Gespräche in der Dämmerung 00054
Parte de:
Prefacio (Prólogo) [Vorrede]
[La dialéctica de una noción determinada]
Tabla de contenidos
Gespräche in Jena
[54] Dadurch überhaupt, daß, wie es oben ausgedrückt wurde, die Substanz an ihr selbst Subjekt ist, ist aller Inhalt seine eigene Reflexion in sich. Das Bestehen oder die Substanz eines Daseins ist die Sichselbstgleichheit; denn seine Ungleichheit mit sich wäre seine Auflösung. Die Sichselbstgleichheit aber ist die reine Abstraktion; diese aber ist das Denken. Wenn ich sage Qualität, sage ich die einfache Bestimmtheit; durch die Qualität ist ein Dasein von einem anderen unterschieden oder Ist ein Dasein; es Ist für sich selbst, oder es besteht durch diese Einfachheit mit sich. Aber dadurch ist es wesentlich der Gedanke. – Hierin ist es begriffen, daß das Sein Denken ist; hierein fällt die Einsicht, die dem gewöhnlichen begrifflosen Sprechen von der Identität des Denkens und Seins abzugehen pflegt. – Dadurch nun, daß das Bestehen des Daseins die Sichselbstgleichheit oder die reine Abstraktion ist, ist es die Abstraktion seiner von sich selbst, oder es ist selbst seine Ungleichheit mit sich und seine Auflösung, – seine eigene Innerlichkeit und Zurücknahme in sich, – sein Werden. – Durch diese Natur des Seienden, und insofern das Seiende diese Natur für das Wissen hat, ist dieses nicht die Tätigkeit, die den Inhalt als ein Fremdes handhabt, nicht die Reflexion-in-sich aus dem Inhalte heraus; die Wissenschaft ist nicht jener Idealismus, der an die Stelle des behauptenden Dogmatismus als ein versichernder Dogmatismus oder der Dogmatismus der Gewißheit seiner selbst trat; sondern indem das Wissen den Inhalt in seine eigene Innerlichkeit zurückgehen sieht, ist seine Tätigkeit vielmehr sowohl versenkt in ihn, denn sie ist das immanente Selbst des Inhalts, als zugleich in sich zurückgekehrt, denn sie ist die reine Sichselbstgleichheit im Anderssein; so ist sie die List, die, der Tätigkeit sich zu enthalten scheinend, zusieht, wie die Bestimmtheit und ihr konkretes Leben darin eben, daß es seine Selbsterhaltung und besonderes [53] Interesse zu treiben vermeint, das Verkehrte, sich selbst auflösendes und zum Momente des Ganzen machendes Tun ist.
Conversaciones en Valencia
[La dialéctica de una noción determinada]
[54] Pero precisamente porque, como lo hemos expresado más arriba, la sustancia es en sí misma sujeto, resulta que todo contenido es su propia reflexión sobre sí mismo [el propio reflectirse ese contenido en sí mismo]. La consistencia [Bestehen] o sustancia de una existencia [o aquello en que algo consiste en el quedar ese algo ahí] es la igualdad consigo mismo, pues su desigualdad consigo mismo seria su disolución. Pero esa igualdad [de algo] consigo mismo es la pura abstracción; y esta pura abstracción es el pensamiento [Denken]. Cuando digo cualidad, estoy diciendo determinidad simple o simple determinidad; pues por esa cualidad una existencia se distingue de otra existencia, o lo que es lo mismo: es una existencia; esa existencia es para sí misma o por sí misma, y se da [es decir, tiene consistencia] mediante esa simplicidad consigo. Pero, precisamente , es esencialmente pensamiento, es decir, Gedanke, cogitatum. — Y es precisamente en este punto cuando se entiende que el ser es pensamiento [es decir, es en este punto cuando se le da a ello conceptualmente alcance]; pues es de este punto de donde brota esa idea que habitualmente suele escapar a ese tipo de discurso sobre la identidad de pensamiento y ser, discurso que en realidad no llega a darse alcance conceptualmente a sí mismo, ni a hacerse concepto de sí mismo. Precisamente porque la consistencia de la existencia [es decir, el estar ahí consistiendo en algo] es la igualdad [de ese algo] consigo mismo [o de esa existencia consigo misma], o lo que es lo mismo: es la pura abstracción, precisamente por eso esa consistencia [ese estar ahí de la existencia, es decir, ese estar ahí consistiendo en algo] es la abstracción de sí respecto de sí mismo [el hacer abstracción ello de sí mismo] X68X,1Vide infra Algunas aclaraciones X68X. o lo que es lo mismo: ello es la desigualdad de ello consigo mismo y su propia disolución, y, por tanto, su propia interioridad y la asunción en sí mismo [el asumirse ello dentro de sí], su devenir. — Y por esta naturaleza del ente y en cuanto ésta es la naturaleza que el ente ofrece al saber (y en la medida en que ésta sea la naturaleza que el ente tiene para el saber), resulta que el saber no será una actividad que maneje el contenido como algo extraño, y no será una reflexión sobre sí partiendo del contenido pero saliéndose de él y dejándolo de lado; la ciencia no es ese idealismo que en sustitución del dogmatismo afirmativo apela a un dogmatismo asegurante [a un dogmatismo cartesiano de la certeza], o a un dogmatismo de la certeza de sí mismo, sino que en cuanto el saber ve retornar el contenido a su propia interioridad [a la propia interioridad del contenido asumiéndose éste en si], la actividad de ese saber tanto se sume en él [en ese contenido], (ya que esa actividad es el self imnanente del contenido), como a la vez esa actividad retorna a sí, pues esa actividad es la pura igualdad consigo mismo en el ser-otro; y así esa actividad es la astucia que, pareciendo abstenerse de la actividad [es decir, pareciendo ser una abstención de toda actividad y consistir en pura contemplación], mira [atentamente] cómo esa determinidad y su vida concreta, precisamente cuando parece estar impulsando su autoconservación y su interés particular, está haciendo exactamente al revés, es decir: es un hacer que se está deshaciendo a sí mismo y se está convirtiendo en un momento del Todo.
Algunas aclaraciones
X68X = Éste es un importante motivo que se va a repetir insistentemente a lo largo de todo el libro y que el lector haría bien en retener, aunque lo va a encontrar en múltiples versiones. Pero siempre la idea básica es que el quid de algo es una abstracción respecto del algo de lo que ese quid es el quid. El ser una cosa un árbol, ese su qué, es un universal, y, por tanto, dice Hegel, una abstracción de la cosa respecto de sí misma; es pensamiento, que es lo que la cosa no es, y por tanto la cosa se es ella el no-ser de sí misma. Ser la cosa lo que es por la vía de consistir en el no-ser de ella misma (en el que ella tiene su qué) es negatividad referida a sí misma, es mismidad, es self. El objeto no va a estar hecho, pues, de materia distinta que el sujeto. Pero si aquello que como objeto suponíamos que era lo contrapuesto al pensamiento lleva dentro su contrario, es decir, lleva dentro el no-ser que respecto a él representa el pensamiento, lleva dentro pensamiento, lo mismo sucede con el pensamiento. Pues si lo que el pensamiento tiene enfrente, lo contrapuesto al pensamiento, es un quid, es un qué, entonces resulta que el pensamiento (para poder ser pensamiento de algo, o en su ser él pensamiento de algo) se tiene enfrente a sí mismo, es siempre también el no-ser de sí mismo y en lo otro no hace sino retornar a sí, lo mismo que en el pensamiento la cosa no hace sino retornar ella a sí misma. Tampoco el sujeto estaría hecho, pues, de materia muy distinta que el objeto. El lector tropezará en el libro con múltiples versiones de esta idea básica, en la que como ve el lector se cruzan motivos de Parménides y Heráclito, de Platón y también la idea de energeia de Aristóteles que Hegel entiende siempre como negatividad referida a sí misma, como sujetualidad, como autoactividad, es decir, como el consistir el ente en telos, en un quedar más allá de sí, en serse el ente el no-ser implicado por ese quedar más allá de sí. También debe tener el lector claro que cuando Hegel se expresa así, está hablando y no está hablando de sujeto en cuanto contrapuesto a objeto. De lo que está propiamente hablando es de mismidad, de self, tanto referidos la mismidad y el self al objeto como referidos al sujeto. Es lo que acabamos de ver. El sujeto, en cuanto contrapuesto al objeto, es autoconciencia, es negatividad referida a sí misma, pero que se tiene ella ahí delante cómo tal. Y al hablar así, todavía no estamos hablando del Yo pienso de Descartes y de Kant o del cognoscente que escribe la parte IV del libro I del Tratado de la naturaleza humana de Hume, es decir, no estamos hablando del sujeto moderno. El sujeto moderno es para Hegel negatividad referida a sí misma que se tiene ella ahí delante como tal, pero en su carácter absoluto; es decir, sin considerarse ella ya accidente de ninguna sustancia, sino siéndose ella sí acaso accidente de ella misma; esto es, el sujeto moderno es negatividad referida a sí misma, que se tiene ella ahí delante como tal, pero de suerte que, lo mire ella por donde lo mire, lo Incondicionado es ella. Precisamente en la conciencia escéptica se muestra mejor que en ninguna otra parte ese volverse soberana la negatividad en el estar ella referida a sí misma, es decir, es donde mejor se anuncia, por tanto, la soberanía o el carácter de ultímidad de la subjetividad moderna. A esa doble estructura coincidente de consistir el objeto y el sujeto en el no-ser de ellos mismos es a la que se va a referir Hegel unas líneas más abajo diciendo que, en su ser, la cosa no consiste sino en ser su propio concepto [Begriff]. Y en ello puede ver bien el lector cómo utiliza Hegel el término Begriff, como contrapuesto al de Vorstellung. La noción de concepto [Begriff] en Hegel tiene fama de ser oscurísima e incomprensible. Pero la verdad es que es de una transparente simplicidad (sea dicho con perdón del concepto, el cual, como ha visto el lector, es siempre disociación, negatividad). Y es transparente porque con ella Hegel no pretende sino estar explicando adecuadamente qué significa quid o quididad, o species o Art, es decir, el concepto de una cosa (el concepto de lo que una cosa es) en su sentido más corriente.
Conversaciones en Madrid
[54] Por el hecho de que, en general. como ya se ha expresado más arriba, la substancia es, en ella misma, sujeto, todo contenido es su propia reflexión dentro sí. La persistencia o la substancia de una existencia es la igualdad consigo misma; pues su desigualdad consigo misma sería su disolución. Ahora bien, la seipseigualdad es la pura abstracción; pero justo ésta es el pensar. Cuando yo digo cualidad, digo la determindad simple; por medio de la cualidad, una existencia es diferente de otra, o es una existencia; es para sí, o persiste por medio de esa simplicidad consigo. Pero así ella es esencialmente el pensamiento. — Se halla aquí concebido que el ser es pensar; aquí tiene su lugar la intelección que procura alejarse de ese habitual hablar sin conceptos acerca de la identidad de ser y pensar. Ahora bien, por el hecho de que la persistencia de la existencia es la igualdad a sí misma o la pura abstracción, ella es la abstracción de sí por sí misma, o bien, es ella misma su desigualdad consigo y su disolución: su propia interioridad y su recogimiento dentro de sí: su llegar a ser. — Por esta naturaleza de lo ente, y en la medida en que lo ente tiene esta naturaleza para el saber, este último no es la actividad que maneja el contenido como algo extraño, no es la reflexión dentro sí sacada a partir del contenido; la ciencia no es ese idealismo que sustituye al dogmatismo asertivo bajo la forma de un dogmatismo aseverador o de un dogmatismo de la certeza de sí mismo XX*X:2Hegel piensa seguramente en Fichte. Hegel desarrolla algo parecido más adelante, en 00233 y 00234 (pertenecientes al capítulo V). sino que, viendo el saber que el contenido retorna a su propia interioridad, ocurre más bien que su actividad tanto se ha sumergido en el contenido —pues ella es el sí-mismo inmantente de éste—, cuanto, a la vez, ha retornado dentro de sí —pues ella es la pura igualdad-a-sí-mismo en el ser otro—; y así ella es la astucia que, pareciendo abstenerse de toda actividad, mira atentamente cómo la determinidad y su vida concreta, precisamente cuando se imaginan estar trabajando por su autoconservación y su interés particular, son lo inverso, un hacer que se disuelve a sí mismo y hace de sí un momento del todo.
Algunas aclaraciones
XX*X = Hegel piensa seguramente en Fichte. Hegel desarrolla algo parecido más adelante, en la página 307 (vide 00233 y 00234; pertenecientes al capítulo V).
Conversations in Washington
[54] [54]3We kept the numeration given by the editor in the printed edition As it was previously expressed, because substance is in its own self subject, all content is its own reflective turn into itself. The stable existence, or the substance of an existence, is its self-equality, for its inequality would be its dissolution. However, self-equality is pure abstraction, but this pure abstraction is thinking. When I say, “quality,” I say, “simple determinateness”; it is by way of its quality that one existent is distinguished from another or that it is even determined that it is an existent at all. It is for itself,4es ist für sich selbst that is, it stably exists through this simplicity with regard to itself. However, by doing so, it is essentially thinking. – It is here that one conceptually grasps that being is thinking, and it is here that the insight which tries to steer clear of that ordinary, non-comprehending talk of the identity of thinking and being finds its place. – Now, as a result the stable being of existence is self-equality or the pure abstraction, is the abstraction of itself from itself, or it is itself its own inequality with itself and its own dissolution – its own inwardness and withdrawal into itself – its coming-to-be. – Since this is the nature of what exists, and to the extent that what exists has this nature for knowing, this knowing is not an activity that treats the content as alien. It is not a reflective turn into itself from out of the content. Science is not the former idealism which replaced the dogmatism of assertion with the dogmatism of assurance, or the dogmatism of self-certainty – but rather, while knowing sees the content return into its own inwardness, its activity is instead sunken into that content, for the activity is the immanent self of the content as having at the same time returned into itself, since this activity is pure self-equality in otherness. In this way, that activity is a kind of cunning which, while seeming to abstain from activity, is looking on to see just how determinateness and its concrete life takes itself to be engaged in its own self-preservation and its own particular interest and how it is actually doing the very opposite, or how it is doing what leads to its own dissolution and what makes itself into a moment of the whole.
Conversaciones en el Atrium
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