Gespräche in der Dämmerung 00475
Parte de:
C. (BB) El espíritu [C. (BB) Der Geist] / VI: El espíritu [VI. Der Geist] / A. El espíritu verdadero, la eticidad [A. Der wahre Geist. Die Sittlichkeit] / b. La acción ética, el saber humano y el saber divino, la culpa y el destino [b. Die sittliche Handlung. Das menschliche und göttliche Wissen, die Schuld und das Schicksal]
[Lo manifiesto y los penates; femineidad y virilidad; el desquite del espíritu de la particularidad, la intriga femenina; la juventud como fuerza y vigor del Todo; la juventud y la guerra; los encantos del jovenzuelo osado o el poder de la contingencia y casualidad; la eticidad convicta de naturalidad]
Tabla de contenidos
Gespräche in Jena
[475] Dieser Untergang der sittlichen Substanz und ihr Übergang in eine andere Gestalt ist also dadurch bestimmt, daß das sittliche Bewußtsein auf das Gesetz wesentlich unmittelbar gerichtet ist; in dieser Bestimmung der Unmittelbarkeit liegt, daß in die Handlung der Sittlichkeit die Natur überhaupt hereinkommt. Ihre Wirklichkeit offenbart nur den Widerspruch und den Keim des Verderbens, den die schöne Einmütigkeit und das ruhige Gleichgewicht des sittlichen Geistes eben an dieser Ruhe und Schönheit selbst hat; denn die Unmittelbarkeit hat die widersprechende Bedeutung, die bewußtlose Ruhe der Natur und die selbstbewußte unruhige Ruhe des Geistes zu sein. – Um dieser Natürlichkeit willen ist überhaupt dieses sittliche Volk eine durch die Natur bestimmte und daher beschränkte Individualität und findet also ihre Aufhebung an einer anderen. Indem aber diese Bestimmtheit, die im Dasein gesetzt, Beschränkung, aber ebenso das Negative überhaupt und das Selbst der Individualität ist, verschwindet, ist das Leben des Geistes und diese in allen ihrer selbst bewußte Substanz verloren. Sie tritt als eine formelle Allgemeinheit an ihnen heraus, ist ihnen nicht mehr als lebendiger Geist inwohnend, sondern die einfache Gediegenheit ihrer Individualität ist in viele Punkte zersprungen.[354]
Conversaciones en Valencia
[475] Esta caída y hundimiento u ocaso de la sustancia ética y su tránsito a otra figura tiene por determinación el que [o se caracteriza porque] la conciencia ética se endereza a la ley de modo esencialmente inmediato; y esta determinación de la inmediatez [es decir, esta determinación o rasgo que representa la esencial inmediatez] comporta [o implica] que en la acción de la eticidad penetre la naturaleza y se introduzca la naturaleza. Su realidad [la realidad de esa acción] no hace sino poner de manifiesto la contradicción y el germen de corrupción y descomposición que esa hermosa igualdad consigo mismo del espíritu ético y ese equilibrio del espíritu ético encierran precisamente en esa su quietud y belleza. Pues la inmediatez tiene el contradictorio significado de ser la inconsciente quietud de la naturaleza y la autoconsciente [y por tanto] inquieta quietud del espíritu. — En virtud de este carácter natural, o en virtud de esta naturalidad, este [concreto] pueblo ético es una individualidad [Individualität] determinada por la naturaleza, y precisamente por eso una individualidad limitada, y encuentra, por tanto, su supresión y superación en otra. Pero en cuanto esta determinidad, que puesta en la existencia es limitación, pero que es asimismo lo negativo en general y [por tanto, es decir, como tal negativo] es el self de la individualidad [es decir, del determinado pueblo ético de que se trate], en cuanto esta determinidad, digo, desaparece, se pierde la vida del espíritu y se pierde esa sustancia consciente de sí misma en todos ellos [en todos esos pueblos éticos]. Esa sustancia aparece ahora en ellos [o sale ahora a la luz en ellos, o sale ahora a relucir en ellos] como una universalidad formal, ya no le es inmanente a ellos como espíritu vivo, sino que aquella simple transparencia y carácter cristalino de su individualidad [de la individualidad de la sustancia] ha estallado en múltiples puntos [o se ha quebrado y dispersado en múltiples puntos].
Conversaciones en Madrid
[475] Este hundimiento de la substancia ética y su paso a otra figura distinta se hallan, entonces, determinados por el hecho de que la conciencia ética está orientada, de manera esencialmente inmediata, hacia la ley; en esta determinación de la inmediatez reside el que la naturaleza sin más se introduzca en la acción de la eticidad. Su realidad efectiva no revela más que la contradicción y la semilla de la corrupción que la bella unanimidad y el equilibrio tranquilo del espíritu ético tienen precisamente en esta quietud y belleza misma; pues la inmediatez tiene el contradictorio significado de ser la quietud sin conciencia de la naturaleza, y la quietud inquieta y autoconsciente del espíritu. — En virtud [567] de esta naturalidad ocurre que este pueblo ético es una individualidad determinada por la naturaleza, y por eso mismo, limitada, y encuentra entonces su asunción en otra individualidad. Sin embargo, en tanto que esta determinidad —que está puesta en la existencia, es limitación, pero también, en la misma medida, es lo negativo en cuanto tal y es el sí-mismo de la individualidad— se desvanece, quedan perdidas la vida del espíritu y esta substancia autoconsciente que hay en todos. Sale fuera como una universalidad formal en ellos, no es ya inmanente a ellos como espíritu vivo, sino que la consistencia maciza y simple de su individualidad ha estallado en muchos puntos.
Conversations in Washington
[475] [475]1We kept the numeration given by the editor in the printed edition This demise of ethical substance and its transition into another shape is determined, as a result, by this: That ethical consciousness is immediately directed towards the law, and this determination of immediacy means that nature itself enters into ethical life’s action. Its actuality only reveals the contradiction and the germ of corruption which ethical spirit’s beautiful unanimity and motionless equilibrium have in this motionlessness and beauty itself, for immediacy bears the contradictory meaning of being the unconscious restfulness of nature and the self-conscious restless restfulness of spirit. – On account of this naturalness, this ethical people per se is an individuality determined by nature and is thus a restricted individuality which finds its sublation in another individuality. However, this determinateness disappears, a determinateness which is posited as existing and which is a restriction, but which is also just as much the negative itself and the self of individuality. While this determinateness disappears, the life of spirit and this substance, which is conscious of itself in the self-consciousness of all, are both lost. In both of them, the substance emerges as a formal universality and no longer dwells in them as a living spirit. Instead, their simple unadulterated individuality has been shattered into a plurality of multiple points.