Gespräche in der Dämmerung 00320

Parte de:

 C. (AA.) Razón [C. (AA.) Vernunft] / V: Certeza y verdad de la razón [V. Gewißheit und Wahrheit der Vernunft] / A. La razón observadora [A. Beobachtende Vernunft] / b. La observación de la autoconciencia en la pureza de ésta y en la relación de ésta con la realidad externa; leyes lógicas y psicológicas [b. Die Beobachtung des Selbstbewußtseins in seiner Reinheit und seiner Beziehung auf äußere Wirklichkeit; logische und psychologische Gesetze]

 

[La fisiognómica natural y la científica]

Gespräche in Jena

[320] Das unmittelbare Meinen über die gemeinte Gegenwart des Geistes ist die natürliche Physiognomik, das vorschnelle Urteil über die innere Natur und den Charakter ihrer Gestalt bei ihrem ersten Anblicke. Der Gegenstand dieser Meinung ist von der Art, daß es in seinem Wesen liegt, in Wahrheit etwas anderes zu sein als nur sinnliches unmittelbares Sein. Es ist zwar auch eben dieses im Sinnlichen aus ihm Insichreflektiertsein, was gegenwärtig, die Sichtbarkeit als Sichtbarkeit des Unsichtbaren, was Gegenstand des Beobachtens ist. Aber eben diese sinnliche unmittelbare Gegenwart ist Wirklichkeit des Geistes, wie sie nur für die Meinung ist; und das Beobachten treibt sich nach dieser Seite mit seinem gemeinten Dasein, mit der Physiognomie, Handschrift, Ton der Stimme usf. herum. – Es bezieht solches Dasein auf eben solches gemeintes Inneres. Es ist nicht der Mörder, der Dieb, welcher erkannt werden soll, sondern die Fähigkeit, es zu sein; die feste abstrakte Bestimmtheit verliert sich dadurch in die konkrete unendliche Bestimmtheit des einzelnen Individuums, die nun kunstreichere Schildereien erfordert, als jene Qualifikationen sind. Solche kunstreichen Schildereien sagen wohl mehr als die Qualifikation durch Mörder, Dieb, oder gutherzig, unverdorben usf., aber für ihren Zweck, das gemeinte Sein oder die einzelne Individualität auszusprechen, bei weitem nicht genug, sowenig als die Schildereien der Gestalt, welche über die flache Stirne, lange Nase usf. hinausgehen. Denn die einzelne Gestalt wie das einzelne Selbstbewußtsein ist als gemeintes Sein unaussprechlich. Die Wissenschaft der Menschenkenntnis, welche auf den vermeinten Menschen, sowie [die] der Physiognomik, die auf seine vermeinte Wirklichkeit geht und das bewußtlose Urteilen der natürlichen Physiognomik zu einem [241] Wissen erheben will, ist daher etwas End- und Bodenloses, das nie dazu kommen kann zu sagen, was es meint, weil es nur meint und sein Inhalt nur Gemeintes ist.

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Conversaciones en Valencia

[La fisiognómica natural y la científica]

[320]1Epígrafe: La fisiognómica natural y la científica. El suponer inmediato [Meynen] acerca de la supuesta presencia del espíritu es la fisiognómica natural, el juicio apresurado acerca de la naturaleza interna y acerca del carácter de la forma [o figura o Gestalt] que esa naturaleza interna se da, y ello al primer golpe de vista. El objeto de tal opinar o suponer [Meynung] es de suerte que en su esencia [en la esencia de ese objeto] radica el que ese objeto sea en verdad una cosa distinta que sólo ser [Seyn] sensible inmediato. Pues ciertamente, lo que se hace presente [lo que queda a la vista] es el quedar-reflectido-en-sí [el quedar el agente reflectido en sí] en lo sensible a partir de lo sensible, y es la visibilidad [o es esta visibilidad] en cuanto visibilidad de lo invisible lo que precisamente se convierte en objeto de la observación. Y precisamente, esa presencia sensible inmediata es [o habría de ser] realidad del espíritu, tal como esa realidad es para el opinar o suponer [para el Meynen] del que estamos hablando; y en lo que a este lado se refiere [en lo que se refiere a tal presencia sensible inmediata], el observar corre de acá para allá [corretea de acá para allá], dando vueltas a esa supuesta existencia [del espíritu], es decir, dando vueltas a la fisonomía, a la escritura, al tono de la voz, etc. Y el observar pone en relación tal existencia, que es una existencia supuesta, con un interior que es asimismo un interior supuesto. — No es el asesino o el ladrón en su ser tales lo que hay que conocer, sino la capacidad de serlo [es decir, de ser un asesino o de ser un ladrón]. La determinidad abstracta, escueta y fija [usted me ha robado, es usted un ladrón], se pierde con ello en la infinita determinidad concreta del individuo particular, determinidad que exige, ciertamente, descripciones, pinturas y detalles mucho más retorcidos y artificiosos que la descripción que pudiera venir exigida por aquellas calificaciones [abstractas] de asesino o ladrón. Pues esas artificiosas pinturas o descripciones dicen, ciertamente, más que la calificación de asesino o que la calificación de ladrón, o que la calificación de hombre de buen corazón o que la calificación de no corrupto, etc., pero para el fin que tales descripciones se proponen de expresar el ser que se supone, de expresar la individualidad particular, resulta que siempre están muy lejos de ser suficientes. Como tampoco lo son las descripciones de la forma o figura [de un individuo] pese a que vayan mucho más allá de los detalles de que el individuo en cuestión tiene frente plana, nariz larga, etc. Pues la figura particular, lo mismo que la autoconciencia particular, en cuanto ser en mientes, en cuanto aquello en que se está pensando, o en cuanto aquello que se está suponiendo, o aquello que se está queriendo decir, nunca puede decirse, es decir, es inexpresable [es inefable]. La ciencia [la supuesta ciencia] en que se articula ese conocimiento del hombre que se supone [del hombre supuesto], al igual que la [supuesta] ciencia que representa esa fisiognómica que se endereza a su supuesta realidad [a la supuesta realidad o a la realidad supuesta de ese hombre] y que trata de elevar a saber los irreflexivos juicios de la fisiognómica natural, es, por tanto, algo que no tiene fin y que carece de suelo, y que nunca logrará llegar a decir aquello en lo que está pensando o aquello a lo que apunta, porque sólo lo está suponiendo, y su contenido será siempre un contenido a que se apunta, un contenido supuesto, un contenido que se quiere decir, pero nunca dicho.

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Conversaciones en Madrid

[320] El opinar inmediato acerca de la presencia opinada del espíritu es la fisiognómica natural, el juicio precipitado sobre la naturaleza interna y el carácter de su figura a primera vista. El objeto de esta opinión es de tal género que está en su esencia el ser en verdad otra cosa que sólo ser sensible indeterminado. Ciertamente, es también este estar-reflejado dentro de sí en lo sensible, y a partir de él, lo que se hace presente, y la visibilidad en cuanto visibilidad de lo invisible es lo que es objeto del observar. Pero, justamente, esta presencia sensible inmediata es realidad efectiva del espíritu tal como ella es sólo para la opinión; y el observar, con su existencia opinada, con la fisonomía, la letra, el sonido de la voz, etc., da vueltas sin rumbo por ese lado. Pone tal existencia precisamente en referencia con tal interior opinado. No es al asesino, al ladrón, a quien hay que reconocer, dice, sino la capacidad de serlo X*1X;2El argumento es de Lavater, en los Physiognomische Fragmente. Cf. Lavater. J. C.: Physiognomische Fragmente zur Beföderung der Menschenkenntnifß und der Men schenliebe, op. cit., 4, Versuch, p. 110. la determinidad firme y abstracta se pierde así en la determinidad concreta e infinita del individuo singular, que ahora requiere retratos más artificiosos y sofisticados de lo que lo son tales calificaciones. Sin duda, tales retratos sofisticados dicen más que la calificación de asesinos, ladrones, o, bondadosos, incorruptos, etc., pero, para su propósito de enunciar el ser opinado, o la individualidad singular, no dicen, ni de lejos, lo bastante; igual que los retratos de la figura que no pasan de la frente plana, la nariz, ancha, etc. Pues la figura singular, como la autoconciencia singular, en cuanto ser opinado, es imposible de enunciar. Por eso, la ciencia del conocimiento de los hombres que se orienta hacia el hombre presunto X97X,3Auf den vermeinten Menschen: juego de palabras con vermeint, «presunto», y meinen, en todos los significados que se vienen usando. como la fisiognómica, que se orienta hacia su presunta realidad efectiva, y quiere elevar a saber ese juzgar sin conciencia de la fisiognómica natural X*2X.4Lavater distinguía entre una fisiognómica natural y una fisiognómica científica. Cf. Lavater: Von der Physiognomik, op. cit., p. 19. Véase también Lavater: Physiognomische Fragmente, op. cit., 1, Versuch, p. 14. es algo que no tiene ni base ni final, que nunca puede llegar a decir qué es lo que mienta con su opinión, porque sólo opina, y su contenido es sólo opinado.

Algunas aclaraciones

X*1X = El argumento es de Lavater, en los Physiognomische Fragmente. Cf. Lavater. J. C.: Physiognomische Fragmente zur Beföderung der Menschenkenntnifß und der Men schenliebe, op. cit., 4, Versuch, p. 110.

X97X = Auf den vermeinten Menschen: juego de palabras con vermeint, «presunto», y meinen, en todos los significados que se vienen usando.

X*2X = Lavater distinguía entre una fisiognómica natural y una fisiognómica científica. Cf. Lavater: Von der Physiognomik, op. cit., p. 19. Véase también Lavater: Physiognomische Fragmente, op. cit., 1, Versuch, p. 14.

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Conversations in Washington

[320] [320]5We kept the numeration given by the editor in the printed edition The immediate act of meaning to say something about the present moment of spirit is natural physiognomy, a hasty judgment made at first glance about the inner nature and the character of its shape. The object of this supposition is the kind of object such that in its essence, it is in truth something other than only sensuous immediate being. To be sure, it is also, within the sensuous, this being-reflected-into-itself from out of the sensuous. It is current, and it is the visible as the visibility of the invisible which is the object of observation. However, this sensuously immediate present is the actuality of spirit as it is only for the act of “meaning to say something.” According to this aspect, observation occupies itself with the existence which spirit is meant to have, or it occupies itself with physiognomy, handwriting, the sound of the voice, etc. – Observing relates such an existence to the same kind of “intended” inner6gemeintes Innres to exist. It is not the murderer or the thief who is supposed to be known;7erkannt rather, it is the capacity to be a murderer, a thief. The rigid abstract determinateness is lost in the concrete infinite determinateness of the singular individual, a determinateness that now calls for more skillfully contrived depictions than those qualifications really are. Such skillfully contrived depictions certainly give voice to a lot more than the qualification of being a murderer, a thief, or of being good-hearted, unspoiled, and so on, but they are far from adequate for the purpose of expressing the being that is meant, or the singular individuality, any more than do the depictions of shape which go further than only providing a picture of a flat brow, a long nose, etc. As a being about which one aims to say something, the singular shape, like the singular self-consciousness, is inexpressible. The “science of knowing man,” which is concerned with such alleged people, as well as the science of physiognomy, which is concerned with the person’s presumed actuality and seeks to raise the unconscious judging of natural physiognomy to the level of knowing, is thus something that has neither a foundation nor an end in sight. It can never manage to say what it means because all it does is to “mean something,” and its content is thus only fancy.8Gemeintes.

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Conversaciones en el Atrium

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