Gespräche in der Dämmerung 00755

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C. (CC.) La religión [C. (CC.) Die Religion] / Cap. VII: La religión [VII. Die Religion] / C. La religión revelada [C. Die offenbare Religion]

 

[Sujeto y predicado, y el Dios hecho hombre]

Gespräche in Jena

[755] Er hat die zwei Seiten an ihm, die oben als die beiden umgekehrten Sätze vorgestellt sind; die eine ist diese, daß die Substanz sich ihrer selbst entäußert und zum Selbstbewußtsein wird, die andere umgekehrt, daß das Selbstbewußtsein sich seiner entäußert und zur Dingheit oder zum allgemeinen Selbstmacht. Beide Seiten sind sich auf diese Weise entgegengekommen, und hierdurch [ist] ihre wahre Vereinigung entstanden. Die Entäußerung der Substanz, ihr Werden zum Selbstbewußtsein drückt den Übergang ins Entgegengesetzte, den bewußtlosen Übergang der Notwendigkeit oder dies aus, daß sie an sich Selbstbewußtsein ist; umgekehrt die Entäußerung des Selbstbewußtseins dies, daß es an sich das allgemeine Wesen ist, oder – weil das Selbst das reine Fürsichsein ist, das in seinem Gegenteile bei sich bleibt – dies, [549] daß für es es ist, daß die Substanz Selbstbewußtsein und eben dadurch Geist ist. Es kann daher von diesem Geiste, der die Form der Substanz verlassen und in der Gestalt des Selbstbewußtseins in das Dasein tritt, gesagt werden – wenn man sich der aus der natürlichen Zeugung hergenommenen Verhältnisse bedienen will –, daß er eine wirkliche Mutter, aber einen ansichseienden Vater hat; denn die Wirklichkeit oder das Selbstbewußtsein und das Ansich als die Substanz sind seine beiden Momente, durch deren gegenseitige Entäußerung, jedes zum anderen werdend, er als diese ihre Einheit ins Dasein tritt.

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Conversaciones en Valencia

[Sujeto y predicado, y el Dios hecho hombre]

[755]1Epígrafe: Sujeto y predicado, y el Dios hecho hombre. El concepto contiene en sí los dos lados que más arriba nos hemos representado como dos enunciados de los cuales uno es la inversión del otro y el otro la inversión del uno; el primer lado [El self es el ser absoluto] es que la sustancia se enajena [se extraña] de sí misma y se convierte en autoconciencia [el ser absoluto se convierte en predicado del sujeto que es el self], y, al revés, el otro lado [El ser absoluto es self] es que la autoconciencia se enajena de sí misma y se convierte en coseidad [en sustancia] [el self se convierte en predicado del sujeto que es el ser absoluto o el Ser absoluto], o lo que es lo mismo: se convierte en self universal [se convierte en self allende la particularidad de la autoconciencia]. Ambos lados vienen de esta forma a darse la mano y por medio de ello es como surge o ha surgido su verdadera unión. La enajenación de la sustancia, su convertirse en autoconciencia, expresa el tránsito a lo contrapuesto, el inconsciente tránsito de la necesidad, o el tránsito de la necesidad carente de conciencia [el tránsito protagonizado por la necesidad carente de conciencia], o lo que es lo mismo: expresa que la sustancia es en sí autoconciencia [pues la sustancia se resuelve en autoconciencia, como hemos visto en el análisis de la comedia]. Y a la inversa, la enajenación de la autoconciencia expresa que la autoconciencia es en sí el ser [Wesen] universal, o lo que es lo mismo: porque el self es el puro ser-para-sí que en su contrario permanece cabe sí mismo, esa enajenación de la autoconciencia expresa que el self es para el self [o también: que la autoconciencia es para la autoconciencia], es decir, que la sustancia es autoconciencia y, precisamente por ello, es espíritu. Por tanto, de este espíritu que ha abandonado la forma de la sustancia y entra en la existencia en la forma o figura de la autoconciencia [o en la forma y figura de autoconciencia] [es decir: pasa a existir en la forma de autoconciencia], puede decirse —si es que queremos apelar a una situación o relación proveniente de la generación natural— puede decirse, repito, que el espíritu X123X2Vide infra Algunas aclaraciones X123X. tiene una madre real [la autoconciencia], pero que tiene un padre que es en-sí [la sustancia], pues la realidad o la autoconciencia y el en-sí en tanto que la sustancia [el en-sí como sustancia] X124X,3El «Dios separado» del que hablaba Lutero en el texto citado. son sus dos momentos [los dos momentos del espíritu], mediante cuya mutua enajenación [mediante ese convertirse cada uno de ellos en el otro y el otro en el uno] él, el espíritu, en cuanto unidad de ellos, entra en la existencia X125X.4Es clara la alusión a los ingredientes del dogma cristiano de la Encarnación.

Algunas aclaraciones

X123X

El romano-germánico Hegel se adscribe, pues, al ab utroque. El espíritu procede de ambos, tanto del Padre (del En-sí) como del Hijo (del Para-sí), en la vuelta de éste al En-sí, al Padre.

Pero a este Hegel también le gusta la «sal gorda». El pasar el Absoluto de sujeto a predicado («El self, la autoconciencia, es el Ser absoluto») implica el enunciado inverso («El Ser absoluto es self») y ambas cosas es el espíritu en el nivel en el que se lo está analizando aquí. Resulta entonces que el espíritu tiene una virgen madre que es real, el para-sí, el ponerse ahí una diferencia que no es ninguna, y un Padre que no es real, sino el En-sí abstracto, el cual no es ya sino el diferir respecto a lo otro y, por tanto, otra vez el Para-sí (generación eterna del Hijo). En todo lo que sigue se va a volver masiva la presencia del Parménides de Platón.

X124X

El «Dios separado» del que hablaba Lutero en el texto citado.

X125X

Es clara la alusión a los ingredientes del dogma cristiano de la Encarnación.

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Conversaciones en Madrid

[755] Este concepto tiene en él los dos lados que se han representado más arriba X*X5Vide 00748 y ss. como dos proposiciones inversas; una es ésta: que la substancia se despoja de sí misma y se exterioriza haciéndose autoconciencia, y el otro es al revés, que la autoconciencia se despoja de sí y se exterioriza haciéndose cosidad o sí-mismo universal. De este modo, ambos lados acuden uno al encuentro del otro, con lo que se ha originado su verdadera unificación. El despojamiento y exteriorización de la substancia, su llegar a ser autoconciencia, expresa el paso a lo contrapuesto, el paso sin conciencia por la necesidad, o dicho de otro modo: ella, la substancia, es en sí autoconciencia. A la inversa, el despojamiento y exteriorización de la autoconciencia expresa esto: que ésta es en sí la esencia universal, o bien, dado que el sí-mismo es el puro ser-para-sí que permanece cabe sí en su contrario, expresa esto: que es para ella el que la substancia sea autoconciencia y, por eso mismo, espíritu. De manera que, de este espíritu que ha abandonado la forma de la substancia y que accede a la existencia con la figura de la autoconciencia, puede decirse —por servirse de relaciones tomadas de la generación natural— que tiene una madre efectivamente real, pero un padre que-es-en-sí; pues la realidad efectiva o la autoconciencia, y lo en-sí en cuanto substancia, son sus dos momentos, por medio de cuyo despojamiento y exteriorización mutuos, deviniendo cada uno el otro, él, el espíritu, accede a la existencia como esta unidad de ellos.

Algunas aclaraciones

X*X = Vide 00748 y ss.

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Conversations in Washington

[755] [755]6We kept the numeration given by the editor in the printed edition Spirit has two aspects in it, which are represented above as two converse propositions. One is this, that substance relinquishes itself of its own self and becomes self-consciousness; the other, conversely, is that self-consciousness empties itself of itself and makes itself into thinghood, or into the universal self. Both aspects have in this way accommodated each other, and their true union has thereby arisen. The self-relinquishing of substance, its becoming self-consciousness, expresses the transition into the opposite, into unconscious necessity, or, it expresses that it is in itself self-consciousness. Conversely, the self-relinquishing of self-consciousness expresses this, that self-consciousness is in itself the universal essence, or, because the self is pure being-for-itself, which in its opposite remains at one with itself,7bei sich it expresses this, that the substance is self-consciousness and, precisely as a result, is spirit. Hence, it can be said of this spirit which has forsaken the shape of substance and entered into existence in the shape of self-consciousness – if one wishes to use the relationships drawn from the process of natural generation – that it has an actual mother but a father who exists-in-itself, for actuality, or self-consciousness, and the in-itself, as substance, are both of its moments, and through their reciprocal self-relinquishing, where each becomes the other, spirit thus enters into existence as their unity.

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Conversaciones en el Atrium

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