Gespräche in der Dämmerung 00068
Parte de:
Prefacio (Prólogo) [Vorrede]
[El filosofar natural como genialidad y como sano sentido común]
Tabla de contenidos
Gespräche in Jena
[68] In Ansehung der eigentlichen Philosophie sehen wir für den langen Weg der Bildung, für die ebenso reiche als tiefe Bewegung, durch die der Geist zum Wissen gelangt, die unmittelbare Offenbarung des Göttlichen und den gesunden Menschenverstand, der sich weder mit anderem Wissen noch mit dem eigentlichen Philosophieren bemüht und gebildet hat, sich unmittelbar als ein vollkommenes Äquivalent und so gutes Surrogat ansehen, als etwa die Zichorie ein Surrogat des Kaffees zu sein gerühmt wird. Es ist nicht erfreulich zu bemerken, daß die Unwissenheit und die form- wie geschmacklose Roheit selbst, die unfähig ist, ihr Denken auf einen abstrakten Satz, noch weniger auf den Zusammenhang mehrerer festzuhalten, bald die Freiheit und Toleranz des Denkens, bald aber Genialität zu sein versichert. Die letztere, wie jetzt in der Philosophie, grassierte bekanntlich einst ebenso in der Poesie; statt Poesie aber, wenn das Produzieren [63] dieser Genialität einen Sinn hatte, erzeugte es triviale Prosa oder, wenn es über diese hinausging, verrückte Reden. So jetzt ein natürliches Philosophieren, das sich zu gut für den Begriff und durch dessen Mangel für ein anschauendes und poetisches Denken hält, bringt willkürliche Kombinationen einer durch den Gedanken nur desorganisierten Einbildungskraft zu Markte – Gebilde, die weder Fisch noch Fleisch, weder Poesie noch Philosophie sind.
Conversaciones en Valencia
[El filosofar natural como genialidad y como sano sentido común]
[68] En lo que respecta a la filosofía propiamente dicha, vemos cómo la revelación inmediata de lo divino y el sano sentido común que ni se ha ocupado de ningún otro tipo de saber ni tampoco de la filosofía propiamente dicha, vemos, digo, cómo casi inmediatamente se los tiene por perfectos equivalentes y por razonables sucedáneos de ese largo camino de formación y de ese movimiento tan rico como profundo a través del cual el espíritu llega al saber, se los tiene, digo, por sucedáneos de ese largo camino y de ese movimiento, como, por ejemplo, la achicoria tiene fama de ser un sucedáneo del café. No es precisamente grato darse cuenta de cómo la insipiencia y la completa falta de conocimiento, así como la zafiedad carente de forma y de gusto, que es incapaz de detener y fijar su pensamiento en una frase abstracta, y mucho menos en un contexto de ellas, se presenta como siendo ora libertad de pensamiento y tolerancia, ora incluso genialidad. Esta última [la genialidad] está causando hoy en día estragos en filosofía lo mismo que, como es sabido, no hace mucho los causaba en poesía; en lugar de poesía, los productos de aquella genialidad (si es que lo que tal genialidad paría, tenía algún sentido) no eran sino prosa trivial, de modo que, si no era eso [si no era prosa trivial], lo único que engendraba eran discursos sin pies ni cabeza. Y así, esa filosofía natural que se produce hoy, la cual se tiene por demasiado buena para ser conceptual, y que precisamente por mengua de concepto se tiene por un pensamiento visionario y poético, no pone en el mercado sino arbitrarias combinaciones de una fantasía desorganizada por ideas sueltas, engendros que no son ni carne ni pescado, ni poesía ni filosofía X83X.1Me parece que hoy podría aplicarse esto tanto a buena parte de la producción filosófica cientificista, como a buena parte de la producción filosófica posmodernista.


Algunas aclaraciones
X83X = Me parece que hoy podría aplicarse esto tanto a buena parte de la producción filosófica cientificista, como a buena parte de la producción filosófica posmodernista.
Conversaciones en Madrid
[68] Por lo que respecta a la filosofía propiamente dicha, vemos que, frente al largo camino de formación cultural, frente al movimiento, tan rico como profundo, por el que el espíritu llega al saber, la revelación inmediata de lo divino y el sano sentido común, que ni se ha cultivado ni ha gastado ningún esfuerzo en otro saber, ni en el filosofar propiamente dicho, se consideran un equivalente perfecto y un sucedáneo igual de bueno; más o menos igual que la achicoria es celebrada como sucedáneo del café. No produce alegría observar XX*X2Vide infra Algunas aclaraciones XX*X. cómo la necedad y hasta la tosquedad, carente de forma y de gusto, que es incapaz de sostener su pensar en una proposición abstracta, menos aún en la conexión de varias, lo mismo asegura ser la libertad y la tolerancia del pensar que asegura ser una genialidad. Esta última hace ahora tantos estragos en la filosofía como en tiempos los hizo, según es notorio, en la poesía; los engendros de esta genialidad, cuando tenían algún sentido, en lugar de poesía producían una prosa trivial, y si iban más allá de ésta, discursos enloquecidos. De igual modo, hay ahora un filosofar natural, que se tiene por demasiado bueno para el concepto y que, por carecer de éste, se considera un pensar intuitivo y poético, que saca al mercado las combinaciones arbitrarias de una imaginación cuyos pensamientos no hacen sino desorgarnizarla: imaginerías que no son ni carne ni pescado, ni poesía ni filosofía.
Algunas aclaraciones
XX*X = Hegel no da aquí nombres propios, pero por sus anotaciones de Jena, y por las Lecciones de Historia de la Filosofía, es posible deducir en qué contemporáneos está pensando. Görres y Wagner son los que asocian la filosofía con la genialidad. El filósofo de la tolerancia y la genialidad sería Kayssler. Consúltese Hegel: Werke, 15, 681 y sigs. De Görres, Wagner y Kayssler, cf. respectivamente: Görres, I.: Glauben und Wissen, op. cit., pp. 100, 111 y especialmente p. 103; Wagner, J. J.: System der Idealphilosophie, Leipzig, 1804, LV, pp. 187, 248 y sigs.; Kaysser, A. B.: Beyträge zur kritischen Geschichte der neuern Philosophie, op. cit., p. 214. Respecto a la poesía, lo más probable es que pensara en la poesía trascendental de Schlegel. La expresión «ni carne ni pescado, ni poesía ni filosofía» reaparece literalmente en las Lecciones de Historia de la Filosofía, en Hegel: Werke, 15, 643; trad. 484: «esta poesía oscila entre la generalidad del concepto y la determinabilidad y la indiferencia de la forma, sin ser carne ni pescado, ni poesía ni filosofía».


Conversations in Washington
[68] [68]3We kept the numeration given by the editor in the printed edition With a view to genuine philosophy, we see the following. In lieu of the long course of cultural formation, a movement as rich as it is profound and through which spirit arrives at knowing, we now see the view that both the immediate revelation of the divine and the views of healthy common sense, neither of which are bothered or educated by any other type of knowing or by genuine philosophy, are supposed to be a complete equivalent for philosophy, and that they are as good a surrogate for philosophy as chicory is lauded as a surrogate for coffee. It is not pleasant to note how ignorance mixed with formless, tasteless crudity, which is itself incapable of concentrating its thoughts on an abstract proposition and even less so on the connections among many such propositions, assures itself at one time that it is itself freedom and is tolerance of thinking, and at another time it even assures itself of its own genius. Genius once was, as everyone knows, all the rage in poetry, just as it is nowadays also the rage in philosophy. However, instead of poetry, what was produced by this type of brilliance was, when it made any sense at all, only trivial prose, or, when it went beyond that, just loony chatter. Now in the same way natural philosophizing, which holds itself to be too good for the concept and which through this deficiency takes itself to be an intuitive and poetical thinking, trades in the arbitrary combinations of an imagination which is quite simply disorganized by its own thoughts – it trades in constructions that are neither fish nor fowl, neither poetry nor philosophy.
Conversaciones en el Atrium
EN CONSTRVCCION
EN CONSTRVCCION