Gespräche in der Dämmerung 00519
Parte de:
C. (BB) El espíritu [C. (BB) Der Geist] / Capítulo VI: El espíritu [VI. Der Geist] / B. El espíritu extrañado de sí; la formación o Bildung [B. Der sich entfremdete Geist. Die Bildung] / I. El mundo del espíritu extrañado de sí mismo [I. Die Welt des sich entfremdeten Geistes] / a. La formación (Bildung) y su reino de la realidad (o la Bildung y su reino de realidad frente al más-allá ideal) [a. Die Bildung und ihr Reich der Wirklichkeit]
[De nuevo el lenguaje como existencia del espíritu, ahora en lo que respecta a la relación de la autoconciencia con la riqueza; de la existencia del espíritu de la Bildung como un universal hablar; El sobrino de Rameau de Diderot como un perfecto darse lenguaje el espíritu de la Bildung; el mundo de la Bildung como «mundo del revés»]
Tabla de contenidos
Gespräche in Jena
[519] Wie das Selbstbewußtsein gegen die Staatsmacht seine Sprache hatte oder der Geist zwischen diesen Extremen als wirkliche Mitte hervortrat, so hat es auch Sprache gegen den Reichtum, noch mehr aber hat seine Empörung ihre Sprache. Jene, welche dem Reichtum das Bewußtsein seiner Wesenheit gibt und sich seiner dadurch bemächtigt, ist gleichfalls die Sprache der Schmeichelei, aber der unedlen; – denn was sie als Wesen ausspricht, weiß sie als das preisgegebene, das nicht an sich seiende Wesen. Die Sprache der Schmeichelei aber ist, wie vorhin schon erinnert, der noch einseitige Geist. Denn seine Momente sind zwar das durch die Bildung des Dienstes zur reinen Existenz geläuterte Selbst und das Ansichsein der Macht. Allein der reine Begriff, in welchem das einfache Selbst und das Ansich, jenes reine Ich und dies reine Wesen oder Denken dasselbe sind, – diese Einheit beider Seiten, zwischen welchen die Wechselwirkung stattfindet, ist nicht in dem Bewußtsein dieser Sprache; der Gegenstand ist ihm noch das Ansich im Gegensatze gegen das Selbst, oder der Gegenstand ist ihm nicht zugleich sein eigenes Selbst als solches. – Die Sprache der Zerrissenheit aber ist die vollkommene Sprache und der wahre existierende Geist dieser ganzen Welt der Bildung. Dies Selbstbewußtsein, dem die seine Verworfenheit verwerfende Empörung zukommt, ist [384] unmittelbar die absolute Sichselbstgleichheit in der absoluten Zerrissenheit, die reine Vermittlung des reinen Selbstbewußtseins mit sich selbst. Es ist die Gleichheit des identischen Urteils, worin eine und dieselbe Persönlichkeit sowohl Subjekt als Prädikat ist. Aber dies identische Urteil ist zugleich das unendliche; denn diese Persönlichkeit ist absolut entzweit, und Subjekt und Prädikat [sind] schlechthin gleichgültige Seiende, die einander nichts angehen, ohne notwendige Einheit, sogar daß jedes die Macht einer eigenen Persönlichkeit ist. Das Fürsichsein hat sein Fürsichsein zum Gegenstande, als ein schlechthin Anderes und zugleich ebenso unmittelbar als sich selbst, – sich als ein Anderes, nicht daß dieses einen anderen Inhalt hätte, sondern der Inhalt ist dasselbe Selbst in der Form absoluter Entgegensetzung und vollkommen eigenen gleichgültigen Daseins. – Es ist also hier der seiner in seiner Wahrheit und seines Begriffes bewußte Geist dieser realen Welt der Bildung vorhanden.
Conversaciones en Valencia
[De nuevo el lenguaje como existencia del espíritu, ahora en lo que respecta a la relación de la autoconciencia con la riqueza; de la existencia del espíritu de la Bildung como un universal hablar; El sobrino de Rameau de Diderot como un perfecto darse lenguaje el espíritu de la Bildung; el mundo de la Bildung como «mundo del revés»] X108X1Yo diría que la idea de «mundo invertido» queda proyectada desde el cap. VI, B, I, sobre la temática del cap. III y no al revés. En todo caso el presente pasaje del cap. VI, B, I, a, es un espléndido repaso o «repetición» de la noción de «diferencia absoluta» que se introdujo en el cap. III (vide en 00163).
[519] [621]2Epígrafe: De nuevo el lenguaje como existencia del espíritu, ahora en lo que respecta a la relación de la autoconciencia con la riqueza; de la existencia del espíritu de la Bildung como un universal hablar; El sobrino de Rameau de Diderot como un perfecto darse lenguaje el espíritu de la Bildung; el mundo de la Bildung como «mundo del revés». Así como la autoconciencia tenía su lenguaje frente al poder del Estado o respecto al poder del Estado, y el espíritu surgía o hacía aparición entre estos extremos [entre la autoconciencia y el poder del Estado] como un medio real o como un término medio real, así también la autoconciencia tiene un lenguaje respecto a la riqueza, y más aún tienen lenguaje su sublevación y su ira contra ella. El lenguaje que da a la riqueza la conciencia de su esencia o de su esencialidad [es decir, de estar siendo algo] y que por medio de ello se adueña de ella [de la riqueza], es asimismo el lenguaje de la adulación, pero de la adulación innoble; pues lo que ese lenguaje declara esencia, él sabe muy bien que es la esencia dejada o abandonada, que es la esencia que no es en sí, es decir, lo que en sí no es ser o esencia [Wesen]. Pero el lenguaje de la adulación, como ya antes hemos recordado, es el espíritu todavía unilateral XX*X.3Vide Conversaciones en Madrid, Algunas aclaraciones X*1X. Pues sus momentos son, ciertamente, el self limpio y purificado [de particularidad] por la formación [Bildung] que el servicio comporta, y convertido así en pura existencia o en existencia pura, y el ser-en-sí del poder. Sólo que el puro concepto, o el concepto puro, en el que el self simple y el en-sí (yo puro aquél y pura esencia o pensamiento éste) son lo mismo, es decir, esta unidad de ambos lados entre los que se produce el mutuo obrar del uno sobre el otro, todavía no está [no estaba] en la conciencia de este lenguaje [en el de la conciencia noble]; pues a esta conciencia el objeto le es todavía el en-sí por contraposición con el self, o ese objeto no le es al mismo tiempo su propio self como tal. — De ahí que sea el lenguaje del desgarramiento [por tanto, otro lenguaje, no el de la conciencia noble] el lenguaje perfecto y el verdadero espíritu existente de todo este mundo de la formación [Bildung]. La autoconciencia a la que conviene la íntima sublevación e ira con la que envilece a su vez lo vil, es decir, con la que se sacude de encima su vileza, es inmediatamente la absoluta igualdad consigo misma en el absoluto desgarramiento, la pura mediación de la autoconciencia pura [o de la pura autoconciencia] consigo misma. La [622] autoconciencia es la igualdad del juicio idéntico, en la que una y la misma personalidad es a la vez tanto sujeto como predicado. Pero este juicio idéntico es a la vez el juicio infinito; pues la personalidad está absolutamente disociada, y sujeto y predicado se son entes absolutamente indiferentes que no se importan nada el uno al otro, sin unidad necesaria, e incluso de forma que cada uno de ellos es el poder de una propia personalidad [de ahí que el self tenga muchas]. El ser-para-sí tiene por objeto ese su ser-para-sí, pero como absolutamente otro, y a la vez (de forma igualmente inmediata) como a sí mismo [el ser-para-sí, digo, se tiene por objeto] a sí mismo como otro, pero no de manera que este otro tuviese otro contenido, sino que el contenido es el mismo self en la forma de contraposición absoluta, de existencia indiferente perfectamente propia [de existencia indiferente, pero que es enteramente la suya, de existencia que a él le da igual, pero que es la suya], o de existencia propia perfectamente indiferente [de existencia que es la suya, pero que a él le da igual, pues le es absolutamente extraña]. — Tenemos, pues, presente aquí el espíritu de este mundo real de la formación [o de la Bildung], consciente de sí en su verdad y consciente de su concepto.
Algunas aclaraciones
X108X = Yo diría que la idea de «mundo invertido» queda proyectada desde el cap. VI, B, I, sobre la temática del cap. III y no al revés. En todo caso el presente pasaje del cap. VI, B, I, a, es un espléndido repaso o «repetición» de la noción de «diferencia absoluta» que se introdujo en el cap. III (vide en 00163).
XX*X = Vide Conversaciones en Madrid, Algunas aclaraciones X*1X.
Conversaciones en Madrid
[519] Del mismo modo que la autoconciencia tenía su lenguaje frente al poder estatal, o que el espíritu emergía como término medio efectivamente real entre esos extremos, también tiene lenguaje frente a la riqueza, pero en mayor medida aún, su sublevación tiene su lenguaje. El lenguaje que le da a la riqueza la conciencia de su esencialidad y al hacerlo se apodera de ella es igualmente el lenguaje de la adulación, pero de la adulación innoble; — pues lo que enuncia como esencia sabe que es la esencia abandonada, la que no es en sí. Pero el len- [613] /guaje de la adulación es, como ya hemos recordado antes X*1X,4Cf. supra 00509 y sigs., hasta 00517. el espíritu todavía unilateral. Pues sus momentos son, ciertamente, el sí-mismo purificado en existencia pura por medio de la cultura del servicio, y el ser-en-sí del poder. Mas el concepto puro en el que el sí-mismo simple y lo en-sí, aquel yo puro y esta esencia pura o pensamiento, son lo mismo —esta unidad de los dos lados entre los que tiene lugar la interacción—, no está en la conciencia de este lenguaje; a sus ojos, el objeto es todavía lo en-sí en oposición al sí-mismo; o bien, en otros términos, el objeto todavía no es, a sus ojos, a la vez su propio sí-mismo en cuanto tal. — Pero el lenguaje del desgarramiento es la lengua perfecta y el espíritu verdadero que existe de todo este mundo de la cultura X*2X.5Con «el lenguaje del desgarramiento» hace entrada, en las páginas que siguen, la figura del sobrino de Rameau. Esta autoconciencia, a la que corresponde la sublevación que declara abyecta su abyección, es, inmediatamente, la seipseigualdad absoluta dentro del absoluto desgarramiento, la mediación pura de la autoconciencia pura consigo misma. Es la igualdad del juicio idéntico, en la que una y la misma personalidad es tanto sujeto como predicado. Pero este juicio idéntico es, al mismo tiempo, el juicio infinito; pues esta personalidad se halla absolutamente escindida en dos, y sujeto y predicado son sin más entes indiferentes que no se afectan uno a otro, sin unidad necesaria, hasta el punto de que cada uno es el poder de su propia personalidad. El ser-para-sí tiene por objeto su ser-para-sí en cuanto algo simplemente otro y, a la vez, igual de inmediatamente, en cuanto sí mismo: a sí en cuanto otro, no es que este tuviera otro contenido, sino que el contenido es el mismo sí-mismo en la forma de la absoluta contraposición y de la existencia perfectamente propia e indiferente. — Así pues, lo que está aquí presente, consciente de sí en su verdad y de su concepto, es el espíritu de este mundo real de la cultura.
Algunas aclaraciones
X*1X = Cf. supra 00509 y sigs., hasta 00517.
X*2X = Con «el lenguaje del desgarramiento» hace entrada, en las páginas que siguen, la figura del sobrino de Rameau.
Conversations in Washington
[519] [519]6We kept the numeration given by the editor in the printed edition Just as self-consciousness had its own language when facing off against state-power, or just as spirit came on the scene as the actual mediating middle between these two extremes, self-consciousness too has a language in facing off against wealth, and even more does its indignation have its own language. That language, which supplies wealth with the consciousness of its essentiality and as a result authorizes itself, is likewise the language of flattery, but of the ignoble kind – for what it expresses as the essence, it knows as the relinquished essence, the essence not existing in itself. However, as already noted, the language of flattery is spirit which is still one-sided. To be sure, its moments are those of a self distilled by the cultural formation of service into a pure existence and the being-in-itself of power. But the pure concept in which the simple self and the in-itself, or the former pure I and this pure essence, or thinking, are the same – this unity of both aspects, where reciprocity comes about in the interstices, does not lie in the consciousness of this language. The object is still, to him, the in-itself in opposition to the self, or, to him, the object is not at the same time its own self as such a self. – However, the language of disruption is the perfected language of this entire world of cultural formation as well [302] as its true existing spirit. This self-consciousness, which corresponds to its own indignation, which repudiates its own abjectness, is immediately the absolute self-equality in absolute disruption, the pure mediation of pure self-consciousness with itself. It is the equality of the identical judgment in which one and the same personality is both the subject as well as the predicate. However, this identical judgment is at the same time the infinite judgment, for this personality is absolutely estranged, and subject and predicate are utterly indifferent entities that have nothing to do with each other and which have no necessary unity, even so that each is the power of its own personality. Being-for-itself has its being-for-itself as its object, as an utterly other and at the same time equally immediately as itself – It has itself as an other, but not as an other which would have another content. Rather, the content is the same self in the form of absolute opposition and its own indifferent existence. – Thus, here the spirit of this actual world of cultural formation is present; it is a spirit conscious of itself in its truth and conscious of its concept.