Gespräche in der Dämmerung 00597
Parte de:
C. (BB) El espíritu [C. (BB) Der Geist] / Capítulo VI: El espíritu [VI. Der Geist] / C. El espíritu seguro de sí mismo. La moralidad [C. Der seiner selbst gewisse Geist. Die Moralität]
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Tabla de contenidos
Gespräche in Jena
[597] Das Wissen des Selbstbewußtseins ist ihm also die Substanz selbst. Sie ist für es ebenso unmittelbar als absolut vermittelt [441] in einer ungetrennten Einheit. Unmittelbar – wie das sittliche Bewußtsein weiß und tut es selbst die Pflicht und gehört ihr als seiner Natur an; aber es ist nicht Charakter wie dieses, das um seiner Unmittelbarkeit willen ein bestimmter Geist ist, nur einer der sittlichen Wesenheiten angehört und die Seite hat, nicht in. wissen. – Es ist absolute Vermittlung, wie das sich bildende und das glaubende Bewußtsein; denn es ist wesentlich die Bewegung des Selbsts, die Abstraktion des unmittelbaren Daseins aufzuheben und sich Allgemeines zu werden, – aber weder durch reine Entfremdung und Zerreißung seines Selbsts und der Wirklichkeit noch durch die Flucht. Sondern es ist sich unmittelbar in seiner Substanz gegenwärtig, denn sie ist sein Wissen, sie ist die angeschaute reine Gewißheit seiner selbst; und eben diese Unmittelbarkeit, die seine eigene Wirklichkeit ist, ist alle Wirklichkeit, denn das Unmittelbare ist das Sein selbst, und als die reine, durch die absolute Negativität geläuterte Unmittelbarkeit ist sie reines, ist sie Sein überhaupt oder alles Sein.
Conversaciones en Valencia
[597] El saber de la autoconciencia le es, pues, a ésta la sustancia misma. La sustancia es para la autoconciencia tan inmediata como absolutamente mediada, y ello en indivisa unidad. Inmediata: porque, al igual que la conciencia ética [cap. VI, A], [aquí] la autoconciencia sabe su deber y hace su deber y se pertenece ella a ese su deber como a su naturaleza [como a su sustancia, una especie, pues, de eticidad reflexiva X2271Vide infra Algunas aclaraciones X227X.]; pero a diferencia de la conciencia ética, la autoconciencia [la autoconciencia en la nueva figura que vamos a entrar a considerar] no es carácter X228X2Recuérdese que este término tenía en el cap. VI, A, un preciso sentido terminológico (vide 00465). que en virtud de su inmediatez o a causa de su inmediatez sea espíritu determinado, es decir, que pertenezca sólo a una de las esencialidades éticas y que tenga el lado de no saber o que tenga un lado de no saber [cap. VI, A, b]; la autoconciencia [en la figura que vamos a pasar a considerar ahora] es mediación absoluta, igual que la conciencia que se forma [es decir, igual que la conciencia que era protagonista de la Bildung y de la Ilustración, véase cap. VI, B]; pues esta autoconciencia [la que vamos a pasar a considerar] es esencialmente el movimiento del self de suprimir y superar la abstracción de la existencia inmediata y convertirse en universal; pero ello no mediante el extrañamiento y el desgarramiento de ese su self y la realidad [como sucedía a la conciencia de la Ilustración], ni tampoco mediante la huida [la huida del mundo, como sucedía a la conciencia de la fe], sino que la autoconciencia se es inmediatamente presente en su sustancia, pues esa sustancia es su saber [esa sustancia no es sino el propio saber en que la autoconciencia consiste], esa sustancia es la pura certeza de sí misma, angeschaute, es decir, intuida, vista ahí, que queda ahí a la vista para sí X229X;3Vide infra Algunas aclaraciones X229X.; y precisamente esta inmediatez que es su propia realidad [la propia realidad de la autoconciencia] es toda la realidad, pues lo inmediato [o esto inmediato] es el ser [Seyn] mismo y, en cuanto inmediatez pura purificada por la negatividad absoluta, esa inmediatez es ser puro, ser en puridad, esa inmediatez es ser en general. O lo que es lo mismo: esa inmediatez es todo ser.
Algunas aclaraciones
X227X
La conciencia moderna se es, pues, si acaso, accidente de su propio absoluto ser-libre, el cual absoluto Ser-libre sería aquí la sustancia. Es una idea muy repetida por Hegel en muchas ocasiones, pero sobre todo en la Enciclopedia de lns ciencias filosóficas y en la Filosofía del Derecho, la de que, si la conciencia tradicional es en definitiva accidente de la sustancia a la que pertenece, la conciencia moderna es accidente de su propio ser-libre, en el sentido descrito en el cap. VI, B, III. El valiente antiguo muere por la patria, pues esa su patria es la propia sustancia de él, respecto a la que la existencia de él no es sino un accidente. Para Hegel, el valiente moderno sólo puede estar dispuesto a morir con sentido por su propio absoluto ser-libre en el sentido descrito, como única sustancia respecto a la que su propia existencia pudiera considerarse sólo accidente, pues el saber de la autoconciencia le es aquí a ésta la sustancia misma. Ego sum res cogitans, yo soy una cosa que piensa; ese pensamiento que se tiene y se quiere a sí mismo por contenido, o esa forma de la universalidad (como dice Hegel) que se tiene y se quiere a sí misma por contenido, es la única sustancia respecto a la que la existencia moderna podría ser accidente o que mereciese que uno sacrificase por ella la propia existencia a fin de quedar uno a la altura de sí mismo como pensamiento, es decir, a fin de no quedar uno por debajo de lo que uno mismo es, a fin de no quedar uno demasiado distante de aquello como lo que uno mismo tiene que suponerse.
X228X
Recuérdese que este término tenía en el cap. VI, A, un preciso sentido terminológico (vide 00465).
X229X

Es decir, esa sustancia es la pura certeza de la autoconciencia, tal como la autoconciencia la está viendo ahí, esto es, es por parte de la autoconciencia la pura certeza de sí misma vista e intuida, es decir, la pura certeza de sí misma que la autoconciencia puede mirar como viéndose ella a sí ahí, es decir, es el saber y querer mismo que concuerda ahora plenamente con su objeto, pues el objeto de él no es sino ese propio saber y querer. Téngase muy presente que una posible interpretación de este angeschaute, es decir, de este quedar ahí a la vista, o de este quedarse ahí él a la vista el ser absoluto de la libertad, es la que da Schiller en «Sobre la gracia y la dignidad» (1793) y en Cartas sobre la educación estética del hombre (1795), por referirme a dos textos que sin duda van a ser referentes de Hegel en la discusión que sigue. Pues en el presente pasaje lo que el autor está haciendo es glosar el sentido general de la Crítica de la razón práctica y de la Crítica del juicio de Kant, pero aquí más bien de la «Crítica del juicio teleológico» de ésta última.

Conversaciones en Madrid
[597] El saber de la autoconciencia le es a ésta, entonces, la substancia misma. La substancia es para la autoconciencia, de manera tanto inmediata como absolutamente mediada, dentro de una unidad inseparada. De manera inmediata: al igual que la conciencia ética, la autoconciencia sabe y hace ella misma su deber, y le pertenece a él en cuanto que es su naturaleza; pero no es carácter, como aquélla, la cual, en virtud de su inmediatez, es un espíritu determinado, pertenece a una sola y única de las esencialidad es éticas, tiene el lado de no saber. — Y es mediación absoluta, como la conciencia que se formaba culturalmente y la conciencia creyente; pues es esencialmente ese movimiento del sí-mismo que consiste en cancelar la abstracción de la existencia inmediata y hacerse universal ante sí misma; mas no a través de un extrañamiento y desgarramiento puros de su sí-mismo y de la realidad efectiva, ni tampoco a través de la huida. Sino que ella se es inmediatamente presente a sí misma en su substancia, pues ésta es su saber, es la certeza pura y contemplada de sí misma; y precisamente esta inmediatez, que es su propia realidad efectiva, es toda la realidad efectiva, pues lo inmediato es el ser mismo, y en cuanto inmediatez pura purificada por la negatividad absoluta, es ser puro, es ser como tal, o es todo ser.
Conversations in Washington
[597] [597]4We kept the numeration given by the editor in the printed edition To self-consciousness, its knowing is therefore the substance itself. For it, this substance is as much immediately in one undivided unity as it is absolutely mediated. Immediate – just like ethical consciousness, it both knows its duty and does its duty, and it belongs to it as it does to its own nature. However, it is not character, as is the ethical consciousness, which on account of its immediacy is a determinate spirit and which belongs only to one of the ethical essentialities and has the aspect of not knowing. – It is absolute mediation, like the culturally forming consciousness and the faithful consciousness, for the movement of the self is essentially that of sublating the abstraction of immediate existence and becoming, to itself, universal – but it does this neither through purely alienating and disrupting itself and actuality, nor does it do this by running away. Rather, it is, to itself, immediately current in its substance, for this substance is the intuited pure certainty of itself. And it is this very immediacy which is its own actuality, which, since the immediate is being itself, is itself all actuality, and, as pure immediacy refined and purified by absolute negativity, this immediacy is pure being, is being as such, or is all being.
Conversaciones en el Atrium
EN CONSTRVCCION
EN CONSTRVCCION