Gespräche in der Dämmerung 00347

C. (AA.) Vernunft / C. (AA.) Razón

V. Gewißheit und Wahrheit der Vernunft / V: Certeza y verdad de la razón

B. Die Verwirklichung des vernünftigen Selbstbewußtseins durch sich selbst / B. La realización de la autoconciencia racional mediante sí misma

 

[De cómo la autoconciencia es cosa, y la cosa es autoconciencia, otra autoconciencia]

Gespräche in Jena

V.B. Die Verwirklichung des vernünftigen Selbstbewußtseins durch sich selbst

[347] [263] Das Selbstbewußtsein fand das Ding als sich und sich als Ding; d.h. es ist für es, daß es an sich die gegenständliche Wirklichkeit ist. Es ist nicht mehr die unmittelbare Gewißheit, alle Realität zu sein, sondern eine solche, für welche das Unmittelbare überhaupt die Form eines Aufgehobenen hat, so daß seine Gegenständlichkeit nur noch als Oberfläche gilt, deren Inneres und Wesen es selbst ist. – Der Gegenstand, auf welchen es sich positiv bezieht. ist daher ein Selbstbewußtsein; er ist in der Form der Dingheit, d.h. er ist selbständig; aber es hat die Gewißheit, daß dieser selbständige Gegenstand kein Fremdes für es ist; es weiß hiermit, daß es an sich von ihm anerkannt ist; es ist der Geist, der die Gewißheit hat, in der Verdopplung seines Selbstbewußtseins und in der Selbständigkeit beider seine Einheit mit sich selbst zu haben. Diese Gewißheit hat sich ihm nun zur Wahrheit zu erheben; was ihm gilt, daß es an sich und in seiner inneren Gewißheit sei, soll in sein Bewußtsein treten und für es werden.

Siguiente párrafo

Párrafo anterior

Ir al índice

Conversaciones en Valencia

V.B. La realización de la autoconciencia racional mediante sí misma

[De cómo la autoconciencia es cosa, y la cosa es autoconciencia, otra autoconciencia]

[347] X190X1Nota al apartado V, B: Como acaba de indicar el autor al final del cap. V, A, el concepto de «razón práctica» cuya exposición ahora se inicia, no es sino otra vez el mismo concepto kantiano de categoría del que se ha tratado en el cap. V, A (es decir, en la parte dedicada a la «razón teórica»), pero tomado ahora por el otro cabo del «juicio infinito» en que ese concepto de categoría consiste; es su propia experiencia la que en cierto modo obliga al Doctor Fausto a transitar de la razón científica a la razón práctica. XX*X2Epígrafe: De cómo la autoconciencia es cosa, y la cosa es autoconciencia, otra autoconciencia. La autoconciencia encontró la cosa como a sí, y se encontró a sí como cosa X191X;3Es decir, se encontró a ella misma como consistiendo en definitiva en el cráneo, y encontró el cráneo como consistiendo el cráneo en ella misma. Pero el autor añade algo más: la autoconciencia encontró el no-ser-ella (encontró el objeto) como siendo ella. Aunque por el lado del en-sí, la autoconciencia dio con la categoría, con la unidad del en-sí y lo suyo como siendo lo que ella ahora se trae entre manos, como siendo no sólo lo que ella es, sino como algo que ahora pasa a ser tema y cosa suya, pasa a ser la cosa [die Sache]. es decir, es para ella que ella en sí es la realidad del objeto [la gegenständliche Wirklichkeit, es decir, que en lo que ella consiste es en la realidad del objeto]. La autoconciencia ya no es la certeza inmediata de ser toda realidad; sino una certeza para la que lo inmediato tiene la forma de algo suprimido y superado, de suerte que su objetualidad, es decir, la objetualidad de lo inmediato [de eso inmediato que es objeto] sólo se considera ya superficie, cuyo interior y esencia es esa misma autoconciencia. — El objeto al que la autoconciencia positivamente se refiere es por tanto, una autoconciencia X192X;4Vide infra Algunas aclaraciones X192X. ese objeto es en la forma de la coseidad, es decir, es autónomo [está autónomamente ahí]; pero la autoconciencia tiene la certeza de que ese objeto autónomo no es algo extraño para ella; y sabe, por tanto, que ella en sí es reconocida por él; esa autoconciencia es el espíritu que tiene la certeza de tener su unidad consigo mismo en la duplicación de su autoconciencia y en la autonomía de ambas [de esas dos autoconciencias]. Esta certeza tiene que elevársele aún a verdad; lo que ella supone, o lo que para ella vale, en el sentido de que ello es en sí y de que ello reside en la íntima certeza de la autoconciencia [es decir, en el sentido de ser ello en sí y de residir ello en la última certeza de la autoconciencia], tiene que entrar en su conciencia [es decir, tiene que entrar en la conciencia de esa autoconciencia, convertirlo en algo que está ahí delante], y devenir [y serlo] para ella.

Algunas aclaraciones

X190X

[Nota al apartado V.B:] Como acaba de indicar el autor al final del cap. V, A, el concepto de «razón práctica» cuya exposición ahora se inicia, no es sino otra vez el mismo concepto kantiano de categoría del que se ha tratado en el cap. V, A (es decir, en la parte dedicada a la «razón teórica»), pero tomado ahora por el otro cabo del «juicio infinito» en que ese concepto de categoría consiste; es su propia experiencia la que en cierto modo obliga al Doctor Fausto a transitar de la razón científica a la razón práctica.

X191X

Es decir, se encontró a ella misma como consistiendo en definitiva en el cráneo, y encontró el cráneo como consistiendo el cráneo en ella misma. Pero el autor añade algo más: la autoconciencia encontró el no-ser-ella (encontró el objeto) como siendo ella. Aunque por el lado del en-sí, la autoconciencia dio con la categoría, con la unidad del en-sí y lo suyo como siendo lo que ella ahora se trae entre manos, como siendo no sólo lo que ella es, sino como algo que ahora pasa a ser tema y cosa suya, pasa a ser la cosa [die Sache].

X192X

Con un par de trazos el autor ha pasado, pues, de la idea de no consistir la autoconciencia sino en objeto a la idea de no consistir el objeto sino en autoconciencia (pues como razón, la autoconciencia es todo objeto y ella es objeto). Pues ambas ideas son ya la misma. El objeto no consiste, pues, sino en autoconciencia, pero en otra autoconciencia, pues en ese ser-otro estriba su objetualidad (esta prestidigitación conceptual de Hegel, que no es sino repetición del Parménides de Platón, es, ciertamente, irritante). En uno de esos trazos el autor ha insistido en que en ese encontrarse la autoconciencia siendo lo que radicalmente no es ella, la autoconciencia es todo objeto, pues ella no es sino el no-ser-ella, ella no es sino lo negativo de ella (explicando, ella canceló la inmediatez de todo ente y acabó poniéndose como la inmediatez que canceló). Por más que, de nuevo, y éste es el segundo trazo, todo objeto no resulte ser sino la autoconciencia (pero una autoconciencia que es una autoconciencia otra, que es otra autoconciencia). Pero todo esto ya lo sabemos, casi, desde el cap. III, o desde los caps. III y IV. En la Fenomenología del espíritu abundan esta clase de cabriolas conceptuales.

Siguiente párrafo

Párrafo anterior

Ir al índice

Conversaciones en Madrid

V.B. La realización efectiva de la autoconciencia racional por medio de sí misma

[347] La autoconciencia ha encontrado la cosa como siendo ella misma. y se ha encontrado a sí como cosa; es decir, es para ella el que ella sea en-sí la realidad objetual efectiva. No es ya la certeza inmediata de ser toda realidad; sino que es una certeza tal que para ella lo inmediato como tal tiene la forma de algo cancelado y asumido, de tal manera que su objetualidad ya sólo vale como superficie cuyo interior y esencia es ella misma. — El objeto al que ella se refiere positivamente es, por tanto, una autoconciencia; este objeto es en la forma de la cosidad, es decir, es autónomo; pero ella, la autoconciencia, tiene la certeza de que este objeto autónomo no es nada extraño para ella; sabe, por tanto, que ella, en sí, ha sido reconocida por él; es el espíritu que tiene la certeza de tener su unidad consigo mismo en el desdoblamiento de su autoconciencia y en la autonomía de ambos. Esta certeza ha de elevársele ahora a la verdad; lo que a ella le vale, a saber, que ella es en sí y en su certeza interna, debe entrar en su conciencia y llegar a ser para ella.

Siguiente párrafo

Párrafo anterior

Ir al índice

Conversations in Washington

C. (AA.) Reason

V. The Certainty and Truth of Reason

B. The Actualization of Rational Self-Consciousness Through Itself

[347] [347]5We kept the numeration given by the editor in the printed edition Self-consciousness found the thing as itself and itself as a thing; i.e., it is for self-consciousness that it is in itself objective actuality. It is no longer the immediate certainty of being all reality. Rather, it is the kind of certainty for which the immediate has the form of what has been sublated, so that the certainty’s objectivity still only counts as superficial, where the certainty’s innerness and essence is self-consciousness itself. – Hence the object to which self-consciousness positively relates itself is self-consciousness. The object is in the form of thinghood, i.e., it is self-sufficient. However, self-consciousness has the certainty that for it this self-sufficient object is nothing alien. It thereby knows that it is in itself recognized by the object. Self-consciousness is spirit that has the certainty of having its unity with itself in the doubling of its self-consciousness and in the self-sufficiency of both self-consciousnesses. To self-consciousness, this certainty must now be elevated to truth. To self-consciousness, what counts, that it is to be in itself and within its inner certainty, is supposed to enter into its consciousness and come to be for it.

Siguiente párrafo

Párrafo anterior

Ir al índice

Conversaciones en el Atrium

EN CONSTRVCCION

EN CONSTRVCCION

Siguiente párrafo

Párrafo anterior

Ir al índice

Sidebar



error: Content is protected !!