich ist; eine Notwendigkeit nicht des Begriffs als Begriffs, sondern des Seins. Aber die Notwendigkeit ist zugleich wesentlich die Beziehung durch den Begriff. Das geforderte Sein gehört also nicht dem Vorstellen des zufälligen Bewußtseins an, sondern es liegt im Begriffe der Moralität selbst, dessen wahrer Inhalt die Einheit des reinen und einzelnen Bewußtseins ist; dem letzteren gehört dies an, daß diese Einheit für es als eine Wirklichkeit sei, was im Inhalte des Zwecks Glückseligkeit, in seiner Form aber Dasein überhaupt ist. – Dies geforderte Dasein oder die Einheit beider ist darum nicht ein Wunsch oder, als Zweck betrachtet, nicht ein solcher, dessen Erreichung noch ungewiß wäre, sondern er ist eine Forderung der Vernunft oder unmittelbare Gewißheit und Voraussetzung derselben.
Conversaciones en Valencia
[Primer postulado: armonía entre la moralidad y la naturaleza]
[602]1Epígrafe: Primer postulado: armonía entre la moralidad y la naturaleza. Pero la conciencia moral no puede renunciar a la felicidad, y no puede eliminar de su fin absoluto ese momento [el que representa la felicidad]. El fin que es declarado puro deber tiene esencialmente en él como ingrediente suyo el contener a esta autoconciencia individual; la convicción [Überzeugung] individual y el saber de ese deber constituyen un momento absoluto de la moralidad. En el fin convertido en objetivo [es decir, cuando el fin se ha convertido en un objeto ahí, es decir, cuando el fin se ha realizado] y en el deber cumplido, ese momento [el de la convicción] es la conciencia individual [einzelnes] que se mira (o se ve) como realizada, o lo que es lo mismo: ese momento es el placer y goce, el cual, por tanto, no radica, ciertamente, de forma inmediata en el concepto de la moralidad [en el concepto de moralidad], considerada ésta como intención o actitud [Gesinnung], sino sólo en el concepto de su realización [de la realización o plasmación o Verwirklichung de esa intención o de esa actitud]. Pero por medio de esto último, ese goce está incluido también en la moralidad como intención; pues esta intención [Gesinnung] se endereza a no quedarse en intención [es decir, a no quedarse en Gesinnung] en contraposición con la acción, sino que se endereza a actuar, o lo que es lo mismo: se endereza a realizarse. El fin expresado, expresado como el todo, es decir, expresado en su totalidad, es decir, incluyendo la conciencia de sus momentos, es, pues, que el deber cumplido [el cumplimiento del deber] sea tanto pura acción moral como también individualidad [Individualität] realizada, y que la naturaleza, en cuanto lado [o parte] de la individualidad frente al fin abstracto, resulte finalmente una con éste. — Y por necesaria que sea la experiencia de la no-armonía entre ambos lados porque la naturaleza es libre [es decir, porque la naturaleza va a su aire], ello no es óbice para que el deber sea lo único esencial y, frente al deber, la naturaleza sea lo carente de self [por tanto, la naturaleza sea la inesencia frente a la esencia, pues hemos quedado en que la esencia es pensamiento pensante que se tiene él por objeto, en que la esencia es self-idad]. Por tanto, aquel fin considerado completo, que la armonía constituye [que la armonía es], contiene en sí a la realidad misma. Pero ese fin es a la vez la idea [Gedanke] de la realidad [la idea de realidad o la noción de realidad a la altura de la presente figura de la conciencia]. Por tanto, la armonía entre moralidad y naturaleza, o lo que es lo mismo (por cuanto la naturaleza sólo entra en consideración en cuanto la conciencia hace experiencia de la unidad de la naturaleza con la conciencia): la armonía entre moralidad y felicidad, esa armonía, digo, está pensada o tiene que estar pensada como siendo necesaria, o lo que es lo igual: esa armonía es una armonía postulada X235X.2Vide infra Algunas aclaraciones X235X. Pues postular quiere decir que algo que aún no es real es pensado como siendo (y, por cierto, como siendo necesariamente); una necesidad no del concepto como concepto, sino del ser [es decir, una necesidad no conceptual sino entitativa]; pero la necesidad [de lo postulado] es a la vez esencialmente la relación (o una relación) mediante el concepto [es decir, una relación con el ser de lo postulado, establecida mediante el concepto]. Por tanto, el ser postulado [o ese ser exigido] no pertenece al representar de la conciencia contingente [no es sólo una representación de la conciencia contingente, no es algo que la conciencia se represente contingentemente y no más, o que le quede ahí delante pudiendo también no quedarle], sino que radica en el concepto mismo de la moralidad [en el concepto mismo de moralidad], cuyo verdadero contenido [el verdadero contenido del cual concepto] es la unidad X236X3Vide infra Algunas aclaraciones X236X. de la conciencia pura y la conciencia individual [de la conciencia pura, reines, y de la conciencia individual, contingente, suelta, einzelnes]; a esta última pertenece el que esta unidad sea para ella como una realidad [es decir, que para ella esa unidad lo sea en cuanto realidad que alguna vez se vea ahí, quede efectivamente ahí], lo cual, en lo que respecta al contenido del fin, es felicidad [o consiste en felicidad], y en lo que se refiere a la forma [que ese fin ha de acabar cobrando] es existencia [o consiste en existencia] X237X.4Sintácticamente, las tres últimas líneas resultan muy confusas en el original, por tanto no estoy seguro de la traducción. Esta existencia postulada o la unidad de ambas [es decir, de la conciencia pura y la conciencia individual] no es solamente un deseo, o, considerada como fin, no es solamente un fin cuya consecución fuese todavía incierta, sino que es una exigencia o postulado de la razón, o una inmediata certeza de la razón y un presupuesto de la razón misma.
Algunas aclaraciones
X235X
Aunque, evidentemente, Hegel se está refiriendo a cuestiones concernientes a los postulados kantianos de la razón práctica, advierta el lector que esta discusión empieza a sonar a la temática que desarrolla Schiller en sus Cartas sobre la educación estética del hombre. A mi juicio lo que a este respecto quiere señalar Hegel es que lo que dice Schiller no es la solución a la problemática que esos postulados contienen, sino que esa problemática, una vez que se la desarrolla como Hegel lo está haciendo aquí, implica precisamente la imposibilidad de lo que Schiller en esa obra pretende. Es decir, Hegel se está refiriendo a la cosmovisión moral que Kant expone en la Crítica de la razón práctica y en la Crítica del Juicio (aunque más bien en la versión que a esa cosmovisión da Fichte). Pero en relación con la Crítica del Juicio no sólo está teniendo a la vista la «Crítica del juicio teleológico», sino también la «Crítica del juicio estético», que naturalmente tiene que ver con el modo como Schiller interpreta el ser-perfecto de la autoconciencia en los escritos mencionados.
X236X
Y lo que estamos viendo es precisamente cómo se articula esta unidad que ya se nos dio al final del sección anterior (cap. VI, B, III), la cual unidad ha de incluir toda realidad; es a través de los postulados como la incluye; o mejor: el concepto de razón práctica de Kant, incluyendo los postulados de la razón práctica, es una primera interpretación de esa unidad, interpretación que Hegel en lo que sigue va a desmontar inmisericordemente.
X237X
Sintácticamente, las tres últimas líneas resultan muy confusas en el original, por tanto no estoy seguro de la traducción.
Conversaciones en Madrid
[602] La conciencia moral no puede renunciar a la felicidad X158X5Glückseligkeit. También podría ser «beatitud». No es la mera dicha o fortuna. y dejar este momento fuera de su fin absoluto. El fin que se enuncia como deber puro conlleva, esencialmente, esto: contener a esta autoconciencia singular; la convicción individual y el saber acerca de ella constituyen un momento absoluto de la moralidad. Este momento en el fin que ha llegado a ser objetual, en el deber cumplido, es la conciencia singular que se contempla a sí como efectivamente realizada, o el goce, el cual. por tanto, reside en el concepto, si bien no en el concepto inmediato de moralidad considerada como convicción interior, sino únicamente en el concepto de la realización efectiva de ésta. Pero, entonces, reside también en ella como convicción interior; pues ésta busca no quedarse en convicción interior opuesta a la acción, sino obrar, o realizarse efectivamente. El fin, enunciado como el todo junto con la conciencia de sus momentos, es, entonces, éste: que el deber cumplido sea tanto acción puramente moral como individualidad realizada, y que la naturaleza, en cuanto lado de la singularidad frente al fin abstracto, sea una con éste. — Igual que es necesaria la experiencia de la falta de armonía de ambos lados, porque la naturaleza es libre, también, en la misma medida, el deber es lo único esencial, y la naturaleza, frente a él, es lo que carece de sí-mismo. Todo ese fin que la armonía constituye contiene dentro de sí la realidad efectiva misma. Es, a la vez, el pensamiento de la realidad efectiva. La armonía de la moralidad y de la naturaleza —o bien, en tanto que la naturaleza sólo entra en consideración en la medida en que la conciencia hace la experiencia de su unidad con ella—, la armonía de la moralidad y de la felicidad es pensada como siendo necesariamente, es decir, se la postula X*X.6Hegel se refiere a la doctrina kantiana del sumo bien. Cf. KrV B 838 y sigs.; KpV 198 y sigs.; KdU 418 y sigs. Así como a Fichte, Kritic aller Offenbarung, en Fichte: Versuch einer Kritic aller Offenbarung, Königsberg, 1793, p. 39, 45, 74; cf. FW 5, 39, 42, 60 (trad. cast. Ensayo de una crítica de toda revelación, trad. de Vicente Serrano, Madrid: Editorial Biblioteca Nueva, 2002). Pues la palabra «exigir» expresa que se piensa que es algo que todavía no es efectivo; expresa una necesidad, no del concepto, en cuanto concepto, sino del ser. Pero la necesidad es, a la vez, esencialmente, la referencia a través del concepto. El ser que se exige no pertenece, pues, al representar de la conciencia contingente, sino que reside en el concepto de la moralidad misma, cuyo verdadero contenido es la unidad de la conciencia pura y la conciencia singular; ala última le pertenece que esta unidad sea para ella como realidad efectiva, lo cual, en el contenido del fin, es felicidad, pero, en su forma, es existencia en general. — Por eso, esta existencia exigida, o la unidad de ambos, no es un deseo, o no es considerada como un fin, no un fin cuya consecución fuera todavía incierta, sino que este fin es una exigencia de la razón, o certeza inmediata y presupuesto de ésta.
Algunas aclaraciones
X158X = Glückseligkeit. También podría ser «beatitud». No es la mera dicha o fortuna.
X*X = Hegel se refiere a la doctrina kantiana del sumo bien. Cf. KrV B 838 y sigs.; KpV 198 y sigs.; KdU 418 y sigs. Así como a Fichte, Kritic aller Offenbarung, en Fichte: Versuch einer Kritic aller Offenbarung, Königsberg, 1793, p. 39, 45, 74; cf. FW 5, 39, 42, 60 (trad. cast. Ensayo de una crítica de toda revelación, trad. de Vicente Serrano, Madrid: Editorial Biblioteca Nueva, 2002.
Conversations in Washington
[602] [602]7We kept the numeration given by the editor in the printed edition Moral consciousness cannot renounce happiness and leave this moment out of its absolute purpose. The purpose, which is expressed as pure duty, essentially contains in it this singular self-consciousness. Both the individual conviction and the knowing of this conviction constituted an absolute moment of morality. This moment in the purpose which has objectively come to be, or in the duty fulfilled, is the singular consciousness intuiting itself as actualized, or it is the gratification which does not thereby immediately lie in the concept of morality regarded as disposition8Gesinnung but which does lie in the concept of the actualization of morality. However, gratification also thereby lies in morality as a disposition, for the disposition does not aim at remaining a disposition in contrast to action; it aims at action, or at actualizing itself. The purpose, expressed as both the whole and the consciousness of its moments, therefore amounts to the following. Duty fulfilled is supposed to be just as much a purely moral action as it is a realized individuality, and nature, as the aspect of singularity in contrast with abstract purpose, is supposed to be at one with this purpose. – As necessary as the experience of the disharmony between the two aspects is, it is because nature is free-standing that duty alone is the essential, and nature, in contrast to duty, is devoid of a self.9das Selbstlose That former purpose, which is constituted in its entirety by the harmony, contains within itself actuality itself. It is at the same time the thought of actuality. The harmony of morality and nature, or – as nature would come into view only insofar as consciousness experiences its unity with it – the harmony of morality and happiness is conceived10gedacht as necessarily existing, or it is postulated. For making that demand expresses that something is thought of as existing which is not yet actual, or a necessity not of the concept as concept but of being. However, the necessity is at the same time essentially a relation by way of the concept. The demanded being therefore does not belong to the representational thinking of a contingent consciousness; rather, it lies in the concept of morality itself, whose true content is the unity of pure and singular consciousness. It pertains to the latter, to singular consciousness, that this unity is supposed to be for it an actuality, that what is happiness in the content of the purpose is in its form existence as such. – For that reason this demanded existence, or the unity of both, is neither a wish, nor, when it is taken as purpose, is it something whose attainment would still be uncertain. Rather, the purpose is a demand of reason, or an immediate certainty and presupposition of reason.
Conversaciones en el Atrium
EN CONSTRVCCION
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