Gespräche in der Dämmerung 00089
Parte de:
Introducción [Einleitung]
[El saber absoluto]
Tabla de contenidos
Gespräche in Jena
[89] Die Erfahrung, welche das Bewußtsein über sich macht, kann ihrem Begriffe nach nichts weniger in sich begreifen als das ganze System desselben oder das ganze Reich der Wahrheit des Geistes, so daß die Momente derselben in dieser eigentümlichen Bestimmtheit sich darstellen, nicht abstrakte, reine Momente zu sein, sondern so, wie sie für das Bewußtsein sind oder wie dieses selbst in seiner Beziehung auf sie auftritt, wodurch die Momente des Ganzen Gestalten des Bewußtseins sind. Indem es zu seiner wahren Existenz [80] sich forttreibt, wird es einen Punkt erreichen, auf welchem es seinen Schein ablegt, mit Fremdartigem, das nur für es und als ein Anderes ist, behaftet zu sein, oder wo die Erscheinung dem Wesen gleich wird, seine Darstellung hiermit mit eben diesem Punkte der eigentlichen Wissenschaft des Geistes zusammenfällt; und endlich, indem es selbst dies sein Wesen erfaßt, wird es die Natur des absoluten Wissens selbst bezeichnen. [81]
Ende der Einleitung
Conversaciones en Valencia
[89] La experiencia que la conciencia hace acerca de sí misma, por su propio concepto, habrá de contener nada menos que todo el sistema de la conciencia, o lo que es lo mismo: habrá de contener nada menos que todo el reino de la verdad del espíritu, de manera que los momentos de esa verdad se presenten en la peculiar determinidad de no ser momentos abstractos, momentos puros [o puros momentos], sino de ser tales como son para la conciencia, o lo que es lo mismo: de ser tales como la conciencia se presenta o aparece en relación con ellos, por medio de lo cual esos momentos del Todo [esos momentos de la verdad del espíritu, esos momentos del reino todo de la verdad del espíritu] son figuras de la conciencia [Gestalten des Bewusstseyns]. En cuanto esa conciencia se va empujando ella a sí misma hacia delante hacia su verdadera existencia, [esa conciencia] alcanzará un punto en el que [esa conciencia] depondrá su apariencia de estar gravada con algo extraño que sólo es para-ella pero que es otro que ella [es decir, se sacudirá la apariencia de una diferencia entre el serle manifiesto algo y ese algo que se manifiesta], o lo que es lo mismo: alcanzará un punto en el que el fenómeno se volverá igual a la esencia [en el que lo que aparece se volverá igual a lo que hay], en el que por tanto, su exposición [es decir, la exposición de la conciencia, de aquello a lo que ella llega] coincide con precisamente este punto de la ciencia del espíritu propiamente dicha [es decir, en el que el para-ella y el para-nosotros coinciden, en el que el punto a que la exposición habrá llegado, agotando ya toda trastienda, coincide con lo que la conciencia es ella para sí misma] y, finalmente, en cuanto ella aprehende esta su propia esencia [ese propio ser, Wesen], tal aprehender ella su esencia no designa ya sino la naturaleza del saber absoluto mismo.
Final de la Introducción
Conversaciones en Madrid
[89] La experiencia que la conciencia hace acerca de sí misma no puede, conforme a su concepto, comprender en sí menos que todo el sistema de la conciencia, o todo el reino de la verdad del espíritu, de tal manera que los momentos de esta verdad se exponen en esta determinidad peculiar de no ser momentos abstractos, puros, sino tal como son para la conciencia, o tal como esta misma, en su referencia a ellos, entra en escena, con lo que los momentos del todo son figuras de la conciencia. Impulsándose hacia delante, hasta su existencia verdadera, la conciencia alcanzará un punto en el que se desprenda de su apariencia de arrastrar consigo algo extraño, que sólo es para ella y lo es en cuanto otro, o un punto donde la aparición, el fenómeno, se haga igual a la esencia, donde su exposición, por ende, coincida con este punto justo de la ciencia propiamente dicha del espíritu y, finalmente, al atrapar ella misma esta su esencia, designará la naturaleza del saber absoluto mismo.
Final de la Introducción
Conversations in Washington
[89] [89]1We kept the numeration given by the editor in the printed edition The experience through which consciousness learns about itself can, according to its concept, comprehend within itself nothing less than the whole system of consciousness, or the whole realm of the truth of spirit, so that the moments of truth present themselves in this their proper determinateness, not as being abstract, pure moments, but rather in the way that they are for consciousness, or in the way that consciousness itself comes on the scene in its relation to them. In this way, the moments of the whole are shapes of consciousness. By consciousness carrying on towards its true existence, it will reach a point where it sets aside its semblance of being burdened with what is alien to it, which only is for it and is as other; a point where the appearance becomes equal to the essence so that its own exposition coincides at this very point with the genuine science of spirit. Finally, while itself grasping this, its own essence, consciousness will signify the nature of absolute knowing itself.
End of the Introduction
Conversaciones en el Atrium
EN CONSTRVCCION
EN CONSTRVCCION