Gespräche in der Dämmerung 00026

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Prefacio (Prólogo) [Vorrede]

 

[El espíritu y su saber de sí, el elemento del saber]

Gespräche in Jena

[26] Das reine Selbsterkennen im absoluten Anderssein, dieser Äther als solcher, ist der Grund und Boden der Wissenschaft oder das Wissen im allgemeinen. Der Anfang der Philosophie macht die Voraussetzung oder Forderung, daß das Bewußtsein sich in diesem Elemente befinde. Aber dieses Element erhält seine Vollendung und Durchsichtigkeit selbst nur durch die Bewegung seines Werdens. Es ist die reine Geistigkeit als das Allgemeine, das die Weise der einfachen Unmittelbarkeit hat; – dies Einfache, wie es als solches Existenz hat, ist der Boden, der Denken, der nur im Geist ist. Weil dieses Element, diese Unmittelbarkeit des Geistes das Substantielle überhaupt des Geistes ist, ist sie die verklärte Wesenheit, die Reflexion, die selbst einfach, die Unmittelbarkeit als solche für sich ist, das Sein, das die Reflexion in sich selbst ist. Die Wissenschaft verlangt von ihrer Seite an das Selbstbewußtsein, daß es in diesen Äther sich erhoben habe, um mit ihr und in ihr leben zu können und zu leben. Umgekehrt hat das Individuum das Recht zu fordern, daß die Wissenschaft ihm die Leiter wenigstens zu diesem Standpunkte reiche, ihm in ihm selbst denselben aufzeige. Sein Recht gründet sich auf seine absolute Selbständigkeit, die es in jeder Gestalt seines Wissens zu besitzen weiß; denn [29] in jeder – sei sie von der Wissenschaft anerkannt oder nicht, und der Inhalt sei welcher er wolle – ist es die absolute Form, d.h. es ist die unmittelbare Gewißheit seiner selbst und, wenn dieser Ausdruck vorgezogen würde, damit unbedingtes Sein. Wenn der Standpunkt des Bewußtseins, von gegenständlichen Dingen im Gegensatze gegen sich selbst und von sich selbst im Gegensatze gegen sie zu wissen, der Wissenschaft als das Andere – das, worin es sich bei sich selbst weiß, vielmehr als der Verlust des Geistes – gilt, so ist ihm dagegen das Element der Wissenschaft eine jenseitige Ferne, worin es nicht mehr sich selbst besitzt. Jeder von diesen beiden Teilen scheint für den anderen das Verkehrte der Wahrheit zu sein. Daß das natürliche Bewußtsein sich der Wissenschaft unmittelbar anvertraut, ist ein Versuch, den es, es weiß nicht von was angezogen, macht, auch einmal auf dem Kopfe zu gehen; der Zwang, diese ungewohnte Stellung anzunehmen und sich in ihr zu bewegen, ist eine so unvorbereitete als unnötig scheinende Gewalt, die ihm angemutet wird, sich anzutun. – Die Wissenschaft sei an ihr selbst, was sie will; im Verhältnisse zum unmittelbaren Selbstbewußtsein stellt sie sich als ein Verkehrtes gegen dieses dar; oder weil dasselbe in der Gewißheit seiner selbst das Prinzip seiner Wirklichkeit hat, trägt sie, indem es für sich außer ihr ist, die Form der Unwirklichkeit. Sie hat darum solches Element mit ihr zu vereinigen oder vielmehr zu zeigen, daß und wie es ihr selbst angehört. Als solcher Wirklichkeit entbehrend ist sie nur der Inhalt als das Ansich, der Zweck, der erst noch ein Inneres, nicht als [30] Geist, nur erst geistige Substanz ist. Dies Ansich hat sich zu äußern und für sich selbst zu werden; dies heißt nichts anderes als: dasselbe hat das Selbstbewußtsein als eins mit sich zu setzen.

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Conversaciones en Valencia

[26] El puro autoconocimiento [o el autoconocimiento puro] en el puro ser-otro, este éter como tal es el fundamento y suelo de la ciencia, o es el saber en general. El inicio o comienzo de la filosofía parte de la presuposición o del postulado de que la conciencia se encuentra o se encuentre [o de que la conciencia acaba o acabe encontrándose] en este elemento [es decir, que la conciencia acabe encontrándose a sí misma en lo negativo de ella, o en el objeto de ella]. Pero este elemento cobra su consumación X30X1B 1831: «tiene su consumación». y autotransparencia sólo mediante el movimiento de su devenir. Ese elemento es la pura espiritualidad, o lo universal X31X2B 1831: «Ese elemento es la pura espiritualidad en cuanto lo universal». que tiene la forma o el modo de la simple inmediatez o de la inmediatez simple [que tiene la forma de simple inmediatez o inmediatez simple].X32X3Vide infra Algunas aclaraciones X32X. Y porque ese elemento es la inmediatez del espíritu, porque la sustancia en general es el espíritu, resulta que la sustancia es la esencialidad transfigurada, es decir, es la reflexión que es ella misma inmediata o que es ella la inmediatez,·es decir, es el ser [Seyn] que es él mismo la reflexión en sí mismo [o la reflexión dentro de sí mismo, o la reflexión sobre sí mismo, o el ser que se transe a sí mismo reflictiéndose] [Reflexion in sich selbst]. La ciencia, por su parte, exige de la autoconciencia que la autoconciencia se levante o se eleve a este éter para poder vivir con la ciencia y en la ciencia, es decir, para vivir. Y X33X,4En B 1831 este párrafo dice «Y a la inversa, el individuo tiene el derecho de que la ciencia le preste por lo menos una escalera para subir a ese punto de vista, de que la ciencia se lo muestre en él mismo [en el individuo mismo]». a la inversa, el individuo tiene el derecho de que la ciencia le preste por lo menos una escalera para subir a ese punto de vista X34X.5Pero a ese punto de vista pertenece esencialmente la Erinnerung o memoria de esa subida. Ulises no es Ulises sin conservar la Odisea. Por tanto, a diferencia de lo que sucede en el 6.54 del Tractatus logico-philosophicus de L. Wittgenstein, esa escalera no puede tirarse. Ese derecho del individuo se funda en su absoluta autonomía [en la absoluta autonomía del individuo] que el individuo sabe poseer en cada figura de su saber [o que el individuo, en cada figura de su saber, sabe muy bien poseer], pues en cada una de esas figuras, venga o no reconocida por la ciencia, y sea cual fuere el contenido de esa figura, el individuo es a la vez la forma absoluta, o tiene la inmediata certeza de su self [de su sí-mismo] X35X;6B 1831: «el individuo es la forma absoluta, es decir, tiene la inmediata certeza de su self». o, si se prefiere esta expresión, tiene con ello un ser incondicionado. Si el punto de vista de la conciencia [natural], o sea, el saber de las cosas objetivas en contraposición consigo misma [es decir, en cuanto contrapuestas esas cosas objetivas a la conciencia], y el saber de sí misma [de la conciencia] en contraposición con las cosas objetivas, la ciencia tiene que considerarlo lo otro (es decir, si aquello en lo que la conciencia está cabe sí misma X36X,7B 1831: «se sabe cabe sí misma». la ciencia no tiene más remedio que considerarlo una pérdida de espíritu), resulta que para la conciencia, en cambio, el elemento de la ciencia no puede constituir sino una lejanía que a la conciencia le resulta un más allá, en el que la conciencia ya no se posee a sí misma. Cada una de estas dos partes tiene la apariencia de representar respecto a la otra algo así como lo inverso de la verdad [o como una perversión de la verdad, o como una inversión de la verdad]. El que la conciencia natural se confíe o se entregue inmediatamente a la ciencia representa un ensayo o una tentativa que ella [es decir, la conciencia natural] efectúa, atraída no se sabe muy bien por qué, de ponerse cabeza abajo; el esfuerzo que tiene que hacer para adoptar esa insólita posición y moverse en ella tiene que parecer una violencia que, sin estar ella preparada, y sin venir a cuento, se le exige que ella se haga a sí misma. — La ciencia puede ser en sí lo que quiera, pero en relación con la conciencia inmediata se presenta como algo perverso respecto a ella, como algo del revés respecto a ella, o porque la conciencia inmediata es el principio de la realidad [o el principio de realidad] X37X,8B 1831: «o porque la conciencia inmediata tiene en la certeza de sí misma el principio de su propia realidad». la ciencia lleva, en cuanto la autoconciencia para sí o de por sí está fuera de la ciencia, la ciencia, digo, lleva la forma de irrealidad [conlleva la forma de irrealidad]. La ciencia, por tanto, tiene que concertar o aunar ese elemento [el de la realidad] con ella [con la ciencia], o más bien tiene que mostrar que (y cómo) ese elemento pertenece a ella misma [ese elemento le pertenece a ella misma]. Y careciendo de realidad X38X,9B 1831: «y careciendo de tal realidad». la ciencia es solamente el en-sí X39X,10B 1831: «la ciencia es solamente el contenido como en-sí». el telos que, por de pronto, es sólo un interior, que no es como espíritu, sino que, por de pronto, sólo es sustancia espiritual. La ciencia tiene que manifestarse, tiene que exteriorizarse y devenir para sí misma X40X,11B 1831: «Ese en-sí tiene que manifestarse, tiene que exteriorizarse, tiene que devenir para sí mismo». lo cual no significa otra cosa que lo siguiente: ella [la ciencia] tiene que poner la autoconciencia como siendo la autoconciencia una [sola cosa] con la ciencia [tiene que tener por resultado que la autoconciencia, que la conciencia que el individuo tiene de sí, coincida con el resultado de la ciencia].

Algunas aclaraciones

X30X

B 1831: «tiene su consumación».

X31X

B 1831: «Ese elemento es la pura espiritualidad en cuanto lo universal».

X32X

En B 1831 las líneas que siguen dicen así: «Eso simple, tal como tiene existencia en cuanto tal, es el suelo que es pensamiento, que sólo es en espíritu. Porque ese elemento, porque esa inmediatez del espíritu es lo sustancial del espíritu, resulta que esa inmediatez es esencialidad transfigurada, es la reflexión que es ella misma simple, es la inmediatez como tal para sí, el ser [Seyn] que la reflexión es en sí misma. La ciencia…». Véase sobre esto el Fragmento 3 del Apéndice.

X33X

En B 1831 este párrafo dice «Y a la inversa, el individuo tiene el derecho de que la ciencia le preste por lo menos una escalera para subir a ese punto de vista, de que la ciencia se lo muestre en él mismo [en el individuo mismo]».

X34X

Pero a ese punto de vista pertenece esencialmente la Erinnerung o memoria de esa subida. Ulises no es Ulises sin conservar la Odisea. Por tanto, a diferencia de lo que sucede en el 6.54 del Tractatus logico-philosophicus de L. Wittgenstein, esa escalera no puede tirarse.

X35X

B 1831: «el individuo es la forma absoluta, es decir, tiene la inmediata certeza de su self».

X36X

B 1831: «se sabe cabe sí misma».

X37X

B 1831: «o porque la conciencia inmediata tiene en la certeza de sí misma el principio de su propia realidad».

X38X

B 1831: «y careciendo de tal realidad».

X39X

B 1831: «la ciencia es solamente el contenido como en-sí».

X40X

B 1831: «Ese en-sí tiene que manifestarse, tiene que exteriorizarse, tiene que devenir para sí mismo».

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Conversaciones en Madrid

[26] El puro conocerse a sí mismo en el absoluto ser otro, ese éter en cuanto tal, es el suelo y fundamento X20X12Vide infra Algunas aclaraciones X20X. de la ciencia, o el saber en lo universal. El comienzo de la filosofía presupone o exige que la conciencia se encuentre en ese elemento. Pero este elemento mismo tiene X21X13S: «adquiere» su compleción y transparencia solamente por el movimiento de su devenir. Es la pura espiritualidad, o lo universal X22X14S: «como lo universal». que tiene el modo de la inmediatez simple. Puesto que ese elemento es la inmediatez del espíritu, puesto que la substancia es el espíritu sin másX23X,15En S se intercala esto: «.—esto simple, según tiene existencia como tal, es el suelo que es pensar, que sólo es en el espíritu. Puesto que ese elemento, esa inmediatez del espíritu, es lo sustancial sin más del espíritu…» ella, la substancia, es la esencialidad transfigurada, la reflexión que ella misma simplemente es o la inmediatez, el ser que es la reflexión hacia dentro de sí mismo X24X.16En S: «simplemente, es la inmediatez como tal para sí, el ser». La ciencia, por su parte, reclama de la autoconciencia que se haya elevado hasta este éter para poder vivir, y para vivir, con ella y en el seno de ella. A la inversa, el individuo tiene el derecho a exigir que la ciencia le alcance la escalera para llegar, cuando menos, hasta ese punto de vista X25X.17En S se añade: «se la haga ver [la escalera] dentro de él mismo». Su derecho está fundado sobre su absoluta autonomía, que él sabe que posee en cada figura de su saber, pues en cada una de ellas, esté o no esté reconocida por la ciencia, y cualquiera que sea el contenido, él es, a la vez, la forma absoluta, o tiene la certeza inmediata de sí mismo; y es, por tanto, si se prefiere esta expresión, ser incondicionado. Si el punto de vista de la conciencia, por el que sabe de las cosas objetuales en contraposición a sí misma, y sabe de sí misma en contraposición a ellas, vale para la ciencia como lo otro —aquello en donde la conciencia está cabe sí misma, antes bien que la pérdida del espíritu—, el elemento de la ciencia, en cambio, le resulta a la conciencia una lejanía más allá, donde ya no se posee a sí misma. Cada una de estas dos partes parece ser para la otra lo inverso de la verdad. El confiarse la conciencia natural de modo inmediato a la ciencia es un intento que ella, atraída por no sabe qué, hace para andar por una vez cabeza abajo XX*X;18Vide infra Algunas aclaraciones XX*X. la coerción a adoptar esta postura, a la que no está acostumbrada, y a moverse en ella, es una violencia aparentemente tan desprevenida como innecesaria que abusivamente se le obliga a infligirse a sí. — La ciencia, sea en sí misma lo que ella quiera ser, en relación con la autoconciencia inmediata se presenta como algo inverso frente a ella, o bien, puesto que la autoconciencia inmediata es el principio de la realidad efectiva X26X,19En S: «puesto que ésta [la conciencia inmediata] tiene en la certeza de sí misma el principio de su realidad efectiva». la ciencia, en tanto que la autoconciencia está para sí fuera de ella, lleva la forma de la irrealidad. Por eso, la ciencia tiene que unificar consigo ese elemento, o más bien, tiene que mostrar que le pertenece, y cómo. Desprovista de realidad efectiva, la ciencia no es más que lo en sí X27X20S: «en cuanto que está desprovista de tal realidad efectiva, no es más que el contenido en cuanto lo en-sí»., el fin o propósito que, a lo primero, es todavía tan sólo un interior, no es como espíritu, sino sólo, de momento, substancia espiritual. Ella X28X21S: «Este en-sí». tiene que exteriorizarse y devenir para sí misma, y esto no significa otra cosa sino que tiene que poner la autoconciencia como una consigo.

Algunas aclaraciones

X20X

Grund und Boden es a la vez expresión jurídica —los bienes inmuebles, raíces— y expresión coloquial (todo lo que tiene alguien, el fundamento de su existencia). Obsérvese por lo demás, cómo Hegel juega con el contraste entre la solidez del Grund und Boden y el éter del conocimiento, que, sin embargo, coinciden.

XX*X

Leser der kritischen Philosophie

Es posible que haya aquí una alusión a Friedrich Nicolai y su polémica observación sobre la filosofía kantiana: después de estudiarla, dice, ya no sabía si esa filosofía «está en su posición natural, sobre la cabeza, o sobre los pies, o sobre las manos». En Über meine Gelehrte Bildung über meine Kenntniß der kritischen Philosophie und meine Schriften dieselbe betreffen, und über die Herren Kant. J. B. Erhard, und Fichte, Berlín / Stettin, 1799, pp. 189 sig. La metáfora de la cabeza hacia abajo, de todos modos, y como es bien sabido, tendría su continuación en Marx, precisamente respecto a Hegel.

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Conversations in Washington

[26] [26]22We kept the numeration given by the editor in the printed edition Pure self-knowing in absolute otherness, this ether as such, is the very ground and soil of science, or, knowing in its universality. The beginning of philosophy presupposes or demands that consciousness is situated in this element. However, this element itself has its culmination and its transparency only through the movement of its coming-to-be. It is pure spirituality, or, the universal in the mode of simple immediacy. Because it is the immediacy of spirit, because it is the substance of spirit, it is transfigured essentiality, reflection that is itself simple, or, is immediacy; it is being that is a reflective turn into itself. For its part, science requires that [17] self-consciousness shall have elevated itself into this ether in order to be able to live with science and to live in science, and, for that matter, to be able to live at all. Conversely, the individual has the right to demand that science provide him at least with the ladder to reach this standpoint. The individual’s right is based on his absolute self-sufficiency, which he knows he possesses in every shape of his knowing, for in every shape, whether recognized by science or not, and no matter what the content might be, the individual is at the same time the absolute form, or, he has immediate self-certainty; and, if one were to prefer this expression, he thereby has an unconditioned being. However much the standpoint of consciousness, which is to say, the standpoint of knowing objective things to be opposed to itself and knowing itself to be opposed to them, counts as the other to science – the other, in which consciousness is at one with itself [bei sich selbst], counts instead as the loss of spirit – still, in comparison, the element of science possesses for consciousness an other-worldly remoteness in which consciousness is no longer in possession of itself. Each of these two parts seems to the other to be an inversion of the truth. For the natural consciousness to entrust itself immediately to science would be to make an attempt, induced by it knows not what, to walk upside down all of a sudden. The compulsion to accept this unaccustomed attitude and to transport oneself in that way would be, so it would seem, a violence imposed on it with neither any advance preparation nor with any necessity. – Science may be in its own self what it will, but in its relationship to immediate self-consciousness, it presents itself as an inversion of the latter, or, because immediate self-consciousness is the principle of actuality, by immediate self-consciousness existing for itself outside of science, science takes the form of non-actuality. Accordingly, science has to unite that element with itself or instead to show both that such an element belongs to itself and how it belongs to it. Lacking actuality, science is the in-itself, the purpose, which at the start is still something inner, at first not as spirit but only as spiritual substance. It has to express itself and become for itself, and this means nothing else than that it has to posit self-consciousness as being at one with itself.

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Conversaciones en el Atrium

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