Gespräche in der Dämmerung 00360

C. (AA.) Vernunft / C. (AA.) Razón

V. Gewißheit und Wahrheit der Vernunft / V: Certeza y verdad de la razón

B. Die Verwirklichung des vernünftigen Selbstbewußtseins durch sich selbst / B. La realización de la autoconciencia racional mediante sí misma

a. Die Lust und die Notwendigkeit / a. El placer y la necesidad

 

[Darse al diablo, príncipe de lo terreno]

Gespräche in Jena

V.B.a. Die Lust und die Notwendigkeit

[360] [270] Das Selbstbewußtsein, welches sich überhaupt die Realität ist, hat seinen Gegenstand an ihm selbst, aber als einen solchen, welchen es nur erst für sich hat und der noch nicht seiend ist; das Sein steht ihm als eine andere Wirklichkeit, denn die seinige ist, gegenüber; und es geht darauf, durch Vollführung seines Fürsichseins sich als anderes selbständiges Wesen anzuschauen. Dieser erste Zweck ist, seiner als einzelnen Wesens in dem anderen Selbstbewußtsein bewußt zu werden oder dies Andere zu sich selbst zu machen; es hat die Gewißheit, daß an sich schon dies Andere es selbst ist. – Insofern es aus der sittlichen Substanz und dem ruhigen Sein des Denkens zu seinem Fürsichsein sich erhoben, so hat es das Gesetz der Sitte und des Daseins, die Kenntnisse der Beobachtung und die Theorie als einen grauen, eben verschwindenden Schatten hinter sich; denn dies ist vielmehr ein Wissen von einem solchen, dessen Fürsichsein und Wirklichkeit eine andere als die des Selbstbewußtseins ist. Es ist in es statt des himmlisch scheinenden Geistes der Allgemeinheit des Wissens und Tuns, worin die Empfindung und der Genuß [270] der Einzelheit schweigt, der Erdgeist gefahren, dem das Sein nur, welches die Wirklichkeit des einzelnen Bewußtseins ist, als die wahre Wirklichkeit gilt.

Es verachtet Verstand und Wissenschaft,

des Menschen allerhöchste Gaben –

es hat dem Teufel sich ergeben

und muß zugrunde gehn.

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Conversaciones en Valencia

V.B.a. El placer y la necesidad

[Darse al diablo, príncipe de lo terreno]

[360] X217X1(Nota al epígrafe de Hegel: «a. El placer y la necesidad» [a. Die Lust und die Notwendigkeit]): Vide infra Algunas aclaraciones X217X. XX*X2Epígrafe (propuesto por el Atrium Philosophicum): Darse al diablo, príncipe de lo terreno. La autoconciencia, al serse en principio la realidad, tiene su objeto en ella misma, pero como un objeto que, por de pronto, ella sólo empieza teniendo para sí, y que todavía no es algo que esté ahí; el ser se le enfrente pues, a la autoconciencia como una realidad distinta de la suya; y a lo que ella se endereza es a mirarse y verse ella a sí como otro ser autónomo [como ser autónomo otro que ella] mediante la realización plenaria de ese su ser-para-sí [es decir, mediante el convertir plenariamente en realidad ese su ser para sí]. Este primer telos es el volverse consciente de sí en cuanto ser [Wesen] individual en la otra autoconciencia, o convertir a ese otro en sí misma [o convertir a ese otro en ella misma]; la conciencia tiene la certeza de que ella misma es ya en sí ese otro. — En cuanto desde la sustancia ética y desde el quiescente ser del pensamiento [arrancándose de ellos], se ha elevado a su ser-para-sí, la autoconciencia ha dejado tras de sí, como una gris sombra precisamente desapareciente [como una gris sombra que he ahí cómo se esfuma], la ley de la costumbre y de la existencia, los conocimientos de la observación y la teoría, pues todo ello es más bien un conocimiento de algo cuyo ser-para-sí y realidad es distinta de la realidad de la autoconciencia. En lugar del espíritu de la universalidad, que aparece desde el cielo, en el cual espíritu la sensación y el goce de la individualidad particular callan, lo que penetra ahora y se aposenta en la autoconciencia es el espíritu de la Tierra, para el que sólo vale como verdadera realidad el ser [Seyn] que es la realidad de la conciencia individual [alusión a la primera escena de la primera parte del Fausto de Goethe].

[La autoconciencia] desprecia entendimiento y ciencia,

los dones más altos del hombre,

se ha dado al diablo,

y por ello habrá de perecer X218X.3Se trata de una versión muy libre de los versos 1851 ss. correspondientes a la escena tercera Studierzimmer de la primera parte del Fausto de Goethe, tal como esos versos aparecen en la primera edición de 1808.

Algunas aclaraciones

X217X

(Nota al epígrafe de Hegel: «a. El placer y la necesidad» [a. Die Lust und die Notwendigkeit]): Como he dicho, este apartado, cuyas alusiones pueden muy bien resultar enigmáticas, cobra transparencia, si desde el principio se entiende que básicamente Hegel está interpretando aquí la experiencia fáustica, es decir, que básicamente las alusiones son al Fausto de Goethe, si bien Hegel sólo conoce el Urfaust de 1775 y desde luego el Faust, ein Fragment de 1790.

Tras una vida dedica al estudio, a la investigación, a la observación, a la experimentación, Fausto acaba descubriéndose como «hueso», pero no ingenuamente sino como la verdad de ello, como algo muerto. Pero ese ser él objeto, todo objeto, quiere Fausto convertirlo ahora en lo que de verdad ese objeto es, es decir, en él mismo. Sabiéndose radicalmente objeto, Fausto busca ponerse a sí mismo en todo objeto que le interese y convertir en sí mismo a todo objeto que le interese, sacarse a sí mismo de la cáscara de lo otro y de todo otro. Ha hecho un pacto con el diablo de la negatividad, que toda quiescencia del ser la trueca en inquiescencia del para-sí. Con lo cual todo quedará patas arriba, no dejará títere con cabeza (Faust significa «puño» en alemán). Pues el diablo es el poder del No, que no se puede ejercer sin el permiso del En-sí del Viejo y sin que ese En-sí insistentemente le amanezca, aunque nunca vaya a tenerlo, nunca vaya a reducirlo a para-sí, nunca vaya a dar del todo alcance al en-sí del otro o de lo otro, pues nunca podrá reconciliarse Mefistófeles con Dios, por más que las relaciones entre ambos no dejen de ser cordiales. La única reconciliación posible es conformarse con la irreconciliación. Fausto es la existencia moderna (un primer momento de ella) en esa su ida a no se sabe qué sustancia, que no es sino la vuelta de ella.

XX*X

Epígrafe (propuesto por el Atrium Philosophicum): Darse al diablo, príncipe de lo terreno.

X218X

Se trata de una versión muy libre de los versos 1851 ss. correspondientes a la escena tercera Studierzimmer de la primera parte del Fausto de Goethe, tal como esos versos aparecen en la primera edición de 1808.

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Conversaciones en Madrid

V.B.a. El placer y la necesidad

[360] La autoconciencia que se es a sí, sin más, la realidad, tiene su objeto en ella misma, pero como un objeto tal que, de primeras, sólo lo tiene para sí, y que todavía no es algo que sea. El ser se le enfrenta como una realidad efectiva distinta de la suya; y ella, ejecutando plenamente su ser-para-sí, se encamina a contemplarse como otra esencia autónoma. Este primer propósito es llegar a ser consciente de sí como esencia singular en la otra autoconciencia, o convertir a esa otra en sí misma; ella tiene la certeza de que, en sí, esa otra ya es ella misma. — En la medida en que se ha elevado desde la substancia ética y el ser tranquilo del pensar hasta su ser-para-sí, ha dejado atrás, como una sombra gris y evanescente, la ley del ethos y de la existencia, los conocimientos de la observación y la teoría, pues no dejan de ser un saber de alguien cuyo ser-para-sí y cuya realidad efectiva son otros que los de la autoconciencia. En lugar del espíritu de apariencia celestial, de la universalidad del saber y del hacer, donde la sensación y el disfrute de la singularidad no dicen nada, quien ha entrado en ella es el espíritu terrestre X*1X,4El «espíritu terrestre» (Erdgeist) es personaje goetheano, como lo son las expresiones sobre la observación y la teoría en todo este párrafo. Como se ve en seguida, Fausto —el Fausto de la primera parte— es el protagonista de esta sección sobre «El placer y la necesidad». A partir de aquí, además. Hegel empieza a pensar sobre la materia de obras literarias. para quien sólo el ser que sea la realidad efectiva de la conciencia singular vale como la realidad efectiva verdadera.

Desprecia la ciencia y el entendimiento

del hombre dones supremos:

al diablo se ha entregado

y en el abismo se habrá de hundir X*2X.5Versos tomados de Faust. Ein Fragment (en Goethe’s Schriften, vol. VII, Leipzig. 1790), reproducidos luego en la primera parte de la tragedia, Faust. Eine Tragëdie. Erster Teil, que se publicaría en 1807. Hegel, que seguramente cita de memoria, modifica y comprime los versos de Goethe, y elimina varios entre el segundo y el tercero.

Algunas aclaraciones

X*1X = El «espíritu terrestre» (Erdgeist) es personaje goetheano, como lo son las expresiones sobre la observación y la teoría en todo este párrafo. Como se ve en seguida, Fausto —el Fausto de la primera parte— es el protagonista de esta sección sobre «El placer y la necesidad». A partir de aquí, además. Hegel empieza a pensar sobre la materia de obras literarias.

X*2X = Versos tomados de Faust. Ein Fragment (en Goethe’s Schriften, vol. VII, Leipzig. 1790), reproducidos luego en la primera parte de la tragedia, Faust. Eine Tragëdie. Erster Teil, que se publicaría en 1807. Hegel, que seguramente cita de memoria, modifica y comprime los versos de Goethe, y elimina varios entre el segundo y el tercero.

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Conversations in Washington

C. (AA.) Reason

V. The Certainty and Truth of Reason

B. The Actualization of Rational Self-Consciousness Through Itself

a. Pleasure and Necessity

[360] [360]6We kept the numeration given by the editor in the printed edition The self-consciousness which is, to itself, reality has in its own self its object, but as the sort of object which it initially has only for itself and which does not yet exist. Being stands over and against it as an actuality other than its own, and self-consciousness undertakes to intuit itself as another self-sufficient essence by way of putting its being-for-itself into practice. This first purpose is to become conscious of itself as a singular essence within that other self-consciousness, or to make this other into itself. It has the certainty that in itself this other already is itself. – Insofar as it has elevated itself from out of the ethical substance and from out of the motionless being of thinking, to its being-for-itself, so does it have the law of ethos and existence, together with the skills7Kenntnisse related to observation and theory, only as a gray and gradually vanishing shadow behind it, for this is instead the knowing of the kind of thing whose being-for-itself and whose actuality is other than that of self-consciousness. Instead of the seemingly heavenly spirit of the universality of knowing and doing in which the feeling and the gratification of singular individuality fall silent, the spirit of the earth has entered into it, a spirit to whom the only being which counts as the true actuality is that of the actuality of singular consciousness.

It despises intellect and science

Man’s highest gifts –

It has given itself over to the devil,

And must perish.

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Conversaciones en el Atrium

EN CONSTRVCCION

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