Gespräche in der Dämmerung 00766

Parte de:

C. (CC.) La religión [C. (CC.) Die Religion] / Cap. VII: La religión [VII. Die Religion] / C. La religión revelada [C. Die offenbare Religion]

 

[Representación y concepto; disociación en un más-acá y un más-allá; el contenido verdadero y la forma verdadera; el instinto del concepto]

Gespräche in Jena

[766] Dieser Inhalt ist in der Weise, wie er in seinem Bewußtsein ist, zu betrachten. – Der absolute Geist ist Inhalt, so ist er in der Gestalt seiner Wahrheit. Aber seine Wahrheit ist, nicht nur die Substanz der Gemeinde oder das Ansich derselben zu sein, noch auch nur aus dieser Innerlichkeit in die Gegenständlichkeit des Vorstellens heraufzutreten, sondern wirkliches Selbst zu werden, sich in sich zu reflektieren und Subjekt zu sein. Dies ist also die Bewegung, welche er in seiner Gemeinde vollbringt, oder dies ist das Leben desselben. Was dieser sich offenbarende Geist an und für sich ist, wird daher nicht dadurch herausgebracht, daß sein reiches Leben in der Gemeine gleichsam aufgedreht und auf seinen ersten Faden zurückgeführt wird, etwa auf die Vorstellungen der ersten unvollkommenen Gemeine oder gar auf das, was der wirkliche Mensch gesprochen hat. Dieser Zurückführung liegt der Instinkt zugrunde, auf den Begriff zu gehen; aber sie verwechselt den Ursprung als das unmittelbare Dasein der ersten Erscheinung mit der Einfachheit des Begriffes. Durch diese Verarmung des Lebens des Geistes, durch das Wegräumen der Vorstellung der Gemeine und ihres Tuns gegen ihre Vorstellung, entsteht daher statt des Begriffes vielmehr die bloße Äußerlichkeit und Einzelheit, die geschichtliche Weise der unmittelbaren Erscheinung und die geistlose Erinnerung einer einzelnen gemeinten Gestalt und ihrer Vergangenheit.

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Conversaciones en Valencia

[766] Ese contenido [ese verdadero contenido] vamos a pasar a considerarlo en la forma en que está en su conciencia [es decir, en la conciencia de él o en la conciencia que se tiene de él]. — El espíritu absoluto es contenido, y, por tanto, está en la forma de su verdad [es decir, está expreso como un objeto ahí]. Pero su verdad consiste no sólo en ser sustancia de la comunidad, o en ser el en-sí de la comunidad, ni tampoco en salir a la luz desde esa interioridad a la objetualidad implicada por el representar [o implicada por la representación], sino que su verdad consiste en convertirse en self real, en reflectirse en sí mismo y convertirse en sujeto. Éste [es decir, el movimiento de tal reflectirse, de tal ahondar en sí desde la representación de sí] es, pues, el movimiento que el espíritu efectúa en su comunidad, o ésta es la vida del espíritu. Lo que este espíritu que se revela a sí mismo [o que se manifiesta a sí mismo] es en y para sí, no es algo que pueda averiguarse aflojando, destorciendo y desatando, por decirlo así, la rica y compleja vida de la comunidad, y reduciéndola a sus hilos primeros, por ejemplo, a las representaciones de la primera comunidad todavía imperfecta o no completa, o incluso a aquello que el hombre real [Jesús de Nazaret] propiamente dijo. A esta reducción le subyace, ciertamente, el instinto de ir al concepto. Pero confunde el origen en cuanto existencia inmediata del primer fenómeno [o de la forma original de aparición] con la simplicidad del concepto. Mediante este empobrecimiento de la vida del espíritu, a causa de tirarse por la borda las representaciones de la comunidad y del hacer de ésta, y de sustituirlas por la representación propia de esa reducción, lo que se obtiene es más bien la mera exterioridad e individualidad [la Einzelnheit, el quedar suelto ahí el fenómeno inmediato], la forma histórica del fenómeno inmediato y la memoria carente de espíritu de la figura individual que se está suponiendo o en que se está pensando [gemeynte], y de su pasado.

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Conversaciones en Madrid

[766] Se ha de examinar este contenido en el modo en que está en su conciencia. — El espíritu absoluto es contenido, y está así en la figura de su verdad. Pero su verdad no es sólo ser la substancia de la comunidad, o lo en-sí de ella, ni tampoco salir de esta interioridad a la objetualidad de representar, sino llegar a ser sí-mismo efectivo, reflejarse dentro de sí y ser sujeto. Éste es, pues, el movimiento que él lleva a cabo en su comunidad, o ésta es la vida del espíritu. Por eso, lo que este espíritu que se revela sea en y para sí no resulta de que su rica vida en la comunidad sea, por así decirlo, destejida y reducida a su primer hilo, por ejemplo, a las representaciones de la primera comunidad imperfecta, o incluso a lo que el hombre efectivo haya hablado. En el fondo de esta reducción está el instinto de ir al concepto; pero confunde el origen, en cuanto existencia inmediata de la primera aparición fenoménica, con la simplicidad del concepto. Por eso, con este empobrecimiento de la vida del espíritu, con este apartar la representación de la comunidad y su actividad frente a su representación, lo que se origina, en lugar del concepto, es más bien la mera exterioridad y singularidad, el modo histórico de la aparición inmediata y el recuerdo sin espíritu de una figura singular opinada, y de su pasado.

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Conversations in Washington

[766] [766]1We kept the numeration given by the editor in the printed edition This content is now to be examined in the way it is in its consciousness. – Absolute spirit is content, and so is it in the shape of its truth. However, its truth is not only to be the substance of the religious community, or the in-itself of the religious community, nor also is it only to emerge out of this inwardness into the objectivity of representational thinking.2Vorstellens Its truth is to become the actual self, to reflect itself into itself and to be the subject. This is therefore the movement which spirit accomplishes in its religious community, or this is its life. What this self-revealing spirit is in and for itself is therefore not brought out by having, so to speak, its rich life in the community wound up and then scaled back to its original threads, or even perhaps to the representational thoughts of the first imperfect religious community or back to what the actual man said. This scaling back is based on the instinct to get to the concept, but it confuses the origin, as the immediate existence of the concept’s first appearance, with the simplicity of the concept. Through this impoverishment of the life of spirit, this tidying up of the religious community’s representational thoughts and doings, what thereby emerges is, instead of the concept, mere externality and singularity, the historical mode of immediate appearance, and the spiritless recollection of a fancied singular shape and its past.

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Conversaciones en el Atrium

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