Gespräche in der Dämmerung 00462

Parte de:

C. (BB) El espíritu [C. (BB) Der Geist] / VI: El espíritu [VI. Der Geist] / A. El espíritu verdadero, la eticidad [A. Der wahre Geist. Die Sittlichkeit] / a. El mundo ético, la ley divina y la ley humana, el hombre y la mujer [a. Die sittliche Welt. Das menschliche und göttliche Gesetz, der Mann und das Weib]

 

[El todo de lo ético, la sombra y la luz, la mujer como término medio de la sombra a la luz, y el varón como término medio de la luz a la sombra]

Gespräche in Jena

[462] Das sittliche Reich ist auf diese Weise in seinem Bestehen eine unbefleckte, durch keinen Zwiespalt verunreinigte Welt. Ebenso ist seine Bewegung ein ruhiges Werden der einen Macht desselben zur anderen, so daß jede die andere selbst erhält und hervorbringt. Wir sehen sie zwar in zwei Wesen und deren Wirklichkeit sich teilen; aber ihr Gegensatz ist vielmehr die Bewährung des einen durch das andere, und, worin sie sich unmittelbar als wirkliche berühren, ihre Mitte und Element ist die unmittelbare Durchdringung derselben. Das eine Extrem, der allgemeine sich bewußte Geist, wird mit seinem anderen Extrem, seiner Kraft und seinem Element, mit dem bewußtlosen Geiste, durch die Individualität des Mannes zusammengeschlossen. Dagegen hat das göttliche Gesetz seine Individualisierung oder der bewußtlose Geist des Einzelnen sein Dasein an dem Weibe, durch welches als die Mitte er aus seiner Unwirklichkeit in die Wirklichkeit, aus dem Unwissenden und Ungewußten in das bewußte Reich herauftritt. Die Vereinigung des Mannes und des Weibes macht die tätige Mitte des Ganzen und das Element aus, das, in diese Extreme des göttlichen und menschlichen Gesetzes entzweit, ebenso ihre unmittelbare Vereinigung ist, welche jene beiden ersten Schlüsse zu demselben Schlüsse macht und die entgegengesetzte Bewegung[:] der Wirklichkeit hinab zur Unwirklichkeit – des menschlichen Gesetzes, das sich in selbständige Glieder organisiert, herunter zur Gefahr und Bewährung des Todes – und des unterirdischen Gesetzes herauf zur Wirklichkeit des Tages und zum [341] bewußten Dasein, deren jene dem Manne, diese dem Weibe zukommt, in eine vereinigt.

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Conversaciones en Valencia

[El todo de lo ético, la sombra y la luz, la mujer como término medio de la sombra a la luz, y el varón como término medio de la luz a la sombra]

[462]1Epígrafe: El todo de lo ético, la sombra y la luz, la mujer como término medio de la sombra a la luz, y el varón como término medio de la luz a la sombra. El reino ético es de esta forma en su estar ahí, es decir, en su consistencia, un mundo sin mancha, no enturbiado por ninguna escisión. Y asimismo, su movimiento es un quiescente y tranquilo devenir de un poder o de una potencia de ese mundo a otro poder o a otra potencia de ese mundo, de suerte que cada uno de ellos mantiene, sostiene y suscita al otro. Hemos visto, ciertamente, que ese mundo se divide en dos seres o entidades [o esferas] [la res publica y la familia] y en la realidad de ellos; pero la contraposición de esas entidades es más bien la acreditación de la una por la otra, y donde esas dos entidades se tocan inmediatamente como reales, su término medio y elemento es la inmediata compenetración o interpenetración de ellas. Un extremo [uno de esos dos seres], el espíritu universal consciente de sí, queda atado y unido (a través de la individualidad del varón) con su otro extremo, con su fuerza y con su elemento [con aquello elemental de donde ese espíritu universal se genera], con el espíritu inconsciente. En cambio, la ley divina tiene su individualización [Individualisierung] en la mujer, o lo que es lo mismo: el espíritu inconsciente de lo particular [el espíritu inconsciente que lo particular representa, en ese no saberse ese espíritu a si mismo, en ese no ser ese espíritu consciente de sí] tiene su existencia en la mujer, por medio de la cual, como término medio de sí mismo, ese espíritu se alza a sí mismo y pasa [o alzándose a sí mismo pasa] de la irrealidad a la realidad, de quien no sabe y de lo que no es sabido al reino de lo sabiente y de lo sabido, al reino consciente, o al reino de lo consciente. La unión del hombre y la mujer [561] constituye el activo término medio del Todo y constituye también el elemento que, escindido en los extremos de la ley divina y de la ley humana, es asimismo la inmediata unión de ambas, que convierte aquellos dos silogismos X37X2El primer silogismo es, por decirlo así, la inferencia de la irrealidad a la realidad, y tiene por término medio a la mujer; el segundo silogismo es, por así decir, la inferencia de la realidad a la irrealidad y tiene por término medio al varón. en el mismo silogismo, y clarifica en un mismo movimiento el movimiento contrapuesto que por un lado lleva hacia abajo, de la realidad a la irrealidad (es decir, de la ley humana que se organiza en miembros autónomos o esferas autónomas, al riesgo de la muerte y, en todo caso, a velar la muerte, dando así protección al muerto) X38X,3Gefahr und Bewährung des Todes, dice el original; ello puede tener más de un sentido, por tanto la traducción que he hecho es sólo una propuesta de traducción. y que lleva hacia arriba, de la ley subterránea a la realidad del día y a la existencia consciente, de los cuales movimientos el primero corresponde a la mujer y el segundo al varón.

Algunas aclaraciones

X37X = El primer silogismo es, por decirlo así, la inferencia de la irrealidad a la realidad, y tiene por término medio a la mujer; el segundo silogismo es, por así decir, la inferencia de la realidad a la irrealidad y tiene por término medio al varón.

X38X = Gefahr und Bewährung des Todes, dice el original; ello puede tener más de un sentido, por tanto la traducción que he hecho es sólo una propuesta de traducción.

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Conversaciones en Madrid

[462] [547] De este modo, el reino ético, en su subsistencia, es un mundo sin mácula, no mancillado por ninguna escisión. Asimismo, su movimiento es un devenir tranquilo de un poder a otro, de tal manera que cada uno conserva y produce él mismo al otro. Es cierto que lo vemos dividirse en dos esencias y sus realidades efectivas; pero su oposición es, más bien la acreditación de una de ellas por la otra y el punto donde se tocan inmediatamente como efectivamente reales, su término medio y elemento es la compenetración inmediata de ellas. Un extremo, el espíritu universal consciente de sí, está encadenado con su otro extremo, con su fuerza y su elemento, con el espíritu sin conciencia, por la individualidad del hombre. A cambio, la ley divina tiene su individualización, o bien, el espíritu sin conciencia de lo singular tiene su existencia en la mujer, por la cual asciende como término medio desde su irrealidad a la realidad efectiva, desde lo que no sabe y no es sabido al reino consciente. La unión del hombre y la mujer constituye el medio activo de todo el conjunto y el elemento que, escindido en estos extremos de la ley divina y humana, es, en la misma medida, su unión inmediata, la cual hace de aquellos dos primeros silogismos el mismo silogismo, y reúne en un solo movimiento los dos movimientos contrapuestos, el que baja desde la realidad efectiva hasta la irrealidad: desde la ley humana, organizada en miembros autónomos, hasta el peligro y la prueba de la muerte: y el de la ley subterránea que sube hasta la realidad efectiva de la luz del día y a la existencia consciente: el primero de ellos corresponde al hombre, y el segundo a la mujer.

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Conversations in Washington

[462] [462]4We kept the numeration given by the editor in the printed edition The ethical realm is in this way an undefiled world in its stable existence, a world unpolluted by any division. Likewise, its movement consists in one of its powers peacefully coming to be the other so that each preserves and brings forth the other. To be sure, we see it dividing itself into two essences and their actuality, but their opposition is instead the proof of one through the other, and their mediating middle and element is the immediate permeation of each by the other in which they immediately come into contact with each other as actual powers. One of the extremes, universal spirit conscious of itself, is integrated5zusammengeschlossen. Hegel plays with the “schließen” in Zusammenschließen to highlight the way in which this also indicates how the terms of a syllogism and an inference come together in the conclusion. with its other extreme, its force and its element, or it is integrated with unconscious spirit through the individuality of the man. In contrast, the divine law has its individualization, or the singular individual’s unconscious spirit has its existence in the woman through which, as the mediating middle, the unconscious spirit rises out of its non-actuality into actuality and steps out of the realm of unknowing and the unknown into the conscious realm. The union of man with woman constitutes the active mediating middle of the whole, and it constitutes the elemental unit6das Element which, estranged into the extremes of divine and human law, is just as much their immediate union. It makes the first two syllogisms into the same syllogism and unites the opposed movements into one movement from actuality down to non-actuality – a downward movement of the human law, which has organized itself into self-sufficient members, towards danger and trial by death – and an upward movement of the laws of the netherworld towards the actuality of daylight and to conscious existence. Of these movements the former falls to man, the latter to woman.

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Conversaciones en el Atrium

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