Gespräche in der Dämmerung 00559
Parte de:
C. (BB) El espíritu [C. (BB) Der Geist] / Capítulo VI: El espíritu [VI. Der Geist] / B. El espíritu extrañado de sí; la formación o Bildung [B. Der sich entfremdete Geist. Die Bildung] / II. La Ilustración [II. Die Aufklärung] / a. La lucha de la Ilustración contra la superstición [a. Der Kampf der Aufklärung mit dem Aberglauben]
[2.c. Tercer momento de la verdad positiva de la Ilustración: la intercambiable ultimidad del en-sí y del para-otro; las abstracciones del bien y el mal convertidas en las abstracciones más puras del en-sí y el para-otro; hacia la moderna categoría de utilidad]
Tabla de contenidos
Gespräche in Jena
[559] Das dritte Moment der Wahrheit der Aufklärung endlich ist das Verhältnis der einzelnen Wesen zum absoluten Wesen, die Beziehung der beiden ersten. Die Einsicht als reine Einsicht des Gleichen oder Unbeschränkten geht auch über das Ungleiche, nämlich die endliche Wirklichkeit, oder über sich als bloßes Anderssein hinaus. Sie hat zum Jenseits desselben das Leere, auf welches sie also die sinnliche Wirklichkeit bezieht. In die Bestimmung dieses Verhältnisses treten nicht die beiden Seiten als Inhalt ein, denn die eine ist das Leere, und ein Inhalt ist also nur durch die andere, die sinnliche Wirklichkeit, vorhanden. Die Form der Beziehung aber, in deren Bestimmung die Seite des Ansich mithilft, kann nach Belieben [414] gemacht werden; denn die Form ist das an sich Negative und darum das sich Entgegengesetzte; Sein sowohl als Nichts; Ansich wie das Gegenteil; oder, was dasselbe, die Beziehung der Wirklichkeit auf Ansich als das Jenseits ist ebensowohl ein Negieren als ein Setzen derselben. Die endliche Wirklichkeit kann daher eigentlich, wie man es gerade braucht, genommen werden. Das Sinnliche wird also jetzt auf das Absolute als auf das Ansich positiv bezogen, und die sinnliche Wirklichkeit ist selbst an sich; das Absolute macht, hegt und pflegt sie. Wiederum ist sie auch darauf als auf das Gegenteil, als auf ihr Nichtsein bezogen; nach diesem Verhältnisse ist sie nicht an sich, sondern nur für ein Anderes. Wenn in der vorhergehenden Gestalt des Bewußtseins die Begriffe des Gegensatzes sich als Gut und Schlecht bestimmten, so werden sie dagegen der reinen Einsicht zu den reineren Abstraktionen des Ansich– und Für-ein-Anderes-Seins.
Conversaciones en Valencia
[2.c. Tercer momento de la verdad positiva de la Ilustración: la intercambiable ultimidad del en-sí y del para-otro; las abstracciones del bien y el mal convertidas en las abstracciones más puras del en-sí y el para-otro; hacia la moderna categoría de utilidad] X170X1Vide infra Algunas aclaraciones X170X.
[559]2Epígrafe: 2.c. Tercer momento de la verdad positiva de la Ilustración: la intercambiable ultimidad del en-sí y del para-otro; las abstracciones del bien y el mal convertidas en las abstracciones más puras del en-sí y el para-otro; hacia la moderna categoría de utilidad. El tercer momento de la verdad de la Ilustración, finalmente, es la relación de los seres particulares [einzelne Wesen] con el Ser absoluto, es decir, la relación que guardan entre sí los dos primeros momentos [esto es, la relación que guardan con el Absoluto vacío los seres de la certeza sensible] X171X.3Vide infra Algunas aclaraciones X171X. La intelección, en cuanto intelección pura de lo igual o de lo ilimitado va también más allá de lo desigual, es decir, va más allá de la realidad finita [de la realidad sensible], o va más allá de sí como mero ser-otro. Pero por más-allá de ese ser-otro [o de ese ser ella otra], la intelección pura sólo tiene [por en-sí] el vacío, con el cual [con el cual Vacío], por tanto, pone ella en relación la realidad sensible. En la determinación de esta relación no entran [por consiguiente] los dos lados como contenido [como constituyendo ambos lados contenidos que entrasen en relación] pues uno de esos lados es el vacío [o lo vacío], y sólo hay, por tanto, un contenido por el otro lado, por el lado que representa la realidad sensible. Ahora bien, la forma de la relación [la forma de relación] en cuya determinación coadyuva el lado del en-sí [que es el vacío], puede hacerse como uno quiera [ya que en el otro lado opuesto al de la realidad sensible, opuesto al del para-otro, es decir, en el lado del en-sí, no hay nada, está vacío]; pues la forma [de relación] es entonces lo Negativo en sí [o lo en sí Negativo] y, por tanto, lo contrapuesto a sí; ser o también nada X172X;4Vide infra Algunas aclaraciones X172X. en-sí o también lo contrario; o lo que es lo mismo: la relación de la realidad con el en-sí, en cuanto más-allá [o en cuanto el más-allá], es tanto un negar esa realidad como un poner esa realidad. Propiamente, la realidad finita puede tomarse, por tanto, como uno lo necesite. Ora [si así necesitamos mirar lo sensible] lo sensible estará, pues, positivamente referido a lo absoluto como En-sí, y la realidad sensible será también ella misma en sí; el Absoluto la hace, la cuida, la protege y la cultiva. Ora [si así necesitásemos mirarlo] esa realidad estará referida a lo absoluto como su contrario, es decir, como al no-ser de ella [al Absoluto como no ser de esa realidad]; conforme a esta relación [conforme a este su haberse respecto al Absoluto] esta realidad no es en-sí; sino que es sólo para otro. Y así, si en la figura o forma precedente de la conciencia [663] [cap. VI, B, I, a], los conceptos de la contraposición [los conceptos de la contraposición básica, los conceptos básicamente contrapuestos, las abstracciones básicas o idealidades básicas] se determinaban o se determinaron como lo bueno y lo malo, a la figura que representa la intelección pura esos conceptos se le convierten ahora en las abstracciones, más puras, del ser en sí y del ser para otro.
Algunas aclaraciones
X170X
Recuerde el lector para todo lo que sigue las correlaciones que el autor estableció en el cap. VI, B, I, a, entre en-sí, bueno y poder, por un lado, y entre para-sí o para-otro, mal y riqueza, (vide 00487 a 00525) recuerde también el lector los intercambios entre esas dos series de correlaciones, y recuerde finalmente el lector la base trinitaria sobre la que el autor introdujo tales correlaciones (vide notas X91X en 00491; X135X en 00532; y las Conversaciones en el Atrium a 00534). En lo que sigue se trata de modalizaciones o de radicalizaciones de lo mismo, es decir, de una «repetición» de ello.
X171X
Al En-sí del que se va a hablar a continuación se ha referido ya el autor más arriba al introducir la noción de intelección pura (vide especialmente 00534 y ss.), y a ese En-sí volverá a referirse también más abajo. Lo que ahora dice el autor en las líneas que vienen a continuación, en las que hace una referencia al En-sí, que puede que no se entienda bien, es más o menos lo siguiente: la intelección como intelección pura va más allá de la conciencia sensible, va más allá del tener otra cosa ahí delante, trasciende el estar-en-otra-cosa, trasciende el ser-otro o el ser-otra propios de la conciencia sensible, va más allá del ser-otro de la conciencia sensible, va a lo infinito e ilimitado del self, el cual self todavía no se sabe como siendo él mismo eso infinito e ilimitado; va, por tanto, a lo que no es otro o a lo que no consiste en ser-otro; va, por tanto, al en-sí o a lo en-sí. Pero ese en-sí no puede ser sino un vacío, una idealidad u objetualidad que consiste en no ser nada, como ya hemos visto. Ahora bien, la relación con algo que consiste en no ser nada, puede tomar la forma que uno quiera, o al menos queda exenta de toda ligadura por parte del objeto.
X172X

Advierta el lector que, conforme a esto, y como ya he sugerido más arriba (véase nota X182X al cap. V), en la teología ilustrada, que no puede ser sino teología negativa (y, por tanto, en la teología negativa), son lo mismo teísmo y ateísmo: esto ya quedaba claro en De mystica theologia de Dionisio Areopagita, en la que a fin de poder negar de la Causa primera (πάντων αἰτία) todo predicado (como no hay más remedio que hacer), había que mantener, sin embargo, el predicado «Causa primera» en función gramatical de sujeto de esas negaciones, de modo que, negado también consecuentemente el predicado «Causa primera», nos quedamos sin sujeto gramatical, es decir, no se está hablando de nada, ni se está negando nada de nada. Digo que en la teología ilustrada, que no puede ser sino teología negativa, y por tanto, también en la teología negativa, teísmo y ateísmo son lo mismo, pero naturalmente, no son lo mismo. Y no lo son, porque tanto en la teología negativa como en la teología ilustrada en general es el teísmo el que supone el ateísmo y es el ateísmo el que supone el teísmo, o porque en ella el teísmo es condición del ateísmo y el ateísmo es condición del teísmo. La negación del Absoluto es una actividad que lo que niega es lo absolutamente otro del propio carácter absoluto de esa actividad. Esta posición queda ya bien cerca de la doctrina del tsim-tsum (de la autonegación y autoexilio de Dios) de las tradiciones de la especulación teológica judía. Y queda cerca, porque tanto esa especulación judía, como la tradición de teología negativa, como esta posición de Hegel, tienen las tres en definitiva la misma fuente remota, el Parménides de Platón. Como ya hemos dicho, al Parménides de Platón y a sus comentarios neoplatónicos, sobre todo al comentario de Proclo, Hegel se refiere en sus Lecciones sobre historia de la filosofía (vide) como importante para su propio pensamiento. Por lo demás, esta misma posición subyace de forma explicita o implícita en casi todo el hegelianismo de izquierdas, o por lo menos aflora insistentemente en él. En el caso de Th. W. Adorno su apelación a un «Absoluto velado en negro» tiene como fuentes tanto a Hegel como a la Cábala judía, pero ambas son remotamente la misma fuente. Y como es sabido, para intelectuales judíos no está excluido el que la pertenencia expresa a la sinagoga no represente sino una expresa y religiosa afirmación de ateísmo.
Conversaciones en Madrid
[559] El tercer momento de la verdad de la Ilustración, finalmente, es la relación de la esencia individual con la esencia absoluta, la referencia de los dos prime- [657] /ros momentos. La intelección, en cuanto intelección pura de lo igual o de lo ilimitado, va también más allá de lo no-igual, esto es, de la realidad efectiva finita, o más allá de sí en cuanto mero ser-otro. Más allá del mismo tiene el vacío, al cual refiere ella, entonces, la realidad efectiva sensible. En la determinación de esta relación no entran los dos lados en cuanto contenido, pues uno de ellos es el vacío, y un contenido, entonces, se da sólo por medio del otro, la realidad efectiva sensible. Pero la forma de la referencia, en cuya determinación coadyuva el lado de lo en-sí, puede hacerse como se quiera; pues la forma es lo negativo en sí, y por eso, lo contrapuesto a sí; es tanto Ser como Nada; lo mismo es en-sí que lo contrario; o bien, lo que es lo mismo, la referencia de la realidad efectiva a lo en-sí en cuanto el más allá es, precisamente, tanto un negarla como un ponerla. De ahí que la realidad efectiva finita, propiamente hablando, pueda tomarse como se precise. Lo sensible es referido ahora positivamente, entonces, a lo absoluto como a lo en-sí; y la realidad efectiva sensible es ella misma en-sí; lo absoluto la hace, la alberga y la cuida. A su vez, ella también está referida a él en cuanto lo contrario, en cuanto su No-ser; según esta relación, ella no es en sí, sino sólo para otro. Si en la figura previa de la conciencia los conceptos se determinaban como lo bueno y lo malo, ahora, en cambio, a ojos de la intelección pura, se convierten en las abstracciones puras del ser en sí y ser para otro.
Conversations in Washington
[559] [559]5We kept the numeration given by the editor in the printed edition The third moment of the truth of the Enlightenment is finally the relationship which the singular essence bears to the absolute essence, which is the relation of the first two moments. Insight, as the pure insight of the [326] equal, or, the unrestricted, also goes beyond the unequal, namely, finite actuality, or goes beyond itself as mere otherness. For the other-worldly beyond of this otherness, it has the void to which it therefore relates sensuous actuality. Both aspects of the matter do not enter into the determination of these relationships as content, for the one is the void, and therefore a content is present only through the other, sensuous actuality. However, the form of the relation, in the determination of which the aspect of the in-itself lends a hand, can be construed arbitrarily, for the form is the negative in itself and for that reason is what is self-opposed. It is being as well as nothing, is the in-itself as well as the opposite, or, what comes down to the same thing, the relation of actuality to an in-itself as an other-worldly beyond is just as much a negating as it is a positing of that actuality. Finite actuality can thus in effect be taken precisely as one needs to take it. The sensuous is thus now positively related to the absolute as the in-itself, and sensuous actuality itself is in itself. The absolute makes it, takes care of it, and looks after it. In turn, actuality is also related to it as it is related to the opposite, to its non-being. According to this relation, sensuous actuality is not in itself but rather only for an other. However much in the preceding shape of consciousness the concepts of the opposition were determined as the good and the bad, still in pure insight they will become the even purer abstractions of being-in-itself and being-for-an-other.