Gespräche in der Dämmerung 00711
Parte de:
C. (CC.) La religión [C. (CC.) Die Religion] / Cap. VII: La religión [VII. Die Religion] / B. La religión-arte o religión del arte [B. Die Kunstreligion] / a. La obra de arte abstracta [a. Das abstrakte Kunstwerk]
[El lenguaje, el himno y el oráculo]
Tabla de contenidos
Gespräche in Jena
[711] Diese Sprache unterscheidet sich von einer anderen Sprache des Gottes, die nicht die des allgemeinen Selbstbewußtseins ist. Das Orakel sowohl des Gottes der künstlerischen als der vorhergehenden Religionen ist die notwendige erste Sprache desselben; denn in seinem Begriffe liegt ebensowohl, daß er das Wesen der Natur als des Geistes ist und daher nicht nur natürliches sondern auch geistiges Dasein hat. Insofern dies Moment erst in seinem Begriffe liegt und noch nicht in der Religion realisiert ist, so ist die Sprache für das religiöse Selbstbewußtsein Sprache eines fremden Selbstbewußtseins. Das seiner Gemeine noch fremde Selbstbewußtsein ist noch nicht so da, wie sein Begriff fordert. Das Selbst ist das einfache und dadurch schlechthin allgemeine Fürsichsein; jenes aber, das von dem Selbstbewußtsein der Gemeine getrennt ist, ist nur erst ein einzelnes. – Der Inhalt dieser eigenen und einzelnen Sprache ergibt sich aus der allgemeinen Bestimmtheit, in welcher der absolute Geist überhaupt in seiner Religion gesetzt ist. – Der allgemeine Geist des Aufgangs, der sein Dasein noch nicht besondert hat, spricht also ebenso einfache und allgemeine Sätze vom Wesen aus, deren substantieller Inhalt in seiner einfachen Wahrheit erhaben ist, aber um dieser Allgemeinheit willen dem weiter sich fortbildenden Selbstbewußtsein zugleich trivial erscheint.
Conversaciones en Valencia
[711] Este lenguaje se distingue de otro lenguaje del dios, que no es el de la autoconciencia universal. El oráculo, tanto del dios de las religiones artísticas, como del dios de las religiones precedentes, es el primer lenguaje necesario del dios, pues en el concepto del dios radica el que Él es la esencia tanto de la naturaleza como del espíritu, y, por tanto, no sólo tiene una existencia natural, sino que también tiene una existencia espiritual. En cuanto esto empieza radicando en el concepto de Dios, pero todavía no es un momento que esté realizado en la religión [que se haya vuelto realidad en la religión], el lenguaje habrá de ser para la autoconciencia religiosa el lenguaje de una autoconciencia extraña. Esa autoconciencia que resulta todavía extraña a su comunidad [a la comunidad o parroquia que ella funda o contribuye a fundar], no está todavía ahí [o no existe todavía] como su concepto exige. El sí-mismo, el self, es ser-para-sí simple y precisamente por ello es ser-para-sí absolutamente universal; pero aquélla [la autoconciencia extraña], que está separada de la autoconciencia de la comunidad, sólo empieza siendo una conciencia individual [einzelnes]. — El contenido de este lenguaje propio y particular se sigue de la determinidad universal en la que el espíritu absoluto está puesto en su religión [es decir, de las características generales de lo absoluto en cada una de las formas de religión, que estamos considerando]. — [Y así], el espíritu universal del orto, del Oriente, del amanecer, que todavía no ha particularizado su existencia, pronuncia sentencias igualmente simples y universales acerca de la esencia [acerca de lo que las cosas en general son], cuyo contenido sustancial es un contenido elevado y aun sublime en ese su ser simplemente verdades, pero que, precisamente en virtud de esa su universalidad, no tienen más remedio que resultar a la vez triviales a la autoconciencia cuando ésta se sigue desarrollando.
Conversaciones en Madrid
[711] Esta lengua es diferente de otra lengua del dios que no es la de la autoconciencia universal. El oráculo es la necesaria y primera lengua del dios, tanto del de la religión artística como del de las religiones precedentes, pues está en su concepto que él sea la esencia tanto de la naturaleza como del espíritu, y por ello, que no tenga solamente una existencia natural, sino también espiritual. En la medida en que este momento sólo está, por ahora, en su concepto, y no está realizado todavía en la religión, la lengua es, para la autoconciencia religiosa, lengua de una autoconciencia extraña. La autoconciencia, que es aún extraña a su comunidad, no está todavía ahí, tal como exige su concepto. El sí-mismo es el ser-para-sí simple, y por ello universal sin más; mientras que aquélla, separada de la autoconciencia de la comunidad, sólo ahora, por primera vez, es un singular. — El contenido de esta lengua propia y singular resulta de la determinidad universal en la que el espíritu absoluto está puesto como tal en su religión. — El espíritu universal del amanecer, que no ha particularizado todavía su existencia, enuncia entonces, acerca de la esencia, proposiciones igualmente simples y universales, cuyo contenido substancial es sublime en su verdad simple, pero que, en virtud de esta universalidad, se le aparecen, al mismo tiempo, como triviales a la autoconciencia que continúa su formación.
Conversations in Washington
[711] [711]1We kept the numeration given by the editor in the printed edition This language is distinguished from another language of the god, which is not that of universal self-consciousness. The oracle, both in the case of the god of the art-religion as well as those of the preceding religions, is the necessarily first language of the god, for it lies within the god’s concept that the god is the essence of nature as well as spirit and thus does not have only natural but also spiritual existence as well. To the extent that as this moment first lies in the god’s concept and is not yet realized in religion, language is for religious self-consciousness the language of an alien self-consciousness. The self-consciousness which still remains alien to its own religious community2Gemeine is not yet there in the way its concept requires. The self is the simple and, as a result, utterly universal being-for-itself, but that self, which is separated from the self-consciousness of the religious community, is only at first a singular individual self. – The content of this, its own singular language, results from the universal determinateness within which absolute spirit as such is posited in its religion. – The universal spirit of the sunrise, which does not yet have its existence particularized, pronounces the essence in the equally simple and universal propositions whose substantial content is sublime in its simple truth, but which, on account of this universality, appears at the same time trivial to the self-consciousness which is pressing further in its cultural formation.
Conversaciones en el Atrium
EN CONSTRVCCION
EN CONSTRVCCION