Gespräche in der Dämmerung 00508

Parte de:

C. (BB) El espíritu [C. (BB) Der Geist] / Capítulo VI: El espíritu [VI. Der Geist] / B. El espíritu extrañado de sí; la formación o Bildung [B. Der sich entfremdete Geist. Die Bildung] / I. El mundo del espíritu extrañado de sí mismo [I. Die Welt des sich entfremdeten Geistes] / a. La formación (Bildung) y su reino de la realidad (o la Bildung y su reino de realidad frente al más-allá ideal) [a. Die Bildung und ihr Reich der Wirklichkeit]

 

[Consideraciones sobre lo dicho acerca del lenguaje como existencia del espíritu, y sobre extremos y sobre mediación]

Gespräche in Jena

[508] Der Geist erhält hier diese Wirklichkeit, weil die Extreme, deren Einheit er ist, ebenso unmittelbar die Bestimmung [376] haben, für sich eigene Wirklichkeiten zu sein. Ihre Einheit ist zersetzt in spröde Seiten, deren jede für die andere wirklicher, von ihr ausgeschlossener Gegenstand ist. Die Einheit tritt daher als eine Mitte hervor, welche von der abgeschiedenen Wirklichkeit der Seiten ausgeschlossen und unterschieden wird; sie hat daher selbst eine wirkliche, von ihren Seiten unterschiedene Gegenständlichkeit und ist für sie, d.h. sie ist Daseiendes. Die geistige Substanz tritt als solche in die Existenz, erst indem sie zu ihren Seiten solche Selbstbewußtsein[e] gewonnen hat, welche dieses reine Selbst als unmittelbar geltende Wirklichkeit wissen und darin ebenso unmittelbar wissen, dies nur durch die entfremdende Vermittlung zu sein. Durch jenes sind die Momente zu der sich selbst wissenden Kategorie und damit bis dahin geläutert, daß sie Momente des Geistes sind; durch dieses tritt er als Geistigkeit in das Dasein. – Er ist so die Mitte, welche jene Extreme voraussetzt und durch ihr Dasein erzeugt wird, – aber ebenso das zwischen ihnen hervorbrechende geistige Ganze, das sich in sie entzweit und jedes erst durch diese Berührung zum Ganzen in seinem Prinzip erzeugt. – Daß die beiden Extreme schon an sich aufgehoben und zersetzt sind, bringt ihre Einheit hervor, und diese ist die Bewegung, welche beide zusammenschließt, ihre Bestimmungen austauscht und sie, und zwar in jedem Extreme, zusammenschließt. Diese Vermittlung setzt hiermit den Begriff eines jeden der beiden Extreme in seine Wirklichkeit, oder sie macht das, was jedes an sich ist, zu seinem Geiste.

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Conversaciones en Valencia

[Consideraciones sobre lo dicho acerca del lenguaje como existencia del espíritu, y sobre extremos y sobre mediación]

[508]1Epígrafe: Consideraciones sobre lo dicho acerca del lenguaje como existencia del espíritu, y sobre extremos y sobre mediación. El espíritu cobra aquí esta realidad porque los extremos cuya unidad él constituye tienen asimismo inmediatamente la determinación de ser realidades propias de por sí [para sí]. Su unidad [la unidad de esos extremos o en que habrían de estar fundidos esos extremos] se descompone en lados duros y quebradizos cada uno de los cuales es para el otro un [611] objeto real [u objeto real] excluido de él. La unidad aparece, por tanto, como un término medio que queda excluido [o que es distinto de] la (distinguida o separada) realidad de las partes o lados; por tanto, esa unidad tiene una objetualidad real, distinta de sus lados, y es para ellos, es decir, es algo que está ahí, algo existente [ser-para-otro]. La sustancia espiritual sólo entra como tal en la existencia [o entra recién en la existencia, o sólo empieza entrando en la existencia, o sólo es de verdad existente] cuando gana para sus partes las autoconciencias que [es decir, cuando hace que sus partes cobren una autoconciencia por la que] a este puro self [esas partes] lo saben [primer saber] lo saben, digo, como realidad inmediatamente vigente o válida, y que en ello saben [segundo saber] de modo igualmente inmediato que eso sólo [esa validez] es mediante esa extrañante mediación [mediante ese extrañarse en las partes, recuérdese lo dicho hace un momento sobre el yo y los otros]. Mediante aquel primer saber los momentos se han depurado hasta convertirse en la categoría que se sabe a sí misma, y, por tanto, se han depurado hasta el punto de ser momentos del espíritu; y mediante el segundo saber, éste, el espíritu, entra en la existencia como espiritualidad [es decir, cobra existencia, entra la existencia, sabedor de ese su carácter de espíritu]. — El espíritu es, pues, el término medio que presupone aquellos dos extremos, y que es generado mediante la existencia de ellos, —pero asimismo él, es decir, el espíritu, es el todo espiritual, que irrumpe [que rompe] entre ellos, que se divide y disocia en ellos, y que a cada uno empieza generándolo en su principio precisamente mediante este contacto [de cada uno de los extremos] con el Todo. El que ambos extremos estén ya en sí suprimidos y superados y estén deshechos, es lo que produce o suscita su unidad, y esta unidad es el movimiento que vincula o articula ambos extremos, que intercambia las determinaciones de ellos, y que las articula y las pone en conexión, y, por cierto, en cada uno de los extremos. Esta mediación es, por tanto, la que pone el concepto de cada uno de estos extremos en su realidad [en la realidad de ese concepto], o la que convierte en espíritu aquello que cada uno de estos extremos es en sí.

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Conversaciones en Madrid

[508] El espíritu adquiere aquí esta realidad efectiva porque los extremos cuya unidad él es tienen también inmediatamente la determinación de ser para sí efectividades propias. Su unidad está descompuesta en lados tan rígidos como frágiles, cada uno de los cuales es para el otro un objeto efectivamente real y excluido de ella. Por eso, la unidad emerge como un término medio que viene excluido y diferenciado de la efectividad separada de los lados; por eso, tiene ella misma una objetualidad efectiva, diferente de sus lados, y es para ellos, es decir, es algo que está ahí. La substancia espiritual entra como tal en la existencia, primero sólo en tanto que ha ganado tal autoconciencia como lados suyos, los cuales saben a este sí-mismo puro como efectividad inmediata que vale, y al hacerlo saben también inmediatamente que sólo lo son por la mediación que les hace extraños. Por medio de aquel saber, los momentos llegan a ser categoría que se sabe a sí misma, y por tanto quedan purificados hasta el punto de ser momentos del espíritu; por medio de este saber, el espíritu entra como espiritualidad en la existencia. — Es así el término medio que presupone los extremos, y es engendrado por la existencia de ellos: pero igualmente es el todo espiritual que prorrumpe entre ellos, que se escinde en ellos y engendra a cada uno —sólo ahora— por este contacto con el todo en su principio. — El que ambos extremos estén ya cancelados y descompuestos en sí produce su unidad, y éste es el movimiento que conecta a ambos, intercambia sus determinaciones y los conecta, y por cierto, en cada extremo. Esta mediación, por ende, pone el concepto de cada uno de los dos extremos en su realidad efectiva, o bien, en otros términos, convierte lo que cada uno es en sí en su espíritu.

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Conversations in Washington

[508] [508]2We kept the numeration given by the editor in the printed edition Spirit contains this actuality here because the extremes whose unity it is just as immediately each have the determination to be for itself its own actuality. Their unity is subverted into aloof aspects, each of which is for the other an actual object excluded from it. The unity thus emerges as a mediating middle which is excluded and distinguished from the departed actuality of the two aspects; thus it itself has an actual objectivity differentiated from its aspects, and it is for them, i.e., it is existent.3Daseiendes The spiritual substance enters into existence,4Existenz first while it has gained for its aspects the sort of self-consciousness which knows this pure self to be an actuality which is immediately in force, and therein it just as immediately knows that it is this actuality only through the alienating mediation. Through the former, the moments are refined into the self-knowing category and thereby are refined right up to the point that they are moments of spirit. Through the latter, spirit comes into existence as spirituality.5Geistigkeit. This could also be rendered here as “mindedness.” – In this way, spirit is the mediating middle which presupposes those extremes and is engendered through their existence. – However, it is just as much the spiritual whole welling up between them and which estranges itself into them, and it is only through this contact that, within its principle, it fashions each of them into the whole. – That both extremes are already sublated and subverted in themselves is what brings out their unity, and this unity is the [296] movement which merges both of them together, which exchanges their determinations, namely, merges them together within each extreme. This mediation thereby places6setzt. Alternatively it could be rendered, “posits.” the concept of each of the two extremes into the concept’s actuality, or it makes what each is in itself into its spirit.

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Conversaciones en el Atrium

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