Gespräche in der Dämmerung 00199

Parte de:

B. Autoconciencia [B. Selbstbewußtsein] /  IV: La Verdad de la Certeza de sí mismo [IV. Die Wahrheit der Gewißheit seiner selbst] / B. Libertad de la autoconciencia; estoicismo, escepticismo y la conciencia desgraciada [B. Freiheit des Selbstbewußtseins; Stoizismus, Skeptizismus und das unglückliche Bewußtsein]

 

[El estoicismo como no más que concepto de la conciencia autónoma, o la libertad como concepto]

Gespräche in Jena

[199] Die vielfache sich in sich unterscheidende Ausbreitung, Vereinzelung und Verwicklung des Lebens ist der Gegenstand, gegen welchen die Begierde und die Arbeit tätig ist. Dies vielfache Tun hat sich nun in die einfache Unterscheidung zusammengezogen, welche in der reinen Bewegung des Denkens ist. Nicht der Unterschied, welcher sich als bestimmtes Ding oder als Bewußtsein eines bestimmten natürlichen Daseins, als ein Gefühl oder als Begierde und Zweck für dieselbe [ist], ob er durch das eigene oder durch ein fremdes Bewußtsein gesetzt sei, hat mehr Wesenheit, sondern allein der Unterschied, der ein gedachter oder unmittelbar nicht von mir unterschieden ist. Dies Bewußtsein ist somit negativ gegen das Verhältnis der Herrschaft und Knechtschaft; sein Tun ist, in der Herrschaft nicht seine Wahrheit an dem Knechte zu haben, noch als Knecht seine Wahrheit an dem Willen des Herrn und an seinem Dienen, sondern wie auf dem Throne so in den Fesseln, in aller Abhängigkeit seines einzelnen Daseins frei zu sein und die Leblosigkeit sich zu erhalten, welche sich beständig aus der Bewegung des Daseins, aus dem Wirken wie aus dem Leiden, in die einfache Wesenheit des Gedankens zurückzieht. Der Eigensinn ist die Freiheit, die an eine Einzelheit sich befestigt und innerhalb der Knechtschaft steht, der Stoizismus aber die Freiheit, welche unmittelbar immer aus ihr her und in die reine Allgemeinheit des Gedankens zurückkommt [und] als allgemeine Form des Weltgeistes nur in der Zeit einer allgemeinen Furcht und Knechtschaft, aber auch einer allgemeinen [157] Bildung auftreten konnte, welche das Bilden bis zum Denken gesteigert hatte.

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Conversaciones en Valencia

[199] La extensión y difusión, la particularización e individuación, y la complicación y enmarañamiento de la vida, en las múltiples distinciones que ésta opera en sí misma, es el objeto contra el que [o respecto al que, o sobre el que] el deseo y el trabajo operan y actúan. Pues bien, todo este múltiple hacer se retrae aquí ahora [o se encoge aquí ahora o se concentra aquí ahora o se reduce aquí ahora, en la figura de la autoconciencia libre que vamos a pasar a considerar] a la simple distinción o a la distinción simple que se encierra o radica en el puro movimiento del pensamiento X55X.1O en la distinción o diferencia absoluta que no es ninguna del final del cap. III, con la diferencia de que ahora la conciencia se es ello. Pues la distinción que ahora tiene esencialidad o entidad, ya no es la distinción que viene puesta como una determinada cosa, o como la conciencia de una determinada existencia natural, o como un sentimiento, o como deseo y como lo que para ese deseo es fin, ya venga ese fin puesto por la propia conciencia, ya venga puesto por una conciencia extraña, sino que lo único que tiene esencialidad o es de verdad una cosa ahí [es decir, lo único que de verdad tiene entidad], es aquella distinción o diferencia que es una diferencia pensada, es decir, una diferencia operada por el pensamiento [en el sentido dicho], que inmediatamente no es una diferencia distinta de mí. Esta conciencia es, por tanto, una conciencia negativa; su hacer consiste no en que esta conciencia, cuando esta conciencia es el señor, tenga propiamente su verdad en el siervo, ni tampoco consiste en que, cuando esa conciencia es el siervo, su verdad la obtenga propiamente en la voluntad del señor y en su servicio, sino que, igual en el trono [Marco Aurelio] que en las cadenas [Epicteto], su hacer consiste en ser libre por más que su existencia individual pueda ser de entera sujeción, conservando siempre para sí esa ausencia de vida, esa insensibilidad, esa inmovilidad, que constantemente se retrae y se desase del movimiento en que consiste la existencia, que constantemente se retrae tanto del obrar como del padecer que la existencia comporta, para ubicarse e instalarse en la pura esencialidad del pensamiento. El ser uno muy suyo [es decir, el tozudo sentimiento de sí] es la libertad que permanece ligada y amarrada a una particularidad [Einzelnheit] y que permanece, por tanto, atrapada todavía en [o dentro de] la servidumbre; el estoicismo, en cambio, es esa libertad que inmediatamente lo es siempre como estando escapando y saliendo de esa servidumbre [o también: que siempre lo es inmediatamente a partir de sí misma] y retornando a la pura universalidad del pensamiento; de ahí que el estoicismo sólo pudiera aparecer como forma o Gestalt general o universal del espíritu del mundo en una época de un miedo y servidumbre universales, pero también de una formación y cultura [Bildung] generales que habían elevado el formar [que habían elevado la formación] [Bilden] hasta el pensamiento [o por la que el formar había quedado elevado hasta el nivel del pensamiento; es decir, de lo que hemos llamado antes pensamiento o concepto].

Algunas aclaraciones

X55X = O en la distinción o diferencia absoluta que no es ninguna del final del cap. III, con la diferencia de que ahora la conciencia se es ello.

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Conversaciones en Madrid

[199] La expansión de la vida, plural y diferenciándose dentro de sí, su singularización y entreveramiento, son el objeto contra el que actúan el deseo y el trabajo. Ahora, esta actividad plural se ha contraído en la diferenciación simple que hay en el movimiento puro del pensar. No es ya la diferencia que se es a sí como cosa determinada, o como conciencia de una existencia natural determinada, como un sentimiento, o como deseo y finalidad para éste, ya venga puesta ésta por la conciencia propia o por una conciencia extraña, lo que tiene esencialidad; sino que únicamente la tiene la diferencia que sea una diferencia pensada, o que no sea inmediatamente diferente de mí. Esta conciencia es, por ende, negativa frente a la relación del señorío y la servidumbre; su actividad es tal que, si ocupa el señorío, no tiene su verdad en el siervo, y si es siervo, tampoco tiene su verdad en la voluntad del señor y en el servicio de éste, sino que, lo mismo sentada en el trono que atada con cadenas XX*X,2Hegel tiene presente tanto al emperador Marco Aurelio como a Séneca que buscaban la libertad interior del espíritu capaz de abstraer de todas las cosas y circunstancias externas. cualquiera que sea la dependencia de su existencia singular, es libre, y conserva para sí la apatía que se retira continuamente del movimiento de la existencia, tanto del obrar como del padecer, y se recoge en la esencialidad simple del pensamiento. La obstinación es la libertad que se aferra a una singularidad y se queda detenida dentro de la servidumbre, mientras que el estoicismo es la libertad que, a partir inmediatamente de ella, retorna a la universalidad pura del pensamiento; en cuanto forma universal del espíritu del mundo, sólo podía entrar en escena en la época en que el temor y la servidumbre eran universales, pero también en la época de una cultura universal que había elevado la práctica de formar y cultivar hasta el pensamiento.

Algunas aclaraciones

XX*X = Hegel tiene presente tanto al emperador Marco Aurelio como a Séneca que buscaban la libertad interior del espíritu capaz de abstraer de todas las cosas y circunstancias externas.

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Conversations in Washington

[199] [199]3We kept the numeration given by the editor in the printed edition The multiple self-differentiating spreading out, isolation, and complexity of life is the object with respect to which desire and labor are active. This multifarious doing has now been concentrated into the simple difference that is in the pure movement of thinking. There is no more essentiality to be found in the difference which has been posited as a determinate thing, or as consciousness of a determinate natural existence, or as a feeling, or as desire and its purpose, whether that purpose is posited by its own consciousness or by that of an alien consciousness. Rather, what has more essentiality is solely the difference that has been thought, or the difference which is not immediately differentiated from me. This consciousness is thereby negative with regard to the relationship of mastery and servitude. Its doing consists in neither being the master who has his truth in the servant nor in being the servant who has his truth in the will of the master and in serving him. Rather, it consists in being free within all the dependencies of his singular existence, whether on the throne or in fetters, and in maintaining the lifelessness which consistently withdraws from the movement of existence, withdraws from actual doing as well as from suffering, and withdraws into the simple essentiality of thought. Stubbornness is the freedom that hitches itself to a singular individuality standing within the bounds of servitude. However, stoicism is the freedom which always immediately leaves servitude and returns back into the pure universality of thought. As a universal form of the world-spirit, it can only come on the scene during a time of universal fear and servitude but which is also a time of universal cultural formation that has raised culturally formative activity all the way up to the heights of thinking.

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Conversaciones en el Atrium

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