Gespräche in der Dämmerung 00674

Parte de:

C. (CC.) La religión [C. (CC.) Die Religion] / VII: La religión [Die Religion]

 

[Conciencia del Ser absoluto; repaso de las figuras anteriores; el self consciente de sí mismo en cuanto destino de la esencialidad y de la realidad]

Gespräche in Jena

[674] Hingegen in der sittlichen Welt sahen wir eine Religion, und zwar die Religion der Unterwelt; sie ist der Glaube an die furchtbare unbekannte Nacht des Schicksals und an die Eumenide des abgeschiedenen Geistes; – jene die reine Negativität in der Form der Allgemeinheit, diese dieselbe in [495] der Form der Einzelheit. Das absolute Wesen ist in der letzteren Form also zwar das Selbst und gegenwärtiges, wie das Selbst nicht anders ist; allein das einzelne Selbst ist dieser einzelne Schatten, der die Allgemeinheit, welche das Schicksal ist, getrennt von sich hat. Er ist zwar Schatten, aufgehobener Dieser, und somit allgemeines Selbst; aber noch ist jene negative Bedeutung nicht in diese positive umgeschlagen, und daher bedeutet zugleich das aufgehobene Selbst noch unmittelbar diesen Besonderen und Wesenlosen. – Das Schicksal aber ohne das Selbst bleibt die bewußtlose Nacht, die nicht zur Unterscheidung in ihr noch zur Klarheit des Sichselbstwissens kommt.

Siguiente párrafo

Párrafo anterior

Ir al índice

Conversaciones en Valencia

[674] En cambio, en el mundo ético [cap. VI, A] veíamos una religión, y, por cierto, la religión del submundo [la religión del Hades]; era la fe en la desconocida horrenda noche del destino, y en la euménide [numen protector] del espíritu del difunto [del espíritu que se ha «ido»]; aquélla [la noche del destino] era la pura negatividad en forma de universalidad; y ésta [la euménide], la misma negatividad en forma de individualidad [Einzelnheit] X6X.1Advierta el lector que precisamente estos dos ingredientes, aquí inexorablemente separados, fueron los que acabaron formando unidad al final del cap. VI, C, c. El ser absoluto es, pues, en esta segunda forma [en la de la euménide] ciertamente el self, y [es algo que] está presente (pues el self no es de otra manera) [es decir, como no puede ser de otra manera tratándose del self]; sólo que ese self individual no es sino una sombra individual, que la universalidad que es el destino mantiene separada de sí [mantiene separada de esa universalidad]. Ese self individual es, ciertamente, sombra, un «éste» suprimido y superado, y, por tanto, universalidad, self universal [pues lo universal es la supresión y superación, Aufhebung de lo particular]; pero todavía ese significado negativo [el del éste suprimido y superado] no se ha trocado en este significado positivo [el de universalidad] y por tanto el self suprimido y superado significa a la vez de manera todavía inmediata este self individual y carente de esencia [convertido en sombra]. Y, a la vez, el destino, sin el self, no es ni puede ser sino la noche carente de conciencia, la cual no puede llegar ni a efectuar distinciones en sí [ni a discernir nada en sí, pues es toda oscura], ni tampoco a la claridad del saberse a sí misma [pues eso sería el amanecer].

Algunas aclaraciones

X6X = Advierta el lector que precisamente estos dos ingredientes, aquí inexorablemente separados, fueron los que acabaron formando unidad al final del cap. VI, C, c.

Siguiente párrafo

Párrafo anterior

Ir al índice

Conversaciones en Madrid

[674] En cambio, en el mundo ético sí veíamos una religión, a saber, la religión del mundo subterráneo; es la fe en la noche terrible y desconocida del destino, y en la Euménide del espíritu que ha partido; siendo aquélla la negatividad pura en forma de universalidad, y ésta, la misma negatividad en forma de singularidad. La esencia absoluta es, entonces, ciertamente, en esta última forma, el sí-mismo, y es algo presente, como no puede menos de serlo el sí-mismo; sólo que el sí-mismo Singular es esta sombra singular que tiene separada de sí a la universalidad que es el destino. Es, ciertamente, sombra, ésta de aquí cancelada, y por ende, es sí-mismo universal; pero aquel significado negativo no se ha mudado todavía en este significado positivo; y por eso, el sí-mismo cancelado sigue significando todavía, de manera inmediata, esta sombra particular y carente de esencia. — Pero el destino, sin el sí-mismo, sigue siendo la noche sin conciencia que no llega a la diferenciación dentro de ella ni a la claridad del saberse a sí mismo.

Siguiente párrafo

Párrafo anterior

Ir al índice

Conversations in Washington

[674] [674]2We kept the numeration given by the editor in the printed edition In contrast, in the ethical world we saw a religion, namely, the religion of the netherworld; that religion is belief in the frightful, unfamiliar night of fate and in the Eumenides of the departed spirit – the former is pure negativity in the form of universality, the latter the same negativity in the form of singular individuality. In the latter form, the absolute essence is indeed therefore the self and is current just as the self is not other than current. Yet the singular self is this singular ghostly shadow, which has universality, which is itself fate, as separated from itself. It is indeed a shadow, a sublated This, and thereby a universal self. However, that former negative meaning has still not changed into this latter positive meaning, and thus the sublated self at the same time still immediately means this particular and essenceless self. – However, fate without the self remains the night devoid of consciousness, which neither arrives at difference within itself, nor to the clarity of knowing-itself.

Siguiente párrafo

Párrafo anterior

Ir al índice

Conversaciones en el Atrium

EN CONSTRVCCION

EN CONSTRVCCION

Siguiente párrafo

Párrafo anterior

Ir al índice

Sidebar



error: Content is protected !!