Gespräche in der Dämmerung 00522

Parte de:

C. (BB) El espíritu [C. (BB) Der Geist] / Capítulo VI: El espíritu [VI. Der Geist] / B. El espíritu extrañado de sí; la formación o Bildung [B. Der sich entfremdete Geist. Die Bildung] / I. El mundo del espíritu extrañado de sí mismo [I. Die Welt des sich entfremdeten Geistes] / a. La formación (Bildung) y su reino de la realidad (o la Bildung y su reino de realidad frente al más-allá ideal) [a. Die Bildung und ihr Reich der Wirklichkeit]

 

[De nuevo el lenguaje como existencia del espíritu, ahora en lo que respecta a la relación de la autoconciencia con la riqueza; de la existencia del espíritu de la Bildung como un universal hablar; El sobrino de Rameau de Diderot como un perfecto darse lenguaje el espíritu de la Bildung; el mundo de la Bildung como «mundo del revés»]

Gespräche in Jena

[522] Betrachten wir der Rede dieser sich selbst klaren Verwirrung gegenüber die Rede jenes einfachen Bewußtseins des Wahren und Guten, so kann sie gegen die offene und ihrer bewußte Beredsamkeit des Geistes der Bildung nur einsilbig sein; denn es kann diesem nichts sagen, was er nicht selbst weiß und sagt. Geht es über seine Einsilbigkeit hinaus, so sagt es daher dasselbe, was er ausspricht, begeht aber darin noch dazu die Torheit zu meinen, daß es etwas Neues und Anderes [387] sage. Selbst seine Silben, schändlich, niederträchtig, sind schon diese Torheit, denn jener sagt sie von sich selbst. Wenn dieser Geist in seiner Rede alles Eintönige verkehrt, weil dieses sich Gleiche nur eine Abstraktion, in seiner Wirklichkeit aber die Verkehrung an sich selbst ist, und wenn dagegen das gerade Bewußtsein das Gute und Edle, d.h. das sich in seiner Äußerung Gleichhaltende, auf die einzige Weise, die hier möglich ist, in Schutz nimmt – daß es nämlich seinen Wert nicht darum verliere, weil es an das Schlechte geknüpft oder mit ihm gemischt sei; denn dies sei seine Bedingung und Notwendigkeit, hierin bestehe die Weisheit der Natur –, so hat dies Bewußtsein, indem es zu widersprechen meinte, damit nur den Inhalt der Rede des Geistes in eine triviale Weise zusammengefaßt, welche gedankenlos, indem sie das Gegenteil des Edlen und Guten zur Bedingung und Notwendigkeit des Edlen und Guten macht, etwas anderes zu sagen meint als dies, daß das edel und gut Genannte in seinem Wesen das Verkehrte seiner selbst, so wie das Schlechte umgekehrt das Vortreffliche ist.

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Conversaciones en Valencia

[522] [625] Si consideramos el modo como habla esta confusión que se es clara a sí misma, y lo comparamos con el modo que tenía de hablar la conciencia simple de lo verdadero y lo bueno, resulta que la forma de hablar de esta conciencia última no tendrá más remedio que ser monosilábica [mono-tona], de demasiadas pocas palabras, frente a la abierta y franca y consciente elocuencia y locuacidad del espíritu de la formación o Bildung [del espíritu formado y cultivado]; pues esa conciencia no podrá decir a este espíritu nada que este mismo espíritu no sepa y diga. Y cuando esa conciencia va más allá de su carácter monosilábico [va más allá de sus pocas palabras, de su monotonía, de su andar siempre con la misma cantinela], entonces resulta que precisamente por eso, no está diciendo sino lo mismo que el espíritu [formado y cultivado] expresa, pero en ello está cometiendo además la tontería de pensar que ella [la conciencia no cultivada] podría decir algo nuevo y distinto. Pero incluso esas sus pocas sílabas, esa su monotonía, esas sus pocas palabras (como son sus parcas y monótonas referencias a lo torpe, lo infame, lo bajo), incluso esas sus pocas sílabas, digo, son ya una tontería, pues aquel espíritu las dice también de sí mismo. Y si ese espíritu [formado y cultivado], cuando habla, pervierte y vuelve del revés todo lo monótono, porque eso igual a sí mismo es sólo una abstracción, y en su realidad [ese espíritu formado y cultivado] no es sino un quedar en sí del revés todo ello, y si, en cambio, la conciencia honesta y veraz toma bajo su protección lo bueno y lo noble (es decir, aquello que en la expresión de ese espíritu se mantiene igual a sí mismo) de la única manera que cabe aquí protegerlo, a saber: mostrando que [lo bueno y lo noble] no pierde su valor porque quede asociado con lo malo o mezclado con ello, pues en eso estriba la condición y necesidad [Bedingung und Nothwendigkeit] de lo bueno y lo noble, y en ello consiste la sabiduría de la naturaleza, resulta, digo, que esa conciencia de lo bueno y lo noble, cuando se imagina, o está pensando en, o está suponiendo contradecir a todo esto, con ello no está haciendo sino un resumen [no está haciendo sino resumir] lo que el espíritu dice, pero lo está haciendo en unos términos triviales que, al convertir de forma carente de pensamiento lo contrario de lo noble y de lo bueno en condición y necesidad de lo noble y de lo bueno, se imagina estar diciendo algo distinto de esto, a saber: que lo que se dice noble y bueno es en su esencia la perversión de sí mismo, así como lo malo es, a la inversa, lo excelente.

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Conversaciones en Madrid

[522] Si ahora examinarnos, frente al discurso de esta confusión que lo tiene muy claro para sí, el discurso de esa conciencia simple X*1X1Probablemente, la nobleza menor y la pequeña burguesía: en la novela de Diderot, M. Bertin, el patrón del sobrino de Rameau. de lo verdadero y de lo bueno, vemos que, frente a la elocuencia abierta y consciente de sí propia del espíritu de la cultura, tal discurso sólo puede consistir en monosílabos; pues no puede decirle a este espíritu nada que él no sepa y diga. Si ella, la conciencia simple, intenta ir más allá de los monosílabos, dirá entonces, por eso, lo mismo que ese espíritu pronuncia, pero cometerá con ello, además, la estupidez de creerse que dice algo nuevo y distinto. Sus mismas sílabas, impúdicas y viles, son ya ésta estupidez, pues aquéllas dice de sí mismo. Si este espíritu invierte en su discurso todo lo monótono porque esto igual a sí es sólo una abstracción, pero en su realidad efectiva es la inversión en sí misma, y sí, en cambio, la conciencia recta toma bajo su protección lo bueno y lo noble, esto es, lo que se mantiene igual a sí en sus manifestaciones, del único modo que es posible aquí, a saber, no perdiendo su valor porque se vea atada a lo malo, o mezclada con ello; —pues tal es su condición y necesidad, en eso consiste la sabiduría de la naturaleza X*2X;2La referencia es, seguramente, a Robinet y su De la nature, donde se discute el equilibrio del bien y del mal en el mundo. Cf. Robinet, J. B.: De la nature, vol. I, Amsterdam, 1763, pp. 67 y sigs. (t. I, cap. 12). entonces, esta conciencia, creyendo contradecir, tan sólo ha compendiado el discurso del espíritu de un modo trivial que, desprovisto de pensamientos, haciendo de lo contrario de lo noble y lo bueno la condición y necesidad de lo noble y lo bueno, cree decir algo distinto de esto: que lo llamado noble y bueno son en su esencia lo contrario de sí mismos, así como lo malo, a la inversa, es lo excelente.

Algunas aclaraciones

X*1X = Probablemente, la nobleza menor y la pequeña burguesía: en la novela de Diderot, M. Bertin, el patrón del sobrino de Rameau.

X*2X = La referencia es, seguramente, a Robinet y su De la nature, donde se discute el equilibrio del bien y del mal en el mundo. Cf. Robinet, J. B.: De la nature, vol. I, Amsterdam, 1763, pp. 67 y sigs. (t. I, cap. 12).

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Conversations in Washington

[522] [522]3We kept the numeration given by the editor in the printed edition If we take the speech of this disorientation, which is so clear to itself, and contrast it with the speech of that simple consciousness of the true and the good, we find that the latter, when confronting the frank and self-aware eloquence of the culturally formed and educated spirit,4Geistes der Bildung can only speak in monosyllables, for it can say nothing to that spirit which the culturally formed and educated spirit does not itself know and say. If it gets beyond speaking in monosyllables, then it says the same thing that the culturally formed and educated spirit expresses, but in doing so, it still commits itself to the foolishness of thinking that it is saying something new and different. Even its own syllables, when it speaks of the disgraceful and the base, are already this foolishness, for the culturally formed and educated consciousness says the same things about itself. However much in its speech this spirit both inverts all that is monotonous, because this self-equal is only an abstraction, in its actuality it is, however, in itself that very inversion, and however much in contrast the unbowed consciousness takes the good and the noble under its protection, i.e., what retains its sameness of meaning in its expression in the only way here possible – which is to say that the good does not lose its value because it is bound up with the bad or mingled with it, for this is supposed to be its condition and necessity, and the wisdom of nature is supposed to lie therein – still this consciousness, while it intends to contradict that speech, has as a result only summed up in a trivial way the content of spirit’s speech – which, while having turned the opposite of the noble and the good into the condition for and the necessity of the noble and the good, and while unthinkingly supposing itself to be saying something other than that what is called noble and good, is in its essence the inversion of itself, just as, conversely, the bad is the excellent.

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Conversaciones en el Atrium

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