Gespräche in der Dämmerung 00455

Parte de:

C. (BB) El espíritu [C. (BB) Der Geist] / VI: El espíritu [VI. Der Geist] / A. El espíritu verdadero, la eticidad [A. Der wahre Geist. Die Sittlichkeit] / a. El mundo ético, la ley divina y la ley humana, el hombre y la mujer [ a. Die sittliche Welt. Das menschliche und göttliche Gesetz, der Mann und das Weib]

 

[Diferencia y niveles en la ley divina]

Gespräche in Jena

[455] Das göttliche Gesetz, das in der Familie waltet, hat seinerseits gleichfalls Unterschiede in sich, deren Beziehung die lebendige Bewegung seiner Wirklichkeit ausmacht. Unter den drei Verhältnissen aber, des Mannes und der Frau, der Eltern und der Kinder, der Geschwister als Bruder und Schwester, ist zuerst das Verhältnis des Mannes und der Frau das unmittelbare Sich-Erkennen des einen Bewußtseins mi andern [335] und das Erkennen des gegenseitigen Anerkanntseins. Weil es das natürliche Sich-Erkennen, nicht das sittliche ist, ist es nur die Vorstellung und das Bild des Geistes, nicht der wirkliche Geist selbst. – Die Vorstellung oder das Bild hat aber seine Wirklichkeit an einem Anderen, als es ist; dies Verhältnis hat daher seine Wirklichkeit nicht an ihm selbst, sondern an dem Kinde – einem Anderen, dessen Werden es ist und worin es selbst verschwindet; und dieser Wechsel der sich fortwälzenden Geschlechter hat seinen Bestand in dem Volke. – Die Pietät des Mannes und der Frau gegeneinander ist also mit natürlicher Beziehung und mit Empfindung vermischt, und ihr Verhältnis hat seine Rückkehr in sich nicht an ihm selbst; ebenso das zweite, die Pietät der Eltern und Kinder gegeneinander. Die der Eltern gegen ihre Kinder ist eben von dieser Rührung affiziert, das Bewußtsein seiner Wirklichkeit in dem Anderen zu haben und das Fürsichsein in ihm werden zu sehen, ohne es zurückzuerhalten; sondern es bleibt eine fremde, eigene Wirklichkeit, – die der Kinder aber gegen die Eltern umgekehrt mit der Rührung, das Werden seiner selbst oder das Ansich an einem anderen Verschwindenden zu haben und das Fürsichsein und eigene Selbstbewußtsein zu erlangen nur durch die Trennung von dem Ursprung – eine Trennung, worin dieser versiegt.

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Conversaciones en Valencia

[Diferencia y niveles en la ley divina]

[455]1Epígrafe: Diferencia y niveles en la ley divina. La ley divina que reina en la familia tiene, por su parte, igualmente diferencias en sí, cuya relación constituye el movimiento vivo [o el movimiento viviente] de la realidad de esa ley. Entre las tres relaciones que cabe considerar, la relación entre marido y mujer, la relación entre padres e hijos y la relación entre hermanos (como hermano y hermana), la relación entre marido y mujer es el inmediato conocerse de una conciencia en la otra, y el conocer [o moverse en conocimiento] del mutuo ser-reconocido o estar-reconocido. Pero como el conocerse natural [el conocerse sexual y afectivo] no es el ético, ese conocer sólo puede ser representacn e imagen del espíritu, pero no el espíritu real mismo. — Pues bien, la representación, o la imagen, tienen su realidad [en cuanto representación o imagen] en otra cosa que en lo que la representación y la imagen son; esa relación no tiene, por tanto, su realidad en ella misma, sino en el niño [o en la niña, Kind X28X,2Kind, plural Kinder, significa en alemán los niños, o también y muy principalmente los hijos, comprendiendo hijos e hijas. en el hijo o hija en general], — en un otro, pues, en cuyo devenir [en cuyo hacerse y crecer] consiste esa relación, y en el que esa relación desaparece; y este cambio de las generaciones que se suceden y se sustituyen unas a otras tiene su existencia y su consistencia en el pueblo. — La pietas [devoción y afecto] del marido para con la mujer y de la mujer para con el marido está, pues, mezclada con relación natural [es decir, con relación sexual y física en general] y con sentimientos, y la relación entre ellos no tiene en ella misma su vuelta a sí; y lo mismo pasa con el segundo tipo de pietas, con la pietas de los padres para con los hijos y de los hijos para con los padres. La de los padres pa- [554] /ra con los hijos viene afectada precisamente por [es decir, se mezcla con] esta emoción de tener la conciencia de su realidad en otro, y de ver devenir o formarse el ser-para-sí en él [en ese otro, en los hijos], pero sin recibirlo de vuelta; sino que ese ser-para-sí [el de los hijos] permanece extraño [a los padres], una realidad que es de ella misma [una realidad que es el para-sí no de los padres sino de los hijos]; y a la inversa, la pietas de los hijos para con los padres se mezcla con la emoción de tener el propio devenir de uno mismo y el propio en-sí de uno en un otro desapareciente [en los padres], y de cobrar uno el ser-para-sí y la autoconciencia propia sólo mediante la separación respecto del origen, una separación en la que ese mismo origen se agota o se seca y se va.

Algunas aclaraciones

X28X = Kind, plural Kinder, significa en alemán los niños, o también y muy principalmente los hijos, comprendiendo hijos e hijas.

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Conversaciones en Madrid

[455] La ley divina, que es la que manda en la familia, tiene también, por su parte, diferencias dentro de sí, la referencia entre las cuales constituye el movimiento vivo de su realidad efectiva. Pero de entre estas tres relaciones, la de hombre y mujer, la de los padres y los hijos y la de hermano y hermana, va primero la relación del hombre y la mujer, el inmediato conocerse de una conciencia en otra, y el conocer que se han dado reconocimiento mutuo. El conocerse natural, puesto que no es el conocerse ético, es sólo la representación y la imagen del espíritu, no el espíritu mismo efectivamente real. — La representación, o la imagen, empero, tiene su realidad efectiva en otro distinto de lo que ella es; por eso, esta relación no tiene su realidad efectiva en ella misma, sino en el hijo: en otro del cual ella es su génesis, y en el que ella misma desaparece; y este cambio de las generaciones avanzando continuadamente tiene su consistencia y su reserva X119X3Bestand es el substantivo para bestehen; en ese sentido, es la consistencia como firmeza de una cosa, pero también designa las existencias, las reservas que se tienen en un negocio, o en un patrimonio. en el pueblo. — La piedad recíproca del hombre y de la mujer está mezclada, entonces, con la referencia natural y con el sentimiento, y la relación entre ellos no tiene su retorno hacia sí en ella misma; y lo mismo la segunda relación, la piedad recíproca de padres e hijos. La piedad de los padres hacia los hijos está afectada precisamente de esta emoción de tener la conciencia de su realidad efectiva en el otro, y de ver al ser-para-sí llegar a ser en él, sin que pueda recuperarlo; mientras que la de los hijos hacia los padres, a la inversa, está afectada con la emoción de tener la génesis de sí mismos, o su en-sí, en otro que desaparece, y de alcanzar el ser-para-sí y la propia autoconciencia sólo separándose del origen: una separación en la que éste queda seco X120X.4Versiegt. Como una fuente que deja de manar, o un pozo que se seca.

Algunas aclaraciones

X119X = Bestand es el substantivo para bestehen; en ese sentido, es la consistencia como firmeza de una cosa, pero también designa las existencias, las reservas que se tienen en un negocio, o en un patrimonio.

X120X = Versiegt. Como una fuente que deja de manar, o un pozo que se seca.

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Conversations in Washington

[455] [455]5We kept the numeration given by the editor in the printed edition Likewise, the divine law prevailing in the family has for its part differences within itself, and the relations among those differences constitute the living movement of its actuality. However, among the three relationships of man and wife, parents and children, and siblings as brothers and sisters, it is the relationship of man and wife which is initially the immediate self-cognizance6Sich-erkennen of one consciousness in another and the cognizance of reciprocal recognition. Because it is natural self-cognizance and not ethical self-cognizance, it is only the representation and picture of spirit, not actual spirit itself. – However, the representation, or the picture, has its actuality [263] in an other than itself; this relationship therefore does not have its actuality in its own self but in the child – in an other whose coming into being is that relationship and in which the relationship disappears. This progression from one generation to another has its stable existence in the people. – The piety of man and wife towards each other is thus intermixed with both a natural relation and with sentiment, and their relationship does not in its own self have its return into itself, nor does the second relationship, that of the piety of parents and children to each other. The piety of parents towards their children is affected by the emotion brought on by their awareness that they have their actuality in an other and that they see their children come to their own being-for-itself without the parents being able to get it back. The child’s being for itself remains an alien actuality, an actuality all its own. – But conversely the devotion of children towards their parents is affected by the emotion of their coming-to-be, or having their own initself in an other who is vanishing, and in achieving being-for-itself and their own self-consciousness only through separation from their origin – a separation within which the origin recedes.

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Conversaciones en el Atrium

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