Gespräche in der Dämmerung 00534
Parte de:
C. (BB) El Espíritu [C. (BB). Der Geist] / Capítulo VI: El espíritu [VI. Der Geist] / B. El espíritu extrañado de sí; la formación o Bildung [B. Der sich entfremdete Geist. Die Bildung] / I. El mundo del espíritu extrañado de sí mismo [I. Die Welt des sich entfremdeten Geistes] / b. La fe y la intelección pura [b. Der Glaube und die reine Einsicht]
[La intelección pura considerada en y de por sí]
Tabla de contenidos
Gespräche in Jena
[534] In der reinen Einsicht aber ist der Begriff das allein Wirkliche; [396] und diese dritte Seite des Glaubens, Gegenstand für die reine Einsicht zu sein, ist das eigentliche Verhältnis, in welchem er hier auftritt. – Die reine Einsicht selbst ist ebenso teils an und für sich, teils im Verhältnisse zur wirklichen Welt, insofern sie noch positiv, nämlich als eitles Bewußtsein vorhanden ist, teils endlich in jenem Verhältnisse zum Glauben zu betrachten.
Conversaciones en Valencia
[La intelección pura considerada en y de por sí]
[534]1Epígrafe: La intelección pura considerada en y de por sí. En cambio, en la intelección pura [en la pura Einsicht], el concepto es lo único real; y este tercer lado de la fe, el de ser objeto del inteligir puro, es la relación propiamente dicha en que la fe se presenta aquí X138X.2Vide infra Algunas aclaraciones X138X. — Y a su vez, a la intelección pura misma hemos de considerarla, en parte en y para sí, en parte en relación con el mundo real, en cuanto ese mundo real está ahí todavía positivamente (a saber: como conciencia vana), y en parte, finalmente, en esa su relación con la fe.
Algunas aclaraciones
X138X
Éste es el tercer lado desde el que había que considerar la fe, conforme a los tres lados enunciados más arriba (en sí misma, en su relación con la realidad, y en su relación con la intelección pura). Y en realidad nosotros estamos viendo la fe desde la intelección pura y, por tanto, en definitiva estamos considerando ya la relación entre ambas. Es decir, ya «aquí» estamos haciendo esa consideración.
Pero en realidad el autor demora esta consideración hasta cap. VI, B, II, a; lo que el autor pasa a considerar ahora es la intelección pura, también conforme a esos tres lados o relaciones señaladas más arriba, es decir, en sí misma, en su relación con la realidad, y en su relación con la fe. En lo que resta del presente apartado el autor va a considerar lo primero, es decir, la intelección pura considerada en y por sí misma; lo segundo, es decir, la intelección pura en su relación con la realidad, lo considerará en cap. VI, II, b, y lo tercero, la relación de la intelección pura con la fe, lo considerará en cap. VI, B, II, a. La distribución de temas, aunque no se atenga a lo que el autor empieza indicando, es, por tanto, lógica: primero el autor ha considerado la fe en y de por sí (lo ha hecho en el presente apartado, cap. VI, B, I, b); segundo, considera la fe en su relación con la realidad (también en el presente apartado, cap. VI, B, I, b); tercero, pasa a considerar la intelección pura en y de por sí (asimismo en el presente apartado); cuarto (cap. VI, B, II, a), pasa a considerar la relación entre la fe y la intelección pura («La lucha de la Ilustración con la superstición»); y quinto (cap. VI, B, II, b), pasa a considerar la intelección pura en su relación con la realidad («La verdad de la Ilustración»).
Conversaciones en Madrid
[534] En la intelección pura, sin embargo, el concepto es lo único efectivamente real; y este tercer lado de la fe, que consiste en ser objeto para la intelección pura, es la relación propiamente dicha con la que ella, la fe, entra aquí en escena. La intelección pura misma habrá de ser examinada en la misma medida, primero, en y para sí, luego, en la relación con el mundo efectivo, en cuanto que éste todavía se da positivamente, a saber, como conciencia vana, y tercero, finalmente, en aquella relación con la fe.
Conversations in Washington
[534] [534]3We kept the numeration given by the editor in the printed edition However, in pure insight the concept alone is the actual, and this third aspect of faith, that of being an object for pure insight, is the genuine relation in which faith comes on the scene here. – Likewise, pure insight itself is in part in and for itself and in part in its relationship to the actual world insofar as the actual world is still positively present, namely, as vain consciousness, and finally, it is in part to be examined in that relationship to faith.
Conversaciones en el Atrium
Aufheben como «Desengaño» y el camino hacia la Fe como el Pensamiento del Pensamiento: Intelección pura
[Apuntes preliminares a una nota]
(desde 00529)
* Empleo del termino Aufheben, como «Desengaño» en 00533. Primer «atisbo» de la vanidad del mundo. Es importante destacar, como quedó explícito desde el apartado anterior (VI, B, I, a; vide 00525), Hegel está relacionando la idea de espíritu con la conciencia escéptica. (Vide nota en Conversaciones en Madrid), Geist y Eitelkeit, espíritu y vanidad, quedan siempre en Hegel tan estrechamente asociados como quedan en el Eclesiastés la nociones ruah (aire, soplo, spiritus) Y habel (vanidad), y curiosamente como quedan asociadas en la sátira (págs. 422 ss.) de Diderot las nociones de esprit y vanité.
* En 00536, el término »Eigenheit«, como la «singularidad» de cada persona, pero también con resonancias que hacen referencia a las «maneras» o «modos» —los usos y costumbres— de una determinada colectividad. Aunque, como quedó destacado en nota X144X (ahí en 00536), en algunos escritores místicos, Eigenheit, la característica propia de uno, tenía también el sentido —que no podía escapársele a Hegel— del apego excesivo a uno mismo y el propio provecho, de egoísmo. «La honrilla», ese «airecillo», al que Gracián denuncia en su vacuidad.
* Los tres momentos para ese «Desengaño». A más de lo que el propio Hegel está diciendo en los dos párrafos precedentes y el presente, recordemos que el proceso triple que requiere la conciencia, se está emulando a la Santísima Trinidad y las argumentaciones a su favor que ha hecho San Agustín —al que Hegel viene «espejeando» desde VI, B, I, a y principio de b—, para superar las concepciones platónica y aristotélica. Ese tercer movimiento permite al Logos hacerse «Carne», «Hombre»; pero en nuestro desengaño permite finalmente pensar el pensamiento («atrapar a la tan vacilona ‘conciencia’». «Dar razón de sí» es el objeto final del texto.
* La propia concepción de «religión» en el apartado anterior (VI, B, I, a; vide 00527 nota XX*X) no atañe a la religión «institucionalizada», tanto del Catolicismo o el Protestantismo, sino más bien a «prácticas de sí-mismo» (esos «modos de vida filosóficos», esos «ejercicios espírituales») que constituyeron los movimientos pietista —en Alemania—, jansenista —en Francia— o el Wesleyanismo —en Inglaterra. Todos ellos basados en una fe como sentimiento interior del «individuo» (¿conciencia natural?).
* Muy relacionado con lo anterior, el gran problema del escépticismo («Filosofía y Religión tienen el mismo objeto»). Pues será a través del pietismo que la hermenéutica se desarrolle en la tradición alemana. El problema del la hermenéutica del Espíritu Santo en nosotros mismos (en nuestra interioridad.
EN CONSTRVCCION
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