Gespräche in der Dämmerung 00495
Parte de:
C. (BB) El espíritu [C. (BB) Der Geist] / Capítulo VI: El espíritu [VI. Der Geist] / B. El espíritu extrañado de sí; la formación o Bildung [B. Der sich entfremdete Geist. Die Bildung] / I. El mundo del espíritu extrañado de sí mismo [I. Die Welt des sich entfremdeten Geistes] / a. La formación (Bildung) y su reino de la realidad (o la Bildung y su reino de realidad frente al más-allá ideal) [a. Die Bildung und ihr Reich der Wirklichkeit]
[Las ideas de lo bueno y lo malo extrañadas de sí en su existencia real; el dinero, el poder, y la autoconciencia como unidad negativa; doble relación de la autoconciencia con ambos poderes]
Tabla de contenidos
Gespräche in Jena
[495] Dem Selbstbewußtsein ist nun derjenige Gegenstand gut und an sich, worin es sich selbst, derjenige aber schlecht, worin es das Gegenteil seiner findet; das Gute ist die Gleichheit der gegenständlichen Realität mit ihm, das Schlechte aber ihre Ungleichheit. Zugleich was für es gut und schlecht ist, ist an sich gut und schlecht; denn es ist eben dasjenige, worin diese beiden Momente des Ansich– und des Für-es-Seins dasselbe sind; es ist der wirkliche Geist der gegenständlichen Wesen und das Urteil der Erweis seiner Macht an ihnen, die sie zu dem macht, was sie an sich sind. Nicht dies, wie sie [369] unmittelbar an sich selbst das Gleiche oder Ungleiche, d.h. das abstrakte Ansich- oder Fürsichsein sind, ist ihr Kriterium und ihre Wahrheit, sondern was sie in der Beziehung des Geistes auf sie sind: ihre Gleichheit oder Ungleichheit mit ihm. Seine Beziehung auf sie, die zuerst als Gegenstände gesetzt, durch ihn zum Ansich werden, wird zugleich ihre Reflexion in sich selbst, durch welche sie wirkliches geistiges Sein erhalten und, was ihr Geist ist, hervortritt. Aber wie ihre erste unmittelbare Bestimmung sich von der Beziehung des Geistes auf sie unterscheidet, so wird auch das dritte, der eigene Geist derselben, sich von dem zweiten unterscheiden. – Das zweite Ansich derselben zunächst, das durch die Beziehung des Geistes auf sie hervortritt, muß schon anders ausfallen als das unmittelbare, denn diese Vermittlung des Geistes bewegt vielmehr die unmittelbare Bestimmtheit und macht sie zu etwas anderem.
Conversaciones en Valencia
[495] Pues bien, para la autoconciencia será bueno y en sí aquel objeto en el que ella se encuentre a sí misma, y será malo aquel objeto en el que ella encuentre lo contrario de sí misma; lo bueno es la igualdad de la realidad objetiva con la autoconciencia; y lo malo la desigualdad de esa realidad objetiva con la autoconciencia. A la vez, aquello que es bueno o malo para ella, es bueno o malo en sí, pues ella es precisamente aquello en que estos dos momentos del en-sí y del ser para ella son lo mismo; la autoconciencia es el espíritu real de esas esencialidades [es decir, de esos seres o entidades objetivas] y su juicio [el juicio de la autoconciencia] es [601] la demostración de su poder en ellas [o del poder que ella tiene sobre ellas], que las convierte en aquello que ellas en sí son. No es que ellas inmediatamente en sí mismas sean lo igual o lo desigual, es decir, no es su abstracto ser-en-sí o su ser-para-sí X98X1Observe el lector que el autor llama al ser-en-sí lo igual y al ser-para-sí lo desigual; este segundo contiene una referencia a sí que lo «dualiza», lo hace diferente de sí mismo. lo que constituye su criterio y su verdad, sino que lo que constituye su criterio y su verdad [la de ser lo bueno o lo malo] es aquello que ellas son en la relación que el espíritu guarda con ellas. La relación que el espíritu guarda con ellas, que [por él] empiezan quedando puestas como objetos, y por medio del espíritu se convierten en en-sí, es a la vez la reflexión de ellas en sí mismas, por medio de la cual ellas cobran ser espiritual real, y surge y queda a la luz lo que es el espíritu de ellas. Pero así como su primera determinación inmediata se distingue de la relación que el espíritu guarda con ellas, así también lo tercero, es decir, el propio espíritu de ellas, se distinguirá también de esa segunda relación. —Pues, por de pronto, ese segundo en-sí, el que surge de la relación del espíritu con ellas, ha de tener un aspecto distinto que el inmediato [que el en-sí inmediato]; pues esa mediación del espíritu mueve más bien [o pone más bien en movimiento] aquella determinidad inmediata, y la convierte en algo distinto.
Algunas aclaraciones
X98X = Observe el lector que el autor llama al ser-en-sí lo igual y al ser-para-sí lo desigual; este segundo contiene una referencia a sí que lo «dualiza», lo hace diferente de sí mismo.
Conversaciones en Madrid
[495] Ahora bien, a ojos de la autoconciencia, es bueno y en sí aquel objeto en el que ella se encuentre a sí misma, mientras que es malo aquel en el que encuentre lo contrario de sí; lo bueno es la igualdad de la realidad objetual con ella; mientras que lo malo es su desigualdad. A la vez, lo que es bueno o malo para ella, es bueno o malo en sí, pues es precisamente aquello en lo que estos dos momentos del ser en sí y el ser para ella son el mismo; ella es el espíritu efectivamente real de las esencias objetuales, y el juicio es la prueba de su poder en ellas, que hace de ellas lo que son en sí. Su criterio y su verdad no es cómo sean inmediatamente en sí mismos lo igual o lo desigual, es decir, lo en-sí abstracto o el ser-para-sí, sino lo que ellos sean en la referencia del espíritu a ellos; su igualdad o su desigualdad con él. La referencia de éste a ellos, que primero están puestos como objetos, y llegan al en-sí por él, se convierte, a la vez, en su reflexión hacia dentro de sí mismos, por medio de la cual obtienen un ser espiritual efectivo y emerge lo que es su espíritu. Pero, así como su primera determinación inmediata se diferencia de la referencia del espíritu a ellos, del mismo modo, también el tercer momento, el espíritu propio de ellos, se diferenciará del segundo. — Primero, el segundo en-sí de ellos, que emerge por la referencia del espíritu a ellos, tiene que resultar de otro modo que lo inmediato; pues esta mediación del espíritu mueve, más bien, la determinidad inmediata y hace de ella algo otro.
Conversations in Washington
[495] [495]2We kept the numeration given by the editor in the printed edition To self-consciousness, the object in which it finds itself is now itself good and is in itself, and the object in which it finds its own opposite is bad. The good is the equality of objective reality with self-consciousness, but the bad is their inequality. At the same time, what is good and bad for it is good and bad in itself, for it is precisely that in which both of these moments of being-in-itself and of being-for-it are the same. It is the actual spirit of the objective essences, and its judgment is the proof of its power in them, a power which makes them into what they are in themselves. It is not this, the way in which they immediately are in themselves equal or unequal, i.e., abstract being-in-itself or being-for-itself, that is their criterion and truth. Rather, it is what they are in their relation to spirit, their equality or inequality with spirit. Spirit’s relation to these moments, which are initially posited as objects and become in-itself through spirit, becomes at the same time their reflection into themselves through which they receive actual spiritual being, and that which is their spirit steps forward. However, just as their first immediate determination is distinguished from spirit’s relation to them, the third moment, so their own proper spirit is also distinguished from the second moment. – Initially their second in-itself, which emerged [290] through spirit’s relation to them, must yet turn out differently from the immediate in-itself, since this mediation of spirit instead sets the immediate determinateness into motion and turns it into something else.