Gespräche in der Dämmerung 00527

Parte de:

C. (BB) El Espíritu [C. (BB). Der Geist] / Capítulo VI: El espíritu [VI. Der Geist] / B. El espíritu extrañado de sí; la formación o Bildung [B. Der sich entfremdete Geist. Die Bildung] / I. El mundo del espíritu extrañado de sí mismo [I. Die Welt des sich entfremdeten Geistes] / b. La fe y la intelección pura [b. Der Glaube und die reine Einsicht]

 

[Que el todo es lo falso; el más allá material, la religión como ley del mundo de la Bildung]

Gespräche in Jena

[527] Wie hier die Religion – denn es erhellt, daß von ihr die Rede ist – als der Glaube der Welt der Bildung auftritt, tritt sie noch nicht auf, wie sie an und für sich ist. – Sie ist uns schon in anderen Bestimmtheiten erschienen, als unglückliches Bewußtsein nämlich, als Gestalt der substanzlosen Bewegung des Bewußtseins selbst. – Auch an der sittlichen Substanz erschien sie als Glaube an die Unterwelt; aber das Bewußtsein des abgeschiedenen Geistes ist eigentlich nicht Glaube, nicht das Wesen im Elemente des reinen Bewußtseins jenseits des Wirklichen gesetzt, sondern er hat selbst unmittelbare Gegenwart; sein Element ist die Familie. Hier aber ist die Religion teils aus der Substanz hervorgegangen und ist reines Bewußtsein derselben; teils ist dies reine Bewußtsein seinem wirklichen, das Wesen seinem Dasein entfremdet. Sie ist also zwar nicht mehr die substanzlose Bewegung des Bewußtseins, aber hat noch die Bestimmtheit des Gegensatzes gegen die Wirklichkeit als diese überhaupt und gegen die des Selbstbewußtseins insbesondere; sie ist daher wesentlich nur ein Glauben.

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Conversaciones en Valencia

[527] Tal como la religión se nos presenta aquí (pues está claro que estamos hablando de la religión) como ley del mundo de la Bildung, tal como la religión se nos presenta aquí, digo, todavía no se nos está presentado como la religión es en y para sí. — Pues la religión nos ha aparecido ya en otras determinidades, como conciencia desgraciada [cap. IV, B], por ejemplo, es decir, como forma o figura de un movimiento de la conciencia misma o del movimiento de la conciencia misma carente de sustancia [como el movimiento de la autoconciencia al verse ésta carente de sustancia]. — También en la sustancia ética nos aparecía la religión como fe en el mundo subterráneo [cap. VI, A, a, b], pero la conciencia del espíritu separado, del espíritu ido, del espíritu difunto [la conciencia que tiene por contenido al espíritu difunto], no es propiamente fe, no es el ser o esencia [Wesen] puesta en el elemento de la conciencia pura [de una pura relación sujeto-objeto] más allá de lo real, sino que ese espíritu tiene él mismo presencia inmediata; su elemento es la familia. — Pero aquí [es decir, en la figura que entramos a considerar] la religión ha surgido o ha salido [hervorgegangen] [despegándose], en parte, de la sustancia, y es pura conciencia de esa sustancia o conciencia pura de esa sustancia [del Todo extrañado]; y, en parte, esta conciencia pura está extrañada de su conciencia real, es decir, la esencia está extrañada de la existencia [el ser, Wesen, es decir,lo que la conciencia es, está extrañado del quedar la conciencia ahí]. Por tanto, la religión, ciertamente, no es ya ningún movimiento de la conciencia carente de sustancia [porque, aunque en otro sitio, la conciencia tiene esa sustancia], pero tiene todavía la determinidad de la contraposición [la determinidad que representa la contraposición] respecto a la realidad en cuanto esta realidad en general y respecto a la realidad de la autoconciencia en particular; la religión es, por tanto, [aquí] esencialmente sólo fe, un creer.

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Conversaciones en Madrid

[527] Tal como entra en escena aquí la religión —pues es evidente que de ella estamos hablando—, como la fe del mundo de la cultura XX*X,1Vide infra Algunas aclaraciones XX*X. no entra todavía tal como ella es en y para sí. — Se nos ha aparecido ya en otras determinidades, a saber, como conciencia desdichado, como figura del movimiento, carente de substancia, de la conciencia misma. — También en la substancia ética aparecía como creencia en el mundo subterráneo, pero la conciencia del espíritu que ha partido no es propiamente fe, no es la esencia puesta dentro del elemento de la conciencia pura más allá de la efectivamente real, sino que tiene ella misma una presencia inmediata; su elemento es la familia. — Aquí, sin embargo, la religión, en parte ha brotado de la substancia, y es conciencia pura de ella; en parte, esa conciencia pura se ha hecho extraña a su conciencia efectiva, la esencia se ha hecho extraña a su existencia. La religión no es ya, ciertamente, el movimiento sin substancia de la conciencia, pero no tiene todavía la deterrninidad de la oposición frente a la realidad efectiva en cuanto ésta en general, ni frente a la de la autoconciencia en particular, por eso, esencialmente, es sólo una fe.

Algunas aclaraciones

XX*X = En realidad, la forma de religión en la que piensa Hegel durante esta sección, englobándolas bajo la fe, no es la religión institucionalizada de la Iglesia, sino todo el movimiento pietista —en Alemania—, jansenista —en Francia— o el Wesleyanismo —en Inglaterra—: todos ellos eran reacciones frente a la ortodoxia institucional, y defienden más bien una fe constituida por el sentimiento interior del individuo. Todo un sentimentalismo religioso que guardaba más paralelos con la Ilustración racionalista y naturalista, con la que discute en esta sección, que con una Iglesia institucional propia del mundo feudal anterior, o, en todo caso, del XVII.

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Conversations in Washington

[527] [527]2We kept the numeration given by the editor in the printed edition Just as religion – for it is clear that it is religion that is being spoken of – comes on the scene here as the faith belonging to the world of cultural formation, religion does not yet come on the scene as it is in and for itself. – It has already appeared before us in other types of determinateness, namely, as the unhappy consciousness, as the shape of the substance-less movement of consciousness itself. – In ethical substance it also appeared as a faith in the netherworld, but consciousness of the departed spirit is not really faith, not really the essence posited in the element of a pure consciousness which lies beyond the actual. Rather, faith itself has an immediate present; its element is the family. – However, religion has here in part emerged from the substance and is the pure consciousness of that substance; this pure consciousness, the essence, is in part alienated from its actual existence. Thus, it is indeed no longer the movement of substance-less consciousness, but it still bears the determinateness of opposition to actuality as this actuality itself, and it is the opposition to the actuality of self-consciousness in particular. It is thus essentially only a faith.

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Conversaciones en el Atrium

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