Gespräche in der Dämmerung 00002
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Prefacio (Prólogo) [Vorrede]
[Del conocimiento científico]
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Gespräche in Jena
[2] So wird auch durch die Bestimmung des Verhältnisses, das ein philosophisches Werk zu anderen Bestrebungen über denselben Gegenstand zu haben glaubt, ein fremdartiges Interesse hereingezogen und das, worauf es bei der Erkenntnis der Wahrheit ankommt, verdunkelt. So fest der Meinung der Gegensatz des Wahren und des Falschen wird, so pflegt sie auch entweder Beistimmung oder Widerspruch gegen ein vorhandenes philosophisches System zu erwarten und in einer Erklärung über ein solches nur entweder das eine oder das andere zu sehen. Sie begreift die Verschiedenheit philosophischer Systeme nicht so sehr als die fortschreitende Entwicklung der Wahrheit, als sie in der Verschiedenheit nur den Widerspruch sieht. Die Knospe verschwindet in dem Hervorbrechen der Blüte, und man könnte sagen, daß Jene von dieser widerlegt wird; ebenso wird durch die Frucht die Blüte für ein falsches Dasein der Pflanze erklärt, und als ihre Wahrheit tritt jene an die Stelle von dieser. Diese Formen unterscheiden sich nicht nur, sondern verdrängen sich auch als unverträglich miteinander. Aber ihre flüssige Natur macht sie zugleich zu Momenten der organischen Einheit, worin sie sich nicht nur nicht widerstreiten, sondern eins so notwendig als das andere ist, und diese gleiche Notwendigkeit macht erst das Leben des Ganzen aus. Aber der Widerspruch gegen ein philosophisches System pflegt teils sich selbst nicht auf diese Weise zu begreifen, teils auch weiß das auffassende Bewußtsein gemeinhin nicht, ihn von seiner Einseitigkeit zu befreien oder frei zu erhalten und in der Gestalt des streitend und sich zuwider Scheinenden gegenseitig notwendige Momente zu erkennen.
Conversaciones en Valencia
[2] Y así resulta que la determinación de la relación que una obra filosófica guarda o cree guardar con esfuerzos similares acerca del mismo objeto, no hace sino introducir un interés extraño y arrojar sombra acerca de aquello de que se trata en el conocimiento de la verdad. Y así como la opinión se atiene fijamente a la contraposición de lo verdadero y lo falso, así también esa opinión suele esperar de un sistema filosófico existente, o bien asentimiento o bien contradicción [es decir, conformidad con el contenido de otros sistemas o contradicción con el contenido de otros sistemas], y en una declaración [o en una explicación] sobre un sistema filosófico sólo se ve lo uno o lo otro. La opinión entiende la diversidad de sistemas filosóficos no tanto como un desenvolvimiento de la verdad en la marcha misma de tal desenvolvimiento [es decir, no tanto como un progresivo y sistemático desenvolvimiento de la verdad], sino que en dicha diversidad sólo ve la contradicción. El capullo desaparece en el romper de la flor, y así podría decirse que aquél quedó refutado por ésta, así como la flor queda convicta por el fruto de ser una falsa existencia de la planta, y el fruto como verdad de la planta pasa a ocupar la verdad de la flor. Estas formas no sólo se distinguen, sino que se desplazan también unas a otras por incompatibles. Pero su naturaleza fluida las convierte a la vez en momentos de la unidad orgánica en la que no solamente no se repugnan, sino que la una es tan necesaria como la otra, y es sólo esta igual necesidad la que empieza constituyendo la vida del todo. Pero la contradicción contra un determinado sistema filosófico en parte no suele entenderse a sí misma de este modo, y en parte también la conciencia aprehendiente [auffassendes Bewusstseyn]1La conciencia contemplativa, la conciencia que se queda en lo que se le pone delante, como si se tratase de determinaciones fijas no sabe por lo general liberar a esa contradicción de su unilateralidad [o mantenerla libre de su unilateralidad], y, en esa forma de momentos en disputa y de momentos que parecen descartarse unos a otros, [esa conciencia no sabe] reconocer momentos que se son necesarios [en otra traducción: esa conciencia no sabe reconocer en la figura de aquello que aparece en disputa y vuelto lo uno contra lo otro momentos mutuamente necesarios].
Conversaciones en Madrid
[2] Ocurre, además, que al determinar la relación que una obra filosófica cree guardar con otros afanes dirigidos al mismo objeto, se infiltra un interés ajeno y queda oscurecido aquello de que se trata en el conocimiento de la verdad. Cuanto más se afirma como opinión la oposición entre lo verdadero y lo falso, tanto más suele tal opinión tener la expectativa, bien del asentimiento, bien de la contradicción al sistema filosófico de que se trate, y ve lo uno o lo otro en cualquier declaración que se haga acerca del mismo. La diversidad de los sistemas filosóficos no la concibe tanto como el desarrollo progresivo de la verdad, cuanto que ve en ella sólo la contradicción. El capullo desaparece con la floración, y podría decirse que queda así refutado por ella, del mismo modo que el fruto declara la flor como una existencia falsa de la planta, y brota como su verdad en lugar de aquélla. Estas formas no sólo se diferencian entre sí, sino que, en tanto que incompatibles, se van desplazando unas a otras. A la vez, sin embargo, su naturaleza fluida hace de ellas momentos de una unidad orgánica, en la que no sólo no entran en disputa, sino que la una es tan necesaria como la otra, y únicamente esta misma necesidad es lo que llega a constituir la vida del todo. Pero, por una parte, la contradicción frente a un sistema filosófico no suele concebirse a sí misma de este modo; y por otra, la conciencia que capta no sabe, por lo común, liberar tal contradicción de su carácter unilateral, o mantenerla libre, reconociéndo, en la figura de lo que parece estar en disputa y enfrentado, unos momentos mutuamente necesarios.
Conversations in Washington
[2] [2]2We kept the numeration given by the editor in the printed edition Determining the relation that a philosophical work professes to bear vis-à-vis other efforts at dealing with the same object also introduces an extraneous interest, and it thereby only renders obscure what is supposed to be at stake in taking cognizance3Erkenntnis of the truth. The more that conventional opinion holds that the opposition between the true and the false is itself fixed and set, the more that it customarily expects to find itself in either agreement or in contradiction with any given philosophical system, and, if so, then in any explanation of such a system, the more it will only see the one or the other. It does not comprehend the diversity of philosophical systems as the progressive development of truth as much as it sees only contradiction in that diversity. The bud disappears when the blossom breaks through, and one might say that the former is refuted by the latter. Likewise, through the fruit, the blossom itself may be declared to be a false existence of the plant, since the fruit emerges as the blossom’s truth as it comes to replace the blossom itself. These forms are not only distinguished from each other, but, as incompatible with each other, they also supplant each other. However, at the same time their fluid nature makes them into moments of an organic unity in which they are not only not in conflict with each other, but rather, one is equally as necessary as the other, and it is this equal necessity which alone constitutes the life of the whole. However, in part, contradiction with regard to a philosophical system does not usually comprehend itself in this way, and, in part, the consciousness which apprehends the contradiction generally neither knows how to free the contradiction from its one-sidedness, nor how to sustain it as free-standing. Nor, when it seems to be in the shape of a struggle against itself, does it generally take cognizance4zu erkennen of the moments as reciprocally necessary.
Conversaciones en el Atrium
EN CONSTRVCCION
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OFFICĪNA PHILOSOPHŌRVM ***