Gespräche in der Dämmerung 00314

Parte de:

 C. (AA.) Razón [C. (AA.) Vernunft] / V: Certeza y verdad de la razón [V. Gewißheit und Wahrheit der Vernunft] / A. La razón observadora [A. Beobachtende Vernunft] / b. La observación de la autoconciencia en la pureza de ésta y en la relación de ésta con la realidad externa; leyes lógicas y psicológicas [b. Die Beobachtung des Selbstbewußtseins in seiner Reinheit und seiner Beziehung auf äußere Wirklichkeit; logische und psychologische Gesetze]

 

[La astrología; la fisiognómica; la quiromancia y la mano; sobre la mano]

Gespräche in Jena

[314] Eine solche willkürliche Verbindung von solchen, die ein Äußeres füreinander sind, gibt kein Gesetz. Die Physiognomik soll sich aber von anderen schlechten Künsten und heillosen Studien dadurch unterscheiden, daß sie die bestimmte Individualität in dem notwendigen Gegensatze eines Inneren und Äußeren, des Charakters als bewußten Wesens und ebendesselben als seiender Gestalt betrachtet und diese Momente so aufeinander bezieht, wie sie durch ihren Begriff aufeinander bezogen sind und daher den Inhalt eines Gesetzes ausmachen müssen. In der Astrologie, Chiromantie und dergleichen Wissenschaften hingegen scheint nur Äußeres auf Äußeres, irgend etwas auf ein ihm Fremdes bezogen zu sein. Diese Konstellation bei der Geburt und, wenn dies Äußere näher auf den Leib selbst gerückt wird, diese Züge der Hand sind äußere Momente für das lange oder kurze Leben und das Schicksal des einzelnen Menschen überhaupt. Als Äußerlichkeiten verhalten sie sich gleichgültig zueinander und haben nicht die Notwendigkeit füreinander, welche in der Beziehung eines Äußeren und inneren liegen soll.

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Conversaciones en Valencia

[314] [El autor pasa a hablar de la fisiognómica.] Tal conexión arbitraria de elementos que son los unos para los otros algo externo, no suministran ley alguna. Ahora bien, frente ello la fisiognómica se distinguiría de otras malas artes y de otros tipos de estudios condenados sin remedio, [se distinguiría, digo, de ellos] en que la fisiognómica analiza la individualidad determinada atendiendo en ella a la necesaria contraposición entre un interior y un exterior, es decir, atendiendo a la necesaria contraposición entre el carácter en cuanto entidad consciente, y ese mismo carácter en cuanto figura o forma que está ahí, y pone en relación ambos momentos tal como estos momentos están [o estarían] relacionados el uno con el otro por su propio concepto y, por tanto, tal como habrían de constituir el contenido de una ley. [El autor vuelve sobre la astrología, la quiromancia, etc.]. En cambio, en la astrología, en la quiromancia, y en otros supuestos saberes de este tipo, no aparece sino el exterior relacionándose con el exterior, es decir, no aparece sino alguna cosa estando en relación con otra cosa que le es extraña. Y así resulta que esta o aquella constelación de astros en el nacimiento, o (cuando eso exterior queda situado algo más cerca, en el cuerpo mismo) estos rasgos de la mano, son momentos externos que, sin embargo, guardarían o habrían de guardar relación con la vida breve o larga, y en general con el destino del individuo de que se trate. En cuanto tales exterioridades [en cuanto cosas relacionadas de forma puramente externa], esos elementos se comportan con indiferencia los unos respecto a los otros y carecen los unos para los otros de la necesidad por la que [supuestamente] habría de caracterizarse la relación entre el exterior y el interior. [Descartamos, pues, la astrología, la quiromancia, etc. Y sin embargo, a propósito de la quiromancia pasa a hablar de la mano].

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Conversaciones en Madrid

[314] Semejante combinación arbitraria de tales cosas mutuamente externas no proporciona ninguna ley. La fisiognómica XX*X,1Vide infra Algunas aclaraciones XX*X. empero, debe distinguirse, según dicen, de otras malas artes y estudios funestos en que ella considera la individualidad determinada en la necesaria oposición de algo interno y algo externo, del carácter en cuanto esencia consciente, y de este mismo, justamente, en cuanto figura que es, y refiere estos momentos uno a otro tal como ellos están mutuamente referidos por medio de su concepto, por lo que tienen que constituir el contenido de una ley. En la astrología, la quiromancia y ciencias de ese género, en cambio, lo externo parece estar referido únicamente a algo externo, cualquier cosa a otra que le es extraña. Esta constelación en el momento del nacimiento, o, si eso externo se acerca más al cuerpo mismo, estos rasgos de la mano son momentos externos para la vida larga o breve, o para el destino en general del individuo. En tanto que exterioridades, se relacionan de manera mutuamente indiferente, y no tienen unas para otras la necesidad que debe haber en la referencia de algo externo y algo interno.

Algunas aclaraciones

XX*X = En todo este apartado, Hegel entra en aguda —y mordaz— polémica con la teoría de Lavater sobre la Fisiognomía, primero, y la de D. F. J. Gall (1758-1828) sobre la Frenología, después. Uno y otro afirmaban poder determinar los caracteres y las personalidades a partir de, respectivamente, los rasgos del rostro y la forma del cráneo. Hoy ya obsoletas (aunque no el principio de querer determinar de modo fatalista la subjetividad a partir de propiedades físicas particulares del individuo: piénsese en el actual determinismo genético), estas teorías gozaron de gran predicamento científico hasta bien entrado el siglo XIX, y merecieron la atención de Goethe y Lichtenberg. Lavater intentó dar un fundamento científico a la Fisiognómica especialmente en Von der Physiognomik und hundert physuignomischen Begeln, Leipzig, 1772, pp. 21 y sigs. El texto ha sido reeditado en 1991 por Karl Riha y Carsten Zelle, Frankfurt am Main / Leipzig, 1991. Cf. también Lavater: Physiognomische Fragmente zur Beförderung der Menschenkenntniß und Menschenliebe, Leipzig y Winterthur, 1778, 1, Versuch. 17, pp. 45 y sigs. 52 y sigs.

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Conversations in Washington

[314] [314]2We kept the numeration given by the editor in the printed edition Such an arbitrary combination of the kinds of things that are external to each other yields no law. However, physiognomy is supposed to distinguish itself from other spurious arts and hopeless studies by the fact that it examines determinate individuality in terms of the necessary opposition of an inner and an outer; it examines character as a conscious essence and as an existing shape, and it relates these moments to each other as they are related to each other through their concept, and these relations thus must constitute the content of a law. In contrast, in astrology, palmistry, and other such similar sciences, only externalities related to externalities seem to be present, or anything whatsoever related to something or another which is completely alien to it. It is this constellation at time of birth, and, if that kind of externality is brought even closer to the body itself, these lines on the hand are both external moments for a long or a short life, and the fate of singular people themselves. As externalities they relate themselves indifferently to each other, and neither has the necessity for the other which is supposed to lie in the relation of the outer to the inner.

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Conversaciones en el Atrium

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