Gespräche in der Dämmerung 00568
Parte de:
C. (BB) El espíritu [C. (BB) Der Geist] / Capítulo VI: El espíritu [VI. Der Geist] / B. El espíritu extrañado de sí; la formación o Bildung [B. Der sich entfremdete Geist. Die Bildung] / II. La Ilustración [II. Die Aufklärung] / a. La lucha de la Ilustración contra la superstición [a. Der Kampf der Aufklärung mit dem Aberglauben]
[2.g. El poder de la Ilustración sobre la fe; las unilateralidades que la Ilustración achaca a la fe y las correlativas unilateralidades de la Ilustración]
Tabla de contenidos
Gespräche in Jena
[568] Es ist klar, daß dasselbe bei dem Grunde des Wissens der Fall ist. Das glaubende Bewußtsein anerkennt selbst ein zufälliges Wissen; denn es hat ein Verhältnis zu Zufälligkeiten, und das absolute Wesen selbst ist ihm in der Form einer [420] vorgestellten gemeinen Wirklichkeit; hiermit ist das glaubende Bewußtsein auch eine Gewißheit, welche nicht die Wahrheit an ihr selbst hat, und es bekennt sich als ein solches unwesentliches Bewußtsein diesseits des sich selbst vergewissernden und bewährenden Geistes. – Dies Moment vergißt es aber in seinem geistigen unmittelbaren Wissen von dem absoluten Wesen. – Die Aufklärung aber, welche es daran erinnert, denkt wieder nur an das zufällige Wissen und vergißt das Andere, – denkt nur an die Vermittlung, welche durch ein fremdes Drittes geschieht, nicht an die, worin das Unmittelbare sich selbst das Dritte ist, wodurch es sich mit dem Anderen, nämlich mit sich selbst, vermittelt.
Conversaciones en Valencia
[568] Es claro que lo mismo pasa con el fundamento del saber [lo mismo pasa con la base en que para la conciencia creyente se funda su saber]. La conciencia creyente reconoce ella misma un saber contingente, pues ella guarda una relación con contingencias [es decir, en su saber, la conciencia creyente no tiene más remedio que referirse, o de hecho se refiere, a contingencias, a cosas que pasaron], y el Ser absoluto [das absolute Wesen] le es a ella en la forma de una realidad común y corriente [lo concibe como una realidad más] X182X1Vide infra Algunas aclaraciones X182X. que es objeto de la representación [que es objeto de representaciones]; por tanto, también la conciencia creyente es una certeza que no tiene la verdad en sí misma, y que se confiesa a sí misma como tal conciencia inesencial [y que ella misma se confiese a sí misma como siendo por tanto una conciencia inesencial] que queda aquende el espíritu que se asegura de sí mismo y se acredita a sí mismo. — Pero de ese momento [de ese momento de contingencia] la conciencia creyente se olvida en su saber espiritual inmediato del Ser absoluto [en ese su saber espiritual del Absoluto, caracterizado por su carácter directo e inmediato]. — La Ilustración, en cambio, que se lo recuerda, piensa a su vez sólo en el saber contingente, y olvida lo otro [olvida le otro en que la fe basa su relación con el Ser absoluto, que no es saber contingente], piensa sólo en la mediación que sucede a través de un tercero extraño [que puede por tanto no suceder, que podría no suceder, que podría no haber sucedido] y no en la mediación en la que lo inmediato se es a sí mismo ese tercero [supuestamente contingente], por medio del cual lo Inmediato se media a sí mismo con lo otro, a saber: consigo mismo.
Algunas aclaraciones
X182X = Creo que la insistencia de Hegel en este motivo se debe a que desde el principio le llamó la atención la tranquilidad con que al referirse a lo vivo hablaba Aristóteles de las plantas, los animales, los hombres y el dios, éste último como ζῷον ἀθάνατον, como «viviente inmortal». Platón enseñó a Hegel que en esta forma de hablar se encerraba un imposible. Y sin embargo, a esa enseñanza de Platón Hegel le da alcance en la Fenomenología del espíritu recurriendo al concepto aristotélico de actividad. Cfr. mi introducción.
Conversaciones en Madrid
[568] Es claro que lo mismo ocurre cuando se trata del fundamento del saber. La conciencia creyente, por sí misma, reconoce un saber contingente, pues tiene una relación hacia las contingencias, y la esencia absoluta misma es, a sus ojos, en la forma de una realidad efectiva ordinaria representada; con lo que la conciencia creyente es también una certeza que no tiene la verdad en ella misma, y confiesa ser tal conciencia inesencial, más acá del espíritu que se cerciora y se prueba a sí mismo. — Pero este momento lo olvida en su saber espiritual inmediato de la esencia absoluta. — Mientras que la Ilustración, que se lo recuerda, piensa, por su parte, sólo en el saber contingente, y olvida lo otro: piensa sólo en la mediación que acontece por un tercero extraño, no en aquélla donde lo inmediato se es a sí mismo el tercero con el que se media con lo otro, a saber, consigo mismo.
Conversations in Washington
[568] [568]2We kept the numeration given by the editor in the printed edition It is clear that the same is the case with regard to the ground of knowing. The faithful spirit itself bestows recognition on a contingent knowing, for it has a relation to contingencies, and the absolute essence itself is [331] for it in the form of a represented, ordinary actuality. Thus, the faithful consciousness is also a certainty which does not have the truth in its own self, and it avows itself to be an inessential consciousness of this kind, or to be on the this-worldly side of the self-assuring and self-authenticating spirit. – However, in its spiritually immediate knowing of the absolute essence, the faithful consciousness forgets this moment. – But the Enlightenment, which reminds faith of this, again only thinks of contingent knowing, and it forgets the other – it only thinks of the mediation that comes about through an alien third term, and it does not think of that within which the immediate is, to itself, itself the third term through which it mediates itself with the other, namely, with itself.