Gespräche in der Dämmerung 00473

Parte de:

C. (BB) El espíritu [C. (BB) Der Geist] / VI: El espíritu [VI. Der Geist] / A. El espíritu verdadero, la eticidad [A. Der wahre Geist. Die Sittlichkeit] / b. La acción ética, el saber humano y el saber divino, la culpa y el destino [b. Die sittliche Handlung. Das menschliche und göttliche Wissen, die Schuld und das Schicksal]

 

[La imagen de la pugna de los poderes éticos]

Gespräche in Jena

[473] Aber wenn so das Allgemeine die reine Spitze seiner Pyramide leicht abstößt und über das sich empörende Prinzip der Einzelheit, die Familie, zwar den Sieg davonträgt, so hat es sich dadurch mit dem göttlichen Gesetze, der seiner selbst bewußte Geist sich mit dem bewußtlosen nur in Kampf eingelassen; denn dieser ist die andere wesentliche und darum von jener unzerstörte und nur beleidigte Macht. Er hat aber gegen das gewalthabende, am Tage liegende Gesetz seine Hilfe zur wirklichen Ausführung nur an dem blutlosen Schatten. Als das Gesetz der Schwäche und der Dunkelheit unterliegt er daher zunächst dem Gesetze des Tages und der Kraft, denn jene Gewalt gilt unten, nicht auf Erden. Allein das Wirkliche, das dem Innerlichen seine Ehre und Macht genommen, hat damit sein Wesen aufgezehrt. Der offenbare Geist hat die Wurzel seiner Kraft in der Unterwelt; die ihrer selbstsichere und sich versichernde Gewißheit des Volks hat die Wahrheit ihres Alle in Eins bindenden Eides nur in der bewußtlosen und stummen Substanz Aller, in den Wässern der Vergessenheit. Hierdurch verwandelt sich die Vollbringung des offenbaren Geistes in das Gegenteil, und er erfährt, daß sein höchstes Recht das höchste Unrecht, sein Sieg vielmehr sein eigener Untergang ist. Der Tote, dessen Recht gekränkt ist, weiß darum für seine Rache Werkzeuge zu finden, welche von gleicher Wirklichkeit und Gewalt sind mit der Macht, die ihn verletzt. Diese Mächte sind andere Gemeinwesen, deren Altäre die Hunde oder Vögel mit der Leiche besudelten, welche nicht durch die ihr gebührende Zurückgabe an das elementarische Individuum in die bewußtlose Allgemeinheit erhoben, sondern über der Erde im Reiche der Wirklichkeit geblieben [ist] und als die Kraft des göttlichen Gesetzes nun eine selbstbewußte wirkliche Allgemeinheit erhält. Sie machen sich feindlich auf und zerstören [351] das Gemeinwesen, das seine Kraft, die Pietät der Familie, entehrt und zerbrochen hat.

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Conversaciones en Valencia

[473] Pero si lo universal expele tan fácilmente lo que es el vértice de su propia pirámide, y acaba alzándose con la victoria contra el espíritu de la particularidad [Einzelnheit], es decir, contra la familia, cuando ese espíritu se rebela contra lo universal, con ello no está haciendo sino meterse a reñir [meterse en una pelea, ponerse a pelear] con la ley divina, es decir, el espíritu consciente de sí no está haciendo sino ponerse en pugna con lo inconsciente; pues éste, el espíritu inconsciente, es el otro poder esencial y, por tanto, un poder indestructible y no destruido por el primero, y sólo ofendido por el primero. Ahora bien, ese espíritu inconsciente, o ese poder, en contra de la ley que ejerce o que detenta el dominio y que está a la luz del día, ese poder, digo, en orden a poder ejecutarse [574] realmente, sólo puede recurrir al auxilio de la sombra carente de sangre. En cuanto ley de la debilidad y de la oscuridad, [ese espíritu inconsciente] queda sometido, por tanto, de entrada a la ley del día y de la fuerza, pues el dominio que su ley pueda ejercer sólo vale abajo, en el subsuelo; pero no sobre la Tierra. Sólo que lo real que ha privado a ese Interior de la honra y del poder que le corresponde, no está haciendo sino consumir con ello su propio ser [chuparse su propia savia]. Pues el espíritu manifiesto, patente a la luz del día, tiene las raíces de su fuerza en el mundo subterráneo; la certeza del pueblo, segura de sí misma y que busca asegurarse y afirmarse a sí misma, sólo tiene la verdad de ese juramento y pacto que vincula a todos en uno, la verdad, digo, de ese juramento y pacto sólo la tiene en la sustancia inconsciente y muda de todos, en las aguas del olvido [en la laguna Estigia, en las aguas del Leteo] X54X.1Vide infra Algunas aclaraciones X54X. Y así, la ejecución y el hacerse valer del espíritu público se trastrueca en lo contrario, y el espíritu público hace la experiencia de que su summum ius es su summa iniuria, su derecho supremo se convierte en la suma injuria, en la suma injusticia, [hace la experiencia] de que su victoria constituye más bien su propia caída y su propio hundimiento. El muerto, cuyo derecho ha sido humillado, sabe por eso procurarse instrumentos para su venganza, que son de la misma eficacia y violencia y contundencia que el poder que le humilla y que le niega sus derechos. Estos poderes son otras comunidades cuyos altares los perros o los pájaros mancharon y contaminaron con el cadáver [con los restos del cadáver] que no fue elevado a la universalidad inconsciente al no haber sido devuelto (como era debido) al individuo elemental, es decir, a la Tierra, sino que fue dejado (sin enterrar) sobre la Tierra, en el reino de la realidad, y que, en cuanto fuerza de la ley divina, recibe ahora (o cobra ahora) una universalidad real autoconsciente [consciente de sí] X55X.2 Pues queda indebidamente en el mundo de la luz y de la realidad, y en forma de otros poderes se convierte, por tanto, en una violenta sombra que se enseñorea de ese mundo de la realidad. Esos poderes se ponen ahora hostilmente en marcha y destruyen la comunidad que había deshonrado su fuerza [destruyen la res publica que había deshonrado la propia savia de la res publica], es decir, que había deshonrado la pietas de la familia, y la había hecho pedazos.

Algunas aclaraciones

X54X = También el juramento que representa al pacto social moderno estará asimismo hecho sobre las aguas de la laguna Estigia, por las que juraban los dioses, si es que interviniente esencial de él es la individualidad abstracta, el individuo sombra (cada uno abstracta mente igual a sí mismo), al que Hegel viene haciendo referencia. Hobbesianamente (cfr. Th. Hobbes, Leviatán, libro II, cap. XIV) Hegel entenderá (cap. VI, A, c, y cap. VI, B, II) la organización estatal moderna como un dique que la existencia humana moderna opone a la muerte y que se asienta sobre el miedo a ella.

Alors, l’État est-il ma propre peur de mourir ?
Las inteligencias –la razón– se atraen. Las libertades se excluyen. La ley de las primeras es la fusión y la armonía; la ley de los segundos, la divergencia y el combate. Este dualismo del hombre es el misterio de la Naturaleza y el problema de la sociedad

 

Welcome to the jungle! We’ve got fun and games…

X55X = Pues queda indebidamente en el mundo de la luz y de la realidad, y en forma de otros poderes se convierte, por tanto, en una violenta sombra que se enseñorea de ese mundo de la realidad.

Du hast gesagt, bewusstlos. Darf ich meine Meinung äußern?
Es ist nicht nötig. Wir haben hier bereits eine Party veranstaltet!

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Conversaciones en Madrid

[473] Pero si, de este modo, lo universal hace ligera mella en la cúspide pura de su pirámide y se lleva la victoria, ciertamente, sobre el principio de la singularidad que se alzaba, esto es, sobre la familia, al hacerlo entabla sólo un combate con la ley divina, y el espíritu consciente de sí mismo lo entabla sólo con el espíritu carente de conciencia; pues este espíritu es la otra potencia esencial y, por eso, no destruida por aquélla, sólo ofendida. Pero, frente a la ley que tiene el poder públicamente a la luz, no tiene por ayuda para desplegarse efectivamente real más que la sombra exangüe. Por eso, en cuanto ley de la debilidad y de la oscuridad, es sometida primero por la ley del día y de la fuerza, pues aquel poder tiene vigencia bajo la tierra, y no sobre ella. Sólo que, con esto, lo realmente efectivo, lo que le ha quitado a lo interior su honor y su poder, ha consumido su esencia. El espíritu público y manifiesto tiene la raíz de su fuerza en el mundo subterráneo; la certeza del pueblo, segura de sí misma, aseverándose a sí, tiene la verdad de su juramento, que une a todos en Uno, únicamente en la substancia sin conciencia y muda de todos, en las aguas del olvido. Por medio de ello, la consumación del espíritu públicamente manifiesto se transforma en lo contrario, y él hace la experiencia de que su derecho supremo es la injusticia suprema, de que su victoria es más bien su propio hundimiento. Por eso, el muerto cuyo derecho se ha violado sabe encontrar las instrumentos para su venganza, y esos instrumentos tienen la misma realidad efectiva y la misma violencia que el poder que le ha agraviado. Estos poderes son otras comunidades cuyos altares mancillaban los perros y los pájaros con el cadáver XX*X3Alusión a Antígona, vv. 1016 sigs., 1064 sigs. que no había sido elevado a la universalidad sin ,conciencia por la devolución que se le debía al individuo elemental, sino que ha permanecido sobre la tierra en el reino de la realidad efectiva y, en cuanto que es la fuerza de la ley divina, adquiere ahora una universalidad efectiva y autoconsciente. Se hacen así enemigos, y destruyen la comunidad que ha deshonrado y hecho añicos su fuerza: la piedad de la familia.

Algunas aclaraciones

XX*X = Alusión a Antígona, vv. 1016 sigs., 1064 sigs.

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Conversations in Washington

[473] [473]4We kept the numeration given by the editor in the printed edition However much the universal so easily pushes off the pure tip of its pyramid and is victorious over the rebellious principle of singular individuality, or the family, still it has as a result committed itself to a struggle with divine law. This is a struggle between spirit conscious of itself and unconscious spirit, for unconscious spirit is the other essential power and is for that reason not destroyed but only offended by the conscious spirit. Yet confronting the authoritative law lying open to the light of day, unconscious spirit has a bloodless shade to help it put its law actually into effect. Hence, as the law of weakness and of darkness, it is initially subjugated to daylight’s law and to its force, for its authority is only valid in the netherworld and not on the earth. However, the actual, which took its honor and power from the inner, has by doing so devoured its essence. The revealed spirit has the roots of its force in the netherworld; the people’s self-reassuring certainty has the truth of its oath which binds them all into one only in the mute unconscious substance of all, in the waters of [275] forgetfulness. The achievement of public spirit is thereby transformed into its opposite, and the public spirit experiences that its supreme right is supreme wrong and that its victory is instead its own downfall. For that reason, the dead individual whose right is infringed knows how to find instruments for his vengeance which are as actual and forceful as the power that injured him. These powers are other polities whose altars the dogs or birds defiled with the corpse, which was itself not elevated into unconscious universality by being appropriately returned to the elemental individual, the earth. Instead, it has remained above ground in the realm of actuality, and, as the force of divine law, it has now acquired a self-conscious, actual universality. These powers rise up in hostility and destroy the polity that has dishonored and disrupted its own force, the piety of the family.

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Conversaciones en el Atrium

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