Gespräche in der Dämmerung 00359
Parte de:
C. (AA.) Razón [C. (AA.) Vernunft] / V: Certeza y verdad de la razón [V. Gewißheit und Wahrheit der Vernunft] / B. La realización de la autoconciencia racional mediante sí misma [B. Die Verwirklichung des vernünftigen Selbstbewußtseins durch sich selbst]
[La felicidad de lo que ya no es y de lo que aún no es; la evanescencia de la sustancia ética simple.]
Tabla de contenidos
Gespräche in Jena
[359] In der Bestimmung, sich als Fürsichseiendes das Wesen zu sein, ist es die Negativität des Anderen; in seinem Bewußtsein tritt daher es selbst als das Positive einem solchen gegegenüber, das zwar ist, aber für es die Bedeutung eines Nichtansichseienden hat; das Bewußtsein erscheint entzweit in diese vorgefundene Wirklichkeit und in den Zweck, den es durch Aufheben derselben vollbringt und statt jener vielmehr zur Wirklichkeit macht. Sein erster Zweck ist aber sein unmittelbares abstraktes Fürsichsein, oder sich als dieses Einzelne in einem Anderen oder ein anderes Selbstbewußtsein als sich anzuschauen. Die Erfahrung, was die Wahrheit dieses Zwecks ist, stellt das Selbstbewußtsein höher, und es ist sich nunmehr Zweck, insofern es zugleich allgemeines ist [269] und das Gesetz unmittelbar an ihm hat. In der Vollbringung dieses Gesetzes seines Herzens erfährt es aber, daß das einzelne Wesen hierbei sich nicht erhalten, sondern das Gute nur durch die Aufopferung desselben ausgeführt werden kann, und es wird zur Tugend. Die Erfahrung, welche sie macht, kann keine andere sein, als daß ihr Zweck an sich schon ausgeführt ist, das Glück unmittelbar im Tun selbst sich findet und das Tun selbst das Gute ist. Der Begriff dieser ganzen Sphäre, daß die Dingheit das Fürsichsein des Geistes selbst ist, wird in ihrer Bewegung für das Selbstbewußtsein. Indem es ihn gefunden, ist es sich also Realität als unmittelbar sich aussprechende Individualität, die keinen Widerstand an einer entgegengesetzten Wirklichkeit mehr findet und der nur dies Aussprechen selbst Gegenstand und Zweck ist.
Conversaciones en Valencia
[359] En la determinación de serse ella la esencia [Wesen] precisamente en ese su ser ella para sí [o en la determinación de serse ella lo esencial, precisamente en cuanto consistiendo en ser-para-sí] la autoconciencia es la negatividad de lo otro [o del otro]; en su conciencia, la autoconciencia aparece, por tanto, ella misma como lo positivo frente a eso negativo o frente a ese negativo, el cual Negativo, ciertamente, es, pero tiene para la autoconciencia el significado de algo que no es en sí [pues en-sí, Wesen, lo es la autoconciencia]; la conciencia aparece disociada o dividida en dos elementos, a saber: esta realidad con la que se encuentra y el fin que la autoconciencia realiza o lleva a cabo mediante la supresión y superación de esa realidad, y que ella convierte en realidad en sustitución de aquella primera realidad; su primer fin o telos es, no obstante, su abstracto ser-para-sí inmediato, o el de mirarse a sí en cuanto este individuo particular en otro [en otro individuo particular], o de mirar a otra autoconciencia como a sí [o de verse en otra autoconciencia como a sí] [cap. V, B, a]. La experiencia de en qué consiste la verdad de este telos, pone a la autoconciencia en un nivel superior, y es la autoconciencia la que se será de ahora en adelante fin [la que será ella para sí misma fin] en cuanto siendo ella a la vez universal y en cuanto teniendo ella la ley inmediatamente en ella misma [cap. V, B, b]. Pero en la ejecución de esta ley de su corazón, la conciencia hace experiencia de que el Ser [Wesen] individual, suelto [einzeln], no puede aquí conservarse y permanecer, sino que el bien sólo puede llevarse a efecto mediante el sacrificio de ese ser individual y, por tanto, la autoconciencia se convierte en la virtud. Pero la experiencia que la virtud hace no puede ser sino la de que su fin [el fin de la virtud] está ya realizado, de que la felicidad se encuentra inmediatamente en el hacer mismo y que el hacer mismo es el bien. El concepto de toda esta esfera, el cual concepto es que la coseidad no es sino el ser-para-sí del espíritu mismo X216X,1El final del cap. V, A, a, lo constituía el enunciado: «La autoconciencia es un hueso». Éste era el concepto que la autoconciencia se habla hecho de sí. Al principio del cap. V, B, sugerimos que ese enunciado era equivalente al enunciado «El hueso o la cosa o la coseidad o lo irreductiblemente otro no es sino autoconciencia». Y éste será el concepto que en la presente esfera la autoconciencia acabará haciéndose de sí. se vuelve en el movimiento de esa esfera concepto para la autoconciencia. Y en cuanto la autoconciencia lo encuentra, la autoconciencia se es, pues, realidad que inmediatamente se expresa y declara a sí misma [que inmediatamente se vuelve expresa ella misma, que inmediatamente se pone a sí misma por delante], que no encuentra ya resistencia alguna en ninguna realidad que se le contraponga, y a la que sólo este expresarse [y declararse] [Aussprechen] se le convierte en objeto y en telos [cap. V, C, a].
Algunas aclaraciones
X216X = El final del cap. V, A, a, lo constituía el enunciado: «La autoconciencia es un hueso». Éste era el concepto que la autoconciencia se habla hecho de sí. Al principio del cap. V, B, sugerimos que ese enunciado era equivalente al enunciado «El hueso o la cosa o la coseidad o lo irreductiblemente otro no es sino autoconciencia». Y éste será el concepto que en la presente esfera la autoconciencia acabará haciéndose de sí.
Conversaciones en Madrid
[359] En la determinación de serse la esencia, en cuanto algo que es para sí, la autoconciencia es la negatividad del otro; por eso, en su conciencia, viene a enfrentarse como lo positivo a algo tal que, ciertamente, es, pero que tiene para ella el significado de algo que no es en sí; la conciencia aparece escindida en dos: en esta realidad efectiva con la que se ha encontrado, y en el propósito que lleva a cabo cancelando tal realidad, y al que hace realidad efectiva en lugar de ésta. Pero su primer propósito es su ser-para-sí inmediato y abstracto, o bien, contemplarse como este singular en otro, o contemplar a otra autoconciencia como a sí. La experiencia de lo que es la verdad de este propósito coloca más alto a la autoconciencia, y ella se es ahora a sí propósito, en la medida en que, a la vez, es universal, y tiene la ley inmediatamente en ella. Pero al ejecutar esta ley de su corazón, experimenta que la esencia singular no se conserva con ello, sino que el bien sólo puede ser ejecutado por el sacrificio de esa esencia, y se convierte en virtud. La experiencia que ésta última hace no puede ser otra que el hecho de que su propósito ya esté realizado en sí, la dicha se encuentre inmediatamente en la actividad misma, y que la actividad misma sea el bien. El concepto de toda esta esfera, de que la cosidad sea el ser-para-sí del espíritu, llega a ser para la autoconciencia en el movimiento de esa esfera. La autoconciencia, al encontrar el concepto, se es a sí, entonces, realidad en cuanto individualidad que se enuncia inmediatamente, que no encuentra ya ninguna resistencia en una realidad efectiva contrapuesta, y cuyo objeto y propósito es sólo este enunciar mismo.
Conversations in Washington
[359] [359]2We kept the numeration given by the editor in the printed edition With its destiny3Bestimmung that of being, to itself, the essence as existing-for-itself, self-consciousness is the negativity of the other. Hence, in its consciousness it is the positive, and as the positive, it confronts the kind of self-consciousness which certainly is but which has the meaning for it of what-does-not-exist-in-itself.4eines Nichtansichseienden Consciousness appears as estranged from this actuality as it finds it and into the purpose that it achieves through sublating that actuality. Instead of that sublated actuality, it now makes its own purpose into actuality itself. However, its first purpose is to intuit its immediate abstract being-for-itself, or to intuit itself in an other as this singular individual, or to intuit itself in another self-consciousness. The experience of the truth of this purpose places self-consciousness at a higher rank, and henceforth self-consciousness itself is, to itself, the purpose insofar as self-consciousness is at the same time universal and has the law immediately in it. However, in accomplishing this law of its heart, it learns from experience that the singularly individual being5Wesen cannot thereby sustain himself but rather that the good can only be put into practice through the sacrifice of the singularly individual being, and self-consciousness becomes virtue. As virtue, it learns from experience that its purpose has in itself already been put into practice, that it finds happiness immediately in doing something, and that the good is the doing itself. The concept of this entire sphere, that thinghood is the being-for-itself of spirit itself, comes to be for self-consciousness in its movement. While self-consciousness has found the concept, it is, to itself, reality as an individuality immediately expressing itself, which no longer finds any resistance in an actuality opposed to it, and whose object and purpose are only this giving voice to itself.
Conversaciones en el Atrium
EN CONSTRVCCION
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