Gespräche in der Dämmerung 00637
Parte de:
C. (BB) El espíritu [C. (BB) Der Geist] / Capítulo VI: El espíritu [VI. Der Geist] / C. El espíritu seguro de sí mismo. La moralidad [C. Der seiner selbst gewisse Geist. Die Moralität] / c. La conciencia moral [Gewissen], y el alma bella, el mal y su perdón [c. Das Gewissen. Die schöne Seele, das Böse und seine Verzeihung]
[El contenido del Gewissen como supresión y superación de la contraposición entre puro deber y naturaleza]
Tabla de contenidos
Gespräche in Jena
[637] Es entsagt allen diesen Stellungen und Verstellungen der moralischen Weltanschauung, indem es dem Bewußtsein entsagt, das die Pflicht und die Wirklichkeit als widersprechend faßt. Nach diesem letzteren handle ich moralisch, indem ich mir bewußt bin, nur die reine Pflicht zu vollbringen, nicht Irgend etwas anderes, dies heißt in der Tat, indem ich nicht handle. Indem ich aber wirklich handle, bin ich mir eines Anderen, einer Wirklichkeit, die vorhanden ist, und einer, die ich hervorbringen will, bewußt, habe einen bestimmten Zweck und erfülle eine bestimmte Pflicht; es ist was anderes darin als die reine Pflicht, die allein beabsichtigt werden sollte. – Das Gewissen ist dagegen das Bewußtsein darüber, daß, wenn das moralische Bewußtsein die reine Pflicht als das Wesen seines Handelns aussagt, dieser reine Zweck eine Verstellung der Sache ist; denn die Sache selbst ist, daß die reine Pflicht in der leeren Abstraktion des reinen Denkens besteht und ihre Realität und Inhalt nur an einer bestimmten Wirklichkeit hat, einer Wirklichkeit, welche Wirklichkeit des Bewußtseins selbst und desselben nicht als eines Gedankendings, sondern als eines Einzelnen ist. Das Gewissen hat für sich selbst seine Wahrheit an der unmittelbaren Gewißheit seiner selbst. Diese unmittelbare konkrete Gewißheit seiner selbst ist das Wesen; sie nach dem Gegensatze des Bewußtseins betrachtet, so ist die eigene unmittelbare Einzelheit der Inhalt des moralischen Tuns; und die Form desselben ist eben dieses Selbst als reine Bewegung, nämlich als das Wissen oder die eigene Überzeugung.
Conversaciones en Valencia
[637] Por tanto, la conciencia [Gewissen] desmiente estas posiciones [Stellungen] y dislocaciones [Verstellungen] que la concepción moral del mundo comporta, en cuanto desmiente a la conciencia [Bewusstseyn] que concibe [fasst] el deber y la realidad como contradictorios. Conforme a esta última (o conforme a esto último) actúo moralmente en cuanto me soy consciente de estar ejecutando solamente el puro deber y ninguna otra cosa, lo cual quiere decir en realidad: cuando no actúo. Pero en cuanto actúo realmente, soy consciente de algo distinto, soy consciente de una realidad que está ahí [que ahí la tengo, que hela ahí], y de una realidad que quiero producir, tengo un determinado fin y cumplo un determinado deber; ello contiene algo distinto que el puro deber, que sería lo único a lo que yo habría de enderezarme; la conciencia moral [Gewissen], en cambio, es la conciencia [Bewusstseyn] de que [es el tener conciencia de que] cuando la conciencia moral [moralisches Bewsustseyn] declara esencia de su acción el puro deber, este puro fin no es sino una dislocación de la cosa, un cambiarla de sitio y un ponerla fuera de lugar [un desfigurarla]; pues la cosa misma es que el puro deber no consiste sino en la vacía abstracción del puro pensamiento, y sólo tiene su realidad y contenido [y esa abstracción sólo puede tener su realidad y contenido, sólo puede cobrar realidad y contenido] en una realidad determinada, en una realidad que es la realidad de la conciencia [Bewusstseyn] misma, y de la conciencia no como una fantasía o como un ente de razón, sino como este individuo particular [Einzelner]. La conciencia moral [Gewissen] tiene para sí misma su verdad en la certeza inmediata de sí misma [es esa certeza y no más lo que ella tiene por objeto]. Esta inmediata certeza concreta de sí misma es la esencia; y comparando esa certeza con la contraposición [la contraposición sujeto/objeto] que caracteriza a la conciencia [Bewusstseyn], tenemos que la propia inmediata individualidad [Einzelnheit] [la propia individualidad de uno] es el contenido del hacer moral o de la acción moral; y la forma de esa acción es precisamente el self como puro movimiento, a saber: como el saber, o lo que es lo mismo: como la propia convicción [como la propia convicción de uno].
Conversaciones en Madrid
[637] La certeza moral renuncia a todos esos emplazamientos y desplazamientos simulantes propios de la visión moral del mundo, toda vez que renuncia a la conciencia que entiende el deber y la realidad efectiva como contradictorios. Según esta última, yo actúo moralmente en tanto que soy consciente de estar cumpliendo nada más que el deber puro, y no cualquier otra cosa, esto es, de hecho, en tanto que no actúo. Pero en tanto que efectivamente actúo, soy consciente de otra cosa, de una realidad efectiva dada, y de una que yo quiero producir, tengo un fin determinado y cumplo un deber determinado; hay ahí dentro otra cosa distinta del deber puro, que era lo único que, supuestamente, se debía perseguir. — La certeza moral, en cambio, es la conciencia de que, si la conciencia moral declara que el deber puro es la esencia de su actuar, este fin puro es una disimulación de la Cosa; pues la Cosa misma es que el deber puro consiste en la abstracción vacía del pensar puro, y tiene su realidad y contenido sólo en una realidad efectiva determinada, una realidad efectiva que lo es de la conciencia misma, de la conciencia no como un ente de razón, sino como algo singular. Para sí misma, la certeza moral tiene su verdad en la certeza inmediata de sí misma. Esta certeza inmediata concreta de sí misma es la esencia; considerada según la oposición de la conciencia, la singularidad propia inmediata es el contenido de la actividad moral; y la forma de esta actividad es justamente este sí-mismo en cuanto movimiento puro, a saber, en cuanto el saber o la convicción propia.
Conversations in Washington
[637] [637]1We kept the numeration given by the editor in the printed edition It disavows all the moral worldview’s stances and dissemblances in that it disavows the consciousness which takes duty and actuality to be contradictory. According to this latter stance, I act morally while I am conscious to myself of accomplishing only the pure duty and of nothing else, and this means, in effect, while I do not act. But while I actually do act, I am conscious to myself of an other, of an actuality, which is there before me and of an actuality which I want to bring about, so I have a determinate end, and I fulfill a determinate duty; there is something other therein than the pure duty which was alone supposed to be kept in view. – On the other hand, conscience is the consciousness about what is going on when the moral consciousness expresses pure duty as the essence of its action [and] this pure purpose is dissemblance about the crux of the matter. This is so because the crux of the matter is this, that pure duty consists in the empty abstraction of pure thinking and that it has its reality and content only in a determinate actuality, the actuality of consciousness itself, not in the sense that is a thought-thing but rather in the sense that it is a singular individual. Conscience has its truth for itself in the immediate certainty of itself. This immediate concrete certainty of itself is the essence. If that self-certainty is considered according to the opposition of consciousness, then its own immediate singular individuality is the content of moral action, and the form of moral doing is this very self as pure movement, namely, as knowing, or as one’s own conviction.
Conversaciones en el Atrium
EN CONSTRVCCION
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