Gespräche in der Dämmerung 00007

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Prefacio (Prólogo) [Vorrede]

 

[La actual situación del espíritu]

Gespräche in Jena

[7] Wird die Erscheinung einer solchen Forderung nach ihrem allgemeineren Zusammenhange aufgefaßt und auf die Stufe gesehen, worauf der selbstbewußte Geist gegenwärtig steht, so ist er über das substantielle Leben, das er sonst im Elemente des Gedankens führte, hinaus, – über diese Unmittelbarkeit seines Glaubens, über die Befriedigung und Sicherheit der Gewißheit, welche das Bewußtsein von seiner Versöhnung mit dem Wesen und dessen allgemeiner, der inneren und äußeren, Gegenwart besaß. Er ist nicht nur darüber hinausgegangen in das andere Extrem der substanzlosen Reflexion seiner in sich selbst, sondern auch über diese. Sein wesentliches Leben ist ihm nicht nur verloren; er ist sich auch dieses Verlustes und der Endlichkeit, die sein Inhalt ist, bewußt. Von den Trebern sich wegwendend, daß er im argen liegt bekennend und darauf schmähend, verlangt er nun von der Philosophie nicht sowohl das Wissen dessen, was er ist, als zur Herstellung jener Substantialität und [15] der Gediegenheit des Seins erst wieder durch sie zu gelangen. Diesem Bedürfnisse soll sie also nicht so sehr die Verschlossenheit der Substanz aufschließen und diese zum Selbstbewußtsein erheben, nicht so sehr das chaotische Bewußtsein zur gedachten Ordnung und zur Einfachheit des Begriffs zurückbringen, als vielmehr die Sonderungen des Gedankens zusammenschütten, den unterscheidenden Begriff unterdrücken und das Gefühl des Wesens herstellen, nicht sowohl Einsicht als Erbauung gewähren. Das Schöne, Heilige, Ewige, die Religion und Liebe sind der Köder, der gefordert wird, um die Lust zum Anbeißen zu erwecken; nicht der Begriff, sondern die Ekstase, nicht die kalt fortschreitende Notwendigkeit der Sache, sondern die gärende Begeisterung soll die Haltung und fortleitende Ausbreitung des Reichtums der Substanz sein.

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Conversaciones en Valencia

[La actual situación del espíritu]

[7] Pero si tratamos de entender el fenómeno de tal exigencia en el contexto general en que esa exigencia se plantea, y se la ve y se la mira desde el nivel en el que el espíritu autoconsciente está actualmente [en el que el espíritu autoconsciente está hoy], entonces resulta que ese espíritu no solamente está allende la vida sustancial que solía llevar en el elemento del pensamiento [en el elemento de lo pensado, del Gedanke], allende esa inmediatez de su fe, allende la satisfacción y seguridad de la propia certeza que la conciencia poseía acerca de su estar reconciliada con el ser [Wesen] y acerca de su estar reconciliada con la actualidad del ser [Wesen], [es decir, de su reconciliación] con lo que era la actualidad universal del ser [Wesen] [con la actualidad general de las cosas tales como son], tanto la interior como la exterior. El espíritu no solamente ha ido más allá de eso al otro extremo que representa la reflexión de sí dentro de sí mismo, desprovista de sustancia, sino que también ha ido más allá de esa clase de reflexión. No solamente se ha quedado sin esa vida esencial [sin ese lado de ser] que antes tenía, sino que también es consciente de esa pérdida y de la finitud en que su contenido [el contenido del espíritu] [ahora] consiste. Y volviendo la espalda al orujo y a los desechos, confesando que está en mal momento y protestando contra ello, exige de la filosofía no tanto el saber de aquello que él es, cuanto el empezar a poder llegar otra vez a través de ella al establecimiento de aquella sustancialidad y solidez del ser [Seyn]. Y a esta necesidad habría de responder, pues, la filosofía no tanto abriendo la cerrazón de la sustancia y elevando ésta a autoconciencia, es decir, no tanto volviendo a introducir en la conciencia caótica de la sustancia XX7X1En B 1831 Hegel borra «de la sustancia». un orden pensado [un orden de pensamiento, un orden producido por el pensamiento] y la simplicidad del concepto, sino más bien enterrando las disociaciones que el pensamiento establece, reprimiendo el concepto diferenciante [es decir, reprimiendo las diferencias que el concepto introduce] y restableciendo el sentimiento de la sustancia por vía de otorgar no tanto inteligencia cuanto edificación. Lo bello, lo santo, lo eterno, la religión y el amor son el anzuelo que se exige para despertar las ganas de morder; por tanto no el concepto sino el éxtasis, no la necesidad de la cosa en el frío desenvolverse de esa necesidad, sino el bullente y ferviente entusiasmo habrían de ser el sostén y los que dirijan el despliegue de la riqueza de la sustancia.

Algunas aclaraciones

XX7X = En B 1831 Hegel borra «de la sustancia».

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Conversaciones en Madrid

[7] Si la aparición de semejante exigencia se la capta conforme a su contexto más general, si se la considera al nivel en el que el espíritu consciente de sí se halla actualmente XX4X,2S: «el espíritu consciente de sí se halla actualmente». Hegel subraya toda la expresión al revisar. se verá que este espíritu ha ido más allá de la vida substancial que él, por lo demás, llevaba en el elemento del pensamiento: más allá de esa inmediatez de su fe, más allá de la satisfacción y la seguridad de la certeza que la conciencia tenía de su reconciliación con la esencia y con la presencia universal, tanto interior como exterior, de ésta. No sólo ha ido más allá de todo esto, al otro extremo de la reflexión de sí, carente de substancia, hacia dentro de sí mismo; sino que también ha ido más allá de esta reflexión. No sólo se le ha perdido su vida esencial, sino que, además, es consciente de esa pérdida y de la finitud que es su contenido. Alejándose de las algarrobas que comen los puercos XX*1X,3Alusión a la parábola del hijo pródigo, Lucas, 15, 16. «Vnd er begerte seinen Bauch zu füllen mit trebern / die die Sew assen / vnd niemand gab sie jm». Lc 15, 16. Cf. Luther-Bibel 1545 (http:/ /www.digitale-bibliothek.de/band29.html). confesando y maldiciendo que pasa necesidad, reclama ahora de la filosofía, no tanto el saber de lo que él es cuanto, por medio de ella, y sólo ahora, volver a producir aquella sustancialidad y consistencia maciza del ser. Para afrontar esta necesidad, se dice, entonces, no debe tanto hacer saltar el cierre sobre sí de la substancia para elevarla hasta la autoconciencia, no debe tanto devolver la caótica conciencia de esa substancia XX5X4S.: das chaotische. Esto es, Hegel sustituye el posesivo por el artículo, con lo que la caótica conciencia no lo sería «de esta sustancia». al orden pensado y la simplicidad del concepto, cuanto, más bien, debe amalgamar las particularizaciones segregadas del pensamiento, reprimir el concepto que diferencia y establecer el sentimiento de la esencia; no debe, se dice, garantizar tanto la intelección cuanto la edificación. Lo bello, lo sagrado, lo eterno, la religión y el amor XX*2X5Hegel alude veladamente a los románticos, especialmente a Eschenmayer, Görres, Jacobi, Schlegel, Schleiermacher y Wagner. Aún lo hará más adelante: cf. las notas a las páginas 111, 117 y 131 (vide 00050, 00055 et 00068). son el cebo requerido para despertar las ganas de picar; no es el concepto, sino el éxtasis, no es el frío progreso de la necesidad de la Cosa, sino el entusiasmo efervescente lo que, se dice, debe ser la actitud y la guía continua que difunde la riqueza de la substancia.

Adam Karl August von Eschenmayer (1768-1852)
Johann Joseph von Görres (1776-1848)

 

Friedrich Heinrich Jacobi (1743-1819)
Karl Wilhelm Friedrich (after 1814: von) Schlegel (1772-1829)

 

Friedrich Daniel Ernst Schleiermacher (1768-1834)

 

Johann Jakob Wagner (1775-1841)

 

Algunas aclaraciones

X*1X = Alusión a la parábola del hijo pródigo, Lucas, 15, 16. «Vnd er begerte seinen Bauch zu füllen mit trebern / die die Sew assen / vnd niemand gab sie jm». Lc 15, 16. Cf. Luther-Bibel 1545 (http:/ /www.digitale-bibliothek.de/band29.html).

X*2X = Hegel alude veladamente a los románticos, especialmente a Eschenmayer, Görres, Jacobi, Schlegel, Schleiermacher y Wagner. Aún lo hará más adelante: cf. las notas a las páginas 111, 117 y 131 (vide 00050, 00055 et 00068).

XX4X = S: «el espíritu consciente de sí se halla actualmente». Hegel subraya toda la expresión al revisar.

XX5X = S.: das chaotische. Esto es, Hegel sustituye el posesivo por el artículo, con lo que la caótica conciencia no lo sería «de esta sustancia».

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Conversations in Washington

[7] [7]6We kept the numeration given by the editor in the printed editionIf such a requirement is grasped in its more general context, and if its appearance is viewed from the stage at which self-conscious spirit is presently located, then spirit has gone beyond the substantial life which it had otherwise been leading in the element of thought – it has gone beyond this immediacy of faith, beyond the satisfaction and security of the certainty that consciousness had about its reconciliation with the essence, and it has gone beyond the universal present, or, the inner as well as the outer of that essence. Spirit has not only gone beyond that to the opposite extreme of a reflection of itself into itself which is utterly devoid of substance; it has gone beyond that extreme too. Not only has its essential life been lost to it, it is conscious of this, and of the finitude that is its content. Turning itself away from such left-over dregs, spirit, while both confessing to being mired in wickedness and reviling itself for being so, now demands from philosophy not knowledge of what spirit is; rather, it demands that it again attain the substantiality and the solidity of what is, and that it is through philosophy that it attain this. To meet these needs, philosophy is not supposed so much to unlock substance’s secret and elevate this to self-consciousness – not so much to bring chaotic consciousness back both to a well-thought-out order and to the simplicity of the concept, but, instead, to take what thought has torn asunder and then to stir it all together into a smooth mélange, to suppress the concept that makes those distinctions, and then to fabricate the feeling of the essence. What it wants from philosophy is not so much insight as edification. The beautiful, the holy, the eternal, religion, and love itself are all the bait required to awaken the craving to bite. What is supposed to sustain and extend the wealth of that substance is not the concept, but ecstasy, not the cold forward march of the necessity of the subject matter, but instead a kind of inflamed inspiration.

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Conversaciones en el Atrium

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