Gespräche in der Dämmerung 00548

Parte de:

C. (BB) El espíritu [C. (BB) Der Geist] / Capítulo VI: El espíritu [VI. Der Geist] / B. El espíritu extrañado de sí; la formación o Bildung [B. Der sich entfremdete Geist. Die Bildung] / II. La Ilustración [II. Die Aufklärung] / a. La lucha de la Ilustración contra la superstición [a. Der Kampf der Aufklärung mit dem Aberglauben]

 

[1.c. La fe como lo otro en que la intelección pura se tiene a sí misma, o la fe como intelección pura que se ignora a sí misma; la categoría; lo que la Ilustración y su lucha son en sí, con un excurso acerca de la confianza y del reconocerse en el otro]

Gespräche in Jena

[548] In diesen Widerspruch verwickelt sie sich dadurch, daß sie sich in Streit einläßt und etwas anderes zu bekämpfen meint. – Sie meint dies nur, denn ihr Wesen als die absolute Negativität ist dieses, das Anderssein an ihr selbst zu haben, Der absolute Begriff ist die Kategorie; er ist dies, daß das Wissen und der Gegenstand des Wissens dasselbe ist. Was hiermit die reine Einsicht als ihr Anderes, was sie als Irrtum oder Lüge ausspricht, kann nichts anderes sein als sie selbst; sie kann nur das verdammen, was sie ist. Was nicht vernünftig ist, hat keine Wahrheit, oder was nicht begriffen ist, ist nicht; indem also die Vernunft von einem Anderen spricht, als sie ist, spricht sie in der Tat nur von sich selbst; sie tritt darin nicht aus sich heraus. – Dieser Kampf mit dem Entgegengesetzten [404] vereinigt darum die Bedeutung in sich, ihre Verwirklichung zu sein. Diese besteht nämlich eben in der Bewegung, die Momente zu entwickeln und sie in sich zurückzunehmen; ein Teil dieser Bewegung ist die Unterscheidung, in welcher [sich] die begreifende Einsicht sich selbst als Gegenstand gegenüberstellt; solange sie in diesem Momente verweilt, ist sie sich entfremdet. Als reine Einsicht ist sie ohne allen Inhalt, die Bewegung ihrer Realisierung besteht darin, daß sie selbst sich als Inhalt wird, denn ein anderer kann ihr nicht werden, weil sie das Selbstbewußtsein der Kategorie ist. Aber indem sie ihn zuerst in dem Entgegensetzen nur als Inhalt und ihn noch nicht als sich selbst weiß, verkennt sie sich in ihm. Ihre Vollendung hat daher diesen Sinn, den ihr zuerst gegenständlichen Inhalt als den ihrigen zu erkennen. Ihr Resultat wird dadurch aber weder die Wiederherstellung der Irrtümer, welche sie bekämpft, noch nur ihr erster Begriff sein, sondern eine Einsicht, welche die absolute Negation ihrer selbst als ihre eigene Wirklichkeit, als sich selbst erkennt, oder ihr sich selbst erkennender Begriff. – Diese Natur des Kampfs der Aufklärung mit den Irrtümern, in ihnen sich selbst zu bekämpfen und das darin zu verdammen, was sie behauptet, ist für uns, oder was sie und ihr Kampf an sich ist. Die erste Seite desselben aber, ihre Verunreinigung durch die Aufnahme des negativen Verhaltens in ihre sichselbstgleiche Reinheit ist es, wie sie für den Glauben Gegenstand ist, der sie also als Lüge, Unvernunft und schlechte Absicht erfährt, so wie er für sie Irrtum und Vorurteil ist. – In Rücksicht auf ihren Inhalt ist sie zunächst die leere Einsicht, der ihr Inhalt als ein Anderes erscheint, sie findet ihn daher in dieser Gestalt, daß er noch nicht der ihrige ist, vor als ein von ihr ganz unabhängiges Dasein, in dem Glauben.

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Conversaciones en Valencia

[548] Y en esta contradicción se ve envuelta la intelección pura porque se pone a pelear, y piensa o se imagina o supone [meynt] estar combatiendo algo distinto. — Sólo lo piensa, o lo imagina, o lo supone, porque su esencia [es decir, la esencia de la intelección pura], en cuanto negatividad absoluta, consiste en tener en ella misma el ser-otro [en esto consiste el ser ella concepto, aunque se empiece ignorando en ese su carácter]. El concepto absoluto es la categoría; lo cual quiere decir: el concepto absoluto consiste en que el saber y el objeto del saber son lo mismo X156X.1Una sencilla definición de lo que sólo quedará completo en el cap. VIII, y que hasta ahora ha tenido como hitos más relevantes y que se han ido implicando mutuamente la conciencia escéptica y la «conciencia desgraciada», la categoría, «la cosa misma»: el espíritu, y (dentro del espíritu) la intelección pura. Por tanto, aquello que la intelección pura declara lo otro de ella, aquello que ella declara error o mentira, no puede ser otra cosa que ella misma; ella no puede sino anatematizar lo que ella misma es. Lo que no es racional no tiene verdad ninguna, o lo que es lo mismo: lo que no está entendido y comprendido [lo que no está transido por el concepto y reducido a éste, begriffen] no es [es decir, no lo hay] X157X;2Esto es, lo que no está begriffen, aquello a lo que conceptualmente no se le ha dado cobro, es decir, el objeto que finalmente no llega a ser sabido como siendo el sujeto, simplemente no es. por tanto, la razón, al hablar de otro distinto de ella, no está hablando en realidad sino de ella misma; en ese hablar, ella no está saliendo de sí. — Así pues, esta lucha con lo contrapuesto une en sí el significado de ser la realización de la intelección pura [el significado de haberse con un otro que no es sino ella misma, por tanto el significado de cobrar ella realidad]. Pues esa realización consiste en el movimiento de desarrollar esa intelección sus momentos y de retomarlos en sí; una parte de este movimiento es la distinción en la que la intelección, al concebir o entender [al concebirse o entenderse, al ha- [649] /cerse concepto de sí, es decir, la begreifende Einsicht], se pone enfrente de sí misma como objeto, o se contrapone a sí misma como objeto; mientras se demora en este momento, está extrañada de sí misma. Como intelección pura carece de todo contenido; y el movimiento de su realización consiste en que ella misma se vuelve contenido de sí misma, pues a ella no puede devenirle ningún otro contenido, ya que ella es la autoconciencia de la categoría. Pero en cuanto ella, en lo contrapuesto [en lo contrapuesto a ella], sólo sabe ese contenido [que es ella], sólo lo sabe, digo, como contenido, y todavía no lo sabe como a sí misma, se está desconociendo a sí misma en él. Su consumación [es decir, la consumación de la intelección pura] tiene [o tendrá], por tanto, el sentido siguiente: el contenido que primero empieza siéndole a ella un contenido objetivo [es decir, algo que tiene para ella la forma de un objeto distinto de ella], la intelección pura ha de reconocerlo como suyo, es decir, reconocerlo como de ella. El resultado de esa consumación no será pues ni el restablecimiento de los errores que ella combate, ni tampoco su resultado puede ser su primer concepto [el primer concepto de ella, el concepto de ella del que se ha partido], sino que el resultado tiene que ser una intelección que reconozca ella la absoluta negación de sí misma como su propia realidad, es decir, como a sí misma, o lo que es lo mismo: que se sea ella misma [que se sea ella a sí misma] su concepto conociéndose a sí misma X158X.3Vide infra Algunas aclaraciones X158X. — Esta naturaleza de la lucha de la Ilustración con los errores, es decir, esta naturaleza de esa lucha, la cual naturaleza consiste en combatirse en ellos a sí misma y anatematizar en ellos lo que la Ilustración afirma, la naturaleza de esa lucha, digo, es para nosotros, o lo que es lo mismo: esa naturaleza es lo que la Ilustración y su lucha son en sí. Y el primer lado negativo de esa lucha, el ensuciarse o mancharse la Ilustración, al tener ella que asumir o encajar dentro de su pureza [dentro de la pureza de la Ilustración o del puro inteligir] igual a sí misma el comportamiento negativo, habrá de consistir o consistirá en cómo la intelección pura se convierte en objeto de la fe; pues la fe la ve [ve a la intelección pura] como mentira, como sinrazón, como mala intención, lo mismo que para ella la fe es error y prejuicio. — [Vamos a pasar, pues, a ver cómo la intelección pura encaja en su propia pureza el comportamiento negativo:] En lo que respecta al contenido de la intelección pura, ésta empieza siendo intelección vacía, a la que su contenido empieza apareciéndole como otro, ella se lo encuentra ahí, por tanto, en la figura o forma que consis- [650] /te en que ese contenido no es todavía el suyo, se lo encuentra como una existencia enteramente independiente de la intención pura, se lo encuentra en la fe.

Algunas aclaraciones

X156X

Una sencilla definición de lo que sólo quedará completo en el cap. VIII, y que hasta ahora ha tenido como hitos más relevantes y que se han ido implicando mutuamente la conciencia escéptica y la «conciencia desgraciada», la categoría, «la cosa misma»: el espíritu, y (dentro del espíritu) la intelección pura.

X157X

Esto es, lo que no está begriffen, aquello a lo que conceptualmente no se le ha dado cobro, es decir, el objeto que finalmente no llega a ser sabido como siendo el sujeto, simplemente no es.

X158X

Tenga presente el lector que se trata aquí del Absoluto de la fe, el cual Absoluto resulta ser concepto. Ese Absoluto, precisamente en ese su carácter de Absoluto se volverá tema en el cap. VII (sobre la religión) y resultará de nuevo darse alcance como concepto (cap. VIII, «Saber absoluto»). Empieza, pues, a divisarse el final del libro. Y tenga también presente el lector que este Absoluto de la fe, del que vamos a hablar aquí, que resulta ser concepto, no es sino aquello de lo que ya venimos hablando desde el principio del cap. V al introducir la noción de categoría, la cual se nos siguió de lo tratado en el cap. III, convertido en autoconciencia y en razón autoconsciente a lo largo del cap. IV. El lector irá asimismo comprobando en lo que sigue, que este objeto de la fe que resulta ser concepto y que, también cuando lo abordemos en ese su estar ahí delante en su carácter de Absoluto [cap. VII], resultará asimismo ser concepto [cap. VIII], parece que por el momento sólo se deja atrapar en términos de una teología negativa que se diría se vuelve existente en la propia esencial vacuidad y superficialidad de la existencia moderna.

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Conversaciones en Madrid

[548] La intelección se enreda en esta contradicción por entrar en la lucha y creerse que combate contra algo distinto. — Esto es sólo lo que ella se cree, pues su esencia, en cuanto negatividad absoluta, es esto: tener al ser-otro en ella misma. El concepto absoluto es la categoría; es esto: que el saber y el objeto del saber son lo mismo. Lo que, por tanto, enuncia la intelección pura como su otro, lo que ella enuncia como error o mentira, no puede ser otra cosa que ella misma; lo único que puede hacer es maldecir lo que ella es. Lo que no es racional, no tiene verdad ninguna, o en otros términos, lo que no está concebido, no es; la razón, entonces, al hablar de otro distinto de lo que ella es, habla de hecho sólo de sí misma; y de este modo no sale de sí misma. — Por eso, esta lucha con lo contrapuesto reúne dentro de sí el significado de ser su realización efectiva. Pues ésta consiste precisamente en el movimiento de desarrollar los momentos y recogerlos de vuelta dentro de sí; una parte de este movimiento es la diferenciación en la que la intelección concipiente se enfrenta a sí misma como objeto; mientras que se demora en este momento, está extrañada de sí. En cuanto pura intelección, carece de todo contenido; el movimiento de su realización consiste en que ella misma llega a serse a sí como contenido, pues otro contenido no puede llegar a ser suyo, porque ella es la autoconciencia de la categoría. Pero, en tanto que, de primeras, lo sabe dentro de lo contrapuesto sólo como contenido, y no lo sabe todavía como ella misma, no se está reconociendo dentro de él. Por [643] eso, su compleción tiene este sentido de reconocer como suyo el contenido que inicialmente, a sus ojos, era objetual. Pero, de esta manera, su resultado no será ni el restablecimiento de los errores que combate ni tampoco será sólo su primer concepto, sino una intelección que reconoce la negación absoluta de sí misma como su propia realidad efectiva, como sí misma, o en otros términos, como su concepto reconociéndose a sí mismo. — Esta naturaleza de la lucha de la Ilustración con los errores, por la que ella se combate a sí misma en ellos, y condena en esa lucha lo que afirma, es para nosotros, o en otros términos, es lo que ella y su lucha son en-sí. El primer lado de esa lucha, empero, su contaminación por acoger el comportamiento negativo en su pureza igual a sí misma, es el modo en que ella es objeto para la fe: la cual, entonces, la experimenta como mentira, como sinrazón e intención perversa; igual que la fe es para ella, la Ilustración, error y prejuicio. — En lo que respecta a su contenido, la Ilustración es, primero, la intelección vacía, ante la que su contenido aparece como otro, y por eso se lo encuentra en esta figura de que todavía no es el suyo, como una existencia totalmente independiente de ella: en la fe.

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Conversations in Washington

[548] [548]4We kept the numeration given by the editor in the printed edition It is thereby entangled in this contradiction as a result of having both let itself get into this quarrel and as a result of thinking of itself as doing battle with something other. – This is what it means to do, for its essence as absolute negativity is just its having otherness in its own self. The absolute concept is the category; it is knowing and the object of knowing being one and the same. What pure insight thereby expresses as its other, what it expresses as an error or a lie, can be nothing but it itself; it can only condemn what it is. What is not rational has no truth, or what [318] is not conceptually comprehended is not; while reason thus speaks of an other, it really speaks only of itself; in doing so, it does not manage to get outside of itself. – For that reason, this struggle with the opposite unifies within itself the meaning that it is insight’s own actualization. This consists in the very movement of developing the moments and taking them back into itself. One part of this movement is the difference in which comprehending insight confronts itself as object to itself, and as long as it lingers in this moment, it is alienated from itself. As pure insight, it is without any content; the movement of its realization consists in it itself becoming, to itself, the content, for an other cannot become, to it, the content because it is the self-consciousness of the category. However, while insight at first knows the content in its opposite only as content, and does not as yet know it as itself, pure insight fails to see itself in it. Hence, the sense of its culmination is that it cognizes the content, which, to itself is initially objective, as its own. However, its result will thereby neither be the re-establishment of the errors against which it fights, nor will it only be its first concept, but rather it will be an insight which knows the absolute negation of itself as its own actuality, which cognizes itself, or cognizes its own self-cognizing concept. – This nature of the Enlightenment’s struggle with errors is that in struggling with them it is struggling with itself, and that it is condemning in them what it asserts, is for us, or what it and its struggle in itself are. However, the first aspect of this struggle is the pollution of the Enlightenment through its incorporation of negative conduct into its self-equal purity, the way in which it is an object for faith. That is, it lies in the way faith therefore experiences it as lies, unreason, and malicious intent, just as for the Enlightenment, faith is itself experienced as error and prejudice. – As regards its content, it is in the first place empty insight whose content appears to it as an other. Hence, in faith it comes across this content in this shape which is not yet its own, as an existence totally independent of it.

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Conversaciones en el Atrium

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