Gespräche in der Dämmerung 00164
Parte de:
A. Conciencia [A. Bewußtsein] / III: La Fuerza y el Entendimiento, el Fenómeno y el Mundo suprasensible [III. Kraft und Verstand, Erscheinung und übersinnliche Welt]
[Diferencia e infinitud; el alma de lo dicho hasta aquí; breve resumen de lo dicho en el presente capítulo; el interior y la autoconciencia; la autoconciencia como verdad de las figuras anteriores; de cómo está ya presente para nosotros la verdad en la que la autoconciencia consiste]
Tabla de contenidos
Gespräche in Jena
[164] In dem entgegengesetzten Gesetze als der Verkehrung des ersten Gesetzes oder in dem inneren Unterschiede wird zwar die Unendlichkeit selbst Gegenstand des Verstandes, aber er verfehlt sie als solche wieder, indem er den Unterschied an sich, das Sichselbstabstoßen des Gleichnamigen und die Ungleichen, die sich anziehen, wieder an zwei Welten oder an zwei substantielle Elemente verteilt; die Bewegung, wie sie in der Erfahrung ist, ist ihm hier ein Geschehen, und das Gleichnamige und das Ungleiche [sind] Prädikate, deren Wesen ein seiendes Substrat ist. Dasselbe, was ihm in sinnlicher Hülle Gegenstand ist, ist es uns in seiner wesentlichen Gestalt, als reiner Begriff. Dies Auffassen des Unterschiedes, wie er in Wahrheit ist, oder das Auffassen der Unendlichkeit als solcher ist für uns oder an sich. Die Exposition ihres Begriffs gehört der Wissenschaft an; das Bewußtsein aber, wie es ihn unmittelbar hat, tritt wieder als eigene Form oder neue Gestalt des Bewußtseins auf, welche in dem Vorhergehenden ihr Wesen nicht erkennt, sondern es für etwas ganz anderes ansieht. – Indem ihm dieser Begriff der Unendlichkeit Gegenstand ist, ist es also Bewußtsein des Unterschiedes als eines unmittelbar ebensosehr Aufgehobenen; es ist für sich selbst, es ist Unterscheidendes Ununterschiedenen oder Selbstbewußtsein. Ich unterscheide mich von mir selbst, und [134] es ist darin unmittelbar für mich, daß dies Unterschiedene nicht unterschieden ist. Ich, das Gleichnamige, stoße mich von mir selbst ab; aber dies Unterschiedene, Ungleich-Gesetzte ist unmittelbar, indem es unterschieden ist, kein Unterschied für mich. Das Bewußtsein eines Anderen, eines Gegenstandes überhaupt, ist zwar selbst notwendig Selbstbewußtsein, Reflektiertsein in sich, Bewußtsein seiner selbst in seinem Anderssein. Der notwendige Fortgang von den bisherigen Gestalten des Bewußtseins, welchen ihr Wahres ein Ding, ein Anderes war als sie selbst, drückt eben dies aus, daß nicht allein das Bewußtsein vom Dinge nur für ein Selbstbewußtsein möglich ist, sondern daß dies allein die Wahrheit jener Gestalten ist. Aber für uns nur ist diese Wahrheit vorhanden, noch nicht für das Bewußtsein. Das Selbstbewußtsein ist erst für sich geworden, noch nicht als Einheit mit dem Bewußtsein überhaupt.
Conversaciones en Valencia
[164] En la ley opuesta o contrapuesta X48X,1Recuerde el lector que más arriba (véase el correspondiente epígrafe del traductor [en 00156]) el autor ha hablado de dos leyes, la segunda de las cuales era Erinnerung de la primera y se convertía en base del «mundo invertido». en cuanto inversión de la primera ley [o en cuanto la primera puesta del revés], o en la diferencia interior, la infinitud se convierte [ya], ciertamente, ella misma en objeto del entendimiento, pero el entendimiento la yerra otra vez como tal, en cuanto la diferencia en sí (es decir, el repelerse a sí mismo lo homónimo, y los desiguales que se atraen a sí el uno al otro), la diferencia en sí, digo, el entendimiento la distribuye o reparte otra vez en dos mundos, o en dos elementos sustanciales [en dos elementos entendidos como sustancias]; el movimiento, tal como éste es en la experiencia, le es aquí al entendimiento un acontecer, es decir, algo que sucede y que pasa [una historia que el entendimiento cuenta], y lo homónimo y lo desigual le son al entendimiento predicados [no son para el entendimiento sino predicados], cuya esencia o entidad [Wesen] consiste en venir [venir sostenidos por] un substrato que también estaría ahí. Y aquello mismo que a él, es decir, al entendimiento, le es objeto en vestimenta sensible [es decir, le es el objeto en envoltura de sensibilidad, él lo ve como objeto sensible], eso mismo es también objeto para nosotros pero en su forma o figura esencial, es decir, en cuanto concepto puro. De modo que tal comprender la diferencia como esa diferencia es en verdad, o lo que es lo mismo: tal comprensión y tal hacerse cargo de la infinitud como tal, tal comprensión, digo, es para nosotros [no para el entendimiento], o lo que es lo mismo: es en sí. La exposición de su concepto [del concepto de infinitud] pertenece a la ciencia; ahora bien, la conciencia, tal como ella tiene inmediatamente ese concepto, no puede sino aparecer de nuevo como una forma propia [de la conciencia], o como otra nueva figura de la conciencia, la cual forma o figura [de la conciencia] no reconoce en lo precedente su esencia, sino que tiene eso precedente por algo completamente distinto de ella, y así lo mira. — Y en cuanto a ella este concepto de la infinitud [o concepto de infinitud] le es objeto [pues significa tenerlo la conciencia de forma inmediata], la conciencia resulta ser por eso mismo una conciencia de la diferencia, pero de la diferencia en cuanto asimismo inmediatamente suprimida y superada; ella es para sí misma, por tanto ella es un distinguir lo no distinto, o es un diferenciar aquello donde no hay diferencia, o lo que es lo mismo: la conciencia es autoconciencia. Yo me distingo de mí mismo, y en ello me resulta inmediato que esto distinto no es distinto, o que esto distinto no está distinguido [es decir, que en esto diferenciado no hay tal diferencia]. Yo, lo homónimo, me repelo y me expelo de mí mismo a mí mismo; pero esto distinto, es decir, esto puesto como desigual, resulta que, inmediatamente, en cuanto se distingue o en cuanto distinto, no es ninguna diferencia para mí. La conciencia de lo otro [la conciencia de un otro, o de algo otro], de un objeto en general, es, ciertamente, ella misma, de manera necesaria autoconciencia, ser-reflectido en sí, conciencia de sí mismo precisamente en su ser-otro. La necesaria marcha o avance de las figuras de la conciencia, que hemos considerado hasta aquí [de la conciencia a la autoconciencia], para las cuales aquello que ellas tenían por verdad era una cosa ahí [ein Ding], es decir, era algo distinto a ellas mismas, expresa precisamente esto, a saber: que no sólo la conciencia de las cosas no es posible sino para una autoconciencia, sino que precisamente ésta y solamente ésta es la verdad de esas figuras [de las aisthesis, la doxa, la dianoia, es decir, de la certeza sensible, la percepción, y el entendimiento]. Pero sólo para nosotros está ahí presente por el momento esta verdad, no para la conciencia. La autoconciencia no ha hecho más que empezar a devenir para sí, es decir, no ha hecho más que empezar a convertirse en ella, pero ello todavía no como unidad con la conciencia [es decir, todavía no coinciden objeto de la conciencia y conciencia].
Algunas aclaraciones
X48X = Recuerde el lector que más arriba (véase el correspondiente epígrafe del traductor [en 00156]) el autor ha hablado de dos leyes, la segunda de las cuales era Erinnerung de la primera y se convertía en base del «mundo invertido».
Conversaciones en Madrid
[164] En la ley contrapuesta como inversión de la primera ley, o en la diferencia interior, la infinitud misma se convierte, ciertamente, en objeto del entendimiento, pero éste vuelve a no acertar con ella como tal, en tanto que a la diferencia en sí, al repelerse a sí mismo de lo homónimo, y a los desiguales que se atraen, los vuelve a repartir en dos mundos, o en dos elementos substanciales; el movimiento, tal como es en la experiencia, es aquí, para el entendimiento, un acontecer, y lo homónimo y lo desigual son predicados cuya esencia es un substrato que es. Lo mismo que, a ojos del entendimiento, es objeto dentro de un envoltorio sensible, a los nuestros lo es en su figura esencial, como concepto puro. Este aprehender la diferencia tal como ella es en verdad, o el aprehender la infinitud como tal, es para nosotros, o en sí. La exposición de su concepto pertenece a la ciencia; pero la conciencia, tal como ella lo tiene de modo inmediato, vuelve a entrar en escena como forma propia o nueva figura de la conciencia, figura que no reconoce su esencia en lo que precede, sino que la considera como algo completamente distinto. — En tanto que, a sus ojos, este concepto de infinitud es objeto, ella es conciencia de la diferencia en cuanto diferencia que está inmediatamente cancelada en la misma medida; ella, la conciencia, es para sí misma, es diferenciar lo no-diferenciado, o autoconciencia. Yo me diferencio de mí mismo, y en esto está de modo inmediato para mí que esto diferenciado no sea diferente. Yo, lo homónimo, me repelo de mí mismo; pero esto diferente, puesto no-igual, no es, inmediatamente, en tanto que sea diferente, ninguna diferencia para mí. Ciertamente, la conciencia de algo otro, de un objeto en general, es ella misma, necesariamente, autoconciencia, está reflexionada dentro de sí, es conciencia de sí misma en su ser otro. El proceso necesario de las figuras de la conciencia aparecidas hasta ahora, a las que su verdad les resultaba ser una cosa distinta de ellas mismas, expresa, precisamente, no sólo que la conciencia de la cosa sólo es posible para la autoconciencia, sino que ésta es lo único que constituye la verdad de esas figuras. Pero sólo para nosotros está presente esta verdad, todavía no para la conciencia. Mas la autoconciencia acaba de llegar, por primera vez, a ser para sí, todavía no lo es como unidad con la conciencia como tal.
Conversations in Washington
[164] [164]2We kept the numeration given by the editor in the printed edition In the opposite law as the inversion of the first law, or in the inner difference, infinity indeed becomes itself the object of the understanding, but again the understanding fails to notice it as such, while the understanding again distributes to two worlds, or to two substantial elements, the difference in itself, the self-repulsion of like poles and the self-attraction of what is unlike; for the understanding, the movement as it is here in experience, is an event, and like poles and the unlike are predicates whose essence is an existing substrate. What is an object in sensuous covering for the understanding is now there for us in its essential shape as the pure concept. This grasping of the difference as it is in truth, or the grasping of infinity as such, is for us, or in itself. The exposition of its concept belongs to science. However, consciousness as it immediately has this concept again comes on the scene as its own form or as a new shape of consciousness that does not recognize3erkennt its essence in what has gone before but instead regards it as something wholly different. – While this concept of infinity is, to consciousness, the object, it is therefore consciousness of the difference as likewise immediately sublated; consciousness is for itself, it is a distinguishing of what is not distinct, or it is self-consciousness. I distinguish myself from myself, and in doing so, what is immediately for me is this: What is distinguished is not distinguished. I, the like pole, repel myself away from myself; but what is distinguished, what is posited as not the same as me, is, while it is differentiated, immediately no difference for me. Consciousness of an other, of an object as such, is indeed itself necessarily self-consciousness, being-reflected into itself, consciousness of its own self, in its otherness. The necessary advance from the previous shapes of consciousness, to whom their truth was a thing, or was something other than themselves, expresses just the following. Not only is consciousness of things only possible for a self-consciousness; rather, it is this self-consciousness alone which is the truth of those shapes. However, this truth is here only for us and not yet for consciousness. Self-consciousness has first come to be for itself but not yet as unity with consciousness itself.
Conversaciones en el Atrium
Es importante tomar en consideración el inicio del párrafo siguiente (00165) para comprender el contendido del presente 00164.
„Im Innern der Erscheinung [ist] der Verstand in Wahrheit nicht etwas anders, als die Erscheinung selbst, aber nicht wie sie als Spiel der Kräffte ist, sondern dasselbe in seinen absolut-allgemeinen Momenten und deren Bewegung, und in der That [erfährt er] nur sich selbst“
«En el interior del fenómeno el entendimiento no es en verdad otra cosa que el fenómeno mismo, pero no tal como ese fenómeno es en cuanto juego de las fuerzas, sino ese juego [tal como ese juego es] en sus momentos absolutamente universales y en el movimiento de ellos, y que en realidad el entendimiento sólo hace en todo ello experiencia de sí mismo. [Ésta es la moraleja del presente cap. III.]»
EN CONSTRVCCION
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