Gespräche in der Dämmerung 00130

Parte de:

A. Conciencia [A. Bewußtsein] / II: La percepción; o la cosa y la equivocación [II. Die Wahrnehmung oder das Ding und die Täuschung]

 

[Resumen; la sofistería de la percepción; las vacías abstracciones de la equivocación, y el sano sentido común; sano sentido común y filosofía; el Uno y el También, la Universalidad y la Individualidad, y lo Esencial y lo Inesencial, como los poderes de los que la conciencia perceptiva es juguete]

Gespräche in Jena

[130] Die sinnliche Einzelheit also verschwindet zwar in der dialektischen Bewegung der unmittelbaren Gewißheit und wird [104] Allgemeinheit, aber nur sinnliche Allgemeinheit. Das Meinen ist verschwunden, und das Wahrnehmen nimmt den Gegenstand, wie er an sich ist, oder als Allgemeines überhaupt; die Einzelheit tritt daher an ihm als wahre Einzelheit, als Ansichsein des Eins hervor oder als Reflektiertsem in sich selbst. Es ist aber noch ein bedingtes Fürsichsein, neben welchem ein anderes Fürsichsein, die der Einzelheit entgegengesetzte und durch sie bedingte Allgemeinheit vorkommt; aber diese beiden widersprechenden Extreme sind nicht nur nebeneinander, sondern in einer Einheit; oder, was dasselbe ist, das Gemeinschaftliche beider, das Fürsichsein ist mit dem Gegensatze überhaupt behaftet, d. h, es ist zugleich nicht ein Fürsichsein. Diese Momente sucht die Sophisterei des Wahrnehmens von ihrem Widerspruche zu retten und durch die Unterscheidung der Rücksichten, durch das Auch und Insofern festzuhalten sowie endlich durch die Unterscheidung des Unwesentlichen und eines ihm entgegengesetzten Wesens das Wahre zu ergreifen. Allein diese Auskunftsmittel, statt die Täuschung in dem Auffassen abzuhalten, erweisen sich vielmehr selbst als nichtig, und das Wahre, das durch diese Logik des Wahrnehmens gewonnen werden soll, erweist sich in einer und derselben Rücksicht das Gegenteil zu sein und hiermit zu seinem Wesen die unterscheidungs- und bestimmungslose Allgemeinheit zu haben.

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Conversaciones en Valencia

[Resumen; la sofistería de la percepción; las vacías abstracciones de la equivocación, y el sano sentido común; sano sentido común y filosofía; el Uno y el También, la Universalidad y la Individualidad, y lo Esencial y lo Inesencial, como los poderes de los que la conciencia perceptiva es juguete]

[130] La individualidad [Einzelnheit] sensible desaparece, ciertamente, pues, en el movimiento dialéctico de la certeza inmediata y se convierte en universalidad, pero sólo en universalidad sensible. El Meynen [es decir, el sólo querer-decir, el sólo estar pensando-que, el no más que estar-suponiendo-que, la aisthesis] ha desaparecido, y la percepción [es decir, el tomar algo en lo que es, en su verdad, el δοξάζειν] toma el objeto tal como él es en sí, o lo que es lo mismo: lo toma por universal; y la individualidad [la Einzelnheit, el quedar suelto el objeto] emerge y sobresale, por tanto, en él [en el objeto] como verdadera individualidad, es decir, como ser-en-sí [an sich seyn] del Uno X32X,1Als an sich seyn des Eins, como ser en sí del uno, lo cual no es sino universalidad, contrapuesta, por tanto, a sí misma. o lo que es lo mismo: como un estar-reflectido [el objeto uno] en sí mismo. Pero se trata sólo de un para-sí condicionado, junto al cual se presenta otro ser-para-sí, es decir, se presentan otros ser-para-síes [u otros seres-para-sí], es decir, hace acto de presencia la universalidad contrapuesta a la individualidad [Einzelnheit] y condicionada por esa individualidad X33X;2Conviene que el lector repare en la explicación que el autor pasa a dar de lo Universal condicionado y de lo Universal incondicionado, con las que se abre el cap. III. pero estos dos extremos que entre sí se contradicen, no solamente están el uno junto al otro, o el uno al lado del otro, sino que están también en una unidad [forman también una unidad], o lo que es lo mismo: lo que es común a ambos, a saber, el ser-para-sí, viene gravado por la contraposición, lo cual quiere decir: ese ser-para-sí no es a la vez un ser-para-sí [o ese ser-para-sí es a la vez un no ser-para-sí] X34X.3Ésta es otra formulación del mismo motivo con el que se abre el cap. III, sobre el que vengo llamando la atención. Estos momentos son los que la sofistería de la percepción trata de librar de sus contradicciones [de las contradicciones de esos momentos] y fijarlos [es decir, convertirlos en momentos fijos] mediante la distinción de aspectos, es decir, convertirlos en momentos fijos a través del También y del «en cuanto», así como, finalmente, trata de hacerse con lo verdadero mediante la distinción entre lo inesencial y una esencia que se contrapondría a eso inesencial. Sólo que estos expedientes, en lugar de mantener la aprehensión libre de tales equivocaciones, se revelan más bien como nulos [se revelan más bien como siendo en definitiva nada o como no valiendo en definitiva para nada] y lo verdadero, tal como eso verdadero habría de obtenerse mediante la lógica de la percepción [mediante la lógica del aprehender, del buscar tomar algo por lo que de verdad es], se revela en uno y el mismo aspecto como siendo precisamente lo contrario de ello, como teniendo, por tanto, por esencia suya la universalidad [o una universalidad] carente de distinción y carente de determinación.

Solo se conoce lo universal. Pero éste al que habéis llegado… ¡Ni chicha, ni limoná!

Algunas aclaraciones

X32X = Als an sich seyn des Eins, como ser en sí del uno, lo cual no es sino universalidad, contrapuesta, por tanto, a sí misma.

X33X = Conviene que el lector repare en la explicación que el autor pasa a dar de lo Universal condicionado y de lo Universal incondicionado, con las que se abre el cap. III.

X34X = Ésta es otra formulación del mismo motivo con el que se abre el cap. III, sobre el que vengo llamando la atención.

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Conversaciones en Madrid

[130] La singularidad sensible se desvanece, entonces, ciertamente, en el movimiento dialéctico de la certeza inmediata, deviniendo universalidad; pero sólo universalidad sensible. El íntimo querer decir se ha desvanecido, y el percibir toma el objeto tal como es en sí; o bien, lo toma como universal sin más; por eso, la singularidad brota en él como singularidad verdadera, como ser en sí de lo Uno, o bien, como ser-reflexionado dentro de sí mismo. Pero sigue siendo todavía un ser para sí condicionado, al lado del cual adviene otro ser para sí, la universalidad contrapuesta a la singularidad y condicionada por ella; pero estos dos extremos que se contradicen no sólo están yuxtapuestos, sino que están en una unidad, o lo que es lo mismo, lo que es común a ambos, el ser para sí, se halla lastrado con la oposición en general, es decir, que, al mismo tiempo, no es un ser para sí. Estos momentos, la sofistería del percibir intenta salvarlos de su contradicción y retenerlos firmemente estableciendo diferencias entre perspectivas, por medio del también y del en-la-medida-que, igual que, en definitiva, intenta atrapar lo verdadero diferenciando lo inesencial y una esencia contrapuesta a ello. Sólo que estos expedientes, en lugar de mantener la ilusión a distancia en el acto de aprehender, se revelan más bien como nulos ellos mismos, y lo verdadero, que supuestamente había de alcanzarse por medio de esta lógica del percibir, revela ser, en uno y el mismo respecto, lo contrario, y tener como su esencia, por tanto, la universalidad sin diferencia ni determinación.

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Conversations in Washington

[130] [130]4We kept the numeration given by the editor in the printed edition Sensuous singularity therefore does indeed vanish in the dialectical movement of immediate certainty and becomes universality, but it becomes only sensuous universality. Meaning-something has vanished, and perceiving takes the object as it is in itself, or as a universal as such. Singularity emerges in the object as true singularity, as the being-in-itself of the One, or as being-reflected into itself. However, it [the One] is still a conditioned being-for-itself, alongside which another being-for-itself comes into view, a universality opposed to singularity and conditioned by singularity. However, both of these contradictory extremes are not only alongside each other but rather are in one unity, or, what amounts to the same thing, that which is common to both. Being-for-itself is burdened altogether with an opposition, which is to say that it is at the same time not a being-for-itself. The sophistry of perceiving seeks to save these moments from their contradictions, to cling tenaciously to them by distinguishing various points of view and by invoking the Also and the Insofar, as well as finally seeking to take hold of the true by distinguishing the inessential from an essence which is opposed to the universal. Yet these expedients, instead of warding off illusion in the [act of] comprehending,5Auffassen turn out to be null and void, and the true, which is supposed to be won through this logic of perceiving, turns out to be in one and the same regard the very opposite and thereby to have as its essence the universality completely devoid of difference and determination.

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Conversaciones en el Atrium

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