Gespräche in der Dämmerung 00212

Parte de:

B. Autoconciencia [B. Selbstbewußtsein] /  IV: La Verdad de la Certeza de sí mismo [IV. Die Wahrheit der Gewißheit seiner selbst] / B. Libertad de la autoconciencia; estoicismo, escepticismo y la conciencia desgraciada [B. Freiheit des Selbstbewußtseins; Stoizismus, Skeptizismus und das unglückliche Bewußtsein]

 

[El moverse lo inmutable]

Gespräche in Jena

[212] Aus diesem Grunde behält also auch das unwandelbare Bewußtsein in seiner Gestaltung selbst den Charakter und die Grundlage des Entzweit- und des Fürsichseins gegen das einzelne Bewußtsein. Es ist hiermit für dieses überhaupt ein Geschehen, daß das Unwandelbare die Gestalt der Einzelheit erhält; so wie es sich auch ihm entgegengesetzt nur findet und also durch die Natur dies Verhältnis hat; daß es sich endlich in ihm findet, erscheint Ihm zum Teil zwar durch es selbst hervorgebracht oder darum stattzuhaben, weil es selbst einzeln ist, aber ein Teil dieser Einheit, als dem Unwandelbaren zugehörend, sowohl nach ihrer Entstehung, als insofern sie ist; und der Gegensatz bleibt in dieser Einheit selbst. In der Tat ist durch die Gestaltung des Unwandelbaren das Moment des Jenseits nicht nur geblieben, sondern vielmehr noch befestigt; denn wenn es durch die Gestalt der einzelnen Wirklichkeit ihm einerseits zwar nähergebracht zu sein scheint, so ist es ihm andererseits nunmehr als ein undurchsichtiges sinnliches Eins mit der ganzen Sprödigkeit eines Wirklichen gegenüber; die Hoffnung, mit ihm eins zu werden, muß Hoffnung, d.h. ohne Erfüllung und [166] Gegenwart bleiben; denn zwischen ihr und der Erfüllung steht gerade die absolute Zufälligkeit oder unbewegliche Gleichgültigkeit, welche in der Gestaltung selbst, dem Begründenden der Hoffnung, liegt. Durch die Natur des seienden Eins, durch die Wirklichkeit, die es angezogen, geschieht es notwendig, daß es in der Zeit verschwunden und im Räume und ferne gewesen ist und schlechthin ferne bleibt.

Siguiente párrafo

Párrafo anterior

Ir al índice

Conversaciones en Valencia

[212] Y por esta razón, pues, también la conciencia inmutable guarda y encierra ella misma en su configuración el carácter que representan el quedar-disociada y el ser-para-sí (y la base de ello) respecto a la conciencia individual [respecto de la conciencia einzeln, es decir, respecto de la conciencia singular y contingente, que queda suelta ahí]. Y, por tanto, para ésta es un acontecimiento, es decir, algo que pasa, algo que sucede [algo que acaece en el estar ella contingentemente acaeciendo o sucediendo] el que lo inmutable cobre la forma y figura de la individualidad, es decir, que también él se presente como un individuo ahí o como un particular ahí [einzeln]; pues es así como ella se encuentra también ahí contrapuesta a él, siendo ella la que, por naturaleza, tiene tal relación (o a la que pertenece por naturaleza tal modo de haberse); pero el que ella se encuentre finalmente en él, a ella tiene que parecerle ciertamente algo producido en parte por lo inmutable mismo, o lo que es lo mismo: tiene que parecerle que ello tiene lugar porque lo inmutable mismo es un individuo [einzeln, es decir, es algo que queda suelto contingentemente ahí] X81X;1O también: «[…] tiene que parecerle ciertamente algo producido o suscitado u ocasionada en parte por ella misma, o lo que es lo mismo: tiene que parecerle que ello tiene lugar porque ella misma es particular o einzeln». He optado por la primera traducción, que me parece la correcta, si bien ambas son gramaticalmente posibles, y quizá también a ambas se les podría dar acomodo. pero ese «en parte» no significa de todos modos sino una parte de dicha unidad en cuanto perteneciendo [ahora] [dicha unidad] a lo inmutable, y ello tanto en lo que se refiere al nacimiento de dicha unidad como a que dicha unidad sea; con lo cual la contraposición sigue en esa unidad misma. Pues efectivamente, mediante tal figuración [Gestaltung] de lo inmutable [mediante tal cobrar lo inmutable figura, quedando así ahí como una individualidad particular], el momento del más-allá [o el momento de más-allá, o el momento que representa el más-allá], no solamente sigue en pie, sino que incluso se refuerza aún más; pues si, por un lado, mediante la figura [o forma o Gestalt] de realidad individual, que le ha acontecido cobrar, lo Inmutable parece haber quedado más cerca de la autoconciencia, también resulta que, por otro lado, de ahora en adelante tiene que quedarle enfrente como un intransparente Uno sensible [como opaca individualidad que queda sensiblemente ahí], aquejado de todo el carácter quebradizo de algo real; y así la esperanza de convertirse en uno con él tiene que quedarse en esperanza, es decir, sin cumplimiento y presencia, pues entre esa esperanza y su cumplimiento se interpone precisamente la contingencia absoluta y la inamovible indiferencia que radica en esa figuración misma en que se funda la esperanza. Pues por la naturaleza de ese Uno que es o que queda ahí, es decir, por la realidad de que ese uno se ha revestido, sucede necesariamente su tener que desaparecer en el tiempo, y su haber estado en el espacio y [quedar ya] lejos, y su quedar muy lejos [o absolutamente lejos].

Algunas aclaraciones

X81X = O también: «[…] tiene que parecerle ciertamente algo producido o suscitado u ocasionada en parte por ella misma, o lo que es lo mismo: tiene que parecerle que ello tiene lugar porque ella misma es particular o einzeln». He optado por la primera traducción, que me parece la correcta, si bien ambas son gramaticalmente posibles, y quizá también a ambas se les podría dar acomodo.

Siguiente párrafo

Párrafo anterior

Ir al índice

Conversaciones en Madrid

[212] Por esta razón, entonces, también la conciencia inmutable guarda dentro de su configuración misma el carácter y el fundamento del ser-escindido y del ser-para-sí frente a la conciencia singular. Así, para ésta, el que lo inmutable adquiera la figura de la singularidad es algo que acontece, sin más: igual que el que ella tan sólo se encuentre también contrapuesta a ello, y que tenga, entonces, esta relación por medio de la naturaleza; finalmente, el que la conciencia se encuentre en lo inmutable se le aparece a ella, en parte, como algo producido por ella misma, o que tiene lugar porque ella misma es singular; pero una parte de esta unidad se le aparece como perteneciente a lo inmutable, tanto según su génesis como en la medida en que ella es; y la oposición permanece dentro de esta unidad misma. De hecho, en virtud de la configuración de lo inmutable, el momento del más allá no sólo ha permanecido, sino que incluso se ha consolidado; pues si la conciencia, por un lado, parece haber sido llevada más cerca de ese momento por la figura de la efectiva realidad singular, a partir de ahora, por otro lado, tal momento está frente a ella en el modo de un Uno sensible y opaco, con toda la fragilidad de lo efectivamente real; la esperanza de llegar a ser una con él tiene que seguir siendo esperanza, es decir, quedar sin cumplimiento y sin presencia, pues entre ella y su cumplimiento se yergue justamente la contingencia absoluta o la indiferencia inmóvil que reside en la configuración misma, en lo que funda la esperanza. Por la naturaleza de lo uno que es, por la realidad efectiva de que se ha revestido, acontece necesariamente que haya desaparecido en el tiempo, y en el espacio, y que haya sido lejos, y que siga estando, simple y llanamente, lejos.

Siguiente párrafo

Párrafo anterior

Ir al índice

Conversations in Washington

[212] [212]2We kept the numeration given by the editor in the printed edition For this reason, with regard to singularly individual consciousness, the unchangeable consciousness thus itself also retains within its shape the character and the fundamentals of estrangement and of being-for-itself. For the latter, it is simply an event such that the unchangeable receives the shape of singular individuality. This is so because singularly individual consciousness is only to be found as opposed to the unchangeable, and it therefore has this relationship through a fact of nature.3durch die Natur. That it is finally to be found within it appears to it in part as something engendered through itself, or it comes about for the reason that it itself is singularly individual. However, one part of this unity, in accordance with its origin and insofar as it is, appears to it as belonging to the unchangeable, and the opposition remains within this unity itself. It is through the unchangeable taking shape that the moment of the other-worldly beyond has not only lasted but has become even more securely fixed, for if, on the one hand, the other-worldly beyond seems to be brought closer to the singular individual by this shape of singular actuality, then it is, on the other hand, henceforth opposed to it as an opaque sensuous One possessing all the aloofness of something actual. The hope of coming to be at one with it must remain a hope, which is to say, it must remain without fulfillment, without ever being present. Between the hope and the fulfillment stands the absolute contingency or immovable indifference which lies in the shape itself, or in the very basis of the hope. Through the nature of this existing One, or through the actuality it has taken on, it necessarily happens that in time it has disappeared, and, having once existed, it remains spatially utterly distant.

Siguiente párrafo

Párrafo anterior

Ir al índice

Conversaciones en el Atrium

EN CONSTRVCCION

EN CONSTRVCCION

Siguiente párrafo

Párrafo anterior

Ir al índice

Sidebar



error: Content is protected !!